Bueno, otra semana por delante. La última de septiembre. Se nos va el verano definitivamente, aunque siga haciendo calor.
Ya noto cómo los fines de semana empiezan a pasar rápidamente, sin darte cuenta, aunque no hagas nada especial.
La rutina ya ha entrado en nuestra vida, así que lo mejor es aceptarla, y vivir lo mejor que podamos cada día, ya que
últimamente he tenido noticias muy malas de gente muy cercana y muy querida (en lo que a salud se refiere).
Así que, aunque suene a tópico, hay que vivir el día a día y no pensar mucho en el futuro (sé que es difícil, para mí, la primera), pero intento repetírmelo una y otra vez.
Para colmo de males, acabo de ver un vídeo de cómo torturaban y quemaban a un perrito hasta la muerte y me encuentro fatal. Sé que no lo tengo que ver, pero no puedo evitarlo. No soporto a los maltratadores, cobardes asquerosos que torturan a seres indefensos.
Lo malo es que hay muchísimos. Muchísimos más de los que pensáis. Asco de gente… La imagen viene una y otra vez. Adoro a los animales y no soporto estas cosas.
En fin, pues ya veis qué alegre empiezo hoy. Voy a intentar cambiar el tono, porque si no, os vais y no os he contado nada.
A ver si hablando de ropita, se me quita un poco este malestar que tengo. Parece que no, pero a mí me alegra, como la música buena o un buen libro.
¿Ya tenéis comprada la ropa de vuestros niños? ¿Sois de las que compráis ahora o cerca de Navidad? ¿O en los dos momentos, como yo? Jajaja.
Lo digo, porque parece, que entre la incertidumbre de país que tenemos y el buen tiempo que está haciendo, las tiendas están bastante desesperadas y no es para menos.
Con cualquiera que hablo, siempre es lo mismo: “Ya tenía que haber vendido el doble”, “es septiembre y casi no entra gente”, etc. Y es verdad, porque lo veo yo, por lo menos, en Madrid.
Imagino que en el Norte, que no hará tan bueno, será algo diferente, pero no mucho, porque esto del cambio climático también afecta y en el Norte ha hecho buenísimo.
Bueno, pues para que nos animemos todos, hoy vamos a hablar del color rojo. Sí, hablo muchas veces, pero es que me priva. Tanto como los beige, camel y gris . Y muchos más, claro, todo depende de que el diseño sea de escándalo. No soy de fucsias ni morados en invierno, a no ser que me muera de bonito que es el modelo. Pero el rojo es un color fundamental para mí, tanto en invierno, como en verano. Para niños, obligatorio.
Esta temporada, me han parecido de muerte muchos modelos en este color. Algunos ya os los he enseñado al hablar de cuadros o de otras cosas.
La familia Piruleta de “La Martinica”, me quita la vida. Os dejo una foto aquí arriba, para que os hagáis una idea de cómo es.
Mono, vestido de talle bajo, Jesusito, conjuntos de bombachos de niño y niña… Todo en un rojo intenso, preciosos diseños que favorecen, tanto con camel como con gris. Tiene miles de posibilidades de combinar.
Los vestidos de talle bajo, mis favoritos. Invernales, con puntillas en los puños y en el bajo y las coderas. Los veo divinos. Con estos cuellos de pelo o sin ellos.
El mono, para una niña estilosa, precioso también. Una niña salerosa lo lleva divinamente. Me gusta tal cuál está: con botas color cuero y el cuello de pelo. ¡Estilazo absoluto!
Y el conjunto del niño, una monada y más si lo quieres coordinar con su hermana: conjunto de bombachitos rojos con picunela beige y jersey con motivos invernales totalmente. Riquísimo.
Aquí veis el mono, el Jesusito (pocholo, para un día de lucirse) y el conjunto de bombachos de la niña, con el jersey de antes, igual al del niño.
Su colección Nautik también es en rojo, (capas de arriba). No sé cuál de las dos me gusta más… Son divinas ambas.
En “Carmencitas”, también tienen la colección Ledicia, en la que este color es el predominante. Es todo muy del estilo de esta marca, que se vende como churros en toda España, de lo que me alegro, claro.
La ranita de volantes con su camiseta tan “Carmencitas”, es una pocholada para una niña pequeña. Preciosa y muy combinable con tonos camel.
Monísimo también para ellas el conjunto de falda con la camiseta con la decoración exquisita de la marca. Súper ponible, con un chaquetón o abrigo camel o rojo. De rojo entera, deliciosa.
Preciosísimo el vestido trapecio, con esa pechera tan alegre y de buen gusto. Me encanta porque es una marca mona y ponible, no de esas que se dejan “para los domingos o fiestas de guardar”. Son para machacar y ponerse todos los días, además de ser a la vez, exquisitos.
Cómo no, también el vestido de vuelo, para las más presumidas. Aquí veis los dos. Según la edad, gustos, tantas cosas…
Ya veis que ni siquiera el de vuelo parece tan puesto como otros de otras marcas. La puntilla beige lo dulcifica tanto, los cuadros… todo lo hace práctico, nada cursi. ¡Me encantan!
La ranita y el blusón, bárbaros, con unos buenos leotardos y una pelliza… ¡Cómo va la niña!
Desde luego, éste ya lo tendría yo, si fuera el caso. Lo veo imprescindible para el armario.
Y no falta el conjunto para el niño, también monísimo: pantalón corto y polo con coderas de cuadros y cuello vuelto con la misma tela. Divino para niños hasta 8 años.
Ayyy… perdonad que insista, pero ¿dónde están estos niños en Madrid?
