
Bueno, hoy estoy bastante desganada. No sé si será el tiempo tonto éste o qué. Llevo un día fatal, sin saber por qué.
Ya veis, unos cuentan los días para que los niños acaben el cole; otros para que empiecen sus vacaciones… y yo, ahora mismito, para que llegue FIMI.
Aquí, cada uno a lo suyo. Tengo muchas ganas de ver a la gente y de ver la ropa y espero no ponerme con 38º de fiebre, como

en enero.
Imagino que no voy a ser tan gafe… Además, en esta semana tengo que terminar (y empezar) con el ajuar de Pablo, que se va el viernes. ¡Si es que siempre coincide todo!
Justo el día 20 de junio nos había invitado mi amiga Menchines a su casa a cenar y como alguna de Burgos no puede, al final se aplaza.

Menos mal, porque muchas ya sabréis lo que supone ir a una feria… todo el día de pie, hablando, malcomiendo… en resumidas cuentas, agotador.
Pero Menchines, que sepas que la próxima vez, voy aunque sea sola. ¡Ya está bien, es que no hay forma de reunirnos todas! Sé que es complicado pero si se quiere, se puede. Y Menchines, como es un sol, nos invitará una y mil veces, hasta que todas podamos. Si la conoceré yo…

Ya os hablaré algún día de Menchines, que merece capítulo aparte. Es un “cerebrito” de niña (y digo niña porque la conocí siendo niñas y niñas seremos siempre, jajaja), un encanto y una de las mejores personas que conozco. Como buen genio, un poco despistada y con momentos de ausencia que me encantan. Además, cuando estamos hablando, de repente, se calla y se pone a pensar en cualquier cosa y te deja como diciendo: “pero a ésta ¿qué le pasa?” Jajaja, a lo mejor, ella, si me está leyendo, no lo sabe, pero es así. Es genial y auténtica. Eso es lo bueno.
Y voy a pasar a hablaros de una marca veterana en el mundo infantil. Tanto, que nació en 1968. Vamos, que yo no había nacido…

Más pistas: marca gallega, calidad máxima, diseño impecable, patronaje de matrícula de honor… ¿sabéis de quién hablo?
Sí, de Sanmar: la marca que viste a los niños dese hace más de cuarenta años y que, lejos de haberse quedado obsoleta, se ha venido arriba y sigue siendo un referente fundamental en la moda infantil española.

Líneas clásicas, pero mandando las tendencias de cada temporada. Telas increíbles, cortes perfectos, pliegues estratégicos. Todo lo que hace que su ropa siente como un guante. Y es que la experiencia, es un grado.

Yo, simplemente con ver sus diseños, veo el gran trabajo que hay detrás de cada uno de ellos. Pueden parecer sencillos, pero para las que “sabemos” un poco, ahí está todo pensado y requetepensado para que los niños brillen y vayan perfectos.

Los detalles de cada prenda y, como os he dicho, las formas, pliegues, pinzas… todo en su sitio para que siente de maravilla. Además, su ropa es elegante, fresca…
Destacaría que cada vez arriesga más, es decir, cada vez hay algo qué piensas: ¡Uyyy! Pero ¿Sanmar tan moderno? Y es que hay que arriesgar… Ya os digo que os vayáis preparando para el próximo invierno, porque, yo, al verlo, me quedé con la boca abierta…????

Bueno, voy con la colección de verano, que es la que toca ahora. Además, en muchas tiendas, ya tenéis descuentos, como por ejemplo, en Daniel y Daniela, cuyo logo está en mi blog y que, simplemente introduciendo el número que pone, te hacen un descuento. Tan fácil como eso.

En primer lugar, os voy a enseñar su colección “Navy”, de la que, se puede decir, que es la marinera, pero reinventada de la mano de Sanmar. Los colores naúticos están presentes, pero cambian cosas, detalles… Todo eso les hace únicos.

