De nuevo por aquí, en un día bastante duro para mí.

Llevo toda la mañana mal. Veo que la gente, poco a poco empieza con su vida normal y me doy cuenta de que yo ya no tengo vida. Ni normal, ni nada.

Me tengo que enfrentar cada día con la dura realidad que me ha tocado vivir y no sé ni por dónde empezar.

El calorazo insoportable, tampoco me está ayudando y hoy, he visto que nada en mi vida tiene ya sentido.

Que tengo que sobrevivir, que es muy diferente a vivir, a disfrutar, a que te llene algo, a reír, a sentir…

Como ya os dicho muchas veces, esta casa se me cae encima.

Mi vida es un puro interrogante que tampoco tengo ganas de resolver, porque lo tengo bastante claro.

Sigo sola con Pablo y esta mañana, después de sacar a Tess y hacer cosas en la casa, he quedado con gente conocida de cerca de aquí.

Gente que he tratado en estos seis años, saben lo que me ha pasado y me han ido cogiendo cariño (no me gusta nada esta expresión, pero depende de quién venga) .

Hemos tomado unos vinos, pero  no es mi tipo de gente.

Digamos que son personas que están de vuelta de todo.

Unos divorciados, otros con parejas efímeras y con interés siempre por conocer a alguien nuevo y si resulta interesante, pues, ¡Hala! La vida se vive una vez, deben pensar….

Son divertidos algunos para un rato, pero he vuelto a casa, además de un poco «chispa», con un vacío muy grande.

Porque esa gente no es la mía, no me interesa nada su tipo de vida.

Teníais que ver lo contentos que estaban de poder estar por fin en una terraza todos y contar lo mismito de siempre… Parejas que discuten todo el día; otros, que aunque tengan pareja y cuatro hijos, no se cierran a que alguien se les acerque y pasen un buen rato, etc.

Así no soy yo y no lo seré jamás. Ya no sé si por gracia o por desgracia, porque, viéndoles, parecían felices, aunque creo que no lo podrán ser jamás. No sé. Tampoco ya sé nada de este mundo.

Sólo que mi vida, tal y como era, la sentía perfecta. Yo era feliz y de pronto, todo se me vino abajo y me derrumbé.

Y conociéndome, sé que no se me va a pasar en la vida, aunque tengo que seguir como sea, aunque sea por mis hijos.

Además, a pesar de que tengo mucha gente para poder quedar, nadie o casi nadie me llena y los que me llenan, o tienen su vida hecha y no puedo ser un incordio ahora, de repente,  o bien, quieren algo más.

Y, aunque yo esté a gusto con ellos, no pienso dar un paso en falso ni flaquear.  No estoy enamorada de ellos  (no voy a dar nombres, porque me leen y no quiero hacer daño a nadie) y no pienso aprovecharme de una situación, de la que, no me cabe la menor duda de que mis acompañantes de esta mañana, hubieran estado encantados.

Bueno, lo siento por el diario que os escribo, pero empiezo y no puedo parar. ¡Perdón mil veces!

Quería hablaros (porque muchas me habéis preguntado) de Didal, de la que ya os he hablado más veces porque me chifla y ya veo, que a muchas de vosotras, también. Ellas se denominan como tienda de artes y manualidades y no veo mejor definición, porque, además de encargárles cualquiera de las maravillas que hacen, tienen talleres y allí, las chicas y mujeres de cualquier edad, van a cursos, para aprender a hacer punto smock,dos agujas o «Knitting», crochet, a coser, realizar amigurimis, etc.

La pega es que está en Burriana (Castellón) y claro, las que salen ganando son las que viven allí. Yo justo lo conozco, porque una prima de mi marido, veraneaba allí y donde juré no volver, ya que el calor que pasé en pleno mes de agosto, no os lo puedo describir.

Salimos por la noche y ni sé dónde estuve… Estuve todo el rato al borde del desmayo. Lo siento…

Algo malo tenía que tener. Bueno, malo para mí, porque ya, a estas alturas de mi vida, he comprobado que no tengo bien el termostato.

Adela, vas a tener tú razón y va a ser normal, que, en pleno mes de julio, tengas la calefacción puesta en la oficina….jajaja.

Bueno, pues como estamos en un año tan convulso, tan incierto y en el que en mayor o menor medida, nos ha cambiado la vida a todos, esta tienda os va a venir de rechupete a todas aquellas que habéis tenido nietos o hijos a finales del año pasado o durante éste, ya que las cosas que hacen para recién nacidos o bebés, son indescriptibles de bonitas, con un gusto exquisito y sin perder detalle de nada.

También son líderes en regalos para Comunión, como batas, pijamas, camisones, conjuntos para la playa...¡Si es que todo el equipo, liderado por Rosana, es una auténtica joya!

Ya os he hablado también de las preciosísimas enagüas que hacen para las Comuniones, llenas de detalles. Hay que verlas para que me entendáis.

