
«Que todas las noches sean noche de boda, que todas las lunas sean lunas de miel» Bien cantado por Sabina o por Chavela Vargas, me chifla. Ya la llevo cantando un rato.
Sabéis que me inspira. ¡Buffff! ¡Qué gozada es oír y cantar una buena canción!
Las letras de Sabina son puro contenido, saber, vibrar, es un poeta. Después, será tonto perdido, no lo sé, pero es lo que he oído. Y a mí, ¿que más me da?


Da gloria oírle sólo o, a mí me gusta casi más, cuando hace duetos con gente tan buena como Pablo Milanés.
Cuando estás un poco de bajón y te pones a escuchar, por ejemplo “La canción más hermosa del mundo”, por los dos, os juro que se me olvida todo.

En fin, Conchita (mi queridísima hermana), que no sabes lo que te pierdes.
Bueno, y os podéis imaginar que hoy el tema va de bodas. Vamos, de las invitadas a las bodas de otoño, las más bonitas para mí. Y seguramente, las más difíciles.
Se lleva más ropa, hay que combinar al milímetro, pero son muchísimo más elegantes. Todos se lucen mucho más, al contrario de lo que se piensa.

Me habéis escrito pidiéndome consejo y, pues bueno, dentro de las fotos que puedo poner, voy a intentar enseñaros ropa que yo me pondría para ser de las más elegantes en la boda.

Ya sabéis que hay que diferenciar mucho entre si es una boda cercana o no, puesto que no hay nada peor que ir “over dress” a una boda en la que sólo es por compromiso o simplemente, son conocidos del trabajo.

En cambio, madres, hermanas, primas, cuñadísimas y demás, tienen que ir dispuestas a “darlo todo” y a que todo el mundo las recuerde ese día.

Desde el tocado (que yo, desde luego llevaría) hasta los zapatos, tenéis que ir impecables. Hay cosas divinas y no tantas veces se casa alguien cercano.
Os voy enseñando cosas, de diferentes marcas (no muchas porque no encuentro fotos), pero sí os podéis hacer una idea del estilo que me gusta para estas bodas otoñales tan idílicas.

También depende mucho, por supuesto, de la edad de la invitada. No se puede ir peor que cuando quieres aparentar ser más joven de lo que eres y vestirte como una veinteañera cuando tienes cincuenta años.

Bueno, todas estas cosas ya os las he dicho muchas veces, pero siempre es bueno repetirlo. Así como lo de «menos es más”. Esto, fundamental. Por favor, no sabéis las bodas que he visto. De llorar…

Muchas se creen que, por ser madrina o hermana, se tienen que poner encima todo lo que encuentran en las tiendas: pamela, pendientes largos, estola, volantes… ¡Error y gordooo!

No hay nada más bonito que un buen vestido o conjunto sencillo, con clase, que te siente bien. Y cuanto menos, más. Os lo digo totalmente en serio.

Hay adornos realmente impresionantes y el modelo lo pide, eso está claro. Sólo digo que los árboles de Navidad, pues eso, para Navidad.

Como siempre, en “By Biombo” encontraréis ropa ideal y adecuadísima para estas bodas. Vosotras conocéis vuestro cuerpo mejor que nadie y sabéis a la perfección lo que mejor os va: falda, vestido, pantalón, etc.

Porque con cualquiera de estas cosas se puede ir divina de la muerte. Han apostado por los nudes, burdeos, granates, colores del otoño por excelencia.

El vestido Nudo, largo, en seda, es precioso, idóneo para una hermana, prima, cuñada, amiga íntima… ¡Me chiflan los colores lisos y a esta marca, también!

Es reversible. Se puede poner el escote en pico por delante o bien, cerrado, a tu gusto. Lleva dos lazadas laterales para anudarlo o como adorno.

No me digáis que no es un vestido elegante, sobrio, con clasón.
Con la estola, tal y como lo lleva y el pelo recogido, va de cine. También en vez de estola, con un tocado pequeñito pero jugoso para una boda de tarde, fetén. Y éste de la izquierda… ¡Uhmmm!

Fantástico, el vestido Claudia. De punto, con escote en pico y por debajo de la rodilla, con falda drapeada.

Súper favorecedor y cómodo para una boda de día. Ideal también para cualquier evento, prescindiendo de la pamela. Yo me lo pondría encantada.

Elegantísimo también, el mono Casiopea, en punto, con pliegues en la cintura y una preciosa capa trasera asimétrica. Te tienen que sentar bien los monos, estar más o menos proporcionada… ¡Estarás cañón!

Yo, si tuviera oportunidad, tengo ganas de ponerme uno. Da igual verano o invierno, pero me apetece un mono.
Y en un tono berenjena, y para las que sois de pantalones, ideal el conjunto del top Lúcuma con el pantalón de terciopelo de pata ancha.

El top es de seda natural, más corto por delante y queda sensacional tanto con pantalones como con faldas tubo. Otra invitada bárbara ¿no?

El pamelón y el clutch rosa nude, los complementos adecuados totalmente.

Si sois más de falda, como yo, la falda Guipur es una maravilla, troquelada en color vino y con abertura sugerente.

Largura midi, estilosísima. Acompañada de la blusa Poppy, del mismo tono, satinada y con cuello halter, ya me diréis qué invitada más sencilla y elegantísima.
Pelo suelto y pamela, ideal. Y taconazos, por supuesto.

El Kimono de seda natural largo, lo veo para invitadas altas, estilosas. Precioso para bodas de noche.

Lleva un cinturón tipo fajín del mismo tono y tejido y al caminar, se ve la pierna… Lo que os digo, insinuar es mil veces mejor que enseñar.

