
¡Harta estoy hoy! De verdad que hay gente que no puedo soportar… Informales, quedan en una cosa y luego nada… que si te llamo, que si no… Bueno, no entenderéis nada, pero estoy histérica.
Llevo días encerrada llamando a tiendas para la presentación de la temporada de verano de la marca “Tul y Pompón” y esto de ser su representante me encanta pero me tiene loca.

Los papeles en la mesa casi me tapan la cara. Y gracias a mi buena memoria, sé con quién he hablado y con quién no, que si no, me iba buena.
Y otra cosa, el tema del local. Telita con los precios, los metros cuadrados en función de la gente…Vamos, que no doy abasto. ¡Me va a dar un ataqueeee!

Menos mal, que a veces, con alguna dueña de tiendas me río mucho. Las hay de todo tipo, como comprenderéis. Desde las clásicas estiradas que llevan muchísimo tiempo y se creen que como su tienda no hay otra en España, hasta las más abiertas y que te cuentan su vida.

En concreto, ayer, me tronché con una señora de Badajoz, que dijo que los blogs eran una porquería, que para qué servían y que para qué eran… Que lo único que hacen es hablar de todo sin saber de nada y que fomentan las horteradas, sólo porque les pagan.

Bueno, yo callada, pero en cierto modo, no dejaba de tener razón. No en todo, claro. Pero sí que es verdad que no me creo que a una persona le gusta absolutamente todo de lo que escribe. Yo soy incapaz. Hombre, a veces, te gustan algunas cosas mucho de una marca y entonces, hablas de ella, aunque otras te espanten… pero en general, a mí no me sale hablar de algo si no me gusta por lo menos un poco.

Lo gracioso ha sido que hoy, esa señora me ha llamado para “rectificar” y darme la enhorabuena por mi blog, me dice que lo ha estado leyendo y que tengo mucho gusto y que ella de eso sabe un rato ¿eh? Bueno, de traca. Me recordaba a mi madre echándome la bronca.

Además, le ha gustado mucho la marca y me la va a comprar para su tienda. Así que hemos terminado íntimas, jajaja.

Bueno, que no tengo mucho tiempo y me enrollo. Y hoy de la marca que os voy a hablar se la voy a dedicar a ella, ya que estuvimos hablando del bien y del mal, pero sobre todo del recargamiento que había ahora en la moda infantil.
En esto estoy totalmente de acuerdo. Reconozco que hay cosas bonitas, pero prácticamente inservibles. ¿Cuándo llevas a los niños así vestidos? Es que ni para una boda, casi. Y también es verdad, que lo bonito, cuánto menos recargado, mejor. Pero hay gente para todo. Qué le vamos a hacer: por mucho que nos pese a esa señora o a mí.
Marta Ussía: Ya os he hablado de ella en otra ocasión y es uno de los ejemplos de que la sencillez, el buen gusto y un poco de imaginación hacen virguerías. Los niños siempre van monos, sin llamar la atención por estridentes, sino por ideales.

Y con un poco de gusto que tengas tú, lo aderezas con los complementos adecuados y pueden resultar impresionantes. Tal y como os lo cuento.
Tiene varias líneas, desde las más de sport o ponibles para el día a día, hasta conjuntos monísimos para días especiales. Pero todo dentro de la normalidad, de lo bonito para niños y no disfrazados de nada.
Sus colecciones son extensísimas, así que, como siempre, os hago una selección de lo que más me ha gustado. ¿Okk?

Por ejemplo, una auténtica monada me han parecido los abrigos “Beatriz”, en color marino y con lunarcitos gris claro. Miradlos. Lo que os decía: con el toque de las medias de rayas, me parece que las niñas van monísimas; estilosas, que es de lo que se trata.

Las botas burdeos, que va divino con el marino… Pues a esto es a lo que me refiero.
Yo, desde luego, las veo y me vuelvo a mirarlas. Mientras que a otras las miro pero por otras cosas. ¿Me entendéis no?

Otro conjunto mono: el bombacho azul Bilbao con la blusita de volantitos. Ponible, con leotardos y un abrigo o un chaquetón mono…¡Imaginación en esas cabezas! ¡Qué no os lo den todo hecho! Con una prenda de abrigo mona en tono burdeos, ideal.

