
Día de emociones encontradas en mi casa. Estoy un poco espídica, pero bueno, como casi siempre.
Hemos tenido una alegría muy grande, otra nada alegre que ya sabíamos… En fin, las cosas que tiene la vida, ya sabéis, qué os voy a contar.
Casi estoy sin comer, todo el día chucu chucu en el teléfono. Y ahora, salgo de hablar con mi hermana y aquí

no hay nadie, menos, claro está, el opositor, que es un mueble más de la casa.

¡Pobre! Si me oyera diría que efectivamente, es así.
Y lo malo es que tiene que seguir todo el verano al mismo ritmo… Esto de las oposiciones tan duras está hecho para cabezas muy bien amuebladas como la suya.

La mía, porque a Dios gracias, la aprobé pronto, que si no… Yo tengo los muebles un poco más revueltos, jajaja.


Y vosotras, todas nerviosas por las bodas. No sé ni las que me habéis escrito con este tema y yo, os lo agradezco de corazón, pero ya no sé de qué hablaros… Bueno, sí que lo sé.

Quiero decir que no sé si os voy a solucionar algo a las desesperadas.
Porque me imagino que la mayoría tendréis ya el modelito prácticamente resuelto, aunque sé por lo que me contáis, que hay muchas que no. ¡No puede ser! No se puede dejar para última hora y después, querer ir perfectas.

Bueno, pues, sin que sirva de precedente, porque no soy especialista en bodas, sino sólo en mi propio gusto, os voy a hablar de una marca (cómo no) gallega, concretamente de La Coruña. Desde 2010, tiene su propia colección de vestidos de novia, de fiesta y de tocados. Y os hablo de ella, sencillamente porque me han gustado muchas de sus cosas.

Más bien un estilo austero, sin mucho adorno ni vuelos, sino que abundan las faldas y vestidos ceñidos y de un solo color, si bien hay algunos estampados, pero realmente bonitos.

Pues bien, sus diseñadoras son Noelia Rivera y Vanessa Da Torre y ellas mismas definen su marca, diciendo que es para mujeres que no se rinden ante su propia rebeldía. De líneas atemporales totalmente (lo que me encanta), versátiles y con detalles artesanales, pretenden cautivar desde el minuto uno.
A mí, con algunos conjuntos, lo han conseguido. A ver qué opináis vosotras…


Voy a empezar por el primero que me causó sensación. Es este conjunto de top mostaza y falda increíble de cuadritos vichy negra.

Me gusta todo, desde la cabeza a los pies, pasando por el clutch divino de lunares, que logra una armonía increíble con todo el conjunto, pese a parecer en un principio que no va a pegar.


¡Ayyy, lo que me encantaría ponérmelo! Pero, primero, tengo que adelgazar unos kilitos que he cogido en los Madriles y segundo y más importante, ¡no tengo bodas este año! Y al paso que va la burra, los casaderos de mi famililia, parece que están muy bien así y no veo visos de ningún acontecimiento apetecible.

Bueno, no me digáis que no es un conjunto elegantísimo. Eso, lo primero. Y después, me chiflan los colores… Vamos, que me priva.
Como el mostaza es moda total, os enseño el mono, que para una boda, bien complementado, es monísimo. Ya lo veis, por delante, bien cerrado el escote y con unos pliegues que le dan un movimiento delicioso.

Por detrás, la cosa cambia: espalda entera al aire, pero bonita.
Así, juegas con los complementos y te puedes poner un pamelón (lo que me gusta a mí una pamela bonita no está escrito) y taconazos. ¡Precioso y elegante!

Otro conjunto que me chifló fue éste, con top de cuadritos drapeado y falda lápiz en rayas blancas y negras. El top es muy caprichoso y hay que llevarlo con salero.

No es un modelo fácil de llevar, pero es tan bonito… Hay que tener los brazos delgados, cierta altura, etc. Este top es una maravilla y tiene un diseño espectacular. Con el tocadito, y taconazos en negro, lo veo divino.

Sí, si, ya sé que es para tipazos, pero hijas, es lo que hay… También otros días os he enseñado cosas más sueltas… Éste es de quitarse el sombrero.

Original y elegantísimo también el conjunto de top tricolor con pantalón.

Divino el top con el color crudo predominando, tirantes negros con flor y una línea ancha roja en el escote. ¡Me priva! Combinado con el pantalón ancho rojo, la modelo está espectacular.

El tocado negro y los guantes, que me apasionan, terminan de bordar el conjuntazo. ¡Con éste también me atrevería! Efectivamente, para sacar a la rebelde que hay en mí, jajaja.

No me digáis que no es original. Apuesto a que no habéis visto a nadie así en una boda.
Muy especial también el vestido años sesenta, con la blusa de manga corta estampada, cinturón en forma de lazote de rayas y falda midi lápiz, todo en tonos azules. Me encanta cómo está con él.
Tocadito pequeño, y zapatos de tacón. ¡Perfecta!

