
No tengo calor. No tengo calor. No tengo calor… Ya os dije que no pensaba decir que tenía calor y lo cumplo.
¡Buaaaa! Si supierais cómo lo paso de mal, me entenderíais. Son las 20 horas y empiezo a escribir porque estoy

refrigerándome cada cinco minutos…
Menos mal que sé que por el norte, se están quejando también mucho (las asturianas están hartas estos días) ya que este bochorno añadido a la humedad es infernal. Además, ellas están acostumbradas a los 25 grados en verano, que, sin duda alguna, es la temperatura ideal.

Y dicho el pronóstico del tiempo, que va a seguir así de momento, paso a contaros algo.
Se me ha ocurrido hacer caso a varias encantadoras seguidoras que tengo, que siempre me preguntan, me piden consejo… Me dicen que ponga fotos de mis hijos de pequeños para ver cómo los llevaba, pero eso no lo voy a hacer.

Lo primero, porque soy un desastre y no tengo muchas. ¡Gástate ese dineral para no tener ni una mala foto! Estoy oyendo a mi madre…jajaja.

Y lo segundo, no me gusta poner fotos ni de mis hijos, ni mías. Al menos, de momento pienso así. A no ser que sea necesario, no me gusta.

No me gusta la gente que va contando en Facebook el minuto a minuto de sus hijos, poniendo fotos de ellos cada hora o así… Los miro y no lo entiendo que los exhiban tanto, pero lo respeto, claro.
Pues, como os decía, saber cómo llevaba a mis hijos de pequeños es facilísimo, porque siempre ha sido sota, caballo y rey.

Cosas clásicas por encima de todo y muy exquisitas, con nidos de abeja, vestidos medio diseñados por mí en tiendas divinas de Madrid, conjuntos para los tres iguales (tarea nada fácil), faldones lenceros siempre con chaquetitas y jerseycitos divinos hechos por mi madre o por mí, patucos… es decir, niños monos para mí, claro.

Nada de trajecitos tipo pijama, ni petos vaqueros, ni todo lo que la gente llama cómodo. A mí me daba igual darme palizas con las lavadoras, plancha y demás. Lo que quería era que fueran tal y como a mí me gustaba. Y sin duda, lo conseguí.

Al no poner sus fotos, estáis viendo un poco mi estilo, con faldones y conjuntitos como los que hacen en “El Columpio Tienda Infantil”, o llámese María Fernández Zárate, donde encontraréis delicias de las que a mí me gustan.

Como éste faldón blanco de piqué, con encajes, cintas y lazos en rosa y chaquetita a juego. ¡Qué primera puesta tan mágica! ¡Qué pocos niños veo así ya!
Yo creo que en Burgos, en mi círculo de amigas, casi todas los llevábamos parecidos. No me puede gustar nada más que un bebé bien vestido.

Esta otra monada, ahora que se lleva tanto el camel para los bebés: faldón y cubrepañal de piqué con esta monería de chaquetita con lazote. ¡Divinooo!

El faldón de cintura, precioso con la chaquetita a juego en celeste… Pues ya veis, todas estas cosas, siempre del mismo estilo…
Tenía varios modelos de jerseycitos y chaquetitas, faldones enteros, de cintura, peleles cuando eran un poco mayores… En fin,

maravillas.
Monísimo también este vestido de piqué celeste con cubrepañal…
Infinidad de cosas podéis encontrar de este estilo en El Columpio.
Todo lo hacen por encargo, en el color y tamaño que tú quieras.
Mirad qué conjuntito más abajo tan coquetón y requeteideal para regalar a una niñita querida o para que te regalen o lo compres…
¡Ummmm! Capota, cubrepañal y chaquetita de confitería…
El cubrepañal es de otomán beige con tira bordada también en beige y la chaquetita rosa bebé… combinación idílica.


Otra maravilla, éste vestido de organdí celeste y tiras bordadas en beige. Perfecto para el propio bautizo, cuando no sean tan bebés.

