Mitad de semana ya y ¡cómo pasa el tiempo! Es que no me lo puedo creer. Nos plantamos en junio dentro de un minuto y sin saber aún nada de nuestras vacaciones.

Yo creo que al sitio que vamos en Almería (ejemmm), no habrá ningún problema, pero no sé en otros, ya que la

mayoría del mundo mundial es de lo único que habla estos días.

¡Qué ganitas tenemos de sol y playa! Un buen baño en el mar sí que me apetece ya un montón, la verdad. Pero aún queda. Mi hijo está en plena Selectividad y aquí todavía hay ambiente de estudio…

En fin, hay que aguantar un poco más. La piscina la abren en menos de un mes y también merece la pena un chapuzón con el calor que hará… El problema será buscar los trajes de baño. Ayyy, me río porque pensaréis que soy un desastre. Y lo soy. Pero es que tengo mil cosas que hacer… Pues supongo que andarán en alguna caja, como siempre. Y la víspera, a rebuscar, como me pasó con los zapatos de la Comunión.

Un poco de orden en mi ropa sí que necesito. Pero no tengo tiempoooo. La chica que viene a casa a limpiar, me riñe y me dice que llevo un horario malísimo, que mis hijos están maleducados, que no puede con todo el trabajo que hay en esta

casa… Bueno, la teníais que conocer. Como al principio estuve a punto de echarla y le leí las cuarenta (faltaba muchísimo), ahora me riñe ella primero, porque ya sabéis que no hay mejor defensa que un buen ataque.

Me río porque no os imagináis cómo grita y las cosas que dice… No se pueden repetir en público. Es de traca, la verdad. No sé si un día no podré más y…

Bueno, os voy a hablar de niños pequeños, de bebés hasta dos años, que la gente me lo pide. Bueno, por pedir, pide de todo. Ni os podéis imaginar las cosas que me encargan. Hasta del extranjero me piden envíos. Aún hay muchísima gente que no sabe que ésto es un blog y ya no me molesto en ir diciéndolo todos los días.

Ya acabarán enterándose, digo yo…

Martín Aranda: Marca de ropa de bebé que lleva en el mercado más de cuarenta y cinco años, con diseños que siguen las últimas tendencias, pero sin perder nunca ni el trabajo artesanal ni su inconfundible estilo clásico. La conozco de toda la vida y utiliza materiales de primerísima calidad.

Hay mucha gente que dice que ya no se encuentran las cosas de «antes” y que es imposible vestir a los bebés cómo yo digo. Pero ¿qué tontería es esa? Lo clásico está y estará siempre, por mucho que cada vez haya más gente moderna.

Aún somos muchos a los que nos gustan los faldones, las chaquetitas y patucos, las ranitas, los peleles… Es decir, lo de toda la vida, clásico y de bebé bebé, como a mí me gusta. Y os aseguro que hay muchísima gente, pero muchísima que la vende.

Es verdad que hay marcas que tienden a modernizarse, a poner de colores oscuros a los bebés, etc, pero hay otras muchas que siguen fieles a lo de siempre. Y una de ellas es precisamente Martín Aranda.

Paso a enseñaros ropita de este año para la primavera-verano y que me ha encantado, como siempre.

Empiezo con sus típicos conjuntos de jersey y braguita o ranitas para que vayan fresquitos en verano. Los dos en celeste:  el de dos piezas es monísimo, de toda la

vida, un jersey de perlé con lazos crudos y pecherita cruda con dos botones,  rodeada de puntilla también en crudo. Una monería, a juego de la braguita calada. Y la ranita, de perlé también, de punto bobo, con rematitos en blanco y unos nidos blancos. ¿Hay o no hay de estas cosas? ¡Qué sí hombre! Lo que pasa es que hay que buscarlo y tampoco es tan difícil ¿eh?

Sigo con cositas de punto de algodón o perlé de este mismo estilo. El conjunto de dos piezas, igual de mono en rosa, para una niña.

Precioso y comodísimo para el calor. ¿Y el conjunto de dos piezas de jersey beige de manga corta con ondas y cubrepañal estampado? ¡Me privaaa!

