
¡Vengo de tomar el sol! Jajaja… Esto es para mis amigas burgalesas. Pero no miento, es la puritita verdad… He estado casi media hora (más no aguanto) con Tess en el porche, tan ricamente.
Hace un día de lujo. Si hiciera así en Madrid en verano, sería el paraíso. Te lo prometo, mamá. Lo malo es que tiemblo de pensar que esto es sólo un aperitivo de lo que vendrá…


Y entonces, es cuando me acuerdo de mi Burgos y de mi Suances del alma. Este año, espero poder aparecer por allí (la playa de los Locos me echa de menos y yo a ella).
Pero claro, no viajo sola. Tres niños (por decir algo), una perrita (por decir algo también, ya sabéis que mi madre no me deja decirlo sin el diminutivo) y varios gatos (también mentira, son muchos), te limitan una barbaridad.
Hay que estar hasta el último momento, pendiente de lo que van a hacer ellos. Y después, tú, el último mono. Así es la vida de ahora.

¿Es mejor? Yo creo que no. Mi hermana y yo hemos ido toda la vida (hasta bien mayores) con mis padres a Suances y han sido de los mejores años de nuestra vida.

No había posibilidad de que dijéramos que nos queríamos ir con amigos a otro sitio… ¡Vamos, ni locas!

Y estoy encantada. Estos niños de ahora son unos maleducados, les hemos dado de todo en la vida y creo que nos hemos equivocado totalmente.

Pero bueno… que no os vengo a contar mis penas. Que además, no las tengo. Son pecata minuta, al lado de lo que ves por ahí.
Hoy, vuelvo a intentar asesorar a varias chicas, señoras, etc… que tienen boda esta primavera y este verano.

Me escriben algunos mensajes desesperados. Estoy sufriendo por una chica que se casa este fin de semana y lloraba por las esquinas, al ver el desastre que le habían hecho las modistas…

Luego, les voy a escribir, a ver qué ha pasado al final… Sufro con ellas, de verdad. No sabéis lo que tiene que ser casarse con un vestido que has soñado y cuando lo ves, no es ni parecido a lo que te imaginabas… Lo que pasa es que la pobre, no tiene tiempo. O se compra otro, o se obra un milagro.

Por eso, y ante muchas jovencitas y no tan jóvenes que me han escrito, pidiéndome ayuda, es por lo que voy a intentar una vez más aportar lo que pueda para esta buena causa.

Unas me dicen (las más jóvenes), que no hay ropa para ellas, que todo lo que les enseñan es de “vieja”. En fin… yo digo que viejos son los trapos, no las personas. Pero las entiendo, porque mis hijos también lo dicen.

Y por otro lado, están las señoras estupendas, con varios hijos, a las que la gente se empeña en vestir de “señoronas”. No sé si me entendéis, pero lo que quiero decir, es que les ofrecen cosas un poco monjiles, sin gracia…
¿Qué pasa, que por tener niños, ya no puedes estar sexy y espléndida? Eso es un machismo asqueroso y no lo aguanto.

Así que, tanto por las unas, como por las otras, voy a volver a enseñaros cosas con las que podéis resplandecer seáis madres, tías, y demás…
Es verdad que lo que os enseño, no es para la típica señora mayor, un poco llenita, que va a ser madrina de su hijo… No. Es muy difícil enseñar fotos así y para eso, ya contesto en privado.
Pero sí para todas las demás. Para las veinteañeras, y hasta los casi sesenta años, dependiendo de los modelos y si están estupendas (y ya lo creo que las hay), os voy a enseñar lo que me ha gustado para ir a una Boda o a una Comunión. Además, según la relación que tengas con el protagonista, que es súper importante.
Y he recurrido de nuevo a la marca By Biombo, por su estilo, frescura, acierto total en la coordinación de colores, diseños, etc… y con la que, desde luego, jamás quedaremos fuera de lugar.

Allá vamos: os enseño los diseños tan monísimos y estilosos de By Biombo, para tapar bocas a las que dicen que más allá de los 40, no hay ropa para ellas. ¿Queeeé? ¡Por favor! Ahora mismo os lo demuestro.

