
Por aquí de nuevo. Llevo todo el día sin salir.
Por la mañana, ya no me ha dado tiempo y eso que mañana es el cumpleaños de Pablo y quería comprarle algo.
Ha sido imposible con tanta llamada de teléfono y tanto lío.
En fin, iré mañana, aunque en teoría estaba castigado porque no estudia nada.

Él dice que ya sabe lo que hace, bla, bla, bla… No se le puede decir nada. Además, me contesta con cosas en las que no sé ni qué responderle.

Entre lo del famoso máster de la Cifuentes y los primos que tiene, que han hecho carreras brillantes y están todo el día en la empresa, dice que tanta carrera y tanto título, sólo sirve para amargarte y que él no piensa estar todo el día en una oficina metido.

La verdad es que flaco favor nos ha hecho la noticia del famoso máster. Ahora, parece que en vez de un mérito, sea una deshonra.

Por ejemplo, ayer, en la farmacia, el hijo de la farmaceútica (que también lo es), está terminando un

máster muy bueno de tratamientos y cuidado de la piel en la Universidad de Santander.

Me comentaba que todo el mundo que entra, le dice : “Pablo, ten cuidado que no sirve de nada que lo digas. Lo tendrás que


acreditar”…

Y claro, se dice en broma, pero el tener un máster parece que ya no es reconocimiento de nada.

La verdad es que estoy harta de los políticos. O son corruptos o son tontos. No hay ninguno normal.
Bueno, vamos a pasar a lo nuestro, que es


más divertido y más bonito.
Me seguís pidiendo

encarecidamente que hable de invitadas a bodas y ya no sé ni qué deciros.

En el último artículo, daba consejos, os dije un poco cómo ir, etc.

Pero ahora queréis cosas más arregladas, “más de boda”, me ha dicho en concreto una chica de Jaén.

Ojo. Lo que os enseño y digo que es

de boda, es que es de boda. No cometáis el error de sacar todas las joyas y bisutería de los cajones, ni de compraros ropa brillante para ese día. Es un error total.


Tampoco caigáis en la equivocación grandísima de confundir un traje de coctail con un traje de boda, porque no hay cosa más fea y vulgar que eso.
Son cosas completamente diferentes e iréis totalmente inapropiadas.
Bueno, os voy a hablar un poco de las propuestas de
“Matilde Cano”, una de mis diseñadoras favoritas para las grandes ocasiones. Son vestidos y conjuntos muy elegantes, más bien para invitadas muy allegadas, como madrinas, hermanas de los novios o amigas íntimas. Todos son únicos para brillar ese día, aunque cada una tendrá que estudiar bien su anatomía para saber cuál puede y cuál no puede llevar.

Otro error muy extendido es que, en las bodas de tarde-noche, “hay” que ir de largo». ¡Para nada! En absoluto.

Es más, yo iría siempre de corto, a excepción, como os digo, de las más cercanas a los novios: madrinas, hermanas, amigas íntimas, testigos y nada más.

Se puede ir fabulosa de corto, con un tocado o con melena, siempre que se lleve un buen traje. Hay gente que va de largo y está hecha un cuadro. Como pasa con todo.

Si la boda es por la mañana, parece que todo es más fácil y salimos del paso con cualquier vestido corto porque le vamos a sacar más partido o porque son más baratos y el presupuesto no nos llega.
Pero es igual de fácil o de difícil ir bien. Sea por la mañana o por la tarde.
Las pamelas: un sí rotundo cuando es boda de mañana. Pamelas bonitas sin discreción. No a los colores beige, tizas y muy lenceros.

La novia es la protagonista. Y un no al negro integral. Sólo me gusta en las de tarde y tampoco lo que más. No a los chales.
Los tocados, perfectos en las bodas de tarde. Tocados sin rubor, seguras de vosotras mismas. Y recordad que los tocados no se quitan de la cabeza en ningún momento. Se aguanta hasta el final.
Siempre sí al taconazo, tanto en las de mañana, como en las de tarde.
Es mucho más elegante y todo queda mejor.

Lo de poner bailarinas en cestos a la hora del baile, cosa que se lleva mucho ahora, a mí me parece una tontería.

Si te has gastado un dineral, o lo que sea, en el modelo, no te lo cargues con unas bailarinas porque estás más cómoda.

Puede que bailes mejor y te diviertas más, pero entonces, no vayas ideal desde el principio.
O aguantas o no. Yo, personalmente, estoy mucho más cómoda con tacones que con planos y jamás me pondría unas bailarinas con un vestido en una boda. Si me duelen los pies, me aguanto. Probadlos en casa durante unos días antes, para que no os resulten incómodos.

Otro consejo, que ya os he dicho, pero es bueno repetir: no a los chales, a los boleros o chaquetitas en la mano. Siempre es más bonito ver a una invitada ligera de equipaje.


Después, se coge la chaqueta del coche y punto.

Los bolsos o carteras de mano, siempre pequeños y manejables . Y a ser posible, sin pedruscos ni muchos brillos.

Si no quieres llevar pamela ni tocado, ningún problema: las melenas sueltas y naturales siempre quedan bonitas.

En las bodas de tarde, mejor colores sólidos y vestidos más confeccionados, más ricos. En resumen, “más arreglados”. Pero, repito, no de coctail.

En fin, no sé qué más deciros. Hay veces, que, viendo a las invitadas de cualquier boda, se me quitan las ganas de escribir de ello, pero si sirve para algo, eso que me llevo.

Como veis, todos los modelos que os enseño, son ideales, de gustos muy variados, pero muy apropiados para las invitadas a auna boda cercana.

De vosotras depende cómo y a dónde lo llevéis y si sabéis sacarle partido. No vayáis a hacer como una lectora, que hace dos años, compró una maravilla de vestido largo azul Klein estampado, como para la hermana de la novia, por ejemplo.

Me lo dijo en un mensaje y me dio las gracias por haberlo enseñado en mi artículo y cuando le pregunté que qué parentesco tenía con los novios, me quedé atónita cuando me contestó que era para la Primera Comunión de su hija.

Jajaja. Ahora me río y ella, seguro que también, pero entonces, me llevé un disgusto horrible, porque se lo tuve que decir.

Se lo dije como pude, pero le dejé claro que se abstuviera de llevar ese vestido, que era totalmente inapropiado y que iba a hacer el rídiculo.

Ni corta ni perezosa, me cuenta dos días más tarde que lo ha llevado a una modista y lo había mandado cortar y con la tela sobrante, se hizo unas mangas (el vestido era de tirantes).
¡Casi me da un patatús! Además, ella reconoció que no le gustaba el resultado y por el módico precio de mil cuatrocientos euros que le había costado el modelazo (para matarla), lo retiró de su vida y se compró otro, también de Matilde Cano.

Me dijo que como se enterara su marido, la mataba… Jajaja, desde luego, no era para menos. En fin, anécdotas que me pasan. La verdad es que me sentí un poco culpable, pero creo que dejo bastante claro lo que es para boda, para boda cercana, para Comunión, para todooooo…
Todos los modelos que os dejo me gustan. Unos más, otros menos. Pero todos son apropiados, recordad, para una boda de la que seáis invitados cercanos. Aunque no seáis hermanas o madrinas, al menos, amigas íntimas, cuñadas, primas que son como hermanas… Ya me entendéis.

Una boda a la que os apetezca mucho ir e ir bien vestidas. No de esas que son por compromiso.
Espero que alguna coja ideas y si puede, se compre alguna de estas maravillas. Brillará como la mejor invitada del mundo.
¿Existe la invitada perfecta? ¡Claro! Yo he visto varias en mi vida.
Un beso protocolario