Hoy no sé si soy yo misma. He dormido tres horas, ya que ayer, el servidor, o lo que demonios sea, se estropeó y no me dejó publicar el post hastalas tantas. Le había prometido a la marca publicarlo y ahí estuve, al pie del cañón. Jurando en hebreo, pero estuve.
Hoy doy por inaugurada la Navidad. Lo he decidido. Tengo que ponerme manos a la obra, porque esto no puede ser. Ni adornos, ni regalos, nada preparado, ya os lo dije. Voy a empezar a hacer una lista eterna, porque, además de los Reyes, en mi casa tenemos la “suerte” de haber nacido todos entre finales de diciembre y principios de enero.
¡Holaaaaa! Tengo que deciros que la colección de ayer fue un éxito, así que somos muchas las clásicas ¿eh? Que no pasa nada por decirlo. Que yo sé que hay de todo, pero pensé que las madres más jovencitas iban a ser mucho más modernas. Y no. Así que, a todas las que me habéis preguntado, pedido opinión y dejado mensajes chiflantes ¡mil gracias! Agradecida, emocionada… solamente puedo decir lalalalalaaaa…jajaja.
Día triste, de lluvia, monotonía tras los cristales… (¿os acordáis del poema de Machado?). Las botas katiuskas son hoy imprescindibles. Pero bueno, es lo que toca. Yo, luchando con mis hijos porque no se abrigan, pero, claro, a quién van a salir…
¡Este calor va a poder conmigo! Me paso el día resoplando. ¿Esto es normal? Pufffff… Ni he podido ir a la peluquería, porque sudo tanto que, al día siguiente, parece que me ha lamido una vaca.
Bueno, que no me acostumbro a los Madriles… y ya está. Para algunas cosas me chifla, pero por otras… en un día haces en Burgos lo que en Madrid en una semana. Ventajas e inconvenientes.