
¿Cómo estáis? Por lo que yo sé, liadísimas las que tenéis eventos, comuniones, bodas, etc. No me extraña. Hasta que tienes todo preparado, para ti, tu marido, niños y regalito… es un horror.
Siempre que te compras

algo, piensas que habrías estado mejor con otra cosa que te habías probado.
Pero bueno, al final llega el día y estás tan contenta y todo pasa…

Mira por dónde, como esta organización del showroom me parece que no va a salir después de tanto esfuerzo, hoy me voy a dar a mí misma un homenaje. Bueno, a mí y a otras muchas que seguro que les encanta.
Quiero decir, que no voy a hablar de moda infantil . Os dije que cuando hubiera algo especial de mayores,

hablaría de ello, y hoy es uno de esos días.

Lo primero que os tengo que confesar es que siempre he tenido
debilidad por los trajes de flamenca, de los bonitos,

claro. También me chifla el traje de chulapona madrileña. Creo que ambos favorecen a la mujer como nada en el mundo. Me encanta cómo cincelan la figura y cómo sientan…
Siempre he soñado con ponerme uno, y mira que he tenido oportunidad, ya que mi amigo

Poldo, que es de Santander, pero que ha vivido muchos años en Sevilla, me ha invitado año tras año, pero por una cosa o por otra no he ido. ¡Y lo que me arrepiento!

También mi marido me dice que ya que tengo tal obsesión por esos trajes divinos, me haga uno de chulapona (que ya tengo en mi mente) y me vaya con él a no sé dónde en las fiestas de San Isidro…jajaja. Lo que me faltaba… Me encantan, pero no como para ir haciendo patria de Madrid, ni a esas fiestas en las que me sentiría rara y me moriría de vergüenza.
Por si un año de estos voy a la feria (quién sabe si éste), os voy a hablar de Juana Martin.
Es mi diseñadora favorita en estas lides. Empezó en 1999 y sus colecciones no dejaron indiferente a nadie, imposible. En 2005 inició su andadura por la pasarela Cibeles y más de lo mismo. Plasmaba en

sus colecciones el aire del Sur, de su Córdoba natal. El hecho de ser gitana imprimía a sus diseños un estilo vanguardista y flamenco en el que aportaba cambios esenciales a los que no estábamos acostumbradas. Y claro, su éxito la lleva directamente a las pasarelas internacionales.
Ahora tiene tienda en Córdoba y en Sevilla y yo me muero porque me diseñe uno.

De sueños también se vive… Igual que me moriré sin que Revello del Toro me haya hecho un retrato. ¿ No tenéis sueños incumplidos? Pues estos son dos de los míos.

Os voy a a enseñar alguna de sus maravillas, porque para mí es un placer y para muchas, sobre todo las del Sur, seguro que también. O a lo mejor a las del Norte igual, como a mí ¿no?
Me chifla porque sus volantes salen por debajo de la cadera, es decir, una vez que ya

ha definido perfectamente tu silueta. ¡Son espectaculares! Y no esos en los que había más volantes que traje. Te hacían como un globo…
Los escotes, mangas, detalles… todo me chifla. Incluso, ya tiene su colección de novias maravillosa, de la que si puedo, os enseño algo.

Empiezo por esta preciosidad de vestido de encaje crudo que ya más no me puede encandilar. Creo que me iría perfecto por el moreno de mi piel. Ya me estoy imaginando con él. Fijaos qué espalda, qué mangas deliciosas y qué volantes… No le pongo ni un pero. Ya era hora de que alguien se diera cuenta de que los volante tienen que ir ahí.

¡Perfecto! Es que me pirra y como
no vaya a la feria, me lo hago y me lo pongo en mi casa. ¡Tengo un pichicharre!

Otros ideales, y que favorecen de manera inimaginable, son estos dos vestidos en tonos rosados… Los dos divinos, con sus detalles, hombro sí, hombro no; uno con manga larga; el otro, con una especie de volantes, que ¡Dios mío!, lo que debe de costar diseñarlos…¡Uhmmmmmmm!
O también este otro, con manga larga, recto entero con la espectacularidad de los puños y volantes abajo.

Éste de abajo podría ser un poco de chulapona a la vez ¿no? Es ese estilo.

Siguiendo con rosas reventones, este otro vestido anima al que no lo esté. Los volantes parecen una especie de lechuga divina y tiene que favorecer de morir…Los andaluces tienen mucha suerte de poder lucir estas joyas y no como yo, que como no me ponga el traje regional de Burgos (todo lanas y mantas) y baile la jota burgalesa…¡buaaaaaa!

Divino de la muerte también, este traje en corto, con estilazo total. Todo el cuerpo ceñido y los volantones inmensos de las mangas. ¡Qué femenino y favorecedor por Dios!
El Vestido negro y blanco también me tiene absorta.

