¡Las mil y monas, para variar! No tengo horas en el día.

Parece que este invierno duro que hemos pasado, está terminando, al menos en Madrid.

Llevo todo el día liada con los pedidos de tiendas de la marca Marina´s y  estoy encantadísima del éxito que ha tenido en su primera campaña.

En la tienda de Burgos que la vende (fui a verla el fin de semana), les quedaban 3 vestidos contados y eso que estaba nevando. ¡Genial!

Desde luego, ha sido una colección exquisita, elegante, sencilla, bien de precio… Lo ha tenido todo.

Y a pesar de los pesares, tengo que volver a decir algo del boicot  que me han hecho a raíz del artículo de la moda “repollo”.

No voy a aclarar nada más, ante la falta de educación y de entendimiento que muestran algunas blogueras (ya sabéis que yo no soy bloguera, sólo alguien que da su opinión sobre la moda infantil) y algunas seguidoras de las mismas.

Lo único que quiero decir es que a mí no es que no me gusten, sino que me requetechiflan los vuelos. Si no han sabido leer más allá, no es mi culpa. No sé cómo decir que no me lean si no me entienden.

Lo que critiqué y critico son los vuelos excesivos y los vestidos hiper recargados. ¿Es tan difícil de entender? Y sobre todo, cuando ya llevan las niñas el pack completo: tocados enormes, vuelos imposibles con encajes, tules, bordados y volantes (todo en el mismo vestido).

Digo sólo mi opinión y desde luego no tengo que pedir perdón si digo que no sólo no me gustan los calcetines blancos, sino que los odio. ¿A las que les gustan se ofenden? Pues hasta ahora no, a ellas les horrorizarán cosas que a mi me encantan y todas tan contentas.

No sé qué es tan difícil de entender, de verdad… ¡Qué excusa tan pobre decir que me he metido con un defecto físico llamándolas enanitas!

Precisamente, una de estas blogueras, a la que no voy a dar un segundo de gloria diciendo su nombre (yo ni conocía su blog), se ha metido con mi moreno de piel. Sí, como lo oís. ¿Eso que es? No sé yo…

Soy morena, como las mujeres de Julio Romero de Torres y olé… Jajaja. Si no me lo tomo así, ¿qué queréis que haga? Si es que me da pena y no quiero descalificarla, pero está quemando, no sólo a mucha gente, sino a muchas marcas.

Le auguro un futuro nefasto en la moda infantil.

Pero en fin, me callo ya, que estoy mejor.

Y lo siento, pero una no es de piedra y me tengo que defender, aunque sea desde aquí, en mi blog.

Pues bien, vamos a hablar hoy de vuelos. De vuelos bonitos, con clase, con categoría. De esos que te hacen suspirar al ver a una niña con un vestido así. ¡Hay miles de marcas que lo hacen divino!  Mi hija, siempre ha llevado vestidos de vuelo, pero es que hay vuelos y vuelos; hay que saber diferenciar entre los vuelos elegantes y los vulgares. Una niña con un vuelo espectacular, es un auténtico espectáculo (valga la redundancia) para la vista.

Por ejemplo, “Baja Costura”, marca veterana, que siempre diseña vuelos. Siempre renovándose, pero siempre deliciosos, de alta costura, con telas de impresión y diseños sencillos y encantadores, con algunas excepciones, en las que se permite el lujo de hacer algo más llamativo y moderno, dentro de ser, como os

digo, un espectáculo para según qué ocasiones.

El Jesusito Madeira, que veis aquí, no tengo palabras. Sencillo, de tul de plumetti, sin mangas y con capota deliciosa, con pequeños detalles en celeste, es de caerse la baba.

No me puede gustar más, con esa especie de falda superpuesta que lleva. La cinta de raso celeste anudando la capota y bastante vuelo, sí señor. ¡Preciosísimo!

Unas merceditas en celeste y una niña de película, de mirarla por bonita, por buen gusto… ¿Me explico?

Por detrás, en el delicioso talle alto, la lazada en celeste. Como os digo, una delicia de conjunto.

Perfecto en su sencillez, el vestido del mismo nombre, con los mismos detalles que el Jesusito, rematado por los madroñitos en la sisa…

Para dos hermanitas, un gusto sin igual. Por detrás, la misma lazada celeste. Ningún adorno, nada más. Yo les pondría las bailarinas o merceditas celestes y  gusto y clase por doquier. También un lazote en el pelo… Nada más.

El no va más del buen gusto, en la colección Capri, para alguna ocasión especial.

Será de los vestidos más bonitos. Una tela preciosa, brocada, en blanco, con manga al codo rematado por un encaje divino, al igual que en el escote cerrado.

