
Bueno, hoy ya estoy más contenta. Además, hay dos marcas preciosas que me han escrito y me han dicho cosas que me han dejado hinchada como un globo. Si yo he nacido para esto… lo sé, pero la vida me llevó por otros derroteros y licenciarme en Derecho fue lo primero que tuve que hacer. Después la oposición, y después los niños… En fin, que no pudo ser.
Ahora, si tuviera 22 años, lo primero que haría sería un curso de patronaje y ponerme a diseñar. Lo tengo tan claro como el agua. Pero bueno, ya sabéis, a conformarme con ver maravillas y

comentarlas. Bueno, soy una crítica de la moda infantil, jajaja. Algo es algo.
Bueno, y antes de mi mini viaje a Burgos, os quiero hablar de una marca, de un poco de su ropita de invierno y algo de Comunión. Para que no os quejéis.

Me río, con perdón de Pilar del Toro, porque fue una de las marcas que nos ofreció el representante para nuestra tienda y casi nos quedamos patidifusas de la modernidad que nos pareció en ese momento. Yo creo que no hubiera encajado en Burgos, aunque ahora, viéndolo, digo: “¿Pero eramos tontas?

Jajaja. Bueno, que nos pareció muy atrevido, conociendo a nuestra maravillosa clientela.

Esta marca nació en 1995 y poco a poco se ha hecho un hueco muy importante en el mundo de la moda infantil. Es sevillana y Pilar del Toro, su diseñadora. El aire andaluz se nota en muchas de sus cosas. Yo creo que en Sevilla, como en toda Andalucía, se diseña con más alegría por el sol, la gracia de su gente, la luz…Tiene que ser una gozada.

Como os vengo diciendo, queda mucho invierno, y os voy a enseñar todavía muchas cosas. La ropa de niña de Pilar del Toro tiene un precio estupendo y me han parecido una monería de vestidos. También, para las un poco precipitadas, vestidos de Comunión.

Por ejemplo, me ha parecido coquetón y precioso este vestido gris con cuello blanco y lazote amarillo. Me lo imagino con botas de agua amarillas y el resto gris y no puedo ver más estilo.

Otro, en grises, y más arreglado, es éste, de cuadros suaves, con banda y con abertura delantera que deja paso a unos volantes en la misma tela, haciendo que sea un vestido especial, incluso adecuadísimo para ir a algún evento.

Me ha cautivado por su sencillez éste de cuadros (ayyy los cuadros de mi vidaaaa), en grises, rojos y amarillos. Vestido más sencillo no puede ser y más encantador tampoco. Yo lo combinaría con grises o negros y veréis el resultado. ¡Espléndido!

Hay dos verdes que me han entusiasmado: uno sencillo en terciopelo verde reventón, precioso, con un simple lazo en la cintura y cuellito crudo. Divino también para ir a una ceremonia. A mí me gustan así, dando importancia a la tela pero sencillez en el diseño .No os lo perdáis en falda… Ummhhh….


Y el otro es el estampado, muy cuquito y especial, con el bajo tulipán y lazada rosa en la pechera. Es una auténtica monería. ¡Olé Sevilla!

También monísimo es el vestido rosita pálido de topitos marrones pequeños. El volante en el bajo y la lazada en la pechera lo hacen super romántico. La niña está de morir de mona, con esas botas y esas flores en el pelo. ¡Hay que tener imaginación! Y Pilar del Toro la tiene desbordante.

Y otro que no tiene nada, y me resulta encantador, es el estampadito en gris, casi inapreciable. Con los complementos tanto en crudo, como en gris, resulta espectacular. Por eso me chifla, porque aquí, los complementos son los protagonistas.

No quiero dejarme el vestido de cuadrotes rosas y negros, monísimo, clásico pero con el toque andaluz de la puntilla negra asomando por debajo. El rosa es tan intenso y tan bonito que, con todos los complementos en negro, te mueres al ver el resultado.

Más de ceremonia, tenéis estas joyas para invierno: vestidos tulipán burdeos con bandas estampadas alegres. No necesitáis más. Ponéis a la niña medias y bailarinas, en vez de botas, y van de cine. Elegantes, sobrias y adecuadas totalmente para la ocasión; sin estridencias.

Y para verano, os dejo con esta maravilla de vestidos, con pecheras de cuento, cuajadas de puntillas y encajes, con manguita corta preciosa y banda detrás. Ésta que no falte. El volumen de la falda, perfecto, ni mucho ni poco. ¡Me entusiasman!