Otro vestido: el estampado volante. Aunque los prefiero lisos, hay que reconocer que, según quién se lo ponga, es un vestido de cautivar. El escote tan acentuado, con el volante a la altura de los hombros y el vuelo, tan bonito, que dan ganas de bailar…

Aquí lo veis de nuevo, donde podéis apreciar los hombros al
descubierto y lo bonito que es el estampado.

Otro estampado, en azul y beige, que me encanta es éste, más ceñido y con mangas deliciosas, manga francesa con volante en el puño.

Sienta como un guante y es sencillísimo. Un tocado y unos taconazos y vas impecable.
Y no os perdáis la espalda, arriba. ¿Qué os parece? Ya sé que limita un poco y que sí, es para chicas estupendas, pero que también las hay ¿eh?

Si queréis más recato, el midi es también un bombón de vestido. También en estampado, las mangas es lo que más resalta.

La espalda, preciosa, con esa hilera de botones, la podéis llevar muchas, no digáis que no.


El vestido lencero de satén rojo me priva, por su aire austero, aunque luego, de eso no tiene nada, pero su simplicidad y su falta de recargamiento, me ha cautivado. Tapadito (no vayáis a coger frío) y de manga larga, con encaje, tiene un corte en la cintura y una caída sensacional.
Ya veis que la modelo lo lleva con sandalias casi planas y es que este vestido no necesariamente pide tacón.

Aquí lo veis con la falda en movimiento, fabuloso… Yo me pondría un tocadito en rojo también. Es perfecto y muy versátil.

También en rojo, pero en largo, éste otro con volantitos y pegadito al cuerpo. El típico vestido para una boda de tarde-noche.

Por supuesto, también súper elegante. Fijaos en la espalda de este otro, para mí más bonito, y en los volantes… Si se lleva un recogido adecuado, no hace falta tocado ni nada. Un bonito clutch y punto.

Especialísimo el vestido largo Minimal, aquí en azul, pero también puede ser en otro color. Su especie de babero en forma de rombo es lo que hace el diseño espectacular. Largo, sensual…

Yo, que por sacar faltas que no quede, tal cual lo vemos, me parece un poco soso. Tal vez sea el color, que no es mi favorito, pero yo me haría un recogido con raya en medio bien peinado y pendientes pegados, no colgando. Un tocadito pequeño a un lado con forma de casquete y perfecta.

Y con forma de sirena, el vestido azulón Essencial. Ya veis, de manga corta, cintura ceñida y largo. Los guantes, lo mejor. El pelo de esta modelo lo estropea todo, pero imaginación al poder, ya sabéis… Una bonita melena con un tocado o un recogido bonito y todo arreglado.

En largo y con aires griegos, tenéis el vestido bicolor, en un azul que no me chifla y nude. Tampoco su diseño es mi favorito, pero puede quedar ideal a las que seáis de este estilo.

Perfecta la corona de flores grande y la espalda, ya la veis.

En verde, tal cual si de una diosa griega se tratara, el vestido Griego Capa. ¿Qué os parece? Si eres muy allegada y te apetece un poco de originalidad, el color es precioso, pero desde luego, yo elegiría otro cualquiera.

Puestos a ser originales, os enseño el mono estampado, que más, no lo puede ser. Para quién le vaya este estilo, desde luego, desapercibida no pasa.

No cabe duda de que así puesto es para atrevidas, sobre todo por el tocado.

Desde luego, se puede llevar sin llamar tanto la atención, como veis en una foto de arriba… Todo es cuestión de la personalidad de cada una.
Y otro vestido estampado, recatado y mono, es éste, con flores en azules y verdes. Correctísimo con el canotier y la abertura en el bajo.

No podía faltar el elegante vestido largo negro, con encaje. Reconozco que es muy elegante, pero tampoco es mi favorito, no sé por qué… Será que yo, el encaje no lo llevaría en el escote, no lo sé, pero no dudéis de que es un vestido absolutamente para una boda de noche. Falta un buen peinado.

Termino con dos vestidos rojos: uno corto, con los hombros al aire y que me parece muy mono y original. El tocadito, precioso. Y el diseño, ideal sin necesidad de estar escuálida.

Por último, el vestido rojo, con un largo midi y un simple volante en el escote. Si le pones una pamela grande con flores bien combinadas, no necesitas más para una boda de día.
Así, tal cual y un bolso de mano, causarás sensación.

Como siempre, me dejo cosas. De algunas os he dejado fotos. No olvidéis entrar en su página web y veréis más y mejor.
Un beso anhelando una boda
buen post en donde denotamos la belleza del diseño en moda, también un estilo grandioso para tomar alguna decisión en de vestir en un evento y/o reunión, buena informacion acerca de lo que se conlleva en este campo.