¡Terminando mayo! No me lo puedo creer… En nada, en la piscina, playa o lo que sea. Es verdad que a medida que te haces mayor, el tiempo pasa más deprisa. Me parece como si ayer estábamos con los regalos de Navidad.

En fin, ahora todo el mundo ya de veranito y esperando para disfrutar de las merecidas vacaciones…

Nosotros, por fin, ya tenemos decidido que nos vamos a un pueblo de Almería durante 15 días (calor, calor, calorazoooo). El resto, iremos viendo, porque aquí, cada niño tiene sus planes.

Bueno, el mayor sólo tiene 15 días, ya que tiene que seguir estudiando, pero la niña ya tiene como trescientos viajes en mente y dos trabajos. ¡Si es que esta hija da mucho, pero que mucho de sí! No sé al final, de tantas cosas que tiene planeadas, lo que terminará haciendo…

Ayer ya dijo que a lo mejor se va a trabajar a Canarias dos meses de animadora… Lo que os digo, que me vuelve loca. Además, animadora de ancianos extranjeros. Los pobres, si están con ella dos meses, no vuelven a su casa… de locos que terminan,  jajaja.

¡Ayyyy! Así que cuándo me preguntan que cuántos hijos tengo, siempre digo que 3 pero que tengo una que vale por 18. Y es la puritita verdad.

Tengo ganas hoy de alegría y colorido y es porque me he “enganchado” a la serie de televisión “Ahí abajo”. ¿La veis? Empecé a verla sin ninguna fe y convencida de que no iba a ser nada del otro mundo, pero lo cierto es que me equivoqué del todo.

No sabéis lo que me río, pero de troncharme. Es que para mi gusto, lo bordan. Además, como toda mi vida he pasado el mes de julio en San Sebastián, clavan a los vascos. Totalmente. A los muy muy vascos, claro.

Estoy deseando que llegue el día en que la ponen, para verla y desternillarme de risa. ¡No me extraña que los andaluces sean así! Si hasta el vasco más cabezón se enamora de Sevilla… y de una sevillana, claro. ¡Ayyy, me encanta el amor!

Os la recomiento totalmente. Y más si conocéis a andaluces y a vascos. Veréis que es el fiel reflejo de la realidad.

Así que hoy vengo yo por sevillanas y os hablo de nuevo de una marca que este invierno ya rompió los corazones de muchas madres, sobre todo.

Se trata de Marta y Paula, marca arreglada, alegre, con colorido y belleza por todas partes. Llena de detalles y matices, como la propia Sevilla. Idónea para lucirla en cualquier evento y también para ir por la calle más bonitos que un San Luis.

Os enseño sus colecciones divinas para este verano. Algunas muy coloridas y elegantes.  Mira que es difícil las dos cosas juntas ¿verdad? Quiero decir, que a mí, casi siempre que me parece algo elegante, no es precisamente colorido. Más bien suele ser en tonos apagados, neutros.

Pues no. Esta marca sevillana viene a desdecirme y a demostrar que un vestido bien coordinado y super alegre, además de ser

favorecedor y bonito, puede ser elegante.

Así  que, con estas cosas que os voy a enseñar, vuestros niños y cómo no, sobre todo las niñas, pueden ser las principales estrellas en cualquier evento, dado lo preciosos que son algunos vestidos.

La colección “Acuarela” ya empieza así: la protagonista es una deliciosa tela de plumetti en un rosa chicle reventón que atrapa la mirada de cualquiera. Fijaos con mucha atención en este vestido: con la pechera azul, también de plumetti, bordeada de encaje, al igual que el bajo. De talle bajo, con 

una flor coquetona adornándolo y tocado espectacular en el pelo, redondo y cuajado de flores. ¿No está de llamar la atención donde quiera que vaya? Mamma mía… Con unas bailarinas en el mismo rosa, llora Sevilla el día del estreno. De verdad.

Si le quitas el tocado, yo, desde luego, se lo pondría cualquier día para ir mona. Y a juego, el niño, con la camisa de rayas en rosas y verdes, cuello mao  y pantalón corto verde.

El mismo rosa intenso, en este conjunto de niño, con pantalón cortito, tirantes y camisa de cuadros rosas, al lado del niño de antes. ¡Qué monos! Y ¡qué conjunto el rosa para cuándo son pequeñitos! De morir de bonito.

Otro vestido de la colección es éste, también de talle bajo, con banda de lazada en la tela de plumetti rosa y predominando un estampado con fondo beige.

La tela rosa está en el escote, mangas y bajo del vestido. ¡Qué imaginación y qué coordinación de colores tan bonita!

El Jesusito o vestido con capota, también en el mismo estampado de flores y con el talle alto. La pechera, con el coordinado de plumetti en rosa y azul y de nuevo en el bajo el rosa reventón. Y los mismos coordinados en la

capota. Ya os lo he dicho: una colección de altos vuelos para ocasiones especiales o, sin los tocados, para cualquier día que tú quieras. Los colores me han dejado impresionada. Esta luz sólo puede darla Sevilla.

Ideal y más suave, la colección «Flor de Alba”. Deliciosa, elegante, sutil… ni sé los adjetivos que le pondría. El vestido de esta niña, no parece de este mundo. Miradlo: el rosa exquisito, con la pechera de plumetti blanco hasta el talle, toda entera con volantito y tiras de encaje tirando a coral…

De nuevo el mismo encaje en el talle bajo, otra banda de plumetti y el vuelo en la tela rosa (me muero…). Sin mangas y totalmente espectacular, a juego del exquisito tocado de flores. Si va a una boda ¿a quién miran? Pues está claro. Pero, clarísimo.