Y para Comunión ¿qué os cuento? Que diseña maravillas. Para todos los gustos señores. Os dejo mis preferidos. Uno es el beige con delantero de encajes: me parece sobrio, elegante, sencillo, precioso. ¿ Qué más queréis que os diga? No me gusta que llamen la atención por detalles escandalosos o de rabiosa actualidad. Alucinantemente bonito es el de la lazada rosa por detrás.

¡No puedo con él! Divino…Y el vestido de bodoques con toda la tira central de flores… ¡Espectacular y discreto a la vez! Compleméntalo bien y verás… Que no hace falta llenar a la niña de adornos cual árbol de Navidad… Que con esto, llama más la atención por bonita, por sencilla y por ideal.

El de plumeti, me puede.

Me recuerda al de mi hija pero sin el piqué. Pero la forma era igual. Es divino y da muchísimo juego para poner complementos exagerados, como esas floronas flamenconas en el pelo o cualquier otra cosa. Limosnera no ¿eh? Por favor…

Otro increíble de plumeti es éste, de color marfil y con la banda mezclada con azul celeste. Fijaos en los detalles, que hay mucho trabajo detrás.

El de banda rosa y volantes, que lo habéis visto arriba por la espalda, no puede negar su inspiración andaluza. Es increíblemente favorecedor, aunque yo le soltaría el pelo a la niña. Está monísima con el recogido, pero la vería más natural con un lazote. Ya sabéis, no voy a cambiar a estas alturas de la vida.

Os dejo con mi preferido, porque yo me mojo y punto. Que conste que todos los que os he dicho me chiflan, pero hay uno que me ha encandilado: el del escote cruzado, con bodoques, manga francesa y volantes discretísimos abajo. Me apasiona. Tan sencillo y tan divino a la vez. Claro, yo le quitaría de inmediato el recogido y le plantaría una corona de flores exageradas. ¡Ayyy! Me parece una delicia de vestido. Mira por dónde, creía que no iba a ver nunca nada tan sencillo, con tanto trabajo, pero sin que se note a la vez… ¡Espectacular es poco Pilar!

Os enseño uno corto, que hay gustos para todo y a mí, personalmente, si es bonito, lo prefiero a uno largo que no me diga nada. Pechera bárbara, manga francesa, banda discreta y ¡vuestra imaginación al poder! Es delicioso, no tenéis nada más que pensar en los complementos, que yo los tengo muy claro: un toque de color en el pelo y en los zapatos. Divina de la muerte.
Y os dejo con los más rimbombantes, que también son únicos y originales, y hay madres que, para una niña que tienen, la quieren lucir a bombo y platillo.

Éste de tul bordado es una auténtica delicia: para guardar en el armario de por vida o para que lo utilicen más miembros de la familia. Elegante, femenino, y lo que os aseguro es que todas las miradas se posarán en él.

El de color marfil con encajes, otra joya: fijaos en el trabajo que tiene. Tu niña será única y exclusiva, eso seguro. Cada detalle, cada puntada, se dejan adivinar en este vestido. Y la banda, estilo antiguo, en azul celeste…

Más atrevido, pero no menos bonito, es el de la falda estampada en flores azules. Con la lazada detrás y esas mangas espectaculares, tiene muchísimo ganado. Desde luego, en éste sí que tengo claro que fuera los recogidos del pelo extraños que nunca ha llevado la niña. Un lazo azul celeste y ya sabéis… un susurro de admiración recorrerá la Iglesia.

No puedo dejarlo sin enseñaros otros dos que me enamoran: el de encajes beige, sencillo y manga corta, el cual me chifla con la mismísima corona de

flores que lleva la niña y con el mini detallito, también de flores, en la cintura, ante el que me rindo. No tiene desperdicio posible. Y el de tira bordada, que es un lujo total.
En fin, como tiene tienda online, podéis poneros en contacto con ella fácilmente, aunque para los

vestidos de comunión, tendréis que darle medidas. Para los de calle, no hace falta.
Qué monerías os he enseñado ¿eh? Quién pudiera…
Mi más sincera enhorabuena a Pilar del Toro. Seguirás triunfando. Y que te siga inspirando el olor y el color de tu tierra, de la que tantos genios han salido.
Un beso con una copita de fino… ¡Olé!