
Hoy estoy como sin ganas… vamos, como el tiempo. Ayer estuve contestando correos y mensajes hasta las tantas, luego viendo “Sin Rastro” y me dormí a las mil y monas.
Claro, así estoy hoy. Pero es que tengo verdaderos quebraderos de cabeza con vosotras. Sí, porque si unas queréis ideas de ropa arregladita para estos días; otras, todo lo contrario, es decir, queréis ideas, pero odiáis todo lo que suponga vestidos y conjuntos llenos de encajes, puntillas, volantes, etc…

Y están las del término medio: es decir, no quieren pomposidades, pero tampoco ese estilo que sacan ahora muchas marcas como de “vagabundos”, un arreglado demasiado desarreglado… No sé si me entendéis.

Yo las he entendido perfectamente. Y la verdad es que estoy de acuerdo con muchas de ellas, en que hay demasiadas marcas que tienden a poner a los niños-sobretodo niñas- como vacas en feria, que digo yo.
¿No es más bonito algo que no sea excesivo, algo que llame la atención por buen gusto y elegancia, que todos esos volantes, lazos, mezclas imposibles de telas, capotas que son más grandes que la cabeza de las niñas, etc…?

Yo pienso que sí. Es más, ya os he dicho que esos vestidos de super volantes y encajes con pascualas, me espantan. Del verbo espantar.
Pero parece que las madres de niñas, las ven cual princesas de cuento y no renuncian a ello. Lo veo bien, no me voy a meter donde no me llaman. Sencillamente, digo que a mí no me gustan.

Por otro lado, están las demasiado «originales” que quieren ser lo opuesto a los diseños anteriores y nos presentan modelos desgastados, mezclas imposibles, cosas que en la vida hubieras soñado poner a un niño… Y también tiene sus defensores a ultranza.

Así, que ¿qué hago? Ya me diréis. Yo soy una clásica, me gusta lo de siempre, que es lo que nunca pasa y lo que me parece más bonito.

Reconozco que hay maravillas, tanto en un lado, como en el otro. Pero hay que saber para ir a dónde. Es fundamental, vamos.
Es una pena ver a una niña de tres años que no puede con el Jesusito que le ha plantado su madre, porque más cosas no puede tener: encajes, lazos , puntillas, tules, capota llena de adornos, etc… Lo que os quiero decir, es que este tipo de ropa, por mucho que se empeñen las marcas, no es para todos los días, ni mucho menos.

Es para distinguir un día especial: una boda, un evento familiar, estos días navideños, cualquier ocasión de estas…
Y en el otro lado, lo mismo: hay que saber a quién se lo pones, lo primero. Porque esa ropa “zarrapastrosa”, como la llamó una señora el otro día que puse una foto en mi página de Facebook, no parece en absoluto de un mercadillo ni mucho menos.

Es más, a veces es la más cara. Sólo que no les va a todos lo niños, como os he dicho muchas veces.
Tienen que tener un estilo innato, una gracia y un porte especial para llevarla. Si no, como dice efectivamente la señora, pueden parecer cualquier cosa.
Y aquí me hallo en medio de esta disyuntiva.
He pensado, que como estos días atrás, os he enseñado más ropita de la que llamo un poco rococó, hoy voy a intentar enseñaros otros estilos, con los que por cierto, muchos de los niños están mil veces más guapos.


Yo siempre he sido de bebés de faldones, chaquetitas, nidos de abeja… Se me cae la baba cuando veo a un niño así vestido. Me sigue chiflando y no concibo a un bebé de otra manera.
Pero, por lo visto, cada vez es más la gente que opina que van así por gusto de las madres, que ellos van incomodísimos…¡Bobadas! Pero bueno, no voy a discutir, que no tengo ganas. Y de lo que no tienen ganas ellas es de molestarse en planchar y cuidar semejante ropita. Eso pienso.

Bueno, sea por el motivo que sea (no hay nada más que verlo en los famosos, que por otro lado, me suele espantar cómo llevan a sus hijos), cada vez los bebés, van con colores más oscuros, con diseños más de adulto y eso es un hecho.
Algunas cosas son muy monas, pero sigo pensando que como un bebé clásico, nada.
Pero bueno, como estoy para lo que me digáis, os voy a poner ejemplos de gente que quiere vestir a sus hijos sin lazos, sin puntillas , sin entredoses, sin encajes y sin nada.