El Jesusito, con la misma tela y combinado con piqué blanco. Preciosa la capota de piqué, con el volante en las dos telas y lo mismo el vestido, con el cuerpo entero de piqué blanco y con volantes en la tela rosa. ¡Especialísimo!

Otro diseño de esta colección es éste vestido, también en rosa, con toda la pechera de piqué blanco y encaje tostado. Las mangas en forma de alitas y el talle bajo. Otro bombón listo para una fiesta grande. Mirad aquí el detalle de la pechera con el tocado de la cabeza a juego.

¿Es o no mágica la colección? Vestidos comos salidos de un cuadro…

Y voy con la colección más florida y alegre de todas: la colección

«Isabella”, de flores grandes y vivos colores. “Sevilla tiene un color especial, Sevilla sigue teniendo su duende, me sigue oliendo a azahar…”. Ya estoy canturreando, pero es que, hijos míos, desde luego que Sevilla lo tiene. El color y muchas más cosas. Da la sensación de que siempre están contentos… ¡es una maravilla! Yo sé bailar sevillanas… pero sevillanas de Burgos, es decir, a lo soso. Está claro que sólo en Andalucía tienen ese arte en las venas para bailarlas.

Bueno, sigo, que a este paso, voy a escribir un blog también sobre música. Cada marca me inspira cantar algo. Estábamos con la “Isabella”.

No hay mucho que decir. Sólo que la veáis. El Jesusito con la capota sólo puede salir de allí, de esas tierras. Alegre, con el estampado que os he dicho y un encaje delicado blanco en la pechera con lazo coquetón a un lado, así como otro encaje en el bajo, para darle el toque justo de elegancia que necesitaba el vestido. El niño con el que está es un bombón. Lleva camisa de rayas horizontales rosas, con la tapeta en rayas verticales y pantalón cortito rosa. Monísimo.

Aquí veis a dos hermanitos juntos. ¡Es que me encanta que vayan de rosa cuando son tan pequeños! Ya veis qué parejita. Me dan ganas de abrirle un poco la camisa al mayor y que vaya con más gracia… pero, me encantan los conjuntos.

Esta niña de rizos nos quiere deslumbrar con una de las versiones de los vestidos. El cuerpo rosa (hay que ver con los rosas), cuello de encaje, talle bajo con lazo y falda estampada. El tocado para una boda, por ejemplo, es hiper chiflante: también rosa repletito de florecitas ideales. A su lado, el niño de antes.

Aquí la veis en otra pose y hay que reconocer, te guste o no el vestido, que la niña está cañón para una boda, una portada de revista o para lo que sea. Además tiene el pelo clavadito que mi hija, pero clavadito.

Me encanta el vestido estampado entero, con el cuello de bebé rosa. Un cinturón estrechito y nada más. El vuelo y el recogido precioso con el tocado como de romana.

También perfecto para cualquier ocasión. Y para el día a día sin el recogido ni tocado.

Es un vestido con encanto y con dulzura, a pesar de las floripondias tan grandes. El diseño es perfecto aquí, tan sencillo. Este vestido no pide más adornos. Precioso.

Y vuelvo a los tonos pasteles con la colección “Mirando al Sur”. ¿Qué bonito nombre verdad? Acorde con sus modelos. Esta vez es un color aguamarina precioso el que reina en la colección.

Este vestido me tiene loca desde que lo vi. ¿Qué os parece? Aguamarina con topitos blancos, pechera bárbara de tira bordada, mangas en forma de alitas, talle bajo y dos volantes en la falda con puntilla blanca. Me super alucina el tocado de flores en los mismos tonos. ¡Me lo ponía yo ahora mismo! Deliciosa la niña para llevar arras, para ir de invitada o para lo que sea.

El o la diseñadora estará inflada como un globo porque no tiene desperdicio alguno el vestido. Además, la niña, la puesta en escena… todo es la perfección.

Y aquí la tenéis de nuevo, con el niño con camisa de rayas en el mismo tono (otra vez demasiado cerrada… jajaja) y pantalones blancos. Un conjunto precioso.

Otras versiones, también pocholas: el vestido y Jesusito, con el

cuerpo de lunares y la falda de rayas en aguamarina y blanco. La puntilla blanca en el cuello y en el bajo no falta para darle el toque que necesita y la capota de rayas es un primor. Para fiestas o no fiestas. Yo, desde luego, les pondría calzado del mismo tono.

Imginaros tener niños de diferentes edades y llevarlos así a un evento. Se te cae la baba al verlos. No es para menos.

Y con esto y un bizcocho… otras preciosidades que os he enseñado para que vuestros hijos reluzcan como el sol que debe de hacer en Sevilla ahora mismo.

Y como me vais a preguntar, os digo de antemano que me chiflan las cuatro colecciones, de verdad.

Pero como me hacéis elegir, os diré completamente en serio, que si tuviera que escoger, sería la colección “Flor de Alba” o ésta de “Mirando al Sur”. Ya sabéis que soy más de colores suaves. Soy de Burgos ¿qué queréis? Pero que conste que me han sorbido el seso las cuatro.

Lo que os dije al principio de las de colores vivos: elegantes, a la vez que alegres y de escándalo.

Con algo de cualquier colección, triunfo seguro. Palabra de honor.

Tengo que ir a Sevilla sin falta. Hace mil años que no voy… y Sevilla bien vale una misa. ¿Por qué va a ser sólo París? Aquí también tenemos maravillas.

Un beso de burgalesa mirando al Sur