Me encanta el vestido blanco de piqué, con talle bajo y pliegues. Los botones dorados, símbolo inequívoco de lo marinero y el diseño sencillo lo hace encantador. El tocado y el bolso a juego, con los colores naúticos, monísimos. Un vestido realmente con un gusto exquisito. Es de esos en los que se ve a la legua que la tela es buena y es bobada, pero es así…

Monísimos también los de piqué rojo (el rojo es fabuloso para el verano). En dos versiones y por supuesto con el detalle del lazo azul con el ancla, todo pequeñito, pero se ve. El de la más pequeña tiene un cuello precioso como formando ondas y bolsillos de plastón y el de la más mayorcita
de talle bajo, con las mangas en forma de alitas y como os he dicho, con cortes y pliegues que hacen que siente como un guante. Con un poco de vuelo, ideal.

Y os enseño estos vestidos blancos, también de talle bajo y rayas anchas en rojo y marino en la falda. De una tela brillante, lejos de los modelos clásicos marineros, pero igualmente encantadores.
El de la mayor con las mangas de alitas en la tela de rayas. La pequeña, con chatos en los hombros en la misma tela.
Detalle de bolsillo con botón dorado y vivo en las rayas, tocado… ¡Divinos! Y el niño no

falta: tan sencillo como un polo blanco mono con detalles en marino y pantalones cortos de piqué rojo. Ya sabéis (ayyy, qué obsesión la mía) que yo le pondría los zapatos rojos.
El bolso de las niñas tipo limosnera me gusta hasta para mí.

Otra colección muy pensada: “la Coral”. Inspirada en la gran diseñadora Coco Chanel, le ha salido bordada. Yo, sin saberlo, he pensado: ¡pero si parece un conjunto de Chanel en miniatura!
Y ya lo veis: este vestido, con tela preciosa de Jacquard y lazo en el cuello tiene el sello inconfundible de Chanel ¿sí o no? Sin mangas, con el cuello ribeteado con vivo coral y los

cuatro botones dorados, es absolutamente precioso. Elegante, delicado… sirve perfectamente para ir a un sitio bien arreglada. ¡Y cómo va la niña! Preciosa.

Y atención al “conjuntazo”. Este, en mi talla… Chaquetilla corta con bolsillos con vivos coral, en la increíble tela de Jacquard de nuevo y rematada tanto en el cuello como en los puños con pequeñas borlitas color crudo. A juego y también en la misma tela, los shorts, que sientan de cine. Y por dentro, un blusón exquisito en voile coral de volantes, rematados también por las mini borlitas en crudo.

Bolso a juego y ¡tachán! ¿No estáis viendo una réplica de tantos y tantos modelos como los que lleva Carolina de Mónaco? Es una auténtica maravilla, un espectáculo para la vista. Os he dicho que la marca es gallega ¿no? Jajaja.

Como el blusón, lo tenéis en vestido, precioso, y más ponible que los otros dos de los que os he hablado. Divino para cualquier día y con una clase innegable. Cuello redondo y de volantes entero.

Los niños, pues como siempre, a mandar… pero mirad qué monada de jersey, en coral, con rayas blancas. Bermudas blancas y perfecto. Ya sabéis mi pero…
Voy ahora con la colección “Tropical”, en una tela verde con estampado que simulan palmeras. Más ponible y también estudiada al detalle.

Monísimos los vestidos: el de la pequeña, con un doble cuello en la tela estampada y blanco con un lazo a un lado, manga corta y los pliegues necesarios para que quede un señor

vestido. El de la mayor, sencillo, sin mangas y con el pliegue desde arriba, con abertura delantera. Y también tenéis el conjunto de pantalón pesquero en la misma tela, chaquetilla verde manzana cortita y blusón ideal blanco por encima del pantalón.

De mucho poner los tres y perfectos. Sencillos, con gusto y con el buen hacer de Sanmar. La calidad se nota de lejos. No son trapillos, no. De eso nada, monada.
Hasta los tocaditos y pañuelos del pelo me encantan. Las niñas están soberbias. ¡Que bien lo hacen, por Dios!
Sigo, que me emociono: La colección «Bloom”, que me ha dejado anonadada

por el juego de colores en las flores de la tela. Yo no soy amiga de estampados con muchos colores, pero me rindo ante la evidencia. No sé cómo lo habrá hecho para que me chifle, pero le ha salido un juego de colores mágico.