Las lectoras de Madrid, que me lo digan, que me pregunten, que hagan lo que sea, pero que los lleven así, por favor. Que en la vida no sólo de chándal vive el hombre…
Al final, los madrileños me van a coger manía, pero lo digo con la mejor de las intenciones. Es por su bien…
Bueno, tampoco le hago ningún feo a muchas cosas de la marca “Minimus Kids”.
Preciosa la blusa Copenague. En este caso, se lo han combinado con bombachos grises, pero da un juego increíble. ¡Cómo me chiflan los cuadros rojos!
Ojito, he comprobado que sólo en niños, porque me compré una capa deliciosa, hace dos años, así y me la he puesto un día; más no me ha apetecido. Para mayores, me gustan más los cuadros de otros colores.
La ranita Cayetana, para llevártela a casa ya. Preciosota, con leotardos rojos y abrigo o chaquetón rojo, queda de cine. También muy bonita con verdes.
Y aquí tenéis a este “piojito”, con ella puesta y su gorrito de gnomo. No me digáis que no está de rapto, por Dios…jajaja. ¡Qué cosita!
Más rojo con “Mis Clementina”. Loreto, su diseñadora, ha dado un salto, tan grande como ella se merecía y ahora vende todo on line, haciéndonos más fácil las compras a todas.
Yo le tengo un cariño especial y eso que no la conozco en persona, pero es una señora, con todas las letras. Y siempre ha sido muy de “rojo”.
Pues así es su colección Inés. Roja y preciosa. Llena de detalles, como es esta marca. Única, femenina…
Las sudaderas más coquetas del mundo son de esta marca. Mirad qué maravilla de conjunto: sudadera roja con bombachos de cuadros. ¿Cómo está la niña? Y practiquísimo, ponible para todo el invierno.
Es un conjunto divino, de una tela acolchada y calentita, con el lazote a juego del pololo… ¡Pirrante! Y es que quién tiene gusto, pues lo tiene. Tanto a la hora de diseñar ropa, como a la de decorar una casa… ¿No, Loreto? Jajaja.
Tampoco faltan sus abrigos de ratita presumida, que aquí veis, bien en talle alto, o en talle bajo. Con bolsillitos de adorno, puntillas decorándolos y botones monísimos. Todo con un primor insólito.
Y el abrigo, con cuello y puños de pelo que lleva Inés, precioso para mayorcitas…
También es coquetón el vestido Inés. Me encanta su diseño sencillo, pero en el que tampoco puede evitar su corte en el canesú, volantón en el bajo y mangas preciosas, también con volante grande. ¡Divino!
Para las amantes de las princesas de cuentos y de ser originales a la fuerza, no puede haber nada más mono que la colección Nenúfar en rojo de “Meriche”.
De llamar la atención a lo lejos, su vestido de vuelo que veis aquí, con una tela preciosa, y con la parte de arriba, como si fuera una chaqueta. Con abrigo rojo, impresionante. Y un lazote en el pelo, por favor.
Monísimo también el conjunto de bombachos, que ya sirve también para mayorcitas. Mirad qué mona está la niña, con el blusón delicioso rojo pasión. Detalle exquisito el lacito en el talle alto a juego de los bombachos.
Increíble lo que se llevan las calzas altas con las pascualas, que con este conjunto quedan perfectas, pero también lo podéis llevar con leotardos rojos y bailarinas. Otra opción monísima.
Aquí veis a las dos niñas, cada una con uno de los modelos que os he dicho. ¿Qué tal uno de cada, si tenéis dos niñas? Cómo irían…
No puedo de dejar de enseñaros una vez más la gabardina roja de la marca, que es de una imaginación y un derroche de creatividad nunca visto. Y como está el bombonazo…
¿Qué os parece? ¿Atrevida? Claro que es atrevida, pero igual de atrevida que de coquetona y espectacular. Yo veo a esta niña y me hacen los ojos chiribitas…
“Dolce Petit”: otra marca que está triunfando. Tanto porque sus diseños encantan como por sus precios, nada desorbitados de otras marcas.
Que está claro que cada una compra lo que quiere (ni sé lo que me he gastado yo en la ropa de los niños), pero hay mucha gente que no quiere o no puede gastarse esos dinerales.
Así que este vestido escocés rojo, con puntillas en la pechera y en el bajo, se lo están quitando a las tiendas de las manos. Es monísimo y coquetón, así como el Jesusito de la misma colección.
La niña de abajo se parece a una de mis gatitas. Está de película, con el vestido rojo entero y llenito de puntillas. Los leotardos, de inmediato, cambiadlos por unos rojos y desde luego, ya tenemos a una niña navideña totalmente.
Mirádlas aquí arriba a las dos. Al menos, los leotardos (me han oído), ya se los han puesto grises. ¿No están monas? Pues sí. Con cuidado en los complementos, ya sabéis…
Estilosísima e ideal veo a esta niña con conjunto de falda gris con topos rojos y jersey rojo. Muy normal, pero muy mono, que es de lo que se trata para que un conjunto sea ponible.
También con botones forrados grises y lazos grises, hasta la más bebé, lleva el abriguito clásico rojo. Desde estas edades (año y medio más o menos), a mí ya me gustan de rojo. Antes, no.
Bueno, os voy a dejar por hoy, pensando en si tenéis algo rojo o no. Si es que no, meditad sobre ello. Yo lo veo, como os he dicho, un imprescindible.
Me despido, dejando fotos de otras marcas también que, siempre, por falta de papel no os puedo enseñar.
Un beso que arde.