En “Bebés CBC”, tienen ropita monísima con la que me siento identificada.
Faldones como el Carlota, de piqué con bodoques rosas, ha tenido Almudena miles.
Y lo mismo, Juan y Pablo, en celeste. Todo un clásico.
El Jesusito y pelele blanco con nidos rojos, ya más de mi gusto, imposible.
Tal cual iban mis hijos. Os podía poner una foto de los tres, y así los veríais, con pequeñas variaciones según la edad. Una monería, que escasea. ¡Qué poco gusto veo en las madres jóvenes!
No sé si será la falta de tiempo o

qué. Pero qué va… Yo tampoco lo tenía, pero no podía consentir que fueran hechos un cuadro. Bastante hacen lo que quieren ahora.

Espectacular el vestido rosa con frunces y nidos de abeja, con la capota a juego… Ni sé los que ha tenido Almudena así… ¡Madre, cómo disfrutaba! Pero al verla, se me quitaban las penas del dineral gastado y de todo.
Conjuntos de baño deliciosos, no unos cualquiera. Todo me gustaba muy exquisito, para mi deleite, no para que me vieran. Me encantaba mirarlos a mí y punto.

Culetínes como éste, de florecitas con nidos de abeja y festones. ¿Veis qué delicia? Pues de este estilo los llevaba. De muy pequeños, no me gustaba ponerles cualquier bañador comprado en franquicias y encontrarme con varios iguales. Es mi pasión la ropa de niños, qué le voy a hacer…


Detalles. Como este conjunto de liberty con la parte superior de tela de albornoz, bolsillito de florecitas, las mangas… Exquisiteces. Para mí es como para un cocinero al que le sale un plato bordado y lo mira orgulloso de cómo le ha salido. Pues lo mismo.

Y nos vamos a la tienda “Friki”, que conozco desde que tengo uso de razón.

Diferente a todo lo demás, para un público minoritario, puesto que no consienten nada más que lo clásico de siempre: el estilo inglés, los libertys, todo de una clase increíble, si bien sé que a muchas les parece anticuado o pasado de moda.

¡Por Diosss! Estas cosas no morirán nunca.
De hecho, cuando veo las fotos de mis hijos, hoy mismo les volvería a vestir así. Iguales.

Eso no se puede decir de muchas marcas ni de mucha ropa ¿no?
Es como los trajes de Julio Iglesias cuando sale a actuar (ya sabéis que me pirra). Por mucho dinero que tenga, no me puede gustar más que siempre vaya igual vestido, con un clasón impresionante.

O con sus camisetas y pantalones blancos en verano. Inigualable.
Vamos, lo mismito que los futbolistas que se plantan no sé ni cuántos millones de brillantes en cada oreja… ¡Qué difícil es hacer que
mucha gente lo entienda!
Los faldones cortos, como como el de guipur, precioso para recién nacido o el de plumetti blanco con viso.
¡Qué monerías ver así a los bebés!
Si la gente supiera cómo


están, no andaría con tantas “comodidades”.
Las ranitas bárbaras, como ésta de liberty con lazos, que se puede hacer en varios de los maravillosos libertys que tienen
¿No la veis divina?

El faldón casulla con pololos en rosa, otra maravilla que me regalaron antes de nacer Almudena.
¡Cómo estaba mi niña!
Los conjuntos de niño, igual de maravillosos, con blusitas de nidos y pantaloncitos con botones para sujetarlos a la camisa. ¡Madre mía, cuántos habré tenido!
En rojo varios, en azul y en blanco con amarillo…

A la niña, le hacían el vestido a juego y no es por nada, pero estaban de revista. Para mí, repito.
Sus vestidos famosísimos y que siguen estando en sus escaparates, los llevó Almudena hasta que ya me pareció demasiado mayor. Me parecen insuperables, a otro nivel de todo lo que conozco.

Mirad éste de liberty en rosa con nidos y canesú cuadrado…
De desmayo. Los tengo guardados como joyas. Seguro que si alguna vez tengo nietos, ni los querrán.

Más delicatessen con este vestido en azules y mangas de ensueño.
Además, la niña que lo lleva parece de mi familia… La veo soberbia.