Empiezo con una combinación de colores que me apasiona en verano: el naranja con el fucsia. Hace tiempo lo descubrí y si, además estás morena, queda cañón.
Mirad qué monada de conjunto, con la faldita, tipo pareo, anudada a un lado y la blusa exquisita, con un corte que sienta de maravilla, sin adorno de ningún tipo. Ideal con el mismo tocado de flores que lleva.
Qué bonita forma tiene la camisa por detrás, con escote generoso en v y qué mona la falda también. Me parece un conjunto ideal, tanto para una veinteañera que va a una boda, como para la propia madre del comulgante. ¡Divino! Le añades unos buenos tacones y un bolso o cartera de mano y vas de muerte.

La mezcla de estos dos colores, la vemos también en versión pantalón. Muchas lo preferís y la verdad, éste es divino. Ya lo veis, el pantalón naranja-coral y la misma blusa fucsia. Va perfecta para una boda de día con la pamela de paja.

Y tan sencillo, como quitársela e ir así a la Comunión de tu hijo. ¡No me puede gustar más! Sencilla, pero con un toque chic increíble. Los colores y el diseño hacen todo.

Monísimos y super adecuados también el vestido o mono coral que veis aquí. Tanto uno como otro, perfectos para Boda o Comunión. Vosotras veréis lo que añadís o quitáis… Pero apropiados, lo son totalmente. Lisos, sin muchas florituras, elegantes. Lo justo y lo ideal.

También monísimo, el conjunto coral de top de tirantes y pantalón ancho. Elegantísimo. Sin nada en el pelo, queda perfecto para ser la madre del comulgante. Para la Iglesia, te pones una chaquetita corta mona y se acabó. ¡No se necesita más! Hasta las flores del pelo quedan bien, sin ser excesivas. ¡Me encanta!

También es monísimo el vestido nudo coral, para la Comunión. Yo no sabría por cuál decidirme, de verdad. Son todos perfectos, adecuados y sin excesos.

Bueno, pues vamos ahora con los verdes, de los que tenéis variedad de tonos y de diseños. Por ejemplo, este mono verde agua, tan escotado, lo veo perfecto para la invitada que se me quejaba el otro día de que le vendían todo de “vieja”. ¿Es de vieja esto, guapita? A ver cómo iba la “vieja” (ya le dije que no me gustaba nada que dijera vieja), enseñando este escote…

Claro, que hay muchas “viejas” de cincuenta y muchos que están estupendas y divinas de la muerte y a lo mejor, le dan cien mil vueltas a la veinteañera, en seguridad, garbo y estilo… Eso, nunca se sabe. En principio, lo veo más adecuado para una jovencita.

Si la boda es de tarde, se puede quitar la pamela y llevar un adorno sin más en el pelo. Iría monísima, natural y nada arregladota, como esas que no saben ir a una boda, si no es con un vestido largo, bordado y con el chal a juego. ¡Me super espanta! Qué cosa más horrible, por Dios…
Siguiendo con los verdes, nos vamos a este otro tono y a estos dos conjuntos tan ideales de abajo, como son el mono de sólo una manga y el conjunto de top y pantalón ancho.

Las veo monísimas para una boda de tarde. Sí, a las jovencitas o no tan jóvenes, que las hay cañón, sin necesidad de tener 20 años ¿eh?

¡Cuántas he visto yo así con sus cuarenta y muchos y cincuenta y cómo estaban! Pero vamos, para éstas que se quejan tanto, aquí tienen el ejemplo de lo que no es ir vestida de “vieja”.

Y aún más adecuados para ellas y sólo para ellas, este otro mono y el vestido largo verde de tirantes. Si con esto no estáis bien a los veintitantos, mal os veo…

Para la más recatada, el mono. Dejamos el espectacular vestido (mirad la espalda) para una que vaya segura de sí misma y luciendo palmito. En una boda de tarde, resplandecerá. El vestido es divino y ya veis, liso y laso. Pero qué diseño…
Por delante, divino. Con ese escote cruzado con tiras finitas, el corte del talle y la abertura de vértigo, parecerás una actriz si lo llevas bien. Yo me pondría un ramillete de flores a la altura de la oreja, en un lado y bellezón por casar. Taconazos y perfecta.

