Perdonad por estos días, pero no me he encontrado bien para escribir. Motivos personales me lo han impedido y por mucho que quisiera, no me ha sido posible.

A veces, las cosas se complican y no puedes, aunque quieras. Y eso que recibo muchos correos relativos a la Navidad: que qué regalamos, ropa para esos días, amigos invisibles, etc.

Bueno, pues de golpe no puedo hablar de todo, pero sí, la verdad es que ya estamos en diciembre  y llegó el último mes del año.

Como siempre viene cargado de ilusiones este mes (no para todos, claro), de planes, reuniones familiares, fiestas, regalos, etc.

Siempre ha sido mi época favorita

del año. Mucho más que el verano que todos ansiáis tanto. Aunque, lógicamente, ya no es como antes, por motivos evidentes y porque, como a muchas de vosotras, nos falta gente fundamental en nuestras vidas.

Mis hijos ya están con la mente en Burgos, en los cotillones y demás. Y yo, como os dije el otro día, con los regalos, cumpleaños, mil cosas típicas de estas fechas.

En cuanto a lo que me decís de cómo vestir a los niños para esos días, no sé muy bien qué deciros, la verdad.

A mí me encanta que los niños se vistan ideales siempre y es verdad que son días especiales en los que te apetece llevarlos una chispa más arregladitos que los demás días.

Pero no es fácil comprar un modelo exclusivamente para Navidad, o, al menos, yo, no lo haría. Sí que les llevaba más arreglados desde luego, pero con ropa que después iban a usar, sea para distinguir algún otro día, para algún cumpleaños, no sé, pero no exclusivamente “ropa de Navidad”.

Algunas creo que se pasan y otras no llegan. Conozco de todo. Niños que van fatal, como si fueran al campo a jugar al fútbol y otros “demasiado recargados”, con todo tipo de adornos.

Vamos, casi casi, como el mismísimo árbol.

Y no. Me encantan los niños arregladitos, coquetos, pero siempre dentro de la moderación, del buen gusto, de las monerías.

Recurro para poneros ejemplos de lo que yo les pondría y de paso, de algún regalo que podéis hacer, a “Teresa y Leticia”, cuyo gusto exquisito y clásico, si bien de plena actualidad, siempre me deja admirada. ¡Cómo consiguen cosas tan monísimas!  Un caso clarísimo de buen gusto y niños monos. Siempre aciertan con todo, siempre.

Sustituyen el que no sea de una calidad sublime por tal exquisitez, monería, niños dulces, niños vestidos de niño y acierto total en los diseños, que ni te fijas en si la tela es la más cara del mundo.

Cada niño tiene el modelo apropiado, ideal, bien sea más arregladito o menos.

Todo es de locura y el talento de María Quereda, una de las componentes de la marca, no tiene nada que envidiar al de tantas modelos y decoradoras que salen en el Telva y nos dejan boquiabiertas.

Estoy segura de que ella, con todo el dinero que se usa para esos preciosos reportajes que vemos en ésta y otras revistas, haría verdaderas maravillas.

Bueno, pues no voy a ir modelo por modelo, ya que os digo que estos días, ando un poco desganada y sin tiempo, pero sí quiero que veáis cómo les vestiría yo para los días navideños.

Sirven estos y muchos otros, pero la gente que quiere llevarlos perfectos y no gastarse un fortunón, aquí pueden encontrar la solución.

Me muero por los vestidos clásicos, como el Flavia (los podéis encontrar en más colores), de organza, manga tres cuartos y volante en cuello y puños, también de organza.

La clásica banda con lazada atrás. Nunca habrá vestidos más

bonitos que estos.

Ideal para estos días, ya veis que sienta genial y con leotardos y bailarinas en gris, perfecto. También quedaría sensacional en marino.

Vestidos elegantes, sencillos, con clase… Nada de los vestidos, como os decía antes, tipo tarta o árbol de Navidad.

Divinísimo el vestido Sofía de arriba, en la misma línea y confeccionado por tres telas: un cuerpo de villela cruda con escote redondo, volantes en mangas y en el mismo escote y falda fruncida en una preciosa tela estampada, dulce y delicada con banda en un verde delicioso.