El vestido Uve, coquetón, sencillo, con ese estampado tan mono y con la forma de uve en crochet, a juego de los bosillos, en color topo, ya lo dice todo. Un abrigo topo o capa o chaqueta de lana con capucha y leotardos y botas o zapatos topo y listo. ¡Niña perfecta! ¿Para qué tantos lazos complicados, tules, encajes, festones, crochet y todo junto, mezclado, que no se sabe ni de qué va vestida? ¡Bufff! De aquí, alguna bronca, me cae, seguro.

Sigo con el mono Gabriela Hiver: no tan clásico pero ideal ¿no? La tela de los pantalones es preciosa, con esas flores moradas y verdes, el talle alto y la camiseta al tono con onditas. La veo divina. Yo le pondría el gorro en el verde de las flores y capa a juego ¡De pasarela!

Y de morirte de mona para mi gusto, la falda Bibi con la camiseta gris oscura de cuello mao elástica. ¡No me digáis que no está de lujo! Es que me pirran las rayas anchas y más en estos colores… Los tirantes, con las rayas horizontales, la boina… ¡Dónde vas con ese estilazo!

Me parece un conjunto bárbaro, ponible para cualquier día y para dejar helados a todos los que dicen que es demasiado sencillo. ¡Probad y veréis! A ver qué tiene que ver esta niña con otras que van de pata a oreja con tocado, pieles y bolso. ¡Ayyy, que me la cargo hoy….!

Monísimo y clásico de siempre, este vestido de cuadros verdes con coderas, en dónde el niño tiene la camisa igual. Van monísimos. Yo lo conjuntaría con más verdes. Monocolor me chifla.

Y por supuesto, ya que las coderas son granates, también ideal con granate en medias, zapatos… vamos un vestido de los de toda la vida de Dios y como Dios manda. Y el niño, a juego.
¡Ayyy, qué mandona estoy quedando hoy! Es que estoy agotada. Si alguien se enfada, pues me lo dice y punto, que no pasa nada. Que sé que a veces me paso. Es que soy de Burgos… jajaja.


La falda tipo retro, mega estilosa y monísima para una niña que lo sea. Si no, evitároslo. Pero vamos, el conjunto es delicioso, con la camisa con el cuello gola. Me encanta la mezcla y puede quedar ideal, pero tiene más peligro si no se está segura.

Y ya, las que quieran dar un “puntito” a sus niñas, tenéis esta monada de capa llamada Caperucita Roja, porque está tal cual. Yo desde luego, sí que llevaría así a la niña. Le pones todo lo demás clásico y queda, pues, como os digo, con un toque especial, sorprendente.
Aparte de con vestido, me gusta con pantalones, es original y la niña hay que reconocer que está de cuento.

Y también de siempre, el pichi de tablones. ¡Qué color y qué tela! Este es sensacional y en todas las tiendas de Madrid que se precian de ser las mejores, lo encontraréis parecido porque es un clásico. Yo lo he tenido prácticamente de pequeña cada temporada… y me sigue privando.

¿Cómo lo veis vosotras? ¿Soso? No creo… El color es superior para invierno mezclado con chocolate. ¡Me chifla! Y el toque de niña buena, con la blusita blanca de colegiala…¡Monísimo Marta!

Bueno, sigo con otra de las líneas de su ropa, en la que os enseño el conjunto New. ¿Qué os parece? Es pocholo, si bien no tan clásico y puede que no para cualquiera, creo yo. Pero si le sienta bien a la niña, es delicioso, porque deliciosa es la tela, el cuello y puños en crudo, al igual que el bajo del blusón… Para niñas más mayorcitas, monísimo. Y con chaquetón, mejor que con abrigo, que se vea bien.

Y no hay dudas de ningún tipo con este vestido con el cuello de crochet, que lo tiene en cuatro colores. Con lo que se lleva ahora y lo mono que queda… ¿No la veis divina? Yo sí. Me chifla el vestido, el diseño, el color y el cuello. Abrigo o capa camel u ocre y de revista.

Monísimo y super práctico, el vestido “Gominola”, negro, con lunarcitos blancos. Frunces en el canesú y manguita pegada tipo farol. De amortizarlo a tope.

Va ideal tal cual, pero probad con los complementos en gris perla. ¡Queda de morir de elegante! O si queréis lo clásico que nunca falla, con rojo. Sencillo, sencillísimo y mono, monísimo.

Los vestidos “Mangonas”, una maravilla y aquí creo que estaremos casi todas de acuerdo. Favorecedores, elegantes, suaves… De florecitas grises, simple en el diseño, excepto las maravillosas mangas francesas de volantones…¡Chiflantes y estilosos!

