
Empiezo a escribir, sin saber muy bien qué deciros, porque las palabras se me agolpan en la cabeza y no son cosas que os quiera decir porque todas son tristes…

No quiero transmitir más tristeza. Todos mis pensamientos, mis recuerdos me los quiero quedar yo.

Así que: “que nadie piense en mí. Soy diferente hoy. Aquél que me llenó la vida, ya no vive aquí. Que nadie piense en mí, que nada cambiará. Volver a comenzar, es imposible…”

Estoy cantándola a grito pelado. Siempre me puso la piel de gallina esta canción y es que las letras que le escribió José Luis Perales a la Pantoja, eran tan bonitas, tan sinceras… “tan sólo recordar…” Brillante esta canción.
En fin, ya veis cómo sigo. Pero fin. Se acabó. Me estáis escribiendo mucho y os lo agradezco infinito. A partir de hoy, voy a intentar estar mejor, aunque me cueste la vida.

Mi ideal era seguir con la moda que viene para este invierno, pero tengo tantos correos pidiéndome que hable de comuniones, que me es imposible negarme.
Cada vez se presentan las colecciones más pronto y dentro de nada, ya estarán en las tiendas.

El tiempo vuela… Así que aquí estoy como mi querida hija, que en verano, ya está pensando en que hará en Navidad. En Navidad, piensa en que se va a poner en los carnavales y en febrero, ya tiene organizado el verano. ¡No puedo con su hiperactividad!

Pues vamos con ello. Ya sabéis que hay un montón de firmas para las comuniones, cada una de su padre y de su madre, como digo yo.

Y a lo largo de todos mis post, creo que he dejado claro cuál es mi gusto en este sentido. Pero no puedo hablar siempre de lo mismo y hay colecciones que merecen la pena por su trabajo, su mimo, su romanticismo, etc.
Así que, queda abierta la veda para todas las marcas de comunión que me merece la pena enseñaros.
Serán más de niñas, ya lo sabéis. Pero es lo que hay.
Y éste es el caso de “Sánchez de la Vega”, la marca sevillana que empezó hace unos años y que siempre nos deja claro que son de Sevilla, lo que se refleja en cada uno de sus diseños.

Los modelos Jimena y Ángela, como sabéis, son de mis favoritos. Soy amante del buen gusto y de la sencillez. Me parece que están monísimas con esa toquilla. Tienen un aire de niñas monas, de inocentes, sensacionales.
Podéis `ponerla en rosa o en verde, color que cada año está más presente en las comuniones.

Tiras bordadas, plumettis y absoluta sencillez. El pelo recogido o no, según las veáis vosotras. Hay coronitas de flores preciosas y pueden llevar el pelo suelto y lucirlas. Pero también hay recogidos sencillos e ideales. Vosotras mismas.

El modelo Antonieta me tiene fascinada. En color crudo (mi favorito) y con tul bordado y crochet, no puede ser más divino.

Me recuerda a las novelas románticas que he devorado. La manga al codo y ya lo veis. Sobran las palabras. ¿Cómo lo veis? ¡Qué pechera, por Dios!

Otro colosal, en crudo y blanco, repleto de detalles y con lazada de tul anudada a la espalda : el modelo Victoria. La pechera parece que se une con las mangas, y las puntillas en beige le dan un aire retro fantástico…

¡Ayyy! Es que esta temporada, me están gustando muchísimo.


Con manga farol y en blanco puro, el modelo María es también bárbaro. Delicado y romántico, con detalles mágicos, es sensacional. Triunfaréis con él. Seguro.

El modelo Leonor, más cuajado de puntillas, pero también precioso. Ya lo veis y de nuevo, sobran las palabras. Porque el amor y la vida se reflejan en él. Creo que ninguna palabra de amor supera el amor que transmite una mirada… Pues eso, miradlo y recrearos con él.

El modelo Teresa, en azul pero sencillo y delicado, para las que os atreváis con colores. Pienso que es divino, nada recargado, así que aunque sea azul, me parece caprichoso y apetecible.

Los modelos Isabella y Catalina son los más arriesgados. Pero sé que hay muchas que es precisamente lo que quieren. Ser diferentes y lanzarse a algo novedoso para ese día tan especial para todos.
Pues con estos dos modelos, conseguiréis el efecto deseado. También y como digo siempre,

hay que tener en cuenta cómo es la niña, si le favorecen o le hacen mayor, etc. Por favor, con estos, el peinado más sencillo que podáis.

No necesita ni cruces, ni limosneras ni más adornos que el propio vestido.
Es domingo y Tess me espera para su salida. Me voy a vestir y a preparar algo para comer.

Pablo aún sigue en la cama y la casa huele a tabaco que echa para atrás. Estoy con las ventanas abiertas desde primera hora de la mañana. ¡Ni que estuviéramos aún en verano!
Ha llovido esta noche, pero ha amanecido un día espléndido, con sol, como si fuera primavera en vez de otoño. En Burgos ya está haciendo frío (para no variar) pero aquí, el verano no se ha ido del todo.

Lo malo de esto es que no sabes si seguir con sandalias o con botas. Yo he ido de verano prácticamente pero sí que me he puesto ya botas. Las sandalias, haga el tiempo que haga, ya no me pegan.
Pues ya ha pasado todo el día y estoy en casa escuchando a la Pantoja, como os he dicho al principio. ¡Que me chifla ese disco!

Sigo triste, para qué negarlo. Cada día con nuevas preocupaciones y disgustos. Tendré que ir sintiendo menos y avanzando más. Lo prometo.
Un beso sencillo, pero auténtico