Banda en rosa y punto final. ¿Cómo están los niños?

Da gloria verlos.

¿Veis algún asomo de la vulgaridad de la que hablaba el otro día? ¿Lo veis recargado? ¿Tocados hechos por el enemigo? No, ¿verdad? Pues eso.

Coquetones, dulces y divinos, todos los modelos de la colección Cocoa.

Aquí abajo los veis.

Tela de liberty, acierto seguro y lazotes rosas, todo dulce, armónico y  maravilloso.

Mirad el vestido de vuelo: escote cuadrado, con tira bordada con entredós, mangas-alitas con doble volante y gran lazada en la misma tela del vestido. ¡Bravooo!  De matrícula. Otro vestido de vuelo divino. De altos vuelos.

Su colección Aruba, es la más llamativa de este verano. En un color aguamarina súper logrado, nos enseña un toque de modernidad… ¡Pero qué toque!

Ya me diréis cómo estarán estos niños en cualquier ceremonia… Todos los cuellos terminarán con tortícolis, fijo.

Vestido sencillo, de talle alto, con el detalle de pétalos en las manguitas y en el bajo… La banda en blanco roto y menudo bombonazo. También de vuelo, un vuelo comedido y sensacional.  Si a este vestido le pones un vuelo exagerado, pues ya no sería la maravilla que es…

Mirad a la niña con la pequeña, con el Jesusito a juego. Los adornos justos para ser una muñeca. Desde luego, una colección soberbia, con mayúsculas.

Y precioso, el vestido Bora Bora, en rojo con lunares blancos, dos filas de volantes en el bajo y una pechera con dos bandas de puntillas en blanco deliciosas.

Un vestido de siempre, con pequeñas innovaciones, Tirantes anchos, picunela, pasacintas…

La espalda, más de lo mismo. El escote cuadrado, la gran lazada blanca y los detalles de picunela.

Vestidos bonitos de toda la vida de Dios y no las innovaciones que veo en miles de vuelos increíblemente horrorosos, en los que, fácilmente hay 6 ó 7 tipos de tejidos más otros tantos adornos en el mismo vestido.

“Badum Badero”, de mi querida Elga, también nos da una lección de vuelos con buen gusto, sin vulgaridades de ningún tipo.

Podría poner casi todas su colecciones, pero me limito a algunos ejemplos, como la fresca y ponible colección Álamo, en un estampado delicado como con paramecios en rojo y topo sobre fondo blanco.

Unas mangas deliciosas y un vuelo exquisito. ¡Nada más! El diseño ya lo dice todo. Una niña bonita, de mirar y darse la vuelta, para admirarla y no porque pienses: ¡Pobrecilla, cómo va!

Me encanta porque lleva dos lazos en los tonos del vestido, cosa que yo hice con Almudena hace años… ¡Me pirra! ¡Qué recuerdos!

El Jesusito, otra delicia, con el vuelo justo, tanto en las mangas, como en la capota, exquisitamente anudada con lazada vaquera… ¡Uhmmmm!

Y aquí, la preciosa niña, nos enseña la braguita a juego, denim, que tanto se lleva esta temporada. ¡No os olvidéis de los dos lazos!  Probadlo y veréis cómo repetís…

Su colección Roble para ocasiones especiales, también tiene vuelos, cómo no… ¡Pero qué vuelos!  Un colorido delicioso para ceremonias en color topo, con encaje marfil…¡De morir!

Cuellos de encaje divinos, capotas, coronas… Lo idóneo para eventos. Largura ideal, elegancia, vuelo justo, categoría… Eso es lo que veo yo, no sé que verán otras.

El Jesusito me tiene loca. Fijaos bien en todos los detalles, las mangas, la pechera, la capota…

Todo me pirra. La espalda tan bárbara, cruzada, con los detalles de encaje y lazadota de plumetti, a juego de la braguita… ¡Una delicatessen, Elga!

El vestido, colosal también. No me repito. Sólo observadlo y decidme si tiene algo que ver con los vuelos que no me gustan.

Hasta me voy a atrever con “La Marquesita Real”, que se caracteriza por vuelos increíbles y vestidos, para mi gusto, poco ponibles para el día a día.

Pero si hay que reconocer algo, es que lo hace de lujo.

Desde luego, yo siempre veo todos sus diseños para días especiales.

No me chifla ver a las niñas, para la vida diaria, con semejantes vestidos de lujo y quizás, también los veo fuera de lugar para ir al parque y demás… si bien, respeto a quién lo haga.