Que a veces, no os creáis, cuando veo una especie de lechuga por la calle, recargadita de pata a oreja, me dan ganas de decirle a su madre de todo. Bufff, me dan ataques…

Una marca que nos enseña comodidad en los bebés y colores diferentes es «Tris Tras”. Por ejemplo, lo vemos en estos conjuntos de culottes y camisas en tonos mostaza con estampadito a juego.

Es diferente, monísimo y sin complicaciones de ningún tipo. Eso es lo que me piden las madres de ahora: la comodidad ante todo. Además, si es bonito ¿qué más quieren?

Por ejemplo, en gris, la ranita stars con borreguillo, que se pone en un pis pas y el chaquetón a juego. ¿ Qué os parece?
Con unos leotardos y unas botitas, va tan mono y comodísimo, eso sí. O bien, la ranita de estrellas, con la camiseta interior con el cuello de bebé a juego, en estrellas camel. Cosas actuales, de ahora…

Para niña, me encanta el culotte de cuadros con tirantes y la blusa Botichelli, de plumetti verde. La blusa me super chifla. Me parece una monada de conjunto para cualquier día, para poner con leotardos y botitas verdes a juego.

Nada más lejos de esos conjuntos que os decía antes, con los que parece que vas de damita de honor a una boda. Este es un conjunto coqueto, fresco, ponible.

También divina la blusa, con los culottes en escocés. La niña va de dulce, sin necesidad de mucho adorno.


Y para niño, el bloomer de micropana precioso azul, que yo se lo solía poner con una blusita de punto smock, de nidos… Pero, no. Aquí con esta blusita del conejito, resuelto. Menos arreglado y más práctico.

Otra marca, en la que los bebés no van de los clásicos colores es «Sophie Moda Infantil». Mirad que me encanta porque huye del barroquismo que empacha. Azules oscuros, verdes, grises… son normales en su ropa de bebé.
Pero hay que reconocer que tiene algo. Me chiflan algunas cosas sencillas y de buen gusto, como la capa preciosa de la niña, en tonos azules y morados, con capucha de otro azul…

Y a juego, el niño con el jersey de rayas en los mismos tonos y gorro divertido morado con pompones…

También ideal el jersey morado con el cuello celeste… Impensable para mí poner morado a un niño tan pequeño… Y sin embargo, lo veo monísimo. Ahora, hasta a lo mejor, se los pondría, quién sabe…
Ya veis también estos conjuntos de punto de bebé, de braguita y jersey, en un rosa que no es el clásico y en un verde que jamás se me hubiera ocurrido poner a un bebé. ¿Qué os parecen? Si ya sé que encantan…

O también, este conjunto de pelele en gris, con todos los complementos en gris para un bebé…. Mono, monísimo. ¿Se lo pondríais a un niño de 3 meses? He ahí la cuestión.

Id pensándolo, aunque sé que algunas lo tienen super claro.

Voy con más mayores: “Bonnet à Pompón” es una marca que está triunfando en todas partes y por algo será. La ropa, sin ningún tipo de adorno de los que me refería al principio. Líneas sencillas, mezclas, estampados, lisos… pero todo sobrio, sin recargamiento alguno.

Hay cosas preciosas, por supuesto y hay otras, que parece que las has comprado en un oulet de marca desconocida y resulta que te cuesta un congo.

Algunos, a veces, parecen niños de posguerra… Pero esto es la moda, lo último, lo que todo el mundo se rifa por llevar.
Las calidades son excelentes y hay mil cosas que me gustan muchísimo más que algunas marcas, en las que me empacha todo de puro adorno.

Eso sí, todo son colores oscuros, como de pobre, jajaja. Estilosos y pillos a la vez, sin ningún resquicio de cursilería o de esas blusitas con las que a veces nos los disfrazan de niñas algunas marcas conocidas.
Mirad a estos niños: estilo, mezclas, saber estar… Eso es lo que veo yo. Pero repito: no os engañéis, ya que no le va a cualquier niño. Hay que tener materia prima para ello. Si no, por mucho que te gastes, es bobada.
Lo digo tanto, porque lo he visto y realmente, es una pena, porque no les va. No les va en absoluto a muchos.


Una americana de punto, un pantalón camel y unas zapatillas de deporte. Así dicho, puede parecer que se lo han prestado. Nada más lejos de la realidad. Todo está estudiado y el resultado me chifla. El niño está estilosísimo, cañón.

