¡Un poco mareada empiezo hoy!  No me pasa nada.

Sólo que esta mañana, ha sido el acto de fin de oposición y máster de Juan, y, claro, lo hemos celebrado como Dios manda.

He bebido un poco más de la cuenta y me duele un poco la cabeza, ya sabéis… Pero era algo que merecía una buena celebración.

Él ha seguido  la juerga con los de la promoción. Ha ido en autobús, claro.

Veremos cómo y a qué hora llega. Ha sido muy emocionante, la verdad. Uno que se me va…

Lo llevo fatal. Soy consciente que ya sólo va a venir de visita, de que ya se ha independizado. Es lo normal, pero no lo termino de asumir. Para mí, no deja de ser “mi niño”.

Bueno, y siguiendo con el consultorio de Elena Francis, voy a complacer hoy a las que me pedís que qué les ponéis a las niñas en los pies.

Me mandáis fotos del vestido y todo…

Es un poco arriesgado en foto, pero por eso, como en otras ocasiones,

Os hablo de la maravillosa colección de este año de Olivia´s.

Silvia, su diseñadora, cada vez se supera más y más. No sé de dónde le vienen las ideas, ni la imaginación. El caso es que lo borda y en cuestión de alpargatas, no he visto en mi vida nada más bonito, ni más exquisito y mimado al detalle que las suyas.

Y lo vais a ver ahora mismo. La delicadeza, el detalle más pequeño, los adornos… todas son de ensueño.

Me chiflan las alpargatas, tanto para las niñas de Comunión, como para las invitadas a Ceremonias de cualquier tipo.

Además, ella se ajusta a lo que le pedís y consigue que el resultado sea perfecto.

Empieza el desfile con estas, que son deliciosas, en crudo, con tela como de saco y tira bordada colosal con bodoques.

¿Cómo las veis? Yo, enamorada de ellas desde que las vi.

Mirad el detalle, qué maravilla…

Me daría pena hasta estrenarlas. Tanto con un vestido de Comunión al que le vaya (no lo vayamos a fastidiar), como para tantos vestidos preciosos que hay este año de ceremonia, son magistrales.

También en crudo y de nuevo, con una tira bordada divina, atada en la mitad por un lacito a modo de cuerdita para darle una forma coquetona,  veis éstas, que, al igual que las anteriores, son increíblemente versátiles y lo mismo valen para un roto que para un descosido.

Son como miniaturas con las que te quedas embobada. Al menos yo, siempre espero con ansia su colección. Como las alpargatas de ella, ninguna, os lo aseguro. Ya podéis buscar…

Colosales, las del rosetón, como las he titulado yo, de encaje soberbio en forma de flor grande. ¡Cómo son, por favor!

Me imagino tanto a la de Comunión con un vestido sencillo, como a las niñitas del cortejo nupcial, que irían de escándalo con vestidos crudos o mezclados con crudo.

También perfectas para cualquier invitada que quiera llamar la atención, por detallista, mimada, divina…

¿Qué opináis del modelo Rous? Con tul, encaje y florecitas en rosas  y crudo con cintas de raso en rosa.

¿Habéis visto una coquetería igual?

¡Mamma mía, a mí me quitan el sentido!

Es que me imagino a cualquier niña con ellas y babeo.  Ya sabéis que el calzado, aunque a muchas os parezca secundarios, para mí es tan importante o más que el modelazo.

Con un calzado inapropiado, destrozas todo. Me he hartado de repetirlo.

Y ahora, que las alpargatas monas están tan de moda y quedan tan ideales, intentad elegid alguna de éstas para el vestido más bonito del mundo, que seguro, acertaréis. ¡Ninuna duda!

También en rosa, con unos lazos de encaje y flor rosa empolvado en el centro, el modelo Chia… Fijaos en el encaje a juego, adornando los talones. ¡Qué obra de arte, Silvia!

