
¡Día tonto, tonto! Llevo prácticamente toda la mañana colgada al teléfono, por lo que me da la sensación de que no he hecho nada. Y nada más lejos de la realidad: he resuelto muchas dudas, problemas con artículos, fechas, etc…

La hija pródiga llegó por fin, pero como estaba

enfadada con ella, porque en los dos últimos días no ha dado señales de vida, prácticamente, no hemos hablado…

Dice que es que “estaba muerta”. ¿Muerta? Ésta está más viva que todos los demás juntos, pero tiene más cara que espalda. En fin… no la puedo echar de casa ¿no? Jajaja.

Que a veces, me dan ganas. Pero muuuchassss ganas.

Llevo todo el día destemplada, así que espero no haberme cogido un virus de estos que abundan por aquí. No me lo puedo permitir. ¡Ni hablar!
¡Ayyyy! No sabéis la variedad de gustos que tenemos a la hora de vestir a los niños. Hasta yo, que estoy super acostumbrada, he oído cada cosa, que no puedo repetir, pero que a veces, me dan ganas de llorar…
A las que van a ir divinas de la muerte a los diferentes eventos que tenéis, ya no os digo nada, porque prácticamente lo tiene todo el mundo preparado.

Las bodas es por lo que más me preguntan, pero ya voy contestando en privado. Y voy haciendo conjuntos realmente monísimos. Vamos, que estoy contenta en ese aspecto.
Ahora, ya vienen las preguntas de qué se les compra a los niños para el verano: “es que yo voy a un pueblo costero muy pequeño y no pega llevarles de repollos”.

O “yo quiero algo mono y ponible, pero que no sea de lo que se pueda encontrar en Zara”. Y también: ”yo, a mis hijas, al parque las llevo llenas de lazos y puntillas, que sólo son pequeñas una vez”.
Como veréis, hay para todos los gustos y está claro, que cada una tendrá razón en algo. Lo que no se puede es tener 80 modelitos para el verano. Os lo dice una que no ha pensado nunca con la cabeza cuando sus hijos eran pequeños.

Al llegar septiembre y colgar la ropa en el armario, lloraba casi del dineral que había tirado para ponerles alguna cosa sólo una vez.

Creo que lo primero es organizarse, pensar qué tipo de vida vas a hacer, etc… Algunas necesitaréis más y otras , menos.
Sé que es difícil resistirse a las maravillas con las que constantemente nos inundan los escaparates, en Facebook, etc… pero hay que saber qué y cómo comprar.
Yo misma, soy el vivo ejemplo: me iba a Suances, un pueblo marinero de Santander, con los tres niños llenos de modelos de confitería: bodoques, nidos…

Y realmente, aunque yo estaba encantada, ahora me doy cuenta de que no eran para la vida que hacíamos.
De la playa, al chiringuito… luego, a comer y, cuando salíamos, ya sabéis que en el Norte se viste muy bien (para mí, claro), pero “tan puestos”, me resultaban un poco fuera de lugar. Sobre todo, cuando veía a muchos niños, con los petos vaqueros todos los días, que, por lo menos, su madre no sufriría tanto.

Lo que pasa, que, mientras voy escribiendo, pienso: ¿Y perderme semejante maravilla de modelitos, que aún guardo como oro en paño? Pues ya os digo que no, que volvería a cometer el mismo error. El mes que estábamos en Burgos, daba gloria verlos y después, pues satisfacción propia. Total y absolutamente.

Ahora, lo tenéis mucho más fácil, sobre todo, porque hay marcas intermedias en las que los niños pueden ir ideales sin ir con nidos de abeja, piqués de canutillo y vestiditos de delantal, con telas liberty de morir…


Por eso, hoy voy a hablaros de una marca, que confieso (entono el “mea culpa”), que cuando la conocí, no me encandiló, es decir, no fue amor a primera vista, como me pasa con otras. Pero que a medida que pasa el tiempo, me parece que ha sabido conjugar a la perfección lo de ir arregladito sin los excesos innecesarios.

