
Bueno, pues estoy de vuelta de Burgos. Como viene siendo costumbre últimamente, no hemos ido para ninguna juerga, sino porque se ha muerto mi tía Pili, mi queridísima tía, mi segunda madre.
Ya llevaba unos años que no estaba con nosotros, debido al maldito Alzheimer, y claro, el palo más gordo es cuando ves que se deteriora hasta que te deja de conocer.

Y da igual, porque esta enfermedad, como el cáncer, no discrimina entre jóvenes o mayores ni nada. Era joven cuando se lo detectaron , lo que ha hecho que toda su familia sufriéramos como nada. Ni qué decir de mi tío y mis primos Elena y Juan, que son como mis hermanos.

Ya os digo: prácticamente hemos vivido juntos, veraneábamos juntos en la misma casa y no tengo ningún recuerdo de mi niñez, ni de mi adolescencia, que sea sin ellos.

Hace un mes que nos dejó mi primo (por parte de mi padre y con tres años más que yo) y llevo mal desde entonces. Me ha tocado un año tremendo. Y ni os cuento a los demás de mi familia.

En fin, lo bueno dentro del horror, es que comimos todos juntos (hacía tiempo que no veía a mi primo Juan) y con mis primas María Luisa y Beatriz y lo mejor es que nos seguimos queriendo como si nos viéramos todos los días.
La gente buena, hace que todo sea fácil y que, cuando los ves, es como si dijéramos ayer. No todos pueden decir lo mismo, así que doy las gracias por la familia que tengo (con sus pegas y defectos, como todas), pero a la que no cambio por nada.

Bueno, y los niños se han quedado de “puente” en Burgos, así que estamos solos, de novios.
Lleva toda la mañana lloviendo y nos vamos a quedar en casa de momento.

Y a pesar de que muchos os iréis este fin de semana aprovechando el día de fiesta, yo os hablo hoy de una marca pequeñita, que aún no vende a tiendas, pero que os la presenté en verano, y que me encanta. Vallisoletana y con un gusto delicioso, es de esas marcas que enamoran, que no son las típicas clásicas, pero tampoco modernas en absoluto. Ropita diferente, modelos cortitos, telas monísimas y detalles increíbles que hacen que te fijes en ella: Vega by Bimbi.

Ahora, hay varias marcas de este estilo. Sin embargo, cuando mis hijos eran pequeñitos, no tuve esa suerte: o los llevabas clásicos, con sus nidos de abeja, tebas, abrigos ingleses, etc, o los llevabas modernos, o hechos un cuadro con chándal y sudaderas de estas innombrables.

Claro, iban monísimos, pero me hubiera gustado tener algunos conjuntos de este estilo y de otras marcas que hacen monerías así.

Algo llevaron de la tienda Nícoli, cuando sólo había una en Madrid y la ropa era ideal, no como ahora, que para mi gusto, ha empeorado muchísimo.
Han ampliado tallaje y tienen muchísimas tiendas, pero yo ya ni entro.
La calidad es pésima y el gusto, horrible. Con las monadas que tenían entonces… Recuerdo unos abrigos marino con raya diplomática y bermudas y faldita de tirantes a juego, que se lo combiné con rojo y la gente me paraba por la calle. ¡De llamar la atención!
Pero como os digo, ahora, ni


parecido.
Bueno, pues en “Vega by Bimbi”, nada de eso. Todo cuidado y mimado, colecciones cortitas y monísimas para un invierno en que los niños vestidos así, no pasarán desapercibidos.
Además, es muy completa, porque tiene varios tipos de gorros, cuellos de punto y de zorro, (éstos últimos tanto para niñas como para mamás).

Jesusitos o vestidos como éste en rosa y flor liberty, con el que las niñas están de morir. Con unos buenos leotardos y prenda de abrigo gordita, para el invierno más gélido, me parece una delicia.

Detalles como el tono de rosa tan perfecto, los volantes del cuello caprichosos y con esas florecitas de siempre tan requetemonas, el pompón…
Después, le pones gorro a juego y lo que os digo. Niñas actuales, perfectas vestidas.

Bárbara asimismo, la braguita-falda de cuadros asimétrica, que queda deliciosa y permite que se lo pongan niñas mayorcitas, ya que al ser más larga por detrás, no parece de bebés únicamente y es preciosísima.


Combinada con la blusa de plumetti blanca Cervantes y el gorro aviador de tres pompones, ya me diréis cómo queda. Después, unas botas estilosas, un chaquetón gris…

Mil posibilidades para llevar a una niña como Dios manda.
Monísmo el Jesusito y vestido gris de espiga, con corte asimétrico en la pechera y con can can, lo que le da un vuelo ideal.

Volante de plumetti blanco en el bajo falda, cuellos y puños, que le dan luminosidad. El gris triunfa este año. ¿Son monos o no?

Y qué decir de la ranita vichy en azul marino… El vichy me gusta para todo tipo de estación. Es una de mis debilidades.

Con los tres volantes que lleva y forrada, qué maravilla de niñas. La camisa en marino, perfecta
para otoño, aunque también se la podéis poner blanca y chaqueta en marino. ¡Bombonazo!
Y a juego, el niño con los bombachos vichy y la camisa marino de cuello bebé.
No hay nada más mono que llevar a los hermanitos iguales. ¡No veáis cómo cambia de ir iguales, o coordinados al menos, a que cada uno lleve algo totalmente diferente!

¡Que todo lo tuviera tan claro!
Sensacional la colección denim o Turia, que veis aquí. La faldita denim de tirantes con la blusa mostaza en algodón, con florecitas, es un primor.

Detalles en los tirantes con volantes rematados en mostaza, al centro de la espalda y delantero, totalmente forrada y bueno, poco más que decir. Me parece de favorecer un montón y un clásico atemporal.
La niña va de fábula y se puede combinar de manera deliciosa. Además, el mostaza, otro de los colores de esta temporada.

Y también unisex, los bombachos y camisa denim o camisa mostaza. Ya os digo, sea para hermanitos o para niño sólo, otro conjunto pirrante.

Yo los veo de impresión. Estas cosas no existían hace unos años.


Con el mono Montes, ya se rompió el molde. ¡No me digáis qué ricura! Qué tela, qué detalles… Por supuesto, éste, para las pequeñitas.
Para mayorcitas, la misma versión

en falda y camisa unisex de viyela, en un azul fantástico con florecitas y cuello bebé.

La falda, de cuadros en tono arena y bolsos al biés, forrada entera.
Bueno, ¿qúe decís de cómo están las niñas?
Y ¿el niño? ¡Mirad qué estampa!
Me daría una alegría para el cuerpo si me los encontrara al dar la vuelta a la esquina de una calle.
¡Mirad que no lo logrooo! ¡Ni a tiros, no hay formaaaa!


Colecciones inolvidables, de esas que, cuando son mayores, dices: “Pero qué ideales los llevaba”.
Porque después, cuando crecen, es otra historia…

Y el peto Indi, en loneta, con motivos de plumas y tirantes atados a las espalda, otra opción perfecta para estas edades.
Las niñas están monísimas

con el peto y la camisa denim, aunque también va con muchas más cosas.

Y los bombachos, para el niñito, que también con la camisa denim está de mordisco. ¡Aprended a vestir bien sin gastaros mucho dinero! Después, no me sirve que me digáis que todo lo que pongo es caro, porque no es verdad. ¡En absoluto!

Por eso intento ayudaros, porque hay maravillas un poco escondidas y hay que esforzarse para llevar a los niños bien vestidos. ¡Ya os lo digo yo, que removía cielo y tierra en el empeño, hasta conseguirlo!
Y lo mismo digo de la colección Miño, en cuadros verdes, como la braguita de volantes o el pelele del niño, de los cuáles os dejo fotos.

No olvido sus gorros, tanto de pompón, como de aviador, con uno o tres pompones, divinos todos, sus cuellos de punto y sus cuellos de zorro en varios colores, que como os he dicho, tienen también para nosotras.
El único pero que pongo es que yo soy animalera y no soporto que el zorro sea de verdad.

Reconozco que son una maravilla, pero me puede la pena. Aunque os invito a que lo compréis vosotras. Al fin y al cabo, ya los han matado…
¡Enhorabuena a esta marca!
Que no se diga que en Castilla y León no hay marcas bonitas. ¡Olé!
Un beso burgalés