Y da juego para que los complementos sean bien ocres, como el gorro, bien chocolate (mezcla original) o bien, el gris y que vayan monocolor, sobre todo si van a algún sito más especial.

Otro que no me quiero dejar: el vestido «Velvet”, que me encanta porque no tiene nada especial y lo tiene todo: “tiene clase”.

La tela, divina. Los cuellos y los puños ídem de ídem, el diseño… Siempre me encantará este tipo de vestidos de niñas bien. ¡Jugad con los complementos! Ponedlas estilosas y este vestido es una joya auténtica.
Y voy con unos vestidos para bodas o eventos especiales, que tanta gente me ha preguntado y yo siempre les contesto que no se compliquen. Pues vais a ver el ejemplo de lo que digo.

El vestido Pía Hiver no puede ser más apropiado para una niña hasta los 8 años para una boda. Boda otoñal… vestido verde de lino verde agua, con cuellito , puños y delantal a la altura del canesú en una tela estampada divina… El niño, a juego… ¿Qué más queréis, si van de lujo? Lo encargáis y ya está. Van rechiflantes, monísimos.

El niño, comestible con el fajín, si bien no tiene que ser muy mayor, que siempre os digo que queda un poco ridículo.

Otro idel: el Inés Hiver, de terciopelo marino y baberote con puntilla cruda. Manga francesa… Me parece perfecto e idóneo para una boda invernal. Con una capa mona…¡Espectacular! Y una exquisitez para un evento, el vestido Margueritte, especial,

original, románticón… No tenéis nada más que verlo: color hielo, con sobrefalda de encaje, lazo de terciopelo burdeos en el talle alto, el cuellito delicioso… hasta le pondría el adorno del pelo tal cual lo lleva.

Una preciosidad. Me parece muy especial. Las medias no sé cómo se las pondría, tal vez queden bien para una ceremonia en el mismo tono, como las lleva, en lugar de burdeos. ¡Siii!

No os perdáis tampoco el vestido French, de un rosa pálido (ya sabéis que el rosa está haciendo furor), con una aplicación de tul cruda en las mangas y lazote de tercipelo en la cintura color buganvilla… ¡Uhmmmmm! No sé con cuál quedarme.

El lazote del pelo favorece mucho también, aunque si es una boda importante para vosotros, le pondría una coronita de flores en esos tonos…¡Espléndidoooo!

De una clase que no todo el mundo entiende… ejem… es el vestido Mary. Sencillo, gris, de talle bajo, con sobrefalda de tul y detalles en negro en el cuello y mangas… No digo más, pero con una capa negra y algo ideal en el pelo, creo que es mi favorito. Sé que muchas no lo entenderán, pero es así. Simplemente así. No lo puedo explicar.

El Valencienne Gola, parecido, negro, con puntillas crudas, con clase, espectacular en su sencillez.

Bueno, y Marta no se olvida de los niños. Tenéis las austriacas de siempre, unas más especiales, como ésta, en tono entre rojo y granate, de terciopelo, monísima para ir más vestido y también la clásica, en gris, preciosa, tal y como la lleva este niño, con pantalón corto (que pasen frío pero que vayan monos, jajaja) y las medias de rayas.

Mira por dónde, que me están encantando estas medias. Les hace mucho estilo.

Para una boda, no hay nada como unas bermudas en beige, una camisa blanca y un fajín. Y Marta así lo he hecho, con el fajín de cachemire. ¡Me pirra! Le pones una chaqueta mona e irá preciosote.

Y para más pequeños, me chifla este niño, a juego con la niña de antes, con el conjunto en verde de lino. ¡Por favor, está de morir de bonito!
Y más y más… a Marta le ha cundido mucho el verano. Al revés que a mí.

No me queda más que darle la enhorabuena por su exquisita colección y a vosotras, que la disfrutéis, que entréis en su página y que le encarguéis muchas cosas, que , además, los precios son muy golosones.

Y yo, rendida, voy a ver si mi cabeza me da para pensar algo de la decoración del evento que me espera…
Felices sueños a todos (yo no voy a pegar ojo)
Un beso sencillo pero con muchísimo gusto
Acabo de leerlo!!! Después de una semana de locos agradecemos infinito un post tan largo y pensado para nosotras. Mil gracias por incluirnos en tu blog y por tus cariñosos comentarios!!!
De nada! Un placer enseñar cosas sencillas y monas. Un abrazo, Eva.