Eso se debe de llamar arte, maestría para combinarlos, porque de otra forma, no me lo explico. Mirad este vestido increíble de bonito de la niña pequeña, con cuello bebé, talle alto con lazo, abertura delantera y el bajo con forma de ondas. ¡Es apasionante! Jamás de los jamases, si me lo describen por teléfono, me hubiera imaginado semejante maravilla.

No sé ni cuántos colores tiene, ni los pienso contar. Sólo sé que es una joya, al igual que el mono de la mayor: sin mangas, con cinturilla ancha, y cortito, con sus pliegues. Ideales ambos. ¿Cómo veis a las niñas? Pues eso. Me chifla tanto para ir por la calle como para un día especial. Son tan elegantes y chiflantes… Dos hermanitas como éstas por la calle… ¡te mueres!

Hace mucho que no lo digo, pero ¿qué habrá en Galicia? Yo ya estoy casi segura de que tiene que ser el clima, porque lo que digo de las meigas es broma… pero vete tú a saber, que me río pero la realidad habla por sí sóla.
¿Por qué en Burgos no pasa esto? También debe de ser por el clima. El hielo nos deja paralizados, jajaja. No, en serio, los gallegos se llevan la palma.
Y termino este derroche de buen gusto y elegancia con la colección “Blue Lagoon”, en verde manzana y azul Klein. ¡Qué dos colores! Divinos para el verano.

Monísimo el vestido verde de la pequeña, con escote asimétrico, lazo azul a un lado y talle formando ondas… Lleno de pliegues en el vuelo.

El de la mayor, con las mangas de “alitas”, lazo azul y talle bajo. Bolso azul Klein a juego. Me chiflan los dos.

Y lo mismo me pasa con los azules. ¡Qué azul más divino! Los tenéis lisos y estampados. Los lisos con los detalles estampados y viceversa.
Mirad a esta niña, con el vestido azul liso, cuello redondo y talle alto con trabilla por donde va un cinturón en la tela estampada con un chato coquetón.

Y preciosísimo el mono estampado, con lazos azules lisos en los hombros. El blusón (es de dos piezas) terminado en dos volantes y con el vivo azul. Coquetón total.

Y también la tela del mono la tenéis en vestido: encantador con sus lazos azules en los hombros, talle alto con vivo azul y pliegues que le dan un poco de vuelo. Ideal.

Aquí arriba, veis al grupito de “niñas chulitas”, muy seguritas de lo monas que están: los dos conjuntos estampados y los dos vestidos lisos. Me faltaba el de la mayor, que es sencillo y bonito como nada, ya lo veis. Para estar perfectas, les cambiaba el calzado a todas y las dejaba como un sol, jajaja.

Bueno, estoy encantada, porque sé que os he dejado con ganas de más. Poneos nerviosas ya de cara al invierno, que vienen curvas… Yo siempre me quedaré con la parte más clásica, pero como vosotras mismas me decís, hay gustos para todo e intentaré, como siempre, que todas (y todos, perdón) os quedéis contentos.
A Sanmar, decirle que ha sido un placer y que nos vemos este fin de semana en FIMI. ¿Qué nos habrán preparadado para el verano que viene? ¿Habrán tenido meigas ayudando?
Lo sabréis muy prontito.
Un beso que sabe muy bien a dónde va, como Sanmar
Genial tu descripción de nuestra querida Menchines. Esto de reunirnos se esta convirtiendo en una cuestión de estado, pero me voy a poner manos a la obra y voy a ejercer de capitán general y voy a poner una fecha y un día y os quiero a todas firmes. Por cierto, es verdad que Menchines es una estupenda persona, yo la quiero mucho, y a pesar de no vernos os llevo a todas en el corazón.
Dios mio me gusta todo.
mis nietos , mi tesoro!!! Y mi ruina!!!
Jaja, Concha, te entiendo!