En un tono como azul petróleo, que he definido yo, está este mono, de pantalón de pata ancha y escote en pico. Es monísimo, aunque para una boda, yo me pondría algo en el pelo y me cambiaría el bolso (no soy de bolsos de flores), si bien reconozco que pueden favorecer.

En idéntico tono, el vestido, sencillo y encantador, con los detalles justos. La pamela con las flores, perfecta para una boda de día. Unos buenos tacones, el bolsito y punto. Dejas mudas a todas las que lleven brillos (los cuales están totalmente prohibidos en una boda de día) y horteradas similares y queda patente tu sobriedad y buen gusto.

Y en este color, mi conjunto favorito es el de pantalón (qué precioso, haciendo como un lazo en la cintura) y top en marino fruncido en el escote y de tirantes anchos.
La pamela me parece exquisita con las flores en ambos colores y el bolso, me gusta tanto, que lo tengo idéntico. Desde hace muchísimos años… Y ¿veis? Se sigue llevando y queda ideal.
Este conjunto me parece de diez.

Otro verde diferente y otro vestido sencillo. Tan sencillo que no tiene nada, pero que sienta ideal: de tirantes anchos y recto, corto, para lucir piernas… Y la pamelona, preciosa, que la está pidiendo a gritos el vestido. Parecen tal para cuál. Como si no pudiesen ir por separado.
La veo fantástica a la veinteañera ésta que no encuentra nada. A ver con qué salero lleváis esta monería… El bolsito, chiflante.

En el mismo tono y para una boda de noche, el vestido largo, con una sóla manga. Con el cinturón dorado elegante, yo me pondría algo más exagerado en el pelo, como un tocado bonito, con mezcla de ese verde y morado, por ejemplo… ¡Fantástico!

Monísima en el mismo verde, la falda larga con el top blanco de un solo tirante. Por ejemplo, para una niña de esta edad, como la que lo lleva, me encantaría para ir a la boda de su hermano. Va elegante, sin recargamientos, como debe ser. Y desde luego, algo por encima para estar en la Iglesia (chal no).
Pero hay que tener mucha gracia y un poco de color en la piel. Si no, yo sustituiría el blanco por otro color. El blanco con el blanco (de la piel), no favorece nada y es muy exagerado pintarse todo el cuerpo ¿no? Jajaja…
Con un top del mismo tono sería como más me gustaría a mí, que soy muy monocolor, pero el azulón, morado o negro, también quedarían bien.
Ya sabéis que rizo mucho…

¡Que hay muchos verdes, señoritas! ¿A ver quién se atreve con estos vestidos largos? ¿Quién me dice ahora (Lucía), que no hay nada para ti?

Son preciosos. Sobre todo, estoy disfrutando, porque aparte de bonitos, son lisos, es decir lo que a mí me gusta. No hay ni un estampado, ni un brillo, ni un brocado… Son estilosos, elegantes y encantadores. Para mi gusto, por supuesto.
Como veis, uno más exagerado y otro más tapadito. Divinos. A mí, personalmente, el “tapadito” me chifla tal y como está, con esa corona preciosa. ¡Cómo estaría mi hija en la boda de su hermano!

Ya estoy flipando, pero me ha recordado tanto el pelo y el tipo… Así, exactamente así es como me gusta que vayan las de veintitantos. Fuera chales de domingos de pueblo, fuera recogidos imposibles en el pelo, fuera todo lo chabacano.
No hay nada como la naturalidad y la seguridad. Es tu mejor accesorio, no cabe duda. Y vamos a cambiar de color, porque las que no seáis amigas del verde, estaréis hartas.
¿Qué os parece este rosa divino? La pregunta ya va con intención, como veis. Sencillamente, espectacular es el tono. Elegante, suave, dulce y estando morena…¡la bomba!
A elegir: mono, con espalda escotada y puntillas, vestido corto y vestido largo. Según la ocasión, pero los tres espléndidos.