Sólo con un hombro, esta mezcla me apasiona. Siempre es elegante, acertado, y combinado con flores rojas…la típica mujer andaluza. El cuerpo negro, la falda blanca… pero con los detalles en manga y volantes de abajo contrastados. ¡Bufff! Que me lo encargo, lo veo.
El vestido tostado con encaje crudo

es otra obra de arte. Fijaos bien en los volantes. Pero ¿cómo lo hará? No sé cómo puede salir ese diseño de una mente. Es atrevido, pero con el color lo contrarresta. Me puede.

Otro especialísimo en crudo con la tela bordada y esas mangas infinitas de volantes… ¡Soñar es libre señores!

Para las más discretitas, este vestido negro de topitos blancos es de muerte. Los volantes de tul negro en las mangas y abajo… Yo me pondría mejor un floripondio blanco bien grande en la cabeza para resaltar. Ya de llamar la atención, llamarla bien.

Veis que lo tenéis en más abrigadito y también de tirantes. A mí me gusta más el de las mangas pero, a veces el calor…Bueno que son deliciosamente exquisitos cualquiera de ellos.
Y, al revés, para las más atrevidas os dejo este amarillo intenso bordado con otros

colores y mangas de impresión. Fijaos cómo queda con la torera. ¡Oleeé! A esta, el toro la coge seguro, jajaja.
Sigo con las atrevidas, como puede ser este traje naranja corto con mangas

deslumbrantes y que sienta como un guante, o este otro vestido verde (éste no me lo pondría yo), con apliques negros y volantes exagerados y preciosos, pero con el que se te ve llegar desde un kilómetro. No, yo soy más discretita.

Y hay muchas, sobre todo las más jóvenes, que prefieren innovar con estos conjuntos de short y camisa blanca de topos negros.

La camisa, bien cerradita, es preciosa con sus mangas ideales. Para atrevimiento ya está el short. Repito que yo me pondría un floripondio más grande en la cabeza. En cualquier caso, me encanta para las más jovencitas.

Y como me da tiempo, y la gente se sigue casando, aunque sabéis que soy una clásica, me rindo ante este estilo andaluz que me puede. Lo bonito gusta en el Norte y en el Sur.
Para las que estáis pensando en vuestro vestido de novia, acordaos de Juana Martín, que iréis de todo menos sosas y lánguidas.

Mirad este vestido, tal cual de flamenca, sencillo y con los volantes en el bajo. Me parece espectacular. Luego, da mucho juego para los complementos. Preciosísimo.
O este otro, lleno de flores en el lateral,

pero sencillísimo y perfecto. Me chifla totalmente. Son de estilazo, nada recargados, como a mí me gustan.

Y otro más, que yo he bautizado como el vestido tulipán. Me pirra. Me parece de una elegancia y sencillez pasmosa. Ahora que tanto adorno está demodé, éste con una simple corona de flores, me parece una absoluta delicia. ¡Cómo está hecho!

Todos los de inspiración flamenca me pueden, como este otro vestido, también sencillo pero divino. No necesita más. Unos complementos ideales (no muchos) y ya está, novia radiante y con gusto donde las haya.

Hay otro vestido de encaje entero y cerradito, que todas las que tengan tipazo se pueden permitir y me parece elegante e impresionante. Discreto, con un moño como lo llevaría yo, y unas flores en él. Sin más. La tela lo dice todo.

El vestido túnica, de lujo también. Si os fijáis, la modelo lleva un moño sin ningún tipo de adorno. Y es que la perfección del vestido lo pide. No adornes con muchos complementos las maravillas, que lo fastidiarás. Impresionante.

El vestido semi-transparente por arriba, con mangotas exquisitas de flores lo veo hiper adecuado para una novia joven, llena de frescura… Cómo ahora la gente se casa tan tarde… Pero si eres joven, éste es tu vestido. Favorecedor y natural. También chic y original. No habrá otro como el tuyo.

Y el vestido palabra de honor con lazote cayendo ¿qué os digo? Me apasiona. Es que me encantan porque con los detallazos impresionantes que tienen, hace tiempo que no veía vestidos tan sencillos. Éste, perfecto también.

Juana es maravillosa, le sale la vena artística que lleva dentro y nos vuelve locas con sus diseños. Por lo menos a mí.
Y como último, os dejo para las más animadas y que quieran dar un “toque” especial a su boda, este vestido de vuelo asimétrico, corto por delante y largo por detrás. No es mi favorito, pero reconozco

que en una chica ideal, y bien puesto, puede resultar de lo más original.
Pues, oye, que me he quedado como una rosa después de este repasito a Juana

Martín. Cualquier día, me presento en su showroom de Madrid para el vestido de flamenca. ¡Poldo, prepárate que voyyyyy a la Feria!
Para chincharos un poco, también tiene deliciosa colección de baño…. os dejo una miajita.
Un beso de volantes y olé.
MUY LINDOS TODOS!!