Tiene unos detalles tan exquisitos que me paso horas mirándolos, y te das cuenta, que, al final, se lo puedes poner, casi cualquier día. (excepto algunos, claro).
Es un perfecto equilibrio entre lo arregladito y lo práctico. Pero en ningún caso, pasas desapercibido. Todos y cada uno de sus modelos, tiene ángel, gusto y algo encantador que ahora mismo no sabría definir.
Hablo de Noma Fernández, una perfecta desconocida para mí, hasta hace dos años. Y como os digo, poco a poco, me he ido enamorando de sus diseños, de su capacidad para transmitir el buen gusto, sin que sea necesario que la niña lleve cuarenta mil cosas encima.
Simplemente con una, que adquiere toda la importancia, ya está hecho el milagro. Elegancia, buen gusto y cierta sobriedad. Sólo “cierta”. La suficiente y creo, es donde radica el resultado de su éxito.

Como vais viendo, sus diseños no son de coloridos chillones. Al contrario, no destacan tampoco por eso. Son exquisitos en sí mismos, por mérito propio (mejor dicho, de la diseñadora). Es muy difícil lo que consigue, que es llamar la atención sin colorines ni mil volantes.

Bueno, lo mejor es seguir viéndolo: Su colección Ada me chifla por el color y por el diseño. El vestido, hacía tiempo que no veía uno con tanta clase… ¡Qué pena que algunas lo tachen de soso! Yo creo que no está hecha la miel… Bueno, pero la mayoría sí que sabemos con qué vestido estamos entre manos…

Vestido crudo, divino, con cuello bebé y una pechera que parece de película: son volantes, pero no los típicos volantes, sino unos muy especiales, con la forma que estáis viendo, una hilera en crudo como el vestido y la otra, en mil rayas tostadas, como el bandeau que lleva la niña en el pelo. ¡Me super enloquece! Qué maravilla… Y como os digo, como pasando de puntillas, sin ser un color chillón, ni con volantes repujados, ni nada de nada. Tan simple y tan complicado de diseñar como estáis observando.
Es un vestido formal, para ir a cualquier sitio y llamar la atención por niña mona, por niña con clasón. Idóneo total para ir a un bautizo o Comunión. Precioso es poco.

Y así como siempre me estoy quejando de los tocados, el bandeau que lleva me chifla, le da un aire interesante y super favorecedor. Vamos, que la niña está de cinco estrellas. El conjunto de la pequeñaja, tampoco se queda corto. ¿No?

El otro modelo de vestido es éste, de rayas tostadas, más fresco y desenfadado. Me encanta por los tonos, porque es muy ponible, suelto, práctico…

No tiene nada que ver con el primero: de mangotas amplias al codo, con un corte en el canesú y otro que incorpora un volante en el bajo. De mucho poner, muy cómodo.
Con un gran lazote, también de rayas, a un lado del canesú, no deja de ser otra coquetería de vestido.

Cambiamos de tono con la colección Carolina, que combina el marino con el plumetti en azul. El conjunto de falda y blusa es coquetón y delicioso. Fijaos en los detalles. Ya os digo que no hay nada chillón ni ordinario. Es todo la viva imagen de la clase y el buen gusto.
Ya veis la falda preciosa de vuelo marino, con cintura alta, bien marcada por el vivo crudo y los cuatro botones. La blusa de plumeti con marino es un sueño de bonita.¡Qué conjuntazo! Y lo que os digo: para cualquier evento, excepto, quizá, para una boda.

La blusa es una pequeña delicatessen con ese cuellito y las mangas en forma de alitas… Una delicia.

También muy mono el conjunto de shorts con blusón: más desenfadado, ponible, pero con la misma clase.