Se lo puedes poner a un niño o a una niña, ya que el beige es unisex y tan bonito… El estampado del cubrepañal es dulce, limpito, me encanta.

Otra pocholada es el conjunto de jersey azul “Francia”, de manguita corta, con el cubrepañal tan especial de lino de toile de jouy. ¡Va el niño como un príncipe! Siempre me ha encantado el toile de jouy para todo. Es super elegante.

También, de siempre, el pelele, con el cuerpo de punto y manga larga y la parte de abajo en piqué blanco. A juego, la capotita. Que cuando son

pequeños, ellos tienen frío… Y también una cucada para niña, la ranita

blanca, con tira bordada, sin mangas y llena de ochos en el pecho. Me parece divina.

Encantadora y unisex también, la ranita color arena con cuello de bebé blanco y seis botoncitos en la pechera. Se abre por debajo. Y los patucos a juego. ¡Uhmmmm!

Y el vestido de punto rosa con cuello de volantito y vuelo de piqué blanco, otro clásico. Como el conjunto de polainas de verano que os enseño aquí, con el jersey tan monísimo de la pechera de antes. ¡Ideal!

Y como hechizado por los dioses, el conjunto de jersey de manga corta rosa empolvado, con nidos de abeja blancos y esa especie de braguita con tela de flores y volantes. ¿Cómo lo véis? Yo, absolutamente delicioso, de un gusto exquisito. La niña va ahí metida cual princesa de cuento. Precioso el jersey y espectacular la tela estampada. Adaptándose a los tiempos…

Y ahora, os enseño un faldón, con el que ha sido amor a primera vista, es decir flechazo: en la misma tela que la braguita de antes y el cuerpo con jersey de manga larga con los nidos blancos y dos lazotes rosas a cada lado del talle.

No digo nada, porque no tengo nada que decir. El maravilloso faldón habla por sí sólo. Para llevar a las niñas sin tapar y que se vea semejante joya. ¿No os parece?

Y en el color estrella del verano, la ranita exquisita en una tela super especial y cuerpo de punto blanco con rococós en el aguamarina de

la ranita. Dos lacitos de este color en cada hombro y monería total. Como el vestido a juego. Todo idéntico que la ranita pero en vestido. Para tener dos niñas… ¡te las meriendas con chocolate! Qué monadas, por Dios… Y el pelele aguamarina, con puntilla y dos

botones en la pechera para niño… la familia al completo. Unos conjuntazos en toda regla. ¡Sí Señor!

Hay un vestido ideal, de piqué blanco con capota, mangas en forma de alitas en tela blanca perforada y toda la parte central, con una tira bordada blanca con pasacintas rosa, igual que en la capota, cerrada con lazo de raso, también en rosa. Un vestido absolutamente para las más clásicas. ¡Es divino! Y braguita a juego, por supuesto.

Y otro especial y clásico también es el vestido de florecitas rosáceas, con fondo crudo, talle alto y un bolsillito de

adorno que es cuco total. Las mangas también en forma de alitas y en el bajo, una puntilla cruda. Es superior.

Mirad a la niña con él puesto. Niña mona de siempre, con la capota con idéntica puntilla que el bajo del vestido. Yo le cambiaría inmediatamente las sandalias que lleva por zapatitos clásicos. ¿Qué pinta esa maravilla de vestido con sandalias? Ayyy, con perdón de la marca, pero no pega nada de nada. Zapatitos blandos de badana en rosa y la niña queda hecha un primor.

Para niño, un conjuntito monísimo en tonos tostados y arreglado también. La camisa tostada de cuello mao, la chaquetita a juego y bermudas blancas. En este caso, monísimos los zapatos

¿eh? Y otro conjunto monísimo para niño es el de pantalón blanco corto con tirantes, gomitas en la cintura y detalles de picunela rojo en los bolsillos, en el remate de la blusita de manga farol y en el cuellito blanco, así como en los propios tirantes. Una chaquetita roja y… ¡Chapeau!

Sólo con ver a esta niña, veis la monada de Jesusito azul de lunares, con capota y braguita a juego. Preciosísima la pechera que termina en forma de alitas en las mangas. Un volante blanco en el bajo del vestido, igual que el de la braguita. Estas son las cosas que a mí me gustan. Coquetas y sencillas. Divinas todas ellas.

