
Pues sí. Yo también hablo de la súper nevada. ¡Cómo no, si aquí, en Madrid, está siendo un acontecimiento!

En Burgos, ya estamos más acostumbrados, pero la verdad es que es una gozada ver a muchos niños gritar y tirar bolas. Niños que es la primera vez en su vida que veían algo así.

Cuando las calles se quedan vacías por la noche, es precioso ver todo blanco.
Tan increíble como todo lo que lleva ocurriendo desde el año pasado…
Luis se ha perdido tanto la pandemia, como la nevada y justo, hoy es su cumpleaños.

Él, de todo hacía una fiesta, era pura vitalidad, me contagiaba todo, no me dejaba estar triste, me tenía tan mimada…
Bueno, sigo por otros caminos, que ya estoy llorando. Miramos por la ventana y vemos a la gente resbalándose, pero aun así, salen de casa y no se quieren perder nada de nada.

A Tess, también le ha gustado la nieve. Ella que es tan llorica, va dando saltos y no acaba de entender bien qué pasa, pero va encantada. ¡Menos mal!
Pues, como os digo, aquí estamos “confinados” por duplicado. Por la Covid y por la nevada. No nos estamos privando de nada, desde luego. Y eso que el año acaba de empezar…


Yo, lo único que quiero, es llegar a poder estar tranquila. No sé si lo conseguiré. Hay momentos en los que me gustaría desaparecer de este mundo y ¡zas! Fin a tanto sufrimiento.
Pero me gustaría ponerme bien y poder estar con la gente a la que quiero. Así, tal y cómo estoy, no hago bien ni feliz a nadie y prefiero no amargarles.

Me estoy leyendo “El Camino de las lágrimas”, de Jorge Bucay y me está costando la vida también. Yo, que me leo libros y libros de un tirón, con éste, no puedo. Pero lo voy a terminar, sea como sea.
Me gustaría ser más fuerte, no darle tantas vueltas a todo.
Lo que pasa es que es superior a mí, no puedo con todo. No sé. ¡Qué maravilla sería ser más superficial!

Como sé que muchas de las que me escribís vais a ser abuelas o madres, hoy os hablo de “Zárate Artesanía”, una marca y tienda gallega de cuento. De los bebés de piqué, puntillas y tiras bordadas. De los bebés bonitos. De bebés clásicos. De los bonitos de toda la vida, con faldones tan preciosos que son atemporales y pasan de generación en generación.

Desde que vivo en Madrid, os juro que no he visto un coche de capota con un bebé como Dios manda… Estoy acostumbrada a los cochecitos ingleses de San Sebastián, de mis hijos, etc.

Sé que no son prácticos y ni falta que hace. Cuando disfrutas de algo como esto, lo práctico sobra. Sé que me paso por el otro lado. Es decir, lo práctico me da absolutamente igual. La satisfacción de ver a los bebés vestidos de bebé, es única.

Y marcas como ésta, de la que os hablo hoy, no me confirman nada más que hay mucha gente como yo. Muchas me preguntáis por los faldones de bautizo, por cómo vestir el cochecito, etc.
Creo que con tantos post como he escrito, se me ve el plumero más que de sobra.
Sé que somos minoría, pero aún damos guerra.

Y sé que mi hijo, que en un plazo no muy lejano, será padre, pasa de todo esto. Si tengo ganas y fuerzas, ya me encargaré de que vaya hecho un principito.
Bueno, ya sabéis… Es hijo y no “hija”. Y se diga lo que se diga, las nueras tiran para su madre. No sé cuáles serán sus gustos, pero me temo que son prácticos ante todo.

Una pena. Aunque, si ellos son felices, como si el niño va vestido de torero. Me da absolutamente igual.
Es increíble cómo cambian los valores, según te vaya en la vida. Pero, tendréis que reconocer que los faldones de bautizo, los de diario, los arrullos, peleles y todo lo que estáis viendo, es objetivamente bonito. Sí, eso lo tengo más que claro.

Y hay pocas tiendas que sigan permaneciendo con este estilo clásico, atemporal y divino. Son las valientes, que se niegan a ceder ante la practicidad de este mundo loco en el que vivimos.
Ya veis que os dejo fotos tanto de invierno, como de verano, con los piqués como protagonistas absolutos.

