¡Me ha tocado la lotería! Pedí  salud para todos los míos y, de momento,  la tenemos. De verdad que no quiero más. Si todos los millonarios están amargados… jajaja. Lo digo en broma, pero en muchos casos, lo pienso. El dinero sólo ayuda, y a veces, ni eso.

Estos días os he dado ideas de ropa muy arreglada, sofisticada diría yo, para estas Navidades. Pero la verdad, es que los niños pueden ir

ideales como han ido toda la vida: con diseños clásicos, que nunca pasan de moda, además de ser exquisitos.

Yo creo que el ochenta por ciento de los niños van un poquito más arreglados estos días, pero nada más. Simplemente monos, como niños que son.

Hoy os hablo de una marca que acabo de conocer, pero que, cuando la ví, pensé: “Más o menos, así he ido

vestida toda la vida”. Hubo algo que me enganchó. ¿ El qué? Lo mono, lo normal, lo no excéntrico… miles de cosas.

Rigans, que así se llama la marca, demuestra cómo se puede ir impecable a una fiesta y cualquier día normal con el mismo modelo. Lo clásico, lo de siempre, jamás pasa de moda.

Están muy bien cierto tipo de tendencias para ponérselas un día, dos… y punto. O ser millonaria y ponerle cada día un vestido o abrigo.

Pero quien tiene la cabeza en la tierra, sabe que que todo no puede ser. Y para ir monos siempre, hay algo que nunca, jamás falla: lo clásico.

La marca Rigans, en esta temporada otoño-invierno 2014-2015, se ha inspirado en la Casa Montmorency, una de las más antiguas y prestigiosas familias de la alta nobleza francesa. El linaje toma su nombre del Señorío de

Montmorency, en el actual departamento de Val d´Oise, al Norte de París. Ya veis que en este blog no nos andamos con bobadas de andar por casa, jajaja.

Se puede decir que la ropa es de inspiración romántica y natural: es muy normal ver ilustraciones de pájaros y estampados florales que nos transportan al Palacio de Chantilly, uno de los más bellos de Francia.

Bueno, todo esto, para quienes lo conozcáis. Para el resto de los mortales, se trata de una colección de mucho gusto, con telas exquisitas y estilo clásico en general. Traducido ¿no?

De todas formas, yo , que no soy imparcial en casi nada, tengo que reconocer que la inspiración de la Casa Montmorency me ha encantado. Es como si la estuviera viendo…

Para las ocasiones más especiales hay prendas realizadas con jacquares, puntillas y bolillos, además de los exclusivos nidos de abeja y los clásicos abrigos de lana y de terciopelo. Todo artesanal, fabricado en España.

En cuanto a los coloridos, yo destacaría los empolvados y cremas. Todo mezclado con los colores propios del otoño, como son los burdeos, grises y marinos.

Me ha parecido una colección preciosa. Mientras no se me aparezca el espíritu de los Montmorency… Que, vete tú a saber, a lo mejor nos reclaman cualquier cosa.

Todas las prendas de abrigo son de mi total y absoluto gusto: los abrigos de ondas de los bebés, los abrigos de frunces o lazadas de las niñas, los loden de los niños (estos han estado en el armario de mis hijos año tras año en verde caza y en beige); los abrigos marineros  (benditos ellos que hacen maravillas en cualquier niño), las trenkas de doble faz, perfectas y elegantes. Incluso alguna innovación, como el abrigo rosa empolvado del lazo, ideal por cierto.

En los vestidos, cómo no, un escocés con el cuerpo gris oscuro de talle alto, sobrio, sin fantasías y las bermudas del niño a juego. Preciosos.

Destaco, y repito, las exquisitas telas con estampados elegantes y delicados, con motivos de pájaros, cuadros, toile de jouy, sombreros… Todos ellos en tonalidades suaves y exquisitas, nada de estridencias ni gritos de colores.

Los nidos de abeja, fabulosos en esos estampados, les dan un aire romántico total. Y los niños, clásicos, vestidos en las mismas tonalidades. Cuellos de encaje en algunos modelos, flores un poco más grandes, capotas, manga francesa, cuellos dobles llenos de encanto…

¿Cómo veis los abrigos de ondas de las bebés? Tanto en un color como en otro, divinos. El rosa más especial claro, pero igualmente divino.

¿Y los de las niñas? ¿Quién no ha tenido algún abrigo de éstos (las madres incluidas)? Me privan. El abrigo de frunces y el abrigo lazada siempre los

he visto por los armarios de mi casa, bien nuestros o bien de mis hijos.

Las trenkas es otro clásico, eternas: éstas de doble faz son ideales, tanto en gris antracita como en camel ¡Qué dos colores! Y para ir un poco más vestido, ni el loden, ni el marinero fallan. Nunca. ¡Estoy disfrutando con esta ropa!

Este conjunto de niño ¿no es preciosísimo y de siempre? Entonces, ¿para qué variar tanto? Para mí, es con los que más guapos están, y cada día estoy más convencida.

Los vestidos de las niñas…Uhhmmm. Algunos deliciosos, otros divinos y todos bonitos. El de estampado de pájaros en tonos beige no me puede encandilar más. Tiene cierto aire antiguo que me pirra. Es delicioso.

El vestido “Topo”, con estampado delicado de flores, nidos de abeja y ese doble cuello es una maravilla. Desde luego, digno de cualquier niña de la familia Montmoreney,  jajaja. Sin duda. Combinado con camel o granate, queda un conjunto encantador.

Mis favoritos son el de sombreros y el “Hortensia”. El primero por los tonos y el estampado. El segundo, porque me parece de película: ese azul grisáceo, con las puntillas como antiguas en el cuello y en la manga francesa. Es deliciosamente exquisito. De flores grandes que apenas se nota por la delicadeza del tono… Maravilloso.

Todos los demás que os voy enseñando me encantan, pero a mí me gusta pringarme y por eso os he dicho mis favoritos. Así me va a veces. No soy nada diplomática, pero, de verdad, que no hay ni uno sólo que no me guste.

El pelele y vestido crudo con nidos de abeja, sabéis mejor que yo lo que me parecen. Mis colores y nidos juntos…¡Chapeau!

Y ¿qué opináis de estos bebés? Uno con peto de toile de jouy y camisa de plumeti que dan ganas de morderlo, y el vestido de 

sombreros de la bebotona, asomando ese cuello de nidos de abeja… Ya os digo que tiene razón Rigans: para el Palacio de Chantilly como mínimo.

Por no hablar del de liberty de toda la vida de Dios. ¡Cuántas fotos tendré con mi hermana con vestidos iguales que éste! Y después, mi hija y mi sobrina, y perdurarán por los siglos de los siglos. Eva, la hormiguita de Gijón, ¿me oyes?

Los demás modelos de bebé, pese a  ser de flores o estampados  grandes, me chiflan por los tonos. Rigans sabe lo que hace perfectamente. ¿Qué se excede en una cosa? Pues lo corta radical por otra. No hay ningún rastro de estridencia ni de mal gusto por ningún lado.

Y ahora, y fuera de bromas, se nota de dónde les viene la inspiración.

Rigans y yo vamos a hacer muy buenas migas.

Un beso señorial