
Bueno, pues después de la tormenta, llega la calma.
Lo digo por mi anterior artículo, en el que me quejaba tanto de las copias y tenía un disgusto horrible por la cantidad de gente mediocre y sin escrúpulos que hay en este mundo y en todos, claro.
Sigo pensando y me ratifico en todo lo que dije, pero allá ellas y sus conciencias. Me consta que alguna ya se ha

arrepentido.
Bueno, en casa andamos aún con el lío de la mudanza de Juan. Está todo lleno de cajas y hoy ya ha hecho la maleta.

No puedo evitar lo mal que lo llevo. Sé que no debería ser así, pero creo que es una etapa que ya no volverá.

Vendrá, claro, pero de visita, a pasar fines de semana, etc. En fin, debe de ser lo normal, claro, pero tengo como angustia…

Almudena se va a ir a Inglaterra, no sé cuánto tiempo, pero necesita perfeccionar el inglés para su trabajo, así que la casa se va a quedar muy sola, la verdad.

Siempre diciéndoles: “A ver cuando os vais de casa y puedo vivir mi vida”… jajaja.
Y después, somos unas lloronas y nos da miedo que nos dejen.

En fin, cambio de tercio, que me pongo muy sentimental.
¿Y de qué os hablo hoy? ¿Pues de qué va a ser? De los eventos, Comuniones y bodas que tendréis muchas de vosotras, a juzgar por los mensajes que recibo.
Os diría muchísimas marcas, modelos y maravillas que me gustan pero que, como siempre, es muy difícil encontrar fotos de cada cosa que quiero.
Aún es pronto…
Así, que, como otras veces, recurro en estas épocas, a
“Conchita Sáiz” , que me resuelve un poco la papeleta. Sus diseños son muy apropiados para estas ocasiones. A veces, demasiado «arreglados”, depende de para qué (tenéis que saber diferenciar), pero siempre acertados y con buen gusto. Si vais con algún modelo de ella o con ideas similares, no dudéis de que habréis dado en el clavo.

Para las que vais invitadas a bodas, nada mejor que recurrir a alguno de ellos, siempre teniendo en cuenta (importante), el grado de parentesco o relación que tenéis con los novios.

Hay que ir ideal, sin quitar el protagonismo a la hermana, madrina, etc… ¡Ya me entendéis!
No hace falta ponerse la más arreglada de la boda, si no es de una boda muy cercana, con una relación muy íntima. Estarás fuera de lugar.

Se puede ir de muerte, sin ir demasiado emperifollada, lo que no me gusta ni para las más protagonistas.

Perfecta para mi gusto, para una boda de primavera, con este abrigo azul tipo Chanel.
La pamela azulona le da el toque justo y necesario para ir impresionante. Aquí, puedes ser la amiga, cuñada, prima… ¡Siempre irás divina, sencilla y con un clasón!

Lo mismo que con éste otro, en tonos malvas. ¡Divinooo! Sin duda, sería mi elección para una boda primaveral, cuando aún no hace calor.
¡Qué elegancia, por Dios!
Esto es saber vestir en una boda.
Con la pamela y todo, por supuesto. Tipo Carolina de Mónaco, que más no me puede gustar.

Ideal también el conjunto de pantalón de terciopelo azulón con mangas de piel y cinturón de fantasía, vistoso, en contraste…
Bien con algún tocado o sin nada, idónea para estas épocas y con muy buen gusto. También da igual que seas una amiga, la hermana o una prima lejana.
Siempre acertadísimo y sin crear demasiada expectación. Todo el mundo te mirará y pensará : “Pero qué mona va esta chica”. Eso, seguro.
Increíblemente bonito el conjunto de falda brocada rosa, junto con la camisa nueva de este año, en nude, con el escote y los puños en ondas, manga francesa y gran lazo en la cintura.

¡Me apasiona! No la puedo ver más elegante. Éste sí que os digo que me lo pondría en el caso de que se casara mi hermana, hermano, primísima…

Y por supuesto, para una boda de tarde, no de mañana.
Y de escándalo, la misma falda, con otra blusa de manga corta y un gran chato en la espalda, de escote en uve, muy pronunciado.

