Empiezo a escribir y me siento como Jo, la protagonista del libro “Mujercitas”, que ha sido uno de mis favoritos desde que era pequeña. Me lo devoraba una y otra vez.
Lo digo, porque estoy como siempre, pero jarreando de una forma increíble. Oigo la lluvia caer y yo aquí, calentita, me siento como una escritora…
Entre vuestros comentarios, había uno (por eso lo habré dicho) que me decía que por qué no me dedicaba a escribir, que lo hacía muy bien. Pilar, eso me ha subido los colores y todo. Me miras con muy buenos ojos. ¡Anda, que no daría nada por escribir una novela!
Toda la vida he escrito: mi diario, cuentos que me inventaba (de muy pequeña), y luego, por el trabajo, siempre he escrito mucho y también he leído mucho.
Pero de ahí a decirme eso… pues que me he quedado hinchada como un pavo. ¡Un beso Pilar!
Ahora mismo estoy sola en casa (bueno, con Tess) y ya me he puesto la música y voy a intentar contaros algo que no sea muy largo para no aburriros, puesto que ayer escribí.
Tengo últimamente un descontrol, entre la marca que estoy llevando, la casa (todo el mes de octubre, la señora que viene a limpiar, está de vacaciones), lo uno y lo otro que no doy abasto.
Como siempre hay gente que me pide cosas que no sean de las clásicas, es decir que, por mucho invierno que sea y por muy pequeños que sean los niños, haya colorido y cositas más modernas, pues os voy a dar gusto con una marca que conozco hace tiempo, pero de la que nunca os había hablado.
Omini es la marca. Sevillana y supongo, que de ahí, el colorido y la alegría. Este invierno me ha sorprendido, porque, dentro de, como os digo, no ser lo que a mí más me chifla en el mundo, he descubierto a una Omini mucho más discreta, más ponible, menos exagerada y con cosas realmente monas. Algunas monísimas.
Será que el vivir en Madrid me está abriendo la mente un poco, jajaja. No, de verdad, yo prefiero, como os digo siempre, que vayan los niños así, un poco modernitos, pero monos y cuidados, a que les planten el consabido chándal los fines de semana y a correr…
Algunas veces, hasta me quedo mirando a algunos niños con cara de pena, como diciendo: “cómo te vestiría yo, hijo mío” y mi marido me tiene que dar un golpe en el brazo para decirme que “se te está notando que miras”.
¡Qué va! Ni se nota ni nada, pero él es así. No aguanta que se crean que les pongo mala cara o que les miro mal. Y no es eso, es que simplemente, no lo entiendo.
Bueno, pues entrando en materia, os enseño cosas de Omini, como este vestido gris de pájaros, que fue lo primero que vi y me pareció muy mono. Nada moderno, ni exagerado, simplemente bonito. Volantón en el cuello y volantes en los puños. Un corte en la cintura y punto. También es que cómo es la niña que lo lleva…
El peto del bebé, igual que el vestido, me pareció mono. Miradle cómo está de rico con la camisa cruda de volante y ese sombreo que le han puesto. ¡De comértelo!
De nuevo en gris con pájaros, el conjuntito del niño de camisa y culotte. El gorro de gnomo parece un imprescindible para este invierno. Pero bonito, está bonito el niño. Al menos, se ve que su madre se preocupa de
llevarlo conjuntado y mono.
Hasta el pelele del recién nacido, es así. Miradle… ¿Veis? Es a lo que me refiero con modernito. No sabéis la cantidad de gente que prefiere vestirlos así que con los clásicos faldones… ¡Muchísimas!
¿Vosotras, cómo preferís? Quiero saberlo…
Otro pelele en gris perla, con un pequeño estampadito y
ribeteado en negro, con el gorro negro es el que lleva este bebón de abajo que también está divino.
Quieras o no, le miras si le ves por la calle. ¿Si o no? Sea más o menos de tu gusto, pues es un niño que va mono.
Y también os enseño al niñito con la misma tela, con el conjunto de camisa y pololos, junto al otro que lleva el jersey de color liquen lo llamaría yo (súper de moda), con bolsillo canguro y gorro de gnomo con orejitas. ¡Hay que reconocer que van pocholotes!
Es lo más de lo más en moda, hay que estar al día… Al menos, saber lo que se lleva, aunque cada uno haga luego lo que quiera, claro.
El vestido y la camisa del mayorcito los veis aquí, también combinado con el color liquen. ¡Me chifla cómo va la niña! La chaqueta, el gorrito… Hay que ver el conjunto en general y se puede decir que está ideal. Con estilazo, con las botas y tal y como está.
