¡Aquí estoyyyy!  Un poco dolorida, ya que esta mañana, cuando me he ido a levantar de la silla (estaba en el ordenador), directamente me he caído todo lo larga que soy (que es poco, ya lo sé) y me he doblado el tobillo de tal forma, que no lo puedo ni mover.

Espero no haberme hecho un esguince, pero tiene toda la pinta. ¡Ayyy, qué manía tengo de sentarme encima de la pierna derecha!

Ando cojeando totalmente, me he puesto una crema y a ver qué pasa… En fin, cosas peores hay en la vida, como que te toque de Primer Vocal, en las elecciones del día 20…

Pues a mí, ¡las dos! Hala, por lista.

Bueno, se va acercando la Navidad peligrosamente… y no tengo ni un solo regalo, ni siquiera pensado. No os creáis, que esto estresa mucho.

Muchísimas gracias primero a todas a las que ayer resolví algo para sus regalos. Hay alguna que estaba emocionada y todo de haber encontrado esas monadas.

No sabéis cómo me alegro… espero tener inspiración para escribir un día regalos para nosotras.

Y bueno, pensando, pensando, esta mañana, he visto que os he hablado de vestidos para la Navidad, del color rojo, del color gris, de que si el marino era un color de Navidad, etc…

Y me he dado cuenta de que del color de mi alma y mi vida, ni mu. Claro, no es un color de Navidad, propiamente dicho.

Hablo de los beige, los camel, en fin, toda esa gama, desde los crudos hasta los marrones, en los que parece que nadie se fija en Navidad.

Pues ¿os digo una cosa? Que ni falta que hace. Son colores tan divinos, que son atemporales, ni de Navidad, ni de Semana Santa, ni de Ramos (lo siento, pero me parece horrible que sea obligatorio estrenar el día de Ramos), ni del día de la Comunidad.

El camel y todos los tonos tierra, son elegantes por sí sólos y muy feos tienen que ser, para no mejorar al niño o adulto que lo lleve.

Cuando veo algo espantoso por la calle, pero es beige, suspiro y pienso: “menos mal que es beige, si fuera de otro color, sería para hacerle un Consejo de Guerra”.

Jajaja, soy una exagerada, pero es verdad.

Con este color, siempre aciertas y para mí, tener una gabardina y un abrigo beige o camel, se ha convertido en un fondo de armario fundamental.

Hasta para las adolescentes, que antes no se ponían un abrigo ni de broma, ahora se lo ponen con vaqueros y zapatillas y las veo tan monas.

El abrigo camel clásico es el secreto.

Así que hoy, este color va a ser el protagonista. Sobrio, distinguido, elegante, como os he dicho, y perfecto para los niños. Tanto en invierno como en verano. Y he de deciros que cada vez me gusta más y más.

Y no tenemos nada más que ir a marcas conocidas y otras no tanto, para verlo. Hay muchas en las que está presente este precioso color. Da igual que no sean modelos de fiesta (que los hay y preciosos), que casi todos, ganan por goleada.

En “El Taller de la Abuela”, hay unos conjuntos divinos, que perfectamente pueden servir para estas fiestas y que son de una elegancia exquisita.

Son estos vestidos marrones, con volantito en el talle y cuello y puños blancos de topitos. ¿Qué más queréis para ver niños monos en estos días? Me parecen deliciosos. Y también, el conjunto del hermanito a juego.

Precisamente, ayer me escribió una señora de Portugal, preguntándome por ellos. Me parecen de categoría y después, super ponibles.

Otro ejemplo de que los niños están divinos con estos tonos lo vemos en la marca «La Ormiga», que cada vez está en más sitios y nos va a terminar invadiendo.

No me extraña, porque año tras año, mejoran una barbaridad para mi gusto.

Monísimos estos vestidos: uno, con el cuerpo de punto camel y lazada en el cuello (tendencia absoluta), con falda de tul en crudo. ¡Monísimoooo!

Y estos otros de arriba, perfectos para más pequeñas: en lana y seda, con la tela estampada de la falda y la parte de arriba preciosa, la capota de la pequeña, el lacito en el talle alto… ¡Me parecen ideales totalmente!

Y desde luego, arregladitos y super apropiados para estos días ¿eh?

Un abrigo que me encanta, también arregladito es éste de la marca “Alhuka”. Me enamoré desde que lo vi. No tiene pinta de abrigar mucho, pero bonito, es como el que más.