¡Qué elegancia y qué modelazo!
La invitada perfecta.
También colosal, la falda larga de lunares rosas con fajín y blusa rosa que veis aquí. Las faldas largas para una boda de tarde, por favor.
Y aunque muchas lo vean como una imitación del modelo que llevó Rania de Jordania a la boda de nuestros Reyes, que puede ser, el caso es que la invitada está radiante con la falda larga malva con encajes y blusa de seda en crudo.

También es verdad que no es fácil llevar una simple camisa con gracia.
De ahí el éxito que tuvo Rania en su día. Porque iba sencilla y elegantísima en una boda Real con una simple camisa blanca. ¡A ver quién se lo pone y le está como a ella!
Perfecto, diría yo para una Comunión o bautizo, este vestido nude con volantes al codo y otro en el bajo.

Sencillo y coquetón. No necesita muchos adornos.
Una melena bonita, un bolso de sobre grande y tacones ideales, que no es poco. ¡Soberbia!

Al igual que éste otro, también en un rosa un poco más subido y con aberturas en los hombros. Muy mono para invitadas o madres de Comunión o de Bautizo. Aderezado con complementos idóneos, es muy coqueto. Un poco corto, tal vez. Pero si lo sabes llevar, fantástico.

Sencilla, pero fabulosa, con este conjunto de blusa cruda y falda negra de gasa y encaje. La pamela le da el toque perfecto y da igual si es una boda de día o de tarde.
Siempre creéis que a las bodas de tarde hay que ir obligatoriamente de largo. ¡Y no! Se puede ir fantástica de corto, con un vestido divino o con un traje de chaqueta impecable.

Lo que no me gusta nada son los vestidos largos a las doce de la mañana. Y cuanto menos recargados, mejor siempre. Nunca olvidéis que menos es más. ¡Siempre!

A las pruebas me remito con este precioso vestido topo con plumas crudas en la cintura y el tocado, perfecto para causar sensación.
Para la madrina, hermana, cuñada… ¡Sensacional es poco! Y, desde luego, me gusta mucho más para una boda de tarde.
Los tocados, ahora, Conchita Sáiz los vende o los alquila y hay que decir que son de Bygitano, maravillosos, por cierto. Tanto bolsos, como pamelas, tocados, cinturones…
¡No sabéis cómo tiene la tienda! ¡A rebosar!

Volvemos a estas épocas en las que aún no hace calor con estos abrigos idealísimos, como el nude (fijaos en el diseño tan increíble) y un sombrero de fieltro adornado con flores y plumas, que más no me puede gustar. ¡La perfección para ir de invitada es más o menos así!

O el siempre acertadísimo binomio vestido-abrigo, como éste, en rosa y con los puños de piel. Un tocado natural y de nuevo, bárbara.

Elegantísimo el vestido gris plata, con la falda con tiras como haciendo plumas y encaje crudo en la cintura. Canotier de ala ancha con tul gris y broche de cristal de Bygitano.

Primaveral totalmente, este vestido bicolor en naranja y morado, con espectacular cinturón de flores y pamela naranja de Bygitano. ¡Llamando la atención y pisando fuerte!

O también, éste conjunto de falda nude con flores y flecos, fajín ancho morado a juego del pamelón y camisa de seda en verde.
¿Se os hubiera ocurrido esta combinación tan inusual y que quedara de lujo? A mí no, desde luego. ¡Pero me privaaa!

El vestido rojo péplum que veis aquí ya parece que nos invita al buen tiempo.
Es un vestido muy favorecedor, aunque estos no sean mis favoritos. Todo depende de quién lo lleve, claro…

Y asomando este vestido en tonos coral con puños de piel a juego y el espectacular turbante de Bygitano, me despido, esperando haberos inspirado algo.
O, animándoos a que hagáis un viajecito a Madrid, a la calle Columela y os hagan algo especial con lo que dejaréis mudos al resto de los invitados.
Un beso achanelado.