Aquí os la enseño en detalle, para que veáis el lujo de materiales y la combinación y maestría que tiene haciendo uso de ellos.

Sublimes las beige, realzadas por las flores crudas con toques leves en rosa y amarillo, casi imperceptible, pero que le da vida.

Para vestidos crudos, son lo más… O si me apuras para uno camel maravilloso que tengo en mente. ¡Cómo llevaría yo a esa niña, por Dios!

Otras: las blancas de arriba, bordadas con lazos de tul. De Comunión totalmente, perfectas para una niña con un vestido sencillo y encantador. Hay niñas que se deciden (o más bien su madre) por un look blanco entero, que es maravilloso si es bonito.

¡Cómo iría con estas alpargatas!  Y es que no hay nada como una artesana que sabe lo que hace, lo viva y lo sienta, como es el caso de Silvia.

Ni en la mejor tienda del mundo encuentras modelos así. ¡Y mira que sé tiendassss!

Y bárbaras también, éstas blancas con un toque de hojas de encaje y una flor como dorada, sin ser un dorado brillante ni hortera, claro. Todo muy sutil, delicado…

Preciosas para darles un toque menos serio y elegantísimas. ¡Dan ganas de bailar con ellas! ¡Qué requetebonitas son, por Dios!

Especialísimas y colosales de nuevo, las tostadas, de arpillera, con una banda marfil y tul de plumetti adornándolas, además de las flores preciosas en esos tonos.

A mí, es que estos tonos me pirran…  ¡Qué maravilla para vestidos crudos y tostados… Incluso para blancos. Endemoniadamente preciosas.

Hay que ver qué maravillas os enseño ¿eh? Jajaja. Y no es chulería, pero no quiero pecar de falsa modestia, porque os aseguro que las veréis diferentes, más baratas, más modernas, pero jamás serán unas Olivia´s.

Más bonitas cada vez, os lo he dicho. Como ésta joya, en rosa, de tul de plumetti, adornadas con encaje en forma de volante en la pala y las flores en el mismo rosa con toques de amarillo que las hace únicas… ¡Qué lazada lograda justo en el mismo tono!

No sé si estos detalles sólo los veo yo o sois conscientes del trabajo y dedicación que hay en ellas.

Y como no sólo de rosa viven las niñas, os enseño el detalle de ésta, en azul, bordada y con una rosa de pitiminí en el centro. ¡De lujo auténtico!

Perfecta para las niñas que llevan vestido blanco con banda y tocado celeste o para Ceremonias…

O éstas otras, con encaje crudo formando volante, al igual que en el talón, y asimismo, bordadas. ¡Una delicatessen absoluta!

Y más deleite en celeste, en tul, con dos filas de flores crudas adornándolas y las cintas también en crudo…

¿Qué os parecen? No me puedo imaginar qué estaréis pensando…

Las de tul de plumetti, con lazo de encaje crudo y florecita azul. Tan dulce, tan perfecta… ¡No podría decidirme por una!  Y eso que no tengo Comunión ni Ceremonia, así que teniéndola, casi imposible.

Detalle trasero de unas de ellas… ¿A quién se le ocurre semejante monería? Pues a Silvia, que ya es un talento en esto. ¡Qué maravilla, con la tira bordada y las rositas, madre mía!

Ver a niñas con ellas puestas, merece la pena. Merece muchísimo la pena. Y no tanto zapato brillante de pulsera…

Y con este detalle de las de tul de plumetti con encajes y lacitos rosas, voy acabando, pero no olvidéis que os hace el modelo que más os guste, o se inventa uno, que para eso, es un monstruo de la genialidad de diseñar alpargatas.

¿Ha quedado más que claro ¿no?

Pues a todas las indecisas y a las que me preguntáis cada día, ahí tenéis mi respuesta: si van a llevar alpargatas, que lleven éstas y no otras que se ven por ahí.

Es un consejo ¿eh?  Después, ya sabemos que veremos de todo, por desgracia.

Un beso de Cenicienta