¡Éstas son mis niñas! Así, da gloria verlas, todas alrededor de sus regalos, un día mágico…

Es una visión sublime, dado que el buen gusto de mucha gente no sé dónde demonios se ha quedado, con tanta marca espeluznante, llena de cuellos que se las comen, adornos imposibles, más vuelos que la Gigantilla de Burgos y llenas de lazos por todo el vestido… ¡Qué espanto, por favor!

Más de lo mismo con el modelo Triana, divino, con talle alto, escote cuadrado y falda de vuelo con lazo de raso gris perla en el talle, con lazada en la espalda.

Me privan los puños y cuello rematados por volante de tira bordada de plumetti en crudo.

¡Cómo está la niña, madre de Dios!  Una niña monísima de las de toda la vida.

¿No creéis que no necesita nada más?

Más arreglado y absolutamente impresionante, el modelo Pierrot en rosa, que repiten un año más y no me extraña nada.

Una maravilla sin igual de talle alto y volantes especiales en mangas y cuello.

De tres telas también: cuerpo de terciopelo rosa Francia con falda en tul plisado rosa y volantes de cuello y mangas en fluida cruda.

No tengo más que añadir. Sobran las palabras. Combinadlo bien y veréis.

Otra divinidad, el vestido Tívoli, aquí, en azul grisáceo. Elegantísimo y sencillo, de talle muy alto y fruncido con goma en la cintura. Escote ideal, cruzado y puños de encaje de valencié crudo. Es una tela exquisita, con muchísima caída y finita.

Otra niña de estampa navideña. Da igual el color. Lo importante es la exquisitez de todos estos modelos. Niñas de portada absolutamente.

Superior para estos días, el modelo Velvet, cortado en el canesú y fruncido desde ahí. Cuello a la caja. Anudado en la cintura por cinta de raso pespunteada.

¡Ideal del todo, lo tenéis en verde agua y en color topo!  Cualquiera de ellos, delicioso.

Otro clasicazo suyo que me pirra es el modelo Campana, da igual el color. Cortado en el talle con falda de pliegues haciendo tablones.

Escote y remate de las mangas con volantito de grogren en color crudo y un fajín ancho de morir con lazadota en la espalda.

¡Qué maravilla y a cuántas niñas he vestido con este modelo!  Jamás se falla. ¡Imposible del todo!

Modelo Berlín, chiflante también, como veis y muchísimos más…

Os dejo fotos, pero entrad en la web y veréis cosas parecidas, todo de este estilo clásico y apasionante que hace que quieras ver más y más…

Bárbaros sus complementos, como la capa de terciopelo, que os enseño en celeste, pero la tenéis en muchos más colores.

Pues, qué queréis que os diga… Mirad cómo queda y el empaque que le da a cualquier vestido mono que lleve la niña. Es una niña de mirar y remirar mil veces.

No puede haber un complemento más mono que una capa bonita. Ésta es con capucha y cerrada con lazo al tono.

Como brutal queda también la pañoleta de lana, cruzada en el delantero y anudada en la espalda, rematada con encaje de bolillo. Cualquier vestido se vuelve a inventar…

Y también, la mañanita, que no es ni más ni menos que un abriguito ligero precioso, de talle alto y manga tres cuartos. Caídas de la falda redondeadas desde el talle y manga y falda rematadas con volante de la misma tela. Un lazo de raso al tono en el talle y otra maravilla al canto.

Más capas, más vestidos y más delicias. También para niños, cosas ideales de las que si puedo, os dejo fotos.

No os perdáis nada de esto, porque, tanto para estas fiestas, como para cualquier ocasión especial de nuestra vida, es una opción de diez, os lo aseguro, y como os he dicho antes, sin ninguna posibilidad de no acertar.

Los complementos y el buen gusto de cada una, le dará el toque particular a cada modelo.

¡Tened cuidado, sed prudentes y jamás, jamás olvidéis que menos es más!

Un beso prenavideño