
¡Hola a todossss! Espero que andéis más relajaditos que yo. Desde luego, hoy la clase de zumba, no me la salto, que ya llevo varios días sin ir y el cuerpo me pide marcha…
Llevo encerrada entre unas cosas y otras ni se sabe los días y me tengo que despejar.

Me apetece arreglarme, salir, comprar, gastar, jajaja…

No, de verdad que esto ya no hay quién lo aguante. Todo el día en el teléfono, con mensajes, con fotos, no puedo másssssss.

Así que os voy a hablar de una marca, que, aunque no es propiamente mi estilo, muchas me pedís que hable de ropa no tan clásica y yo me niego, porque lo moderno no me gusta.
Pero “Teté&Martina”, la marca zaragozana que no lleva mucho tiempo en el mercado, digamos que busca un equilibrio entre la modernidad y la tradición. Es decir, no son los clásicos vestidos con toques actuales que me chiflan, pero tampoco son modernos de los que me espantan.
Tienen mucho encanto y están muy bien hechos, con mucho gusto y calidad para las que os guste este estilo de alma romántica con un puntito rockero (así se definen ellos mismos).

Me gusta porque lo miras y piensas: ¡Pues qué monada! y, aunque no lo elegiría para mi hija, sé que muchas de vosotras sí, y como pienso en mis lectores, pues os doy una alegría.

Me gusta también por su estilo propio, no se deja llevar por las tendencias y siempre te sorprende.

Desde luego, de ella no podrán decir que copia, tal y como está este asunto últimamente. Es un estilo atemporal y Marta, su diseñadora, es un encanto.
Ya tiene muchas cosas a su favor. Porque todo importa. Hay diseñadoras que no se merece que nadie hable de ellas, porque son narcisistas y estúpidas, se creen diosas de algo, cuando no han hecho nada más que diseñar algo que gusta, que se compra y justo por eso deberían estar agradecidas y no estar en su torre de oro. ¡Torres más altas han caído!

Pero no… Las hay odiosas, como los actores de Hollywood, que van rodeados de un séquito para que no te puedas ni acercar.

En fin, rollos aparte, os voy enseñando las propuestas de Marta para esta temporada de primavera verano. Para las ocasiones especiales y algún que otro modelo de Comunión.
Monísimos sus conjuntos de falda de tul y blusa de seda o vestidos de lino con picos de tul. ¿Qué os parecen?
Sé que muchas os volvéis locas con este tipo de vestidos, que reconozco que son bonitos, elegantes y de unos colores formidables para ceremonias.

Y también preciosos los de lino con tul de plumetti en este tono nude tan divino. La verdad es que las niñas pueden ir hechas un sol. Románticas, dulces, exquisitas…


Con muchísimo encanto, los vestidos de tul grisáceo combinado con florecitas… Hay vestidos de florecitas, vestidos de tul y otro mezclado y la verdad, es que el resultado es muy creativo, muy de sorprender.

Se nota a la legua la calidad, el saber hacer, la puesta en escena. Ya sabéis que todo cuenta y de hecho, ya tiene muchos puntos de venta en España.
Ha ido poco a poco, como se debe ir, y lo ha conseguido.

El vestido sin mangas de tul de plumetti con la parte de arriba en un rosa exquisito y lazada es una monería para un evento de pleno verano.
Una corona de flores y unas bonitas bailarinas y ya veis el resultado…

También muy originales y dulces, los vestidos brocados en un rosa casi nude, como veis aquí a estas dos niñas.
Lazo de tul en la espalda y vestidos bárbaros. ¿No creéis?
¡Y qué color tan exquisito!
Lo mismo digo de la niña, tumbada en el sofá, con su vestido de lino y de tul en un tono casi malva, de picos y con el tocado, que es una maravilla.
Tal cual va, la veo espléndida.
No me importaría vestir a niñas así de monas.
Buen gusto, hay un rato.


También los vestidos de tul blancos, sin más, para que tu imaginación eche a volar con los complementos, cosa que a mí me vuelve loca.

O éste, en la que la espalda habla por sí sóla. ¿Qué os parece? No para niñas muy pequeñas, por favor…


Encaje entero en crudo, también es magnífico para los complementos y eso que el vestido es para lucirlo. Es precioso.
Y encajes blancos en estos vestidos…
¡Qué bonitos son el crudo y el blanco, por Dios!
No hay nada que los iguale, para mi gusto.
Cambiamos radicalmente de tono, con este coral reventón, y con conjuntos alegres, elegantes, para días especiales, sin ser de Arras ni nada de eso.

Increíble el conjunto de blusa con mangotas y pantalón.
¿No os parece divino? Y mira que tampoco soy de coral, pero Marta hace que me guste, que me haya fijado especialmente en este conjunto y que me parezca encantador.

Además, después se lo podéis poner en muchos otros momentos. No es para colgar en el armario.

El vestido de talle bajo, monísimo con lazada y la faldita de tul coral en picos. Vosotras decidís…

Estos conjuntos de falda de tul coral con blusa de encaje, que no los veo tanto…

Me parecen un poco difíciles, sobre todo para niñas tan pequeñas y me imagino que las alpargatas, que son ideales, al ponérselas así, habrá sido para la foto… O tal vez no, en cuyo caso, no me gustan nada como quedan con el conjunto.

Otro con el que me vuelve a sorprender es esta blusa amplia blanca con estampado de pantera, o algo así, y falda de tul de picos en amarillo reventón. ¡No se me hubiera ocurrido en la vida semejante combinación y la niña está monísima!

Madres modernitas, id tomando nota…
Por detrás, dos lazotes que la anudan. Un conjunto de fiesta totalmente. ¡Pero para mirarla muchooo!

Termino con el vestidito de lino sin mangas y falda de tul de plumetti, llenito de flores que adornan el talle y con un abrigo de lino ideal para cuando los días no son tan calurosos, perfecto para la primavera.

¿Qué os ha parecido? ¿Diferente, no? Pues de eso es de lo que se trataba. De que algunas encontréis aquí los vestidos que tanto estáis buscando y yo os doy la lata siempre con lo clásico.

Felicicidades a Marta, por su excelente trabajo y dedicación. Ha conseguido lo que quería, porque desde luego, no es una marca moderna en absoluto.

El alma romántica está ahí y todos lo vemos. Y el equilibrio entre lo moderno y lo clásico, lo ha conseguido con creces.
Al que hace las cosas bien, hay que reconocérselo. ¡Cómo no! ¡Faltaría más!
Un beso mañico