¡Ayyy, dónde se me quedaron esos tiempos, en los que Juan, de bebé, llamaba la atención por dónde iba!
Ahora, es un chico, inspector de Hacienda y no puede ser más práctico y menos detallista… Menos mal que no me lee. Fue tanta la alegría de tenerle por fin entre mis brazos, después de un embarazo con algunos miedos… Él nunca lo sabrá, pero cuando nació, a la una y media de la mañana y me miraba con sus ojazos fijamente… ¡Imposible describir tantas emociones!

Chaquetitas, lazos, faldones, peleles, baberos, canastillas…. Recuerdo la habitación, llena de flores, bombones y todo tipo de delicias para bebé y su madre. Con Almudena y Pablo, fue igual, pero como el primero, no hay nada. Es una experiencia única.

Si acabáis de ser madres o abuelas, ya sabéis que todo esto es lo que me gusta para el recién nacido.
Los arrullos, las mantitas, los detalles… Todos mis hijos tenían en su cuna la medalla de plata grabada con su nombre y fecha de nacimiento.

Ahora la llevo yo colgada de collar y no sabéis qué bonito queda. ¡Probad!
Para el bautizo, me ahorro muchos correos, con los faldones que estáis viendo aquí. Sí, lo sé. Hay que planchar, hay que tomarse tiempo y trabajo para que el niño vaya cual sol espléndido. Pero, os aseguro, que a mí, me mereció la pena por completo.
Entiendo que muchas pasáis del tema. Pero como me escribís, quiero que quede claro mi gusto antiguo, clásico, de siempre. No hay nada como los bebés vestidos de bebés y no de señores vestidos con colores oscuros o de colorines. ¡Me espantaaa!


María y Cristina Fernández de Zárate, gallegas y para mí, amigas, aunque no nos conozcamos, llevan el buen gusto a toda España. Me consta que hay mucha gente que les hace encargos. Yo seré la primera en hacerlo en cuanto Juan sea padre. ¡Ayy, cómo me suena de horrible! ¡Ser abuelaaaa! Luis estaba emocionado…

Bueno, a lo mejor estoy hablando de Juan y es Almudena la que me da la sorpresa. Espero que no, porque no tiene tanta estabilidad económica por el momento.
Mi sobrina Paloma, que tiene un instinto maternal increíble, va a ser la que, de verdad disfrute siendo madre. Acaba de ser tía y ya se ve que le chifla.


¡Palomita, el tiempo pasa volando y tu “Rafita”, dentro de nada, estará en este mundo. Un mundo que ahora es incierto y difícil, pero vendrá con un pan bajo el brazo y tú serás la mejor madre del mundo. ¡Tiempo al tiempo!

Bueno, que me he motivado, como diría mi hija. Es hablar de la ropita de bebés y lanzarme. Fijaos bien en las chaquetitas diminutas (son las que valen oro), en los faldones de piqué, de organdí, en los patucos tan pocholos, que por mí, estarían en cualquier vitrina de mi casa…
Como siempre digo, en Galicia tienen un duende, un talento para la ropa de los niños, que no puedo decir que pase en el sur de España, ni en Barcelona, etc.


Lo siento. Sé de algunas sevillanas que me siguen y me van a decir algo. No todas sois iguales, pero veo una diferencia abismal entre el norte y el sur.

Cada uno, tiene sus cosas, sus maravillas. Toda España merece la pena. Pero en cuestión de ropa, tanto de niños como de mayores, con mil perdones, el norte gana por goleada. Pero con muchísima diferencia.
Os dejo con todo lo que me gusta, con todas las respuestas a lo que por correo me preguntáis.
Ya sabéis que una imagen, vale más que mil palabras. Pues eso.
Espero que este temporal os esté afectando lo menos posible. Yo llevo dos días sin salir de casa y no lo echo de menos.

Vendrán mejores tiempos… Espero. Y si no, pues eso es lo que me ha tocado en la vida.

Doy mil gracias por lo que he vivido y por lo que tengo ahora. Lo único que quiero, como diría Miguel (no puedo explicar todo) es la paz en el mundo.
Mil gracias por seguir leyéndome, a pesar de que no describo tanto los diseños. Creo, que, en este caso, sobran las palabras.
Gracias a Cristina y a María Fernández de Zárate. Aunque no os conozca, hemos conectado perfectamente.

El primer 10 de enero sin Luis. Cuídame desde el cielo, por favor. Otro beso enorme a Juan, mi hijo, que me acaba de llamar y sé por qué. No es tan frío como pretende. ¡Te quiero, mi amor!
Un beso con olor a Nenuco
Todo lo te hacen es precioso!!!!
Sí, como deben de ser los bebés. ¡Mil gracias!