
¡Enfilando la semana de Nochebuena! ¡Ayy madre, cómo se pasa la vida!
Ayer, de compras de nuevo y de nuevo, me cogí un catarro y llevo todo el día en la cama. Estoy fatal y no aprendo. No me abrigo nada y ayer, hacía frío del bueno.
Así que, aquí estoy tapada para poder llegar el día 24 fresca y lozana, jajaja.

Mis amigas que no se preocupen, que estoy bien, dentro de que tengo la nariz pelada y no puedo ni respirar. Mira que me lo advierten, pero como siempre tengo calor… ¡Pues toma, segundo gripazo!

Así que voy a intentar ser breve. Y como sigo recibiendo continuamente mensajes pidiéndome vestidos de Primera Comunión, no me queda más remedio que haceros caso y hablar algo, antes de enero, que era mi propósito inicial.

Lo voy a hacer con la marca “Pikiliki”, sevillana y de la que os he hablado más veces. Una marca ideal, con su sello propio, romántica y acostumbradas a trabajar a distancia, ya que envían su preciosos vestidos a cualquier parte del mundo. Una marca clásica donde las jaretas, tul de plumetti, cortes imperio y bandas con el talle alto son las protagonistas.

La sobrina de mi amiga Adela la hizo con uno de ellos (en Santander) y se quedó enamorada de la marca. Y no es de extrañar.

Como siempre os digo, y ya lo sabéis, porque es totalmente mi estilo, nada de perifollos, nada de vestidos-princesa, nada de niñas-Meninas.
Sólo buen gusto, detalles exquisitos, bandas largas de tul a juego con el tocado, espaldas de desmayo…

Cada año, añaden uno o dos modelos a su colección, para que tengáis más surtido para elegir. Son todos divinos, mágicos, de niña mona… ¡Me privann!

Cada modelo, está elaborado a mano, de forma artesanal y a medida. Puedes cambiar y combinar telas, mangas, escotes y tejidos para adaptarlos a tu gusto o solicitar su servicio de asesoramiento personalizado.

Ya veis un poco cómo son sus modelos: sin aires de grandeza, sin modernidades, sin asimetrías y sin grandes volúmenes.
Éste, en lino crudo y tul de color paja, corte imperio con fajín de tul igual que la falda, que lleva también lino y tul, es una maravilla, como todos.

Lo llaman modelo falda garbanzo y ya me diréis cómo está la niña con él…

La manguita farol de tul, la espalda cuadrada, los botones forrados, la preciosa media corona… ¿Qué más puedo decir? De las niñas que me gustan de siempre.

Diseños que enamoran a simple golpe de vista y, como os decía el otro día, vestidos de niña y no de mujeres, que hay muchas marcas que tienden a disfrazarlas de tal manera, que parecen novias en vez de niñas.

Otro, también precioso y con la banda en gris perla, la manga de tul de plumetti al codo y de lino. De nuevo, una joya. ¡Qué especie de babero de tul tan bárbaro!

Miradlo por detrás, qué caída y qué movimiento… Una espalda con pronunciadísimo escote, una semicorona en gris que llama la atención quieras o no.

Si yo hubiera conocido la marca (que no debía de existir) cuando Almudena hizo la Primera Comunión, no hubiera dudado y eso que me viene a Madrid y la verdad, le hicieron una maravilla.

Todas las niñas de Burgos, la hicieron igual, el vestido de organza típico, con mucho vuelo y pequeñas diferencias entre ellos. Sólo había una tienda decente y eran todos así…
Ahora ha cambiado mucho la cosa, pero era una pena ver, que, además del dineral que costaban, iban todas prácticamente iguales.

Éste, es el que llevó la sobrina de mi amiga y el que otra amiga mía definió como “el vestido más bonito del mundo” y yo creo, que no se equivocó mucho.

Magnífico, soberbio, todo lo que pueda decir de él, se va a quedar corto. De lino crudo y tul de plumetti también en crudo, me parece especialísimo, romántico, con un toque sencillo y delicado.

La espalda, escotada y un fajín rosa empolvado divino de tul, muy original. Juzgad vosotras mismas, por las fotos, cómo está la niña…

Yo no soy parcial, porque es uno de mis vestidos favoritos de todas las épocas, junto con el que viene después…

Beatriz, su diseñadora, ha sabido perfectamente dar en el clavo de lo que a mí me gusta y me imagino, que, como a mí, a muchas de vosotras.

La manga larga transparente, los volantitos alrededor del escote, y el peinado, nada pomposo, son una delicia.
Hay niñas a las que no les va el recogido. Pues no pasa nada. Le ponéis una coronita entera en

tonos rosas, con el pelo suelto.
Y si les va, incluso le podéis poner recogido total rematado por una media coronita. De cualquier forma, con unas alpargatas en el mismo rosa o bailarinas, una niña de película.

El otro al que me refería es éste, otra maravilla, perfecto para niñas que no son muy grandes porque es pocholo, con una pechera cuajada, a modo de nidos de abeja, una perfección para mi gusto.

De piqué blanco con encajes crudos en el talle y en la manga corta. Ya veis que el talle, un poco más alto y rematado con fajín del mismo color que el encaje.

Lo que os digo: entre los dos, no sé con cuál me hubiera quedado. Tal vez con éste, por el beige, ya sabéis mi debilidad, pero ambos son sensacionales.

El escote, esta vez en pico, con el fajín generoso para darle una buena y bonita lazada…
¡Ayyy! ¡Qué bonito es, por Diosss!
No pido ni más ni menos. Con respecto al tocado, os digo lo mismo. Puede ser éste o también admite una corona de hortensias en tostado y la melena suelta, que a mí me pirra.

Eso ya, cada una sabe cómo le queda mejor a su niña. O eso espero…
He querido empezar con esta marca, que no vende a tiendas porque a las que queréis que la niña vaya con vestidos que, como os digo mil veces, hechizan, impresionan, llaman sin querer la atención más de la cuenta, pero luego no quedan como deberían a todas las niñas, ya habrá tiempo. Éstos quedan bien a todas.

Hay muchas madres que es lo único a lo que están esperando: a dar “el golpe” con uno de esos vestidos. Pero ojito, que el golpe puede ser gordo…
Para llevar esos vestidos-joya- de última moda y carísimos, hay que saber qué tipo de niña lo admite, no recargar todo demasiado y tener muchísimo cuidado con los complementos…

¡Por favor, no las disfracéis! No creo que nadie lo haya dicho más veces que yo, jajaja.
Y seguís viendo otros modelos, como éste, de jaretas y volantes de tul a modo de alitas, otra virguería más de Beatriz.

¡Qué bonito es el blanco mezclado con el beige o color paja! Lo más elegante del mundo.

Y cómo sienta la espalda, con esas mangas, el tocado… Es para ir exactamente así, sin cambiar absolutamente nada.
Si vais con cualquiera de estos vestidos, mi más sincera enhorabuena por vuestro gusto exquisito.

Ya veis, las que me vais conociendo, que más de mi estilo, no pueden ser.
Os animo a que entréis en su web y veáis todo. Llamadla si tenéis alguna duda. Es un encanto y os atenderá de maravilla.
¡Santa paciencia la que tuvo con algunas que yo me sé!
Os dejo, que esta semana, tengo que ponerme buena y en forma para ir como “un pincel” el día de Nochebuena.
Mi madre no perdona fallos…jajaja. ¡Cómo somos en Burgos!
Un beso un poco mocoso