El vestido largo es mi favorito sin ninguna duda. Creo que me lo podría poner yo… (no os riáis, que es verdad). Con unos buenos taconazos que me dan 12 centímetros de altura más, iría monísima, jajaja. Me río, porque me da vergüenza, pero os juro que iría así. Lo veo con una clase fuera de serie.

El mono se lo dejo a las más jóvenes (a las que les esté bien). También es precioso, con esa espalda. Si es para boda de tarde, la corona, fuera.

Precioso, este otro vestido, de otro rosa, corto, con un hombro al aire y una manga francesa amplia. Un broche en el hombro a juego del clutch y la veo como una diosa. No hay nada más bonito que la sencillez bien llevada.

Como se vuelvan a quejar estas jovencitas, habrá que hacer algo, porque mirad qué conjunto de top abierto entero por detrás y pantalón ancho. El color ya dice mucho, pero es que es una maravilla… Con la pamela de paja y las flores en un rosa más intenso, está de morir. Para una boda de día, fantástica.
También ideal para la madre del niño de Comunión, sin la pamela. Es un conjunto fetén.

¡Cómo se nota cuando me gusta mucho algo! No lo puedo evitar, pero el que toda la colección sea en liso, me parece tal acierto, que estoy chiflada.

Por hablar, vienen brillos ahora… Es broma. Es decir, sí que son brillos, pero los conjuntos, una maravilla. Éste, de falda corta y con vuelo, en un rosa más subido que el top, que es rosa palo, me parece sensacional para una boda. La pamela con el lazote a juego… Yo me cambiaría los pendientes. No los llevaría largos. Como siempre me preguntáis, pues os lo digo. Con pamela, los pendientes pegados, mucho más bonitos.

Y aquí, la versión en largo. Falda y top en los mismos tonos que antes y sin pamela. Como debe ser para una boda de tarde-noche. ¿No es sencillo y divino? Pues sí.
Y ya, hiper mega elegantes, que da gloria verlas (ojalá las viera así normalmente en las bodas), estas tres Marías de abajo, con diseños a cada cuál más bonito. Para jovencitas totalmente, pero cómo pueden estar…
Y vosotras, venga a buscar y buscar… Con cualquiera de los tres, van sensacionales. Les faltan los complementos, sobre todo, a las dos que van en tirantes. Pero con unas toreritas monas, van requetechiflantes y adecuadísimas para la ocasión.

El de manga larga es divino, con clasón. Qué verdadera es la frase “menos es más”.

Y como tengo que ir terminando, creo que se me pasó el vestido largo coral, que es de un gusto de morir y estando morena, de reventar de guapa.
Con el cinturón de flores y esas aberturas en el vestido, no necesita nada más. El pelo, tal cual. Y las sandalias, monísimas. ¡Todo me gusta!
Hay muchas más cosas, todas en LISO, pero yo ya termino con el color buganvilla, que me apasiona para celebraciones de cualquier tipo.

El mono, con el cinturón de flores, precioso y bastante recatado. Yo me pondría un pamelón si fuera para una boda de día…¡Espectacular!

Exactamente, esta pamela que lleva aquí esta chica con este otro mono, por cierto, mucho menos bonito. Ni me gusta, ni le sienta bien. ¡Que no es tan fácil! La pamela divina para el mono de antes. ¡Qué pejiguera soy! Pero he nacido así y quién nace redondo, no muere cuadrado, ya lo sabéis.

Precioso queda también con este turbante (qué bonito, por Diossss) con plumas… Un toque chic de lo más idóneo.

Como os decía que me enloquece lo monocolor, os enseño la chaquetita de idéntico color que el mono. Me parece que va sensacional…
De nuevo, mi enhorabuena a By Biombo por su gusto sin igual, su elegancia, sencillez y naturalidad. ¡Ya era hora de ver un ambiente de boda sin repollos!
Un beso sencillamente encantador