Es una pena, porque sólo tengo esta foto. Ya lo veis, con su lazote a un lado…  Mono, mono, mono.

En “Athina”, más cosas en estos colores. Monísima  y práctica, la chaqueta Caídas. Estilosísima, con las solapas, atada en la cintura y los bolsillos en la misma tela que el vivo de las solapas. Me encanta.

Y también precioso el vestido Cenefa, en camel. Ya me diréis si una bebé no puede ir así en Nochebuena…¡Preciosa! Ya lo veis,  con cuello bebé y una cenefa divina en crudo en el canesú.

Ni más ni menos. Y la niña, bombón. ¿Sí o no?

¡Cuánto mejor que las que van llenas de volantes y las pascualas de mis dolores! Anda, que no le he cogido tirria a las dichosas pascualas ni nada.

De verdad que lo siento por todas aquellas a las que os chiflan,  pero ya me diréis qué les veis, aparte de que las niñas parecen un poco ortopédicas… ¡Ayy, un día me cierran el blog!

En “Badum Badero”, vemos una gabardina beige, especial, magnífica, como casi todo lo que hace Elga Gil.

Es ésta, la veis por delante y por detrás, en beige, como la mía, pero con cuello bebé y chato y puños en la tela preciosa de burberry. ¿Cómo es de ideal, no? Si lo que os digo… Un fondo de armario total para la niña. La podéis encontrar en la tienda on line Mama Manuela.

Marca “Dolce Petit”: Tiene un abrigo camel, monísimo y práctico, que no tiene desperdicio y que como veis, es divino para las niñas.

También, pero esta vez combinado con rosa, para darle alegría, encontramos un vestido muy original, como es éste, de talle bajo, tostado, con lazos de terciopelo en las mangas francesas de volantes y en el talle y una tira bordada en el mismo rosa en el bajo. Me parece muy muy mono.

Nunca se me hubiera ocurrido este diseño y reconozco que, combinado con chocolates, puede quedar divino y favorecedor como nada.

Otro abrigo camel de altos vuelos lo tenéis en “La Amapola”, marca en la que todo es arreglado, así que no busquéis mucho. Cualquier cosa de ellos os sirve para un evento.

Pero hay que reconocer que el abrigo es colosal y más para las amigas de lo pomposo y romántico.

Con el talle muy alto y mucho vuelo, si se lo pones bien, la niña puede estar de cuento de hadas. El detalle del cuello, con la picunela, y esos botones, que los encontramos de nuevo en los puños, le da un toque encantador.

Ni dudéis por un segundo que con él, la niña va de muerte hasta a una boda. De alta costura, totalmente.

En el polo opuesto, unos vestidos sencillos y divinos de la marca Mu & Mu, que he descubierto hace muy poco, y es que prácticamente acaban de empezar. Empiezan muy, pero que muy bien…

Gallega (cómo no), tienen diseños realmente bonitos y estupendos de precio. Aquí arriba, os dejo los vestidos Amelia Estrellas, para la mayor y para la pequeña.

¿No son divinos? Y arregladitos, todo según se mire. Depende de cómo se lo pongas… A mí me han privado,  no así cualquier cosa.

Ya veis a la monada de niña con él: beige, con estrellitas blancas y baberote y bajo con tira bordada blanca. Me parece una delicia de vestido, sin más adornos.

Un vestido monísimo camel, que ya os enseñé y que es de fiesta es éste de “Teresa y Leticia”: el vestido Baviera, sencillo, con pliegues, manga francesa y dos cordones en la cintura. Lo veo con el gusto con el que hacen todo, sin excesos de ningún tipo.

También el vestido Simple, divino para más pequeñas, a modo de pichi beige, como si llevara blusita blanca por dentro.

Magnífico y totalmente de fiesta ¿eh? ¡Me super encanta! Y tiene más en estos tonos…

Para las que queréis más de fiesta, más puestos y más de señoritas, los podéis encontrar en “Barcarola”, donde la sofisticación está más que servida.

Este vestido, totalmente de fiesta, con cuerpo de terciopelo y falda de tul, os lo demuestra. ¡Cuánta gente es fiel a este estilo! Desde luego, la trayectoria de la marca es estupenda, así que van por buen camino, sobre todo, porque en España, no hay muchas marcas así.