Como este otro, con americana de tweed (carita ¿eh?), jersey rayado y pantalones con tirantes. Unos botines preciosos para completar el look. ¿Qué os parecen?

Que no se me quejen las que dicen que no pongo nada mono para niños. Y además, sin florituras, como me decis.

Este otro de jersey de manga ancha y pantalón gris claro es un ejemplo estupendo de lo que os digo que puede parecer que es de su hermano, prestado, etc… Y no, el niño lo lleva con estilo, con gracia… eso es lo que hace falta y nada más.

Y en las niñas, más de lo mismo: vestidos sobrios, oscuros, sencillos, pero con ese algo que enamora; algo tienen, desde luego.
Este vestido gris con plumetti negro no puede ser más sencillo y más divino: con el canesú marcado, el sombrero haciendo estilo y si os fijáis (sólo para las que tengan gracia) lo lleva con calcetines negros y bailarinas rojas.

Está de película y si se lo ponéis, que el abrigo o el chaquetón sea también oscuro, no rojo.

Un vestido gris de florecitas que no tiene nada especial. Por no tener, no tiene ni cuello, jajaja. Unos botoncitos en el delantero y la tela monísima como todo adorno.

Unos leotardos bien tupidos negros y eso sí, unos zapatos absolutamente deliciosos. ¿Veis? Me encanta y la niña, estilosa, con clase y sin adornos.
Fijaos en los zapatos, unos slippers de charol exquisitos. Me chiflan los zapatos de esta marca.
Son todos especiales, tanto los de los niños, como los de las niñas. Ya me gustaría a mí poder ir con zapatos planos…


Y otro conjunto sencillo pero con encanto es la falda Jacquard y la camisa efecto piel, en tonos camel y marrones. Como me chiflan esos tonos, la veo deliciosa. Moderna, sin adornos, pero con gusto.

Os voy a enseñar un abrigo que me ha enamorado, y es éste: el abrigo retro. Es una joya y tal y como lo lleva la niña, de estilazo total, si bien yo se lo pondría a una un poco más mayor. La camisa vaquera, la falda de antes, el abrigo, calcetines grises y bailarinas negras.

¡Por Dios, va ideal! Sé que es difícil encajarlo en cualquier niña, pero claro que las hay y algunas estarían de película total. Qué diferencia con los encajes y puntillas ¿eh?

Y otro vestido que me encanta por sobrio, elegante y sencillo, es este: de punto con rayas de colores, ni una sola chillona, para combinar con los zapatos y abrigo del color que quieras.

Para caquis, burdeos, marrones… Maravillosoooo.
Y otra marca de la que ya os he hablado mil veces y que huye del barroquismo es «Labubé». Carlota, con sus diseños, ha hecho de las mezclas y de lo diferente, algo que la gente se muere por tener.

No me extraña. El buen gusto está servido. No es muy muy moderno, en cuyo caso me espantaría, pero sí que hay que saber poner el límite. Es decir, si presenta un vestido monísimo con leggins y más cosas, tienes que saber si le va o no le va a tu hija.

Es ropa con mucha mezcla, original y con buen gusto, pero hay que tener estilo para llevarla. No me canso de decirlo, porque veo a cada pobre niña, con la réplica exacta del modelo de Labubé y parece un adefesio. Tan claro como el agua.
Maravillosos sus jerseys con lacitos, en varios colores.

Divino de la muerte, el rosa que veis aquí, con los lacitos en gris.¡Uhmmmm! y me super chifla, la combinación del jersey azul con la falda de terciopelo verde caqui o topo. Vamos, yo creo que esta combinación la inventé yo, jajaja…

Mis hijos tuvieron unos conjuntos en estos dos colores, que aún guardo, que llamaron la atención por dónde pasaban (palabra de honor).

Más estilo con el pichi de terciopelo burdeos, camiseta de volante en gris y chaqueta de rayas. ¡Qué chârme, por Dios! No me digáis las amantes de lo pomposo, que la niña no está de revista.

Igual que el conjunto de jersey marinero con lazo, falda de terciopelo amarilla y leggins… ¿Veis? Aquí es donde os digo que podéis correr el peligro de que la niña vaya un poco adefesio, si no está acostumbrada a llevarlo. Yo se lo pondría sin leggins. Bastante mezcla tiene ya lo demás, pero ¿cómo queda, no?

