
Hoy me tendréis que perdonar, pero estoy un poco resacosa… Y no de beber, precisamente, aunque también un poco.
Ayer tuve la comilona con mis amigas en Valladolid y fue un no parar, como siempre que nos juntamos.

Confidencias, noticias de última hora, ponernos al día en lo más mínimo, risas y más risas… Todo eso, agota.

Estuvimos tomando vinitos y aperitivos antes de comer, hizo un día estupendo (para mí, claro) ya que ellas son bastante escarchadas, jajaja, así que yo me quedaba fuera y estaba con la que salía a fumar, porque dentro tenía muchísimo calor.


Después comimos en un sitio con mucho encanto, “La Pícara” y seguimos hablando y riéndonos.

Adela hizo de anfitriona estupendamente y yo recordé mis tres meses viviendo allí, cuando aprobé la oposición… Fue como si el tiempo no hubiera pasado.

En fin, después estuvimos tomando café y enseguida, ya rumbo a Madrid.

Condujo Elena y nos fue repartiendo a las cuatro que estamos asentadas aquí.
Bueno, pues fue un día inolvidable. Corto, pero intenso. Ya hemos quedado que la próxima en Villarcayo, que la juerga está más que asegurada. Además, nada de ir y volver en el día.

Allí, con fiesta de pijamas incluida. ¿Eh Lydia?
Os hablo un poco de una marca nueva en esto de la ropa, porque en baño ya era conocida. De nuevo, cositas de punto, de tela; ropa de bebés y niños hasta los doce años, fresca, sencilla, con muy buena calidad. Otra marca que va a gustar mucho, falditas monísimas, jerseys con capucha llenos de gusto. Una marca valenciana, como varias de las que os he hablado.

Sonia Remohí es la culpable de este nuevo proyecto. Para el baño, ya diseñaba sus propios estampados y ahora me consta que no para. Viaja constantemente en busca de nuevos tejidos, de nuevas ideas que aportar al mundo infantil.

Que se pongan las pilas todas las marcas “encumbradas”, porque vienen curvas con tanta marca nueva, llenas de frescura y buen gusto.

Os enseño parte de su colección, aunque sea un poco tarde, porque sé que ha triunfado este invierno, pero quedan tallas y además, así la conocéis.
Chiflantes sus faldas de punto Dreams, en varios colores…
¡No me digáis que no son bárbaras! Ponibles, coquetas…¡Me privan! Qué monería con las blusas de plumetti blancas.
Ya veis, con tirantes que hacen ondas, sin muchas complicaciones, pero con un diseño y un punto fantástico.

Los tirantes cruzados en la parte delantera es toda una novedad. Y las faldas tan cortitas me pirran…

El color mandarina viene
pisando fuerte este invierno, la verdad, aunque yo me quedaría con la gris o la arena, que sabéis que me pierde este color.

Aquí la veis con el conjunto de niño a juego: pues dos niños monos, de mirar por la calle…

Con leotardos y botas estilosas, cañón para climas fríos y si no, con medias, también quedan monísimassss.
Vestidos sencillísimos como éste, de estrellas en gris. Ya veis, le ponéis cualquier adorno, como el collar y mil ideas para complementos monos o simplemente así, sin nada.

A juego, el conjunto de estrellas. Para dos hermanas… ¿Qué os parecen? Con pellizas o chaquetones grises, las llevas de fábula.

El vestido Valencia, haciendo honor a su tierra, en un verde mar, también con volantes a lo largo del cuerpo, nos deja claro que estos tonos se llevan más que nunca este invierno, como ya visteis otros días en otras marcas.

El jersey de niño, a juego, para que vayan divinos perfectamente coordinados.
Y la pequeñaja,

con el jersey mandarina y el culotte Valencia. Unos conjuntos deliciosos y dulces.



Más sencillez con el vestido Londres, en gris, sin duda, otro de los colores triunfadores de la temporada.
Y a juego, el bebé, con chaqueta de punto gris y culotte Londres…
También monísimo el jersey del niño con los shorts Praga. Gris y beige, siempre magnífico.


El gorrito de aviador… Todo, de enamorar por completo. Y más a las madres más modernitas.

En esa misma línea no clásica, el conjunto de niña New York, con blusón con capucha y bombachos. ¡Estilazo!

Y cómo no, también para niños. ¿Qué opináis?
¿No están monísimos?

Es este estilo de ahora, que no es clásico, pero tampoco moderno, de esos horrorosos que hay por ahí y que encima, cuestan un congo belga.
Preciosísimos los jerseys con capucha de pelo natural. ¡Qué bonitos y qué partidazo se les saca todo el invierno y en la primavera de muchos sitios!
El verde… tanto para niño como para niña… Con unos pantalones vaqueros, grises o beige, queda de lujo.

¡Mirad cómo están los niños! Pues da gloria verlos. Cómodos e ideales, no siempre todo tan

puestito, con tantos vuelos y lazos, por Diosss!
El jersey mandarina con la capucha puesta, espectacular ¿no?
Aún no he visto a ninguna niña así…
Espero verlas pronto. Tiene una clase que no puede con ella, desde luego.
¡Es un bombonazo de jersey!



En gris, sublime también y más con este bellezón de niña que hace de modelo. Me parecen de una categoría bárbara.
Es que tiene que ser un gusto poner estos jerseys a los niños y ver cómo los van luciendo.
Los míos ya son mayores, que si no…
En rosa también. A cada una, el color que mejor le vaya con la ropa y el que mejor siente a la cara de sus niños, también algo

importante y siempre a tener en cuenta.
Blusas, gorros, capotas…
Todo suma en Salacadula y en esta colección, ya se vislumbra la calidad, el estilo y el buen hacer de Sonia, que como a todas, le tocará trabajar duro, pero tiene ya mucho ganado, porque la primera colección marca la pauta y esta la ha marcado a fuego.
Estoy segura de que os ha encantado. A unas más que a otras, por supuesto. Es imposible dar en el clavo con todas.

Pero lo que sí tengo claro, es que cada vez me pedís más este tipo de ropa, muy lejos de los vestidos-menina tan recargaditos de otras marcas.

Y os felicito por ello. Como siempre os digo, un vestido bonito de vuelo para una niña pequeña, no me puede gustar más, pero el abuso de los adornos que hacen muchas firmas, lo está destrozando.
Esperemos que los vestidos de vuelo vuelvan a ser bonitos, como de hecho, los hay, aunque cada vez menos y que la cursilería más profunda, vaya desapareciendo.
Me voy, que tengo la casa manga por hombro.
Un beso sencillo pero hechizado
En villarcayo haremos turismo de naturaleza y turismo de bares. La fiesta del pijama asegurada