¿Cómo lleváis este veranito taaann encantador? Espero que mejor que yo. Ya os veo en las playas, montañas y en fotos de vuestros viajes…

Yo de momento, sigo aquí, ya que aún no nos vamos, pero me resarciré en cuanto pueda. Vamos, después del infiernito de verano que llevo… ¡seguroooo!

Madrid está empezando a vaciarse, lo cual no me extraña. Así toca más calor para cada uno y por eso cada día tengo un poquito más agriado el carácter… jajaja. No, lo tengo igual. Más, imposible.

Además, hoy parece que la asfixia espantosa de estos días pasados no es para tanto. Bueno, estoy sudando… pero menos (quien no se consuela…)

Bueno, sigo liadísima (a pesar de este infernal calor, que a la gente parece no afectarle como a mí) con marcas, tiendas, etc, además de vestir a niños para varias bodas, así que, feliz.

Mis amigas están maravilladas de que me tire aquí horas y horas escribiendo con el calor que hace… Unas están en la playa, otras muuuuucho más lejos y alguna más o menos como yo. Tengo amigas que llevan una vida privilegiadísima. Pero habría que preguntarse si eso es lo que quisiera yo para mí. Si me dieran a elegir su vida (no sabéis cómo vive alguna), pues fijaos que les diría que no. Sí, que no.

¡Ayyy, que lo he puesto así sobre la marcha y después, me voy a arrepentir!  Jajaja, no. Lo he dicho como creo que es. Diría que no porque yo no puedo vivir esa vida eterna de vacaciones, yendo a viajes carísimos, estar poquísimo con los niños (que luego serán unos fenómenos, pero…). No, no podría. Tan claro como el agua.

A mí, estar escribiendo el blog me da vida. Y otras miles de cosas pequeñas del día a día que muchas veces no disfrutamos… En las pequeñas cosas de cada día hay que encontrar la felicidad porque si no, estamos perdidos.

Es una gozada poder hacer lo que te gusta. Ya sé que la mayoría de la gente trabaja en cosas que odian y que es difícil que tu pasión, sea tu trabajo. Y nada más y nada menos que a eso aspiro yo. ¡Sigue tus sueños, sigue tus sueños! Jajaja, veremos…

Soy bastante realista y sé que es muy difícil, pero por pasión, que no quede. En fin, después de esta charla filosófica, os tengo que decir que hoy voy a hablaros de una marca, de la que ya os hablé a principios de verano, y cuyo enlace, os dejo aquí.

¿Colección del Planeta Tierra?

Tengo que deciros también que, a pesar de que dije que no quería hablar de colecciones de invierno ni muerta, hoy hago una pequeña excepción (una y pequeña), porque he tenido el honor de que la diseñadora de la marca Marta a Marte, me haya elegido para presentar una de sus colecciones para el próximo otoño-invierno 2015-2016.

¿Sí? ¡Pues, ¡sí! Y si habéis leído de nuevo el artículo que le dediqué, que fue un éxito total, habréis vuelto a ver las maravillas que ha hecho para este verano y por las que tanta gente me ha preguntado, como  por ejemplo, las que habéis visto aquí arriba y aquí abajo.¡Aprovechad las rebajas!

Por eso, le he dicho que estoy encantada de presentaros una de las colecciones para la próxima temporada otoño-invierno: porque me parece que tiene “algo más”, porque su toque clásico no lo pierde ni queriendo (a Dios gracias) y porque diseña siempre bonito, siempre.

Además, me ha «tocado” una de las colecciones  que  a mí más me gustan. Sí, Susana. Puede que no sea la más espectacular o la más asombrosa, pero a mí me ha encantado.

La colección se llama «Fortuny” y el color predominante es el rojo. El eterno color, tanto de verano como de invierno. Los niños siempre están guapos con este color, bien combinado, claro.

Bueno, pues Susana nos presenta dos versiones del vestido, realmente precioso y con el que no se necesita mucho más que verlo.

Uno es de manguita corta, volantitos rojos en el cuello y una banda en la cintura sensacional compuesta por una tela de lana en gris, marino y ribete rojo, además de una picunela grande, en beige. Otras dos tiras más iguales a la banda, que caen por la falda de vuelo con picunelas más pequeñas y de nuevo, las picunelas beige en el bajo del vestido.

El otro es de manga francesa (quizá más espectacular), porque lleva el mismo adorno en gris, marino y rojo en el puño, y la banda del anterior, aquí se convierte en pechera, resultando una maravilla que termina en volantitos a la altura de la cintura. En el bajo, de nuevo picunela beige.

Son dos vestidos de matrícula de honor, favorecedores a tope. ¿Veis muchos volantes, brillos, albarda sobre albarda? No.

¿Veis muchos lazos, encajes, puntillas, etc ? No.

¿Veis un vestido tipo batita sencillo de poner todos los días? No.

Exactamente por eso, me está encantando presentaros la colección Fortuny. Porque es coquetona, preciosa y original, sin necesidad de recurrir a mil florituras para llamar la atención. Tiene lo justo para ser especial. No le sobra ni le falta nada.

Desde luego, son unos vestidos especialísimos y divinos y por eso, aparte de cómo viene combinado en las fotos, os doy mi opinión particular: yo veo los vestidos totalmente de cine, no necesitan más adornos. Por eso, a mí me encantarían con la siguiente combinación: el típico chaquetón marinero, medias y calzado marino y gorro o boina roja. ¡De diez! ¡Probadlooo!

Me chifla el estilo british que resultaría. Luego, se lo quitas, y…¡tachánnn! La maravilla al desubierto. ¿Me entendéis? Lo que os quiero decir, es que, por favor, no se los pongáis con esos abrigos llenos de volantes y vuelos que ya he visto por ahí… ¡No, por favor! Ya sería demasiado. El encanto reside en un vestido espectacular con los complementos más informales. Me encantarían hasta con gabardina o  el clásico Barbour en marino. Estarían divinas ¡Y con botas katiuskas! Hay que saber mezclar…

Y cómo no, también esