¡Seguro que hay sol, mañana… vas a ver que pase lo que paseee, sale el sol…” Pues sí, hoy estoy de este ánimo porque, a pesar de las mil cosas que tengo que hacer y bla, bla, bla…, he tenido dos mensajes de esos que te dejan como si te hubieran dado un masaje de dos horas…

Una lectora me ha pedido consejo, no sólo para los niños que van a ir de arras el día de su boda, sino para su mismo vestido (pequeños detalles)… ¡Qué honor!

¡Qué responsabilidad! Se casa en diciembre y a mí no hay cosa que más me guste que una boda en pleno invierno.

Otra lectora va a poner una tienda on line, y también me ha llamado para que le asesore sobre las marcas que debe de poner…

Y la última que me ha emocionado, me ha dicho que yo tengo más gusto que nadie en el mundo, así que… ¡Olé!  Si no fuera por estas cosas, ¿qué?  De ilusión también se vive…

Como comprenderéis, vivo con los pies en la tierra y mi gusto lo tengo claro, pero pensar que coincide con el de tanta gente… ¡Sí, señor!

Espero que todos los consejos que les he dado, sirvan para que brillen como nadie en sus celebraciones invernales…

Y bueno, puesto que llevo varios días contestando justamente a esto, a eventos otoñales e invernales (que los hay y muchos), voy a hablaros un poco hoy de eso.

Lo primero, deciros, que las bodas en invierno, me encantan, como os he dicho.  Más que las de verano, que ya os lo he dicho también.

Lucirse en verano es mucho más fácil: el tiempo, el moreno, etc…hacen maravillas.

Pero, en una boda en pleno invierno, hay que ir muy bien; se requiere mucho más esfuerzo en todo, en el sitio, la decoración y sobre todo, en los modelitos de los novios (más bien, la novia), niños de arras, niños invitados e invitados en general.

¿No estáis de acuerdo conmigo? Y aún así, a mí, me privan. Las veo más románticas, más íntimas, bueno… que me entusiasman y punto.

Y,  lo que os decía, que como llevo varios días “vistiendo a niños” para estas bodas, os voy a poner ejemplos, como siempre, de lo que a mí me gusta que lleven a estos y otros eventos.

Ya sabéis que me espanta que vayan muy repolludos o muy llenos de adornos. Para mí, lo ideal es llevar unos trajes monos, sencillos y que den oportunidad a complementos divinos. Vamos, que se vea a los niños y no que parezcan árboles de Navidad.

Vamos a intentarlo.

Mar & Ola. Una marca deliciosa que me ha sabido entender a la perfección. Jajaja, que me troncho… Es que os juro que parece que lo mismo que yo digo de cómo deben ir los niños, tal cual lo han hecho.

Vestidos y conjuntos sencillos, pero encantadores. Detalles que enamoran, gusto por doquier, vamos… y todo sin necesidad de ir albarda sobre albarda y parecer el Cristo de los faroles, como decía mi abuela.

Os enseño algunas de sus maravillas: el vestido “Aurelia”, encantador, sencillo, en blanco y con encajes tostados. Ya lo veis: precioso y con la cinta en el pelo tipo charlestón. La veo divina.

Miradla por detrás, con el escote cuadrado y tres botoncitos. Monísima. Con algo de abrigo en camel y zapatos a juego, de morir.

Más: divino el vestido “Alpes”, tipo tirolés, en azul celeste y estampado de cachemir muy suave,  precioso con un cordón, los dos botones típicos y manga francesa terminada con volantito…

Encantadora la corona de flores a juego. Y el niñito, también, que en esta marca no se olvidan de ellos… con la blusita de plumetti y pantaloncito exactamente igual que el celeste del vestido de la niña.

Para mi gusto, van ideales. Si hace mucho frío, leotardos en ese azul en que llevan los niños las medias, capa en idéntico color… ¡Ummm!

Y extraordinario también el vestido “Cereza”. ¿Veis?  Una tela de flores mona, un diseño sencillo, con manguita farol y un buen fajín ancho al tono. No se necesita más. El tocado, idóneo total para el conjunto y los complementos… ya me los estoy imaginando. Fácil, muy fácil. No se necesitan ni dinerales ni fastuosidades innecesarias para los niños.

Aquí la veis con el niñito a juego. ¡De raptooo!

Me super requetechifa, no así cualquier cosa, el vestido “Lavanda”, rosa exquisito, de talle bajo y volante en la faldita. Encaje crudo precioso en el talle y en los puños y ¡voilá!

Me parece una auténtica monería. También con el tocado años 20…Varias niñas de arras así dan el campanazo auténtico. Os lo digo yo. Super combinable con burdeos o con unos abrigos crudos especiales que ahora tengo en mi cabeza…

Y otra idealidad, el vestido “Piedra”, en gris, de florecitas pequeñas. Cuellito redondo de puntilla blanca y mangas al codo rematadas por la misma puntilla.

De talle alto, con la parte de arriba en gris liso…Y pirrante del todo el rosetón del pelo. Por detrás, escote en pico con dos botones y bordeado con la misma puntilla que el escote.

Con capa gris de terciopelo… ¡Me muero de bonitoooooo!

Y me diréis cómo está la niñita con el vestido “Valle”… Un azul precioso, el diseño sencillo que os digo que nunca falla, de talle alto con fajín y esa coronota de flores, bien grande ¡si señor! Le favorece como nada y un día especial es un día especial. ¡Divina!

El abrigo que se le puede poner…muy fácil ¿no? En marino, precioso. En el mismo azul, superior… En crudo, me gustaría menos .

Y así de bonitos son sus básicos de ceremonias: podéis elegir el tejido, el lazo…

Ya veis qué fácil puede ser llevar de cine a una niña y las cosas que se ven por ahí…

Precioso el del fajín anchote rosa con la lazada por detrás bien grande… ¡Qué monada! El tocado, un diez.

También puede ser en verde y de plumetti, como esta niña que veis de espalda con capota. ¡Qué imagen varios niños iguales!

Superior el de esta niña más mayorcita, en el que también podéis elegir el lazo y la tela: vestido crudo, casi blaco, con talle bajo y lazada en beige, atada a un lado… ¿Qué más quiero yo? Bailarinas tostadas, chaquetilla de terciopelo a juego, o capa, o mil cosas… ¡Me da vueltas la cabeza de tan buen gusto!

Olé por Mar & Ola, a la que he conocido hace poco y me ha leído la mente para lo que tenía que diseñar… jajaja.

Cambio de marca:  En Quémono, tenéis varios ejemplos de vestidos y conjuntos , algunos más sencillos y otros, menos.

Depende de si llevan las arras, si van de invitados, etc…

Bueno, podéis encontrar cosas monas y para diferentes edades, como estos vestidos: el “Olivia”, de lino blanco, tostado y plumetti y a juego, el faldón “Mariela”, para niñas más pequeñas.

El colorido, ya sabéis que me priva y me parecen muy elegantes. Claro, faltan las prendas de abrigo, zapatos, etc…Ya os digo que se requiere más trabajo para estas bodas.

También puede dar un resultado excepcional, el vestido «Olivia», con tul, en ocres y crudo. Yo le

cambiaría esa flor del pelo, por un tocado más grande y unas bailarinas bonitas. También se lo pondría más corto. Varias niñas así pueden quedar monísimas, si

se combina todo bien.

Lo mismo que el vestido “Rita” con lazada rosa y volantitos en el mismo tono en los puños. y escote. Queda muy rico y eso que no me chifla el rosa para invierno. Pero da una nota de color al evento…

Además, en los casos en los que la novia vaya con fajín rosa, puede resultar una boda francamente bonita, toda monocolor. Eso sí, un tocado o coronita bonita, no éste que lleva puesto en la foto, por favor.

Los vestidos de manga francesa, banda y terciopelo no fallan nunca. Aquí veis a la niña, a juego con el niño…Y para bebés, el faldón de terciopelo burdeos… Con unos buenos complementos, también una boda en granate perfecta.

El vestido «Michelle», también con terciopelo granate, si bien éste más moderno,  con falda de volantes de flores y torerita burdeos a juego. Se puede hacer un ramillete muy mono de niños en granate. Con los complementos adecuados. Por ejemplo, esta niña, pide a gritos algo en el pelo.

Y después, siempre monos y que nunca fallan los de terciopelo con encajes sencillos, bien para invitadas o bien como niñas de arras.

Me encanta el vestido “Bette”, con baberote con encajes crudos, así como en las mangas y en el bajo, el color camel, terciopelo… Se le puede sacar un juego extraordinario.

Lo mismo, el vestido “Taylor” en color chocolate, con los encajes en la cintura, en los puños y en el bajo. ¡Me privan estos tonos! Puede que los veáis colores tristes, pero para mí, elegantes como nada.

Y el de terciopelo visón…preciosísimo, con el cuello magnífico de encaje crudo, la banda fina y de nuevo, el encaje en los puños. Sin duda, mi preferido.

Para niños pequeños, muy mono el conjunto de bermudas de hilo con la camisita cruda, o también la casaca gris de terciopelo a juego de las bermudas.

Pero ya sabéis, que a partir de cierta edad ( me repito) como más monos van es con la americana, camisa y corbata.