Lo mismo que con éste, en tonos rojos y azules y lazotes de tirantes.
Lo hemos tenido prácticamente todas las niñas de mi familia: mis primas de San Sebastián (donde empezó Friki y de dónde son sus dueñas), mi hermana y yo, mi prima Beatriz, mi prima Elena… Es decir, todas mis primas por parte de madre lo hemos llevado.
Y después, nuestras hijas. Todas. Nos vendrá de mi familia el gusto. Está claro.

Y sus marineros, ¿qué decir de ellos? Ya no habrá otros iguales. Por mucho que pase el tiempo.

El rojo que lleva esta niña es que me dan ganas de ponérselo a cualquier niña mona que veo. No puede ser más bonito, más especial, con más gusto…

Lo comparo con algunas marcas que triunfan ahora y no me puede dar más pena. ¿En qué momento se perdió tanto el buen gusto?

En fin, sé que soy exagerada, pero lo pienso tal cuál.
Sólo a las que me preguntáis, os digo que tanto con un vestido de nidos de estos o con un marinerito y con conjuntos de pantaloncito con blusita de nidos, dais en el clavo totalmente.
Y termino con la otra tienda en la que me he pasado metida más de diez años de mi vida y de la que también os he hablado más veces: “La Oca Loca”.

Viste a muchísima gente famosa.
En su muro de corcho están todos los que salen en el Hola: los niños de Luis Alfonso de Borbón, los de Julio Iglesias, Paloma Cuevas y un largo etcétera.
Yo, cuando fui por primera vez no tenía ni idea, pero la verdad es que, cuando pusieron a mis niños al lado de algunos que me encantaban, no podía estar más contenta.

Allí diseñé con Miriam y Lola, su madre, y con Paloma y Blanca, las chicas que trabajaban allí.
Con paciencia, me escuchaban, me oían cómo lo quería exactamente y la verdad es que me hicieron maravillas.

Todo el mundo me preguntaba en Burgos y yo les remitía a la tienda, si bien, me di cuenta que claro, ellas hacen lo que la cliente quiera y si no se tiene gusto, pues eliges que te lo hagan sin mucha armonía, porque claro, no se lo van a decir claramente a la madre…
Vamos, que hay que saber un poco.
Ellas tienen un gusto exquisito. Es una tienda pequeña, pero con un encanto irresistible en cada rinconcito.

Ves tantas monerías a cada paso, que te dan ganas de llevarte todo…
No voy a insistir en todo lo que les compré allí, porque lo estáis viendo en las fotos y es un poco repetirme, pero jamás faltaron las combinaciones en celeste y rojo en verano, los tres a juego…


Recuerdo también unos en vichy verde con nidos en rojo que fueron la bomba.
Los niños, con los pantaloncitos cortos en rojo y camisita de vichy verde con nidos en rojo y tapeta de piqué blanca. Y el vestido, de vichy con los nidos y las manguitas como alitas en piqué blanco ribeteadas en rojo. ¡Qué maravilla! Los tengo en una foto y más divinos no pueden estar.

También le hicieron el vestido igual a Paloma, mi sobrina. ¡Cómo iban!

De más pequeños, ya veis las maravillas que podéis elegir: beige con rosa para niña, que es una combinación chiflante, o beige con azul, como podéis ver en estas preciosas fotos que tienen ahora mismo.
Libertys, marineros… todo del mismo estilo que Friki, si bien en ésta también tienen ropa de algunas marcas para mayores. Todo clásico y mono.


Los marineros, también los hacen divinos, en el color que quieras, con diferentes telas, lisos, de rayas, de invierno, de verano… No puedo evitar lo que me gustan.

Y con esto y un bizcocho… Siento si he decepcionado a muchas que sueñan con cosas diferentes, más modernas, más “cañeras”…
Lo siento, de verdad. Pero, como se dice,”que me quiten lo bailao”. Lo que he disfrutado toda la vida vistiendo a mis hijos, no lo sabe nadie.
Pero éste y sólo éste es mi estilo. Antes, ahora y siempre.
Los bebés y los niños, siempre clásicos. Imposible fallar con nada de lo que os he enseñado.
Como diría mi Julito, “La vida sigue igual”…
Un beso bailando de gusto