Pero algunos de sus diseños, para eventos, no tienen precio. Como por ejemplo, este Jesusito blanco, que, desde que lo vi, se lo quise poner a alguien y lo conseguí.

Se lo recomendé a una lectora para ir a una boda y está chiflada. Y no me extraña. Es de desmayo. Es el Jesusito Blanco Real y el nombre le va como anillo al dedo.

No me parece ni siquiera muy puesto, sólo delicioso, con los detalles de los tirantes y la belleza sin igual de la capota. Una niña así en un evento, puede provocar desmayos.

De verdad que me tiene loca. Si yo tengo una niña de 2 ó 3 años, ni lo dudo. Ya veis, talle alto, volante en el bajo y la delicia del encaje en tirantes y espalda.

La capota, de fábula. Más bonita, imposible. Trabajada, mimada, coquetona, de película.

Los vestidos Primavera Dulce, en rosa, uno de talle alto para pequeñas y otro de talle bajo, también los veo perfectos para una boda, por ejemplo.

Y con las flores grandes en el pelo, a modo de corona, tal cual están, las veo increíblemente preciosas. Ya veis, vuelo, puntillas, volantes…

Pero todo con discreción, sin barroquismos, con la manguita farol coquetona… ¡Impresionantes!  Estos vestidos sí que valen lo que cuestan, seguro.

Y también divinos y más ponibles para cualquier otro día, si bien los sigo viendo idóneos para eventos, los vestidos Rosa Mosqueta.

Un estampado idílico, favorecedor y esas floronas en el pelo… ¡Eso sí que es buen gusto, aunque sea para la foto! De verdad, que se erradiquen los tocados paellera de una santa vez …

Vuelo tienen un rato ¿eh? Qué tono turquesa, qué volantes, y qué desnudo el cuerpo… ¡Sensacional diseño!

Si dudáis de algún vestido con el que dar el campanazo, éste es uno de ellos. ¡Absolutamente fantástico!  Unas bailarinas monas y al estrellato directas.

Menos mal que no me gustan los vuelos… ¡Buffff!  Termino con algunos de los maravillosos vestidos de vuelo de “El Armario de Lucía”, como siempre, de un gusto exquisito, llenos de detalles, encantadores, dulces…

¡Ay Lucía! No sé cómo lo haces para sacar tantas y tan deliciosas colecciones…

Tengo que empezar por la colección Charlotte, porque es de vichy turquesa, una delicia por la que sabéis que tengo debilidad.

Increíble y fantástico vestido de vuelazo con una especie de mandil blanco perforado, incluida la pechera y lazadota grande en blanco en la espalda… ¡Mamma mía, qué belleza!

Tirantes anchos y escote acentuado en la espalda, remada por la lazada grande. La tela permite estos detalles exagerados. ¡Me priva del todo!  Lacito en el pelo…

Vestido de vuelo Leonela, en un estampado lila, con rayas y puntillas en celeste, todo combinado a las mil maravillas. Capota y bajo con la picunela. Otra delicia de Lucía.

El talle alto con las rayas y puntillas, al igual que el bajo y la lazadota trasera, me parecen una obra maestra….

¿Y el vestido Marietta?  Más vuelo, dos azules: uno de rayas marino y otro liso, azul Bilbao que llamo yo… Lo demás, mejor que lo miréis.

Cuellote de volante de rayas y una exquisita tira bordada debajo de las dos filas de picunela marino que lleva en el cuerpo. ¡Ayyy, no sabéis lo que disfruto mirándolo!

Mirad la espalda, con escotazo. Es para mirarlo y volverlo a mirar. ¿Ya entendéis qué vuelos me gustan, y lo que hace que un vuelo sea bonito? Por Dios…

Y el vestido Dafneé, en un estampado sutil en tonos mostaza, con lazote exagerado en blanco de plumetti en el talle, la tira bordada mostaza en la sisa y en el bajo…

¿Qué queréis que os diga? ¿Algo más por explicar? Si alguien aún tiene dudas, que me lo pregunte por privado.

Repito: me espanta el gusto de aquellas madres que visten a sus niñas de manera indescriptible, recargadas de forma inaudita y espantosamente vulgares. No sé por qué alguien se ha dado por aludido porque todas creemos que no somos «esas» y que nuestras hijas, con nuestro gusto, van ideales. Algo buscaban «esas» que me la han montado estos días.

¡Ahhh!  Para las que han dicho que escribo bien y sin faltas porque utilizo el corrector (me da la risa), les digo una frase que me encanta y que la digo mucho: «Pedes in terra, ad sidera visus». Eso es lo que tengo yo.

Ahora, cogéis el traductor y lo miráis.

Un beso de altos vuelos