Con pantalones, si es invierno y con bermudas, si es verano. No os compliquéis, que es lo mejor y lo más elegante, no me cabe la menor duda. Anda que no he visto yo a pobrecitos que no se sabe ni de lo que van…

El vestido «Carlota», con su capotita, puede quedar ideal en una boda con los niños en azules, siempre y cuando se les combine con los colores adecuados, esto es fundamental.

Además, es un azul muy bonito y puede resultar francamente elegante.

Voy con la archi conocida Teresa y Leticia, quien nos demuestra de nuevo, que no es necesario el oro y el moro para ir fantásticos a una boda o a cualquier tipo de evento.

¡No señor! Yo veo a esos niños que parecen disfrazados y me echo a temblar… ¡Es que destrozan la boda! Por favor… No sé cómo la gente no lo ve.

En fin, esto me va a pasar toda la vida, así que no me voy a sulfurar demasiado. Que luego dice mi marido que no sea tan vehemente, que el gusto es subjetivo…Ya, subjetivo, le digo yo. Ya sabéis que no opino ni parecido, pero no entiende que me ponga mala de ver a los pobres niños como van vestidos muchas veces.

Ideal esta niña con el modelo “Galán”, que ya os sirve el conjunto en bandeja con esa chaqueta tan preciosa de terciopelo, larga, como si fuera de chaqué… Bueno, que está divina ¿no?

El vestido es el “Palace azul”, que ya me diréis cómo es… La niña va como un sol, no es por nada. Con clase y un gusto increíble.

Y el vestido “Campana”, que repiten año a año, es el que os digo que no falla: aquí, en terciopelo amarillento u ocre, con fajín y manga al codo, talle alto…

Con éste, acertáis de todas todas. No hay error posible, a no ser que lo fastidiéis con los complementos.

Os mato…

Para mayorcitas y más pequeñas, un toile de jouy, que siempre es ideal, en dos versiones: el vestido ”Annie” para las chiquitinas y el “Campana” para las mayorcitas. ¿Cómo son, no?

Os juro que si voy un día a una boda y veo a un grupito de niñas así, con coronitas o tocaditos ideales en el pelo, una capa burdeos… y todo con gusto, me desmayo. Tal cual. No tendré esa suerte… y mira que he estado en bodas con niños ideales, pero no os digo en cuáles, jajaja.

Aquí os dejo a las dos joyas: el de la pequeñita (arriba), el día que lo puse en mi página de Facebook, Teresa y Leticia se frotarían las manos, porque ni sé a cuántas les mandé…Y no es para menos: cuellito subido con volantes, talle alto, manga al codo y una puntilla exquisita cruda asomando por el bajo… ¡Delicatessen!

El de la mayor no se queda atrás: las mangas deliciosas, al codo y con volantes y un fajín frambuesa con una buena lazada. Esos detalles son los que hacen maravillas. Y me encanta el tocadito tan pequeño del pelo. Con este vestido pega totalmente. A la pequeña, le pondría uno bien grande.

Chiflante y pirrante, el vestido “Simple”. Fijaos si será sencillo para tener ese nombre. En mis colores favoritos, hay que reconocer que es una auténtica joya, si se lleva como se debe de llevar. Es un vestido crudo con manga al codo y puntilla beige y por encima un pichi beige. Punto. Luego, ya sabéis… vuestra gracia natural para llevarla y complementarlo.

Miradlo por detrás: con tres lazaditas y abierto el pichi, dejándose ver parte del vestido crudo, la puntillita del cuello…¡Bárbarísimoooo!

El vestido “Telva” triunfa año tras año. Aquí os lo enseño en terciopelo azul y con sus cintas famosas entrecruzadas en el pecho en color crudo, manga al codo y cuellito y puños con puntilla. El tocado, ideal. Más difícil para combinar en este tono ¿eh?

Y nuestros queridos niños, irán monísimos con la “Chaqueta Moscú” y bermudas a juego, en terciopelo gris o en el color que queráis.

También, lo sient de nuevo, pero como más monos los veo, sobre todo a partir de cierta edad, es así: chaqueta marino, camisa, corbata y pantalón o bermudas. A éste niño hay que cambiarle los zapatos si es una boda. ¡Fantástico!

Bueno, siempre me quedo con miles de cosas que enseñaros. Prometo que habrá una segunda parte de Ceremonias, y si queréis, un poco más “puestas”, que yo comprendo que hay gustos para todo.

Y ¡ojo! Que algunos vestidos más arreglados también me pueden encantar si se ponen con buen gusto y sin mucho adorno… Lo que no soporto son los disfraces.

Espero haberos servido de ayuda a todas las que estáis preguntándome por privado. Que nos creemos que no se casa la gente en invierno y estamos muyyy confundidos.

¡Vivan las bodas en invierno y si son con nieve, mejor! Son preciosas. Ya sabéis que tengo experiencia…

Un beso de blanco