Normalísimo y precioso, el vestido de punto gris con cuatro rayas en crudo. ¡Uhmmm! Si yo tuviera una niña de esta edad, un jersey de lacitos y este vestido, caían seguro.

Y para Navidad, el negro más negro: los vestidos de terciopelo que veis en esta dos niñas. Ponédselo con camisa blanca por debajo si es pequeña y lo queréis dulcificar…

Y sigo con la originalidad y el estilazo de «By Niné». Nunca me canso. Es ropa práctica, ideal, estilosa, sin pasamanerías ni albarda sobre albarda, exquisita y fenomenal de precio.
Hijas, ¿qué más queréis? Si yo canto cada vez que sacan su colección nueva… Y sólo por el gusto de verla, porque ya no tengo a quién poner semejantes maravillas. Sólo que lo compra gran parte de mi familia, porque yo se lo ordeno, jajaja. Y cómo van…¡Mamma mía!
Como me gusta todo, aquí sí que tengo que resumir y como no hay nada cursi ni demasiado arregladito, pues lo pondría todo, pero no puedo.


Así que voy con lo que más me ha gustado. Y claro, tengo que empezar, como es mi costumbre por lo beige y blanco. El vestido Sabrina me enamoró en cuánto lo ví, igual que la falda, con el mismo tejido. Me diréis… Esa tela brocada exquisita, con unos simples bolsillos de plastón y manga al codo.

Por debajo, los pololos de crochet, que no me pueden gustar más. Y fijaos que se arriesgan y queda sublime. No se lo ponen como a una niña formal, con medias y bailarinas, sino que se atreven con estas medias de zorrito, tan de moda y zapatillas.

¿Cómo la veis? Si no os convence o sois más clásicas, ponédselo así, con bailarinas. Probablemente es lo que al final haría yo… Pero la veo irresistible.
De un gusto innegable, el vestido Isabela: mezcla de sencillez, elegancia y clase. De dos piezas, precioso, de crepé hueso el cuerpo como si fuera una blusa y de punto dorado viejo la falda. Impresionante, tanto para un día que quieras ir arreglada, como para un día normal. ¡Juega con los complementos!

Y ¿qué me decis del vestido Olimpia? Otro que estaría en mi casa seguro. Me parece impresionantemente bonito, de crepe de lana color caldera con cuello de crepe vintage hueso.
¡Qué maravilla poder llevar a unas hermanitas con él! No sabéis la envidia que me dais…
Ya veis que es sencillo, pero ¡bendita sencillez! Me quedo con este vestido antes que con miles de alta costura, llenos de todo y que además, cuestan un fortunón.

Me voy a calmar, que me emociono y todo.

El vestido Conchita (como mi hermana), de enamorar. Seguro que ni les queda. De punto de algodón blanco, labrado y con capucha. Unos bolsillos grandecitos y ya.
¿Cómo lo veis? Bárbarísimoooo. De nuevo, nos lo presentan con medias negras de estrellas blancas y zapatillas blancas. Me chifla. Qué le voy a hacer y quién me iba a decir a mí que me iba a gustar esta mezcla…

Pero es que hace mucho quién lo lleva. No quiero ser pesada, pero es fundamental que la niña sea mona y tenga estilo. ¿Que por qué? ¿Acaso puedo yo desfilar en la pasarela Cibeles o salir en el famoso anuncio de Los Ángeles de Victoria’s Secret? No ¿verdad?

Pues exactamente lo mismo pasa en la moda infantil, no nos engañemos.
Y como puedo escribir un libro, tan sólo de By Niné, os dejo con el vestido Inés, el polo opuesto, ya que es de bámbula negra con aplicaciones en la manga de terciopelo velvet.


Otro vestido sencillo y

encantador, con el cuello bebé en blanco.
Podéis ver a esta parejita divina haciendo juego. El niño con la camisa… ¡De morir!
Bueno, os dejaré más fotos, si puedo, porque me queda mucho por hablar…
Otro día se lo dedicaré a quienes me piden vestidos de princesa, a juego con sus hermanitos, que ya es difícil… Estará todo el artículo lleno de lazos, puntillas, encajes y volantes.
Un beso sin complicaciones
Cada dia te supera mas…. Maravilloso
¡Muchísimas gracias Yolanda! Me alegro de que te guste. Un beso.