“Conchita Sáiz”, como siempre, da en el clavo de lo que me gusta acorde con cada edad.

Desde jovencitas hasta señoras mayores, pueden decir orgullosas que van vestidas por ella.
Veréis las fotos como más cercanas (algunas son del mismo día de la boda). Siempre sabe lo que le va a cada cual, lo más indicado. O casi siempre, claro. No todo el mundo es perfecto.

Sigue apostando por el look falda larga-camisa, sin más adornos y sigue triunfando con él. Una invitada sencilla, carente de joyas, tocados ni más trivilorios.

Y no me digáis que hay chicas y señoras a las que no les va este estilo por completo.
Tanto el de falda negra con camisa nude, como más atrevido con falda morada, divinos.

Invitadas sobrias, elegantes, que no necesitan nada más para triunfar. Eso sí, para bodas de tarde-noche.
Es época también de estolas (visten muchísimo), terciopelos… Tal y cómo van estas dos invitadas tan estupendas a sus bodas de otoño. El abrigo estilo Chanel me priva.

Abrigos divinos, que se pueden complementar con una estola; otros de diseños tan bonitos que hablan por sí solos, como éste, en rosa nude con tocado en negro y plumas, por el que muerooo. ¡Cómo es para una boda de día!

Más arriesgados, como éste en cuadros lila con tocado, muy propio de estas épocas.

Ideales también los conjuntos con plumas, que se siguen llevando muchísimo, como este conjunto rosa de falda y cuerpo.

O éste otro, en terciopelo verde caza, un acierto total.

Época de pieles, sintéticas o no, como éste vestido rosa sensacional, con los puños en piel y pamelón.

Y chiflante, asimismo, el vestido-abrigo rosa con botones dorados y estola burdeos. ¡Mamma mía, qué divino para una hermana!

Otro vestido de terciopelo morado encantador con el turbante y clutch en fucsia… ¡Sencilla y espectacular!

Y si hay que pasar un poco de frío, pues se pasa, que es un día en la vida.
No seréis capaces de llevaros un plumífero para la salida… ¡Os matooo!
Exquisitísimo, el vestido de seda en topo con hombros descubiertos y detalle de plumas en crudo… ¡Ohhhh!
Cómo iría alguien muy cercano a los novios, por Diosssss… Una buena estola en crudo, la bomba.

Y el tocado, sea pamela o sea otro, fundamental para ser una de las protagonistas, junto con la novia, por supuesto. ¡Colosal!

Otro diseño formidable, el vestido rosa con detalle de plumas y tocado a juego, con el que apenas puedes ver, pero el caso es lucirse y que se vea tu buen gusto.

¡Olé por esta invitada! ¡Cañonazo! Una mujer de bandera.
Y no hay que renunciar a los colores intensos y atrevidos por el hecho de ser otoño.
Muchas queréis colorido y hacéis

bien, como éste vestido en fucsia con lazote como protagonista y precioso turbante. ¡Sensacional!
O también divino para una boda de día, este vestido rojo, tan coqueto y femenino acompañado de la pamela con detalle a juego.
¡Irás deliciosa, quieras o no quieras!
Más fucsia en esta chica joven, con conjunto de falda y turbante a juego.

¡Arreglarse e ir bien es lo que importa! Me encanta que la gente se ponga guapa. Es una muestra de buena educación para con los novios, además de ser lo idóneo.
Lo digo porque hay gente que se pone lo primero que «pilla». Y eso, no lo aguanto.

Abrigos sencillos en colores neutros con pamelones, otra opción que me pirra. No me puede gustar nada más que una pamela, turbante o tocado bonito.

¡Para un día que te los puedes poner! Los hay sensacionales.

El taller de alta costura «Nuôt» nos enseña algunos modelos fetén para

bodas de otoño.

Confecciona piezas únicas para cada invitada. Todos son exclusivos y personalizados. Hechos a medida, lo que hace que sea muy difícil no acertar.

Conjuntos en terciopelo mostaza, combinados con estola en negro, divino para una invitada allegada. El de abajo, en dorado, para tipazos… Ya lo estáis viendo.

Un color que este otoño no nos deja, bien sea de sport o de vestir.
El impresionante gusto del vestido rojo largo para una boda de tarde-noche, no tiene precio. Pocas cosas necesita esta invitada ¿no?

Perfecta con el clutch, que yo me pondría en otro color y el recogido del pelo.

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Y los increíbles monos de terciopelo, que a quienes les siente bien, son una magnífica opción para las bodas de estas épocas.
Espaldas insinuantes y

elegantísimas. Sin mucho más adorno, que es el “quid” de la cuestión, como os vengo diciendo siempre.
Y termino con un espectacular vestido largo azul pavo de terciopelo. Mirad los detalles, la espalda. Para hermana del novio, irresistible. ¡O de la novia!

Un conjunto de detalles que pueden parecer excesivos y sin embargo, ya lo veis. Pura armonía, zapatos de taconazo a juego… ¡Barbarísimaaa!

Puedo seguir y seguir, pero no es cuestión. Hay miles de sitios donde podéis ir para un día tan especial, pero os dejo con la idea de que, aunque sean lo mejor y más caro del mundo, nunca jamás os recarguéis porque es lo más feo que he visto en toda mi vida.
¡Y mira que he visto bodas! Bonitas, las menos, la verdad. Y es que no es nada fácil.
Pero con buen gusto, empeño e ilusión, serás la más recordada del día o de la noche, que de eso se trata.
Un beso a las novias de mi estación favorita.