Aquí, la misma falda de tul, la combinan con una blusa estampada y chaqueta de terciopelo. Como os suelo decir, y jamás me cansaré de decirlo una y otra vez, es ropa que para mi gusto, no queda bien a cualquiera… Ya os sabéis de memoria mi rollo.

La niña requiere aptitudes para ello. Si le plantas este modelo a una niña sin gracia, con dos tallas más (como lo he visto yo), pues la pobre, parece un adefesio.

Como estos vestidos brocados de flores,  con encajes en crudo y cuellos y bolso de pelo… ¡Que no se lo puede poner cualquiera, hombre!

Os puede gustar mucho, pero si es una niñona, con pinta de niñona, pues no le va. La niña tiene que ser un poco repipi, tener gracia y salero y comerse el mundo.

En las antípodas de estos modelos, está este vestido de “Eva Castro”, en color arena y crudo. Sencillo, pero que a mí me habla.

Me habla por sí sólo, porque sin tener nada especial (el diseño ya lo es bastante) enamora a quien lo ve.

El talle alto, la pechera, los detalles en los hombros, los puños blancos de volantes y la franja ancha del bajo bastan para que caigas rendida a sus pies.

Delicioso y éste, sí que se lo puedes poner a una “niñona”. Todo combinado con los mismos tonos o con chocolate, una auténtica delicia. No sé si quedará en algún sitio… probad en Nani Kids, tienda on line, a quien pertenecen estas fotos.

Un abrigo precioso en camel lo encontráis en “Macali”. Es el abrigo Lys, que me parece una maravilla. De muflón camel, con el canesú en pelo de conejo natural y forrado.

Mirad cómo queda de bárbaro puesto. Tiene algo especial, desde luego.

También muy mona la trenca Volga, unisex, de borreguito, con capucha forrada con tela de viyela en cuadros clásicos. Aquí lo lleva un niño y ya veis cómo está.

Y Macali utiliza mucho estos tonos, porque ella sabe lo que es bonito (Alicia, su diseñadora) y podéis ver también este conjunto encantador de chaqueta de punto, llamada chaqueta Ródano, con el pitillo Amstel, de color chocolate y la blusita blanca de lazada.

Pues un conjunto de diez. Ponedle después el abrigo Lys encima y veréis lo que es bueno… ¡Chapeau Alicia!

En “Bimbi”, precioso y sencillo el vestido Bach, como lo veis aquí, que da lugar a que juguéis con los complementos. Con gris, como las calzas que lleva la niña, va ideal.

También, super chiflante, el poncho-capa Falla, en camel con ribetes en negro, que me parece una auténtica delicia. A lo mejor es porque lo tengo parecido…

Fijaos en cómo queda con un simple pantalón negro y blusa blanca. También se me ocurren un montón de combinaciones… Sencillamente ideal, de estilazo total.

«Larrana”, nos deleita con esta maravilla de abrigo en camel. Lo

combina con bufanda  y gorro con varios tonos en morado, azul y rosa…

Espectacular, con seis pompones que hacen de botones. Tiene el sello de la marca, es innegable.

“Ancar”, con su delicioso gusto clásico, nos enseña esta gabardina maravillosa en beige, con cuello de pelo gris y lacito chocolate. Como todo lo suyo, de buen gusto y práctico a la vez.

Es una maravilla y aquí la veis con la del niño, que más mona y normal, no puede ser.

Ancar siempre me sorprende porque no me sorprende. Es decir, ya me espero que todo lo suyo me va a gustar. Y siempre es así.

Siempre es ropa clásica, adaptándose a los tiempos, claro está, pero sin conceder ni un milígramo a la horterada, ni recargamiento de ningún tipo.

Esta es de las marcas que perdurarán siempre en el tiempo. Es de cajón, aunque haya otras que tengan sus años de gloria.

Y hoy hago una excepción, por si alguna duda de que éste sea MI COLOR favorito.

Os enseño mi última adquisición de la marca Vilagallo. ¿Qué os parece? Ya veis, beige, pero con negro y un poco de leopardo, para animarme un poco.

Luego, ya me lo pondré todo complementado como Dios manda, no os creáis, jajaja. Con un abrigo negro que tengo irresistible…

Y por otro lado, abrigo gris, con mangas en beige y negro. El año pasado, me lo compré parecido…

En esto, ya no tengo remedio. Vi otras cosas ideales, de otros tonos, estilosas, divinas, de todo… Pero, al final, ganaron estos.

Las taras se heredan, mamá. Jajaja.

Un beso tomando café con leche.