El blusón, sencillo, también de plumetti con dos lacitos a los lados y el short marino y elegante.
De tirantes, con dos botoncitos atrás, es monísimo y como os digo, super ponible todo el verano.
¿Y el Jesusito de mi vida? Pues un bombonazo. No así cualquier

cosa. Ya lo veis, no hace falta decir mucho. Entero de plumetti blanco con marino, con dos lacitos marino en los hombros y una cascada de volantes. ¡Divino! Con un lazote marino en el pelo, qué niña, por Dios…
Unas bailarinas marino y chaquetita igual por si refrescara… Niña de colegio educada, niña bien, niña mimada… Si le queréis dar más vida, queda también divino con chaquetita, lazo y bailarinas en rojo.

Y volvemos al color crudo con la colección Alba. Aquí, me chifla el vestido blanco, como ibicenco, con volante en el bajo muy sutil y las maravillosas puntillas de las mangas (no las sé ni describir) y en el bajo.

Es un vestido idílico para mi gusto. Para ir con la niña de la mano y que todo el mundo te pregunte. No es para menos… Con bailarinas tostadas, la viva imagen del buen gusto. ¿Qué más quiero yo? Es como para que la niña no se haga mayor nunca. Un vestido para recordar toda la vida. A mí me pasa con algunos. Dejan una huella imborrable.

Y el caso es que, como os digo, si lo miras (las que no tienen ni idea y piensan que estoy borracha), el vestido no tiene nada, pero lo tiene todo. Eso es lo que tantas y tantas que llenan de farolillos a sus niñas deberían aprender.
La espalda, ya la veis. Yo no tengo más que decir.

Más maravillas, porque este verano, ha sido entre otras marcas, el de Noma Fernández. La colección Carmín, de nuevo de plumetti, ésta vez en rojo, nos regala este delicioso Jesusito: el Jesusito Carmín. ¡De comerse a la pirrrupia ésta!

De nuevo sencillez en el Jesusito, con el cuello de volantito y braguita a juego. La espalda, espléndida, con la lazadota bien grande en roja. ¿Cómo lo veis? Yo, desde luego, lo compraría ya….

Y el conjunto de blusón con el pantalón cortito rojo, otra maravilla. ¿Cómo está la pocholada de niña? De morir… Y parece que lo sabe. ¡Chiflante la lazadota roja en el talle alto del blusón!

El vestido, en un rojo contundente, de señoritas. ¡Qué bonito es el rojo en verano! Trabilla delantera y magnífica lazadota trasera, esta vez de plumetti en rojo, para contrastar e ir a juego con una hermanita pequeña. ¡Bombonazo!

Mira: una pega, si me dejáis pongo. ¿Es la primera, eh? No me gusta nada el peinado de la niña. Lo siento pero no aguanto esos flequillos y menos, si luego, se los recoges en coleta o moño. ¡Hala! Ya lo he dicho.

Con lo mona que estaría con su melenita… Pero, los que me conocéis, sabéis que rizo mucho el rizo y lo que no me gusta, lo tengo que decir. Si no, reviento.
La colección Elba nos lleva más allá de la realidad. Por lo menos, a mí. Cuando la vi, me quedé fácilmente media hora analizándola. Ahora, os la resumo: plumetti rosa con encaje divino en tostado… ¡Uhmmmm! Muero porque no muero…

Simplemente, admiradlo: el Jesusito, con su capota divina, las manguitas con el encaje tostado que parece sacado del siglo pasado y el mismo, en el bajo. Es absolutamente impresionante. Y éste, sí que es para boda, bautizo, Comunión y lo que se ponga por delante… Y mira, parece que me han oído, porque aquí veis a esta beldad con la corona de flores, como dispuesta a ello…

Realmente delicioso el conjunto. La braguita a juego. No sé qué puedo imaginarme más bonito, de verdad. De frente, de espaldas… Con unas alpargatas preciosas que ya me las estoy imaginando, va a una boda y destaca entre todas.
Y aquí la tenéis junto con la niña del vestido…¡Qué estampa! El vestido, de talle bajo, con la lazada tostada y en vez de alitas como mangas, es de tirantes, y el precioso encaje en el escote… ¡Mon Dieu!