Aunque estoy con los más mayorcitos, enseguida vuelvo a bebés para enseñaros un conjunto precioso en tono crudo, un poco más arregladito, preparado para ir a cualquier sitio. Braguita de piqué

con lazote y el cuerpo entero bordado. Precioso. Lo veo de un gusto arrebatador. Y también para cualquier día que lo quieras lucir porque sí.

Sigo con cositas más ponibles: ideales los conjuntos marineros de punto que siempre han sido un imprescindible en el armario de mis hijos. Magníficos tanto la ranita entera con el típico cuello marinero, como el conjunto de dos piezas. Los dos en celeste y blanco. Con estos modelos siempre se va bien, vayas donde vayas. Niños arreglados, clásicos y monos. ¡Sí Señor!

Y si hoy me dicen que escribo para pijos, que lo digan, hombre. Que ya estoy pasota… Estaría bueno que en mi propio blog, que es donde me confieso, no voy a poder poner lo que me gusta y lo que no… Si la gente se empeña, pues seré pija. Para ellos, claro, los que no tienen ni remota idea de lo que es ser “pijo”. Porque ser pijo señores, en resumen, es sinónimo de ser tonto que se cae para atrás y yo de eso, muy, pero que muy poquito.

¡Ayyy! Me he desahogado . Sigo con maravillas en punto, como estos conjuntos rojos. Yo, a partir del año, siempre utilicé este color para mis hijos. Los veía tan guapos… Y ya cuando iban los tres de rojo, pequeñitos, llamaban la atención de bonitos. Tenéis el conjunto de pantalón corto de punto con el jersey de manga corta y cuellito blanco, con rococós (delicioso) y también el de polainas (para el Norte, perfecto), con el jersey idéntico, pero con manga larga. Dos preciosidades. Eternas.

Y la joya de la corona llega con este faldón hiper espectacular, con el cuerpo de punto rojo, cuellito con puntilla blanca y la falda de plumetti blanco. Lo veo de impresionar. Vamos, que ahora veo a un niño así por la calle y le paro, porque ¡es tan raro ver semejantes maravillas en ciertos sitios! Qué pena…

Yo siempre os he dicho que si a los bebés había que atreverse con algún color que no fueran los rosas, azules o beige, que fuera el rojo. Siempre favorece. Yo, de recién nacido no se lo pondría, pero con cuatro meses ¿por qué no atreverse con esta maravilla?

Y sigo un poco con el punto: ¿No os encanta esta maravilla de ranita arena con una estrella blanca? Me chifla lo desenfadada que es y por supuesto, el color. Con chaquetita y patucos a juego. Una monería.

Y aquí, lo tenéis igual, pero en versión vestido. No me digáis que no es una auténtica cucada. Y nada pijo ¿eh? Informal y con sus zapatitos a juego, no puede ser más auténtico. Los tirantes con sus botones, el cinturón con pasacintas…

Otro conjunto de niño (ya que tanto se quejan y con razón las madres de niños) es éste, con blusita coral, con detalles blanco de picunela blanca formando una pechera y como remate de las mangas. El pantalón a juego, monísimo con la tapetita  bordeadad de picunela roja y dos botones. También el detalle de la picunela en los bolsillos. Hay que imaginarse al niño, pero hasta los dos años, es una monada.

Y otro más sencillo es éste, de pantalón corto con tirantes entre rosa y rojo y camisa blanca. Para todos los días. O este otro

bebote, con camisa blanca con pliegues y cuellito blanco, pantalón cortito a juego y chaqueta azul (tal cual si estuviera viendo a los niños del Norte). La chaqueta es más importante que cualquier otra cosa que imaginéis.

Y por último, ideales los petos de punto de tirantes con ochos, uno celeste y otro camel, ambos con los zapatitos a juego. Fresquitos y estilosos. Y sencillos, sencillísimos, pero con ese “toque” de Martín Aranda, quien supongo que seguirá entre nosotros muchísimos años más por el bien de la infancia.

Un beso de los de toda la vida, que son los mejores.