Ideales y sencillos los vestidos y camisa de cuadros que veis aquí. Las niñas, un ribete rosa como todo adorno. El gorrito gnomo le da un encanto bárbaro. ¡Es que me chiflan los cuadros!
No me digáis que no están de niños bien, de niños arregladitos.
Y no os perdáis a la joya de la corona, que es el bebote, con el conjunto de cuadros también. ¡Para raptarlo, con el cubrepañal y camisa de cuadros azules!
El estampado de pájaros ha dado mucho de sí, ya que también lo tenéis en negro, con los pájaros en blanco. Mirad que preciosos están estos niños con los conjuntos.
Con el chaleco en los mismos tonos, queda a la perfección. Sobre todo la niña, está de muerte, con el gorrito…¡Me encanta!
Aquí la veis de nuevo y podéis apreciar bien todo el conjunto. Me parece divina con la botas, aunque también le podéis poner leotardos gris perla y zapatos negros. ¡Queda de diez!
Más estampado de pájaros (vamos a salir volando), en color lima.
La niña, con su gorro negro, medias y zapatos negros, perfecta, aunque tendréis que ponerle leotardos, mejor…
Me encanta cómo queda con la capa de la marca… El contraste tan alegre del lima lo apaga el negro y queda precioso. Las capas son súper estilosas, nunca me canso de ellas. Les da un aire y un estilo único.
Y el pelele del bebotón, pues qué os voy a decir, que está riquísimo con él y con el gorrito, si bien ya sabéis que yo prefiero a los bebés más clásicos. ¿Qué gusto os estoy dando a las madres jovencitas que preferís llevarlos así, eh?
Ahora, volvemos al gris con esta falda pichi tan
mona, contrastando con la blusa negra de flores grandes. ¡Es que son sevillanos! ¡Olé! La niña, monísima. Hasta yo se lo pondría así. Nunca se me hubiera ocurrido esta mezcla, pero queda pero que muy cuca.
La bebota no puede pasar desapercibida ni aunque haya un elefante por delante, ya que mirad el peto negro con las florotas y el jersey de ochos y capota en malva.
El conjunto, no sé definirlo ahora mismo, pero que la niña está de muerte, sí lo sé. Claro, que menuda niña, no es por nada…
¿Qué me decís de ésta otra, con jersey de ochos y capota en rosa flúor?
Veis que es original, llamativo, alegre… Lo lleva por encima del pelele negro y la verdad, reconozco que me enamoró cuando la vi.
Así como otros bebés, que os enseño por originales, llamativos, por salirse de lo normal y porque a todos los veo monísimoosssssss.
Trajecito de pantalón de punto salmón con jersey de rayas en rosa flúor y salmón.
El coquetón gorrito y ¡de película! Me encanta, no lo puedo evitar y eso que jamás se me hubiera ocurrido vestirlos así, pero si veo a este bombón por la calle, la paro, no me queda más remedio.
Hay que reconocer que el conjunto tiene imaginación y gusto (moderno o menos clásico), pero gusto. Tanto el gorro rosa como el salmón, a las mil maravillas.
Más atrevido aún, el traje de punto entero en salmón, con capucha incorporada con orejitas. ¿Cómo lo veis? Yo sí que veo a alguna madre que los lleva así y de nuevo, un olé por ellas, porque se atreven. Y no es ya que se atrevan, sino que es lo que buscan y llevan a su niño encantadas de la vida. ¡Estos trajes se los rifan!
Ya veis que los gorritos son fundamentales (yo los veo preciosotes con ellos), y los tenéis en varios colores.
Aquí tenéis otro de los trajecitos de punto de bebé, en un azul pavo, más discreto, pero igualmente original, con los pantalones de ochos y la chaqueta con capucha de orejitas.
¡Cambian los tiempos! Hay que abrir la mente… Yo la abro para enseñároslo y porque para vosotras, si ahora tenéis un niño, me parecería mono, gracioso y original, nada de vulgar ni hortera, por supuesto. De eso, aquí no se habla.
Os enseño un jersey de niño, que ese sí que es de mi total y absoluto
gusto: rayas crudas y marino. ¿Qué más quiero? Con los botones a un lado del cuello, de los jerseys bonitos de toda la vida de Dios.
Y os dejo con la delicia de la capa roja, que para el vestido negro de pájaros, queda que ni pintado.
Pues mi enhorabuena a Omini, porque reconozco que hace mucho que no veía sus colecciones y me ha sorprendido gratísimamente.
Un beso sorprendida