¡Qué niñas! ¡Qué diseños! Me gustaría una entrevista con Noma, si fuera posible… Ahí lo dejo. Es una de las diseñadoras que menos conozco. Ni de vista. Sólo de hablarnos por correo…

Bueno, que tanto el Jesusito, como el vestido, matrícula de super honor, cum laude y con todas las medallas posibles. ¡Barbarísimosssss!
Ya empiezo a enrollarme y me faltan colecciones… Voy a correr, es una pena. Lo que no me de tiempo, os dejo las fotos. Fijaos bien, porque os digo que ninguna tiene desperdicio.

Voy con la colección Valentina, que ha salido tardía. Se ha hecho esperar, pero ha merecido la pena. De nuevo, hace acto de presencia la sencillez: vestido y Jesusito blancos, sin más adorno que la exquisita puntilla en crudo, en las manguitas y en el bajo, formando picos.

Aquí las veis de nuevo. La espalda del Jesusito, de morir de bonita, con los cuatro botones y el tono de los lazos, super logrado. Ya no sé ni qué decir…
Pues que os enseño la Gala, otra que ha salido tarde. Hay que hacerse valer ¿no Noma? Jajaja.

Éste, otro de campanillas: otra maravilla de vestido en color crudo (¿me adivina el pensamiento o qué?) con banda en el talle alto, anudada atrás de color topo oscuro, con mucho vuelo, puntillas crudas en el bajo y aún, otro trozo de tela en el color topo de la banda. La manga, idéntica en los detalles, al codo.
¿Cómo os quedáis? La gente volviéndose loca buscando el modelito de Arras y aquí tenéis esta maravilla, por Dios…


La espalda, también con el detalle en topo del cuellito…

Arriba, a la izquierda, el de la más mayorcita, más sencillo aparentemente, de categoría, entero color crudo (más claro el cuerpo), de tirantes anchos, picunela cruda en la cintura, encaje crudo en el bajo…lalalalaa…
La espalda, abierta y cerrada con tres chatos. Detalles…
Y como me tengo que despedir y me faltan cosas, lo hago a lo grande con la colección Ágata. Pero, ¿os dais cuenta qué repertorio de verano tiene Noma Fernández? De quitar el hipo…

El Jesusito, impresionante del todo, como veis. También blanco, de tela labrada, talle alto con un fruncido añadido, banda como en gris, lazo también gris a un lado del escote y corona de paniculata. Ya está preparada para la gran ocasión…

De espaldas, te desmayas: la lazadota grande, como me gustan a mí, un gran escote redondeado y mucho vuelo… ¡De campanillas!
El vestido, de la misma tela y

magnífico de nuevo. Hijas, si no elegís entre estas maravillas algo de Ceremonia, no os entiendo.
De talle bajo, con los exquisitos adornos en el talle, tanto en gris, como por debajo un abullonado en blanco y la falda gris… ¡Ayyy!

Lo apreciáis mejor en la espalda, que os dejo aquí… ¡Mamma mía! Qué joyas!
Me da rabia, porque me dejo la Alexia, la Dana (impresionante de bonito), la Dalia y la Candela… Ahí es nada. Pero fijaos bien en las fotos, que veréis maravillas por doquier.
Os dejo con un sabor dulce en la boca de lo contenta que estoy porque absolutamente todo, me ha superrequetechiflado. ¡Bravooo Noma Fernández! ¡Bravísimoooo!
Un beso sin estridencias.
Es una colección preciosa y aunque entiendo que «no es ropa de parque», si es cierto que tiene bastantes prendas muy estilosas y ponibles y que dejan que nuestros niños vayan como a mí me gusta decir «arreglá pero informal».
http://miangelmarta.blogspot.com.es