Y lo bueno es que las hacen las abuelas, las madres, etc. Después y tal y como os he dicho, es tal el calor que hace, que las niñas se quitan el vestido de Primera Comunión, y se quedan todo el día en enagüas…..

¡Es una auténtica maravilla ver cómo están hechas! Es una delicatessen en toda regla. No me pueden gustar más.

Y también se dedican a realizar todo tipo de complementos para las falleras, dada su cercanía con Valencia.

Os digo que son maravillas. Este año, pues, como todas, a retrasar todo.

Las fallas, por desgracia, no, pero sí las Comuniones y el poder vestir a los bebotes de la casa como si fueran principitos, que es como a mí me gustan. Lo clásico nunca muere y las antiguas, como yo, parece que, tampoco.

No tenéis nada más que ir viendo las fotos que os pongo.

Todo lo hacen allí y todo lo podéis encargar en la talla que queráis. Me encantaría ir a algunos de sus cursos, pero es imposible. Una pena.

De momento, no sé qué va a ser de mi vida, como para ponerme a hacer nidos de abeja y demás…

Pero si me lo hubiesen dicho hace dos años, mañana mismo me apuntaría (si fuera con algún tutorial o a distancia, ya que, como os digo, ese clima no está hecho para mí).

Yo soy de Burgos y qué se le va a hacer. Y no os creáis, que hay burgalesas super frioleras. Como os digo, es un problema mío.

En vez de dedicarme a hacer estas monerías, pues lo que hago es mirar pisos, sin ninguna gana, sin ninguna ilusión y sin ningún aliciente.

Pero no quiero volver a Burgos de momento y además, Pablo, que lo ha pasado muy mal estos dos años, aún tiene que terminar la carrera y le queda todo el año que viene y lo que os contaré…

Además, este mes ya viene Juan (mi hijo mayor, para las que os hayáis despistado) para quedarse a vivir en Madrid, si bien, ya independiente, con su novia y su piso.

La única que se resiste a venir a Madrid es Almudena, que está opositando en Burgos y también sufriendo.

Odia Madrid y me dice: «mamá, si tú te vas de Madrid, yo me voy de Burgos y así, contentas las dos”, ¡Ayyy mi cabra loca! Con la fuerza de voluntad que tiene, espero que le salga ya algo bien, porque también lleva una racha bastante mala. ¡Mi niña!

Vamos, que no nos salvamos ninguno en mi familia. Pero el palo ha sido gordo y cada uno a su manera, tiene que recomponer su vida como pueda. Está claro también, que la más herida de muerte, he sido yo.

El irme a Madrid me está suponiendo una enfermedad.

Pensar en la mudanza, aún más y mientras lo escribo, se me retuerce el estómago. Está siendo demasiado… Todo junto, de golpe y porrazo. Así, en un momento, te cambia toda tu vida. ¡Tomad nota!

Me gustaría estar ahora mismo en este mismo día, pero del año que viene…

A ver si sigo existiendo y ver cómo he podido reparar mi corazón, mi vida, cómo les ha ido a mis hijos… ¡Mil cosas!

Ahora mismo, no puedo decir, como dice un amigo mío, “de este agua no beberé”, pero casi lo juraría.

Él es más liberal que yo. Mucho más. No es superficial, como los que os he contado de esta mañana, pero sí mil veces más liberal.

Y sin embargo, si no fuera por él, no estaría ni tan siquiera escribiendo. Él me tranquiliza, me calma, me escucha, me todo.

En definitiva, es una persona que me llena. Desde siempre.

Espero no sufrir por esperar algo que no va a ser. Ya os digo que es muy liberal, es un pájaro sin enjaular, pero eso no tiene nada que ver para que a mí me deje calmada cada día.

Está teniendo una paciencia increíble y nunca, nunca jamás se lo podré agradecer suficiente.

Es por los que os decía, que otros, que están deseando estar conmigo y que les aprecio un montón, no pueden ser los que me saquen del hoyo donde estoy metida, porque, aunque sus intenciones son buenísimas, sé que quieren algo más de mí y si algo soy, es clara, nítida, transparente. Y creo que así parece que lo han entendido. Esperemos…

¿Qué un día me da la ventolera y cambio? Pues os lo diré, por supuesto y estaría encantada, pero NO. NO LO VEO ni ahora ni en un futuro.

Todo, todo cambia…. Como la canción.

Así, que después de lo que me ha pasado, ya no juro nada, no vaya a ser que la cabeza me haga “click” y me sorprenda a mí misma.

Bueno, ya veis que estoy desganada y triste, lo que no quita para que admiréis los conjuntos de bebé, los regalos para recién nacido, para Comuniones y todo esto que tantísimo me gusta y que dan ganas hasta de comérselo.

¡Gracias Rosana, una vez más, por dejarme entrar en tu taller y poder enseñar este arte que tienes!

Un beso a Burriana (con el aire acondicionado puesto ya en Madrid)