Hoy vengo reventada. Hemos ido de compras a un centro comercial gigantesco, de los que me espantan y agotan, pero amenazaba lluvia… Encima, con la mala orientación que tengo, pierdo siempre a alguien, o mejor dicho, me pierdo yo misma. Al final hemos cenado incluso allí, tarde, nunca y mal, como se dice en Burgos, o por lo menos, en mi casa. ¡Con lo que disfruto yo en las tiendas pequeñitas de la calle!

Hoy os voy a hablar de Marta Ussía. ¿Conocéis esta firma? Yo la conocí hace dos años y me gustó mucho por la variedad de modelos que tiene. Desde los de cualquier día, pasando por otros que son intermedios, hasta los más arreglados.

Toda la ropa la hace por encargo y está lista entre quince y veinte días. Es ropa esencialmente clásica, pero adaptándose a las

tendencias de cada año, llegando a salirse de este clasicismo que os digo en algún modelito.

Casi todo es bonito y el resto… especialmente hiper mega ideal. Jajaja, ¡Cómo soy! Es que con la ropa de niños, me lanzo y no paro.

Un vestido monísimo, sencillo, con una tela divina y el cuello subido, es el “Gola” (hay que ver cómo se llevan este año). Tiene un tono morado muy bonito y un estampadito pequeño con un poco de rojo y verde. Estilazo.

Y siguiendo con la gola, me encanta el conjunto de camisa “Gola más falda Bibi”. Es más arregladito y me recuerda a cómo fue mi hija a la comunión de su

hermano. La falda era con forma tulipán beige, con una camisa blanca deliciosa y también la lazada granate. Me chifla este conjunto para niñas un poco mayorcitas.

El abrigo “Bran” me parece encantador, aparte de por su color, por su sencillez, ya que puedes jugar con los complementos y ponérselo con gorro, visera, un cuello, un bufandón… cada uno con su imaginación. Pero con esta visera misma que os dejo en la foto, no me digáis que no está de revista. Pero del ¡Hola! ¿Eh? Tal cual lo veo yo.

Para las amantes de los colores suaves, es divino el “Plisado”,  con ese cuello de volante y manga francesa con el mismo volante; me parece delicicioso, especialmente para niñas pequeñas. Además, ese color nude le da una dulzura especial, ya que en otro color más fuerte no resultaría tan romanticón. Lo veo ideal para un cumpleaños, incluso un bautizo.

Me he quedado helada (ya empiezo), con el de “Cuello intercambiable”. Es… ¡vamos, que lo compréis alguna y me mandáis foto, por favor! De color crudo, con esas mangas abullonadas y ese cuello tan increíble con ese estampado. Se llama intercambiable porque el cuello lo puedes encargar en dos telas y ponerle cada día una, pero me parece que es tan bonito tal cual, que me dejaría de bobadas. ¡Compradlo! Es de muerte. Y también arregladito. A cualquier sitio que lleves así a la niña, la miran. Yo no le quitaría el ojo de encima, jajaja. No se lo pongáis si son muy pequeñas, no es apropiado.

En cambio, de bombón es el “Inés Hiver”, gris con sus corazoncitos blancos y ese baberón… Me apasiona para las pequeñas. Lo mismo os digo: la mirarán siempre. Yo ya sabéis que se lo pondría con un lazote a un lado, pero cada una que haga lo que quiera.

Mi amiga Laura, que vive en Valladolid, me ha encargado unos vestidos monos y un poco arregladitos para una celebración familiar, pero “que no fueran exagerados”. No pide nada… claro, ella no piensa y si luego quedan mal, la culpa para mí. Pero no, es encantadora y confía en mí plenamente. Así que, como sus niñas tienen ocho y diez años, le he recomendado, y por supuesto que le ha encantado, el “Camino”. Es

gris, un  color sobrio y con una pechera plisada blanca ideal; me ha parecido el idóneo para la ocasión. Incluso le he dicho que le ponga los complementos en rojo como en la foto (más llamativo) o en camel (más elegante). Seguro que se los pone en rojo que la conozco… hay que reconocer que queda super estiloso.

Como os vengo diciendo estos días, ya se acercan fechas de fiesta. Si,si, están a la vuelta de la esquina y para cualquier  ocasión especial, no he podido resistirme a enseñaros el vestido” Doll” para las pequeñitas. Su

color me apasiona y con esa capota ribeteada de puntillas, igual que en el cuello y manguitas, así como en el bajo… ¡Muerta me dejas Marta! Espectacular. De infarto, vamos.

Y otro, el “Arche”, tres cuartos de lo mismo. Miradlo y ya está. ¡Moriros! Tal y como está en la foto, yo la llevaría sólo a una boda, pero si le quitas la coronita de flores del pelo y lo cambias por un lazo, no es tan vestido y es exquisito. Si veo a varias entrar por la puerta de mi casa vestidas así el día de Navidad, me da un patatús. ¿Qué me pasará con la ropa de niños que me causa esta emoción? A lo mejor tendría que ir a un psicólogo… no sé yo.

El “Isa” no lo dejéis escapar; tiene un encanto, que,  por Dios…qué lazadota por detrás…Y por delante también es chipén. Ese color rosa lo hace dulce, parece un merengue de fresa preciosote. Yo se lo pondría en cualquier ocasión que me diera la gana de lucir a la niña. Eso sí, le cambiaría las medias y se las pondría rosas.

Para que no falte, uno de fiesta con delantal (mi hija lo tuvo año tras año en distintas versiones mientras se dejó). Es el “Casilda delantal”. A éste no le pongo ni un pero. Me chifla tal cual. Están tan acertadamente combinados los colores, el piedra del vestido con la gama de rosas y granates del lazo de la cintura, estampado del delantal y la misma corona, que la llevaría así si tuviera cualquier evento de “altura”… Ayy qué pedantito me ha quedado el «evento» de marras…

Los niños, como siempre, tienen menos, pero es que son menos complicados. Les pones unas bermudas beige y una camisa blanca y van de muerte. Una prueba es la “Camisa mao con bermudas Jorge y fajín”. Está para comértelo de mono. ¿Os habéis fijado cómo es el estampado del fajín? Delicioso. Y con camisa blanca también, más informal, es precioso el  “Bombacho Jorge con camisa volantito”. Lo complementas todo con rojo y ¡arreglado!

Me dejo un montón de cosas, incluido lo de bebés, pero ya os lo contaré otro día, que es tardísimo y la cama me llama… Jajajaja

¿Qué os ha parecido? ¿Os he resuelto algo? Espero que sí. Ahh, y se me olvida, que están fenomenal de precio, que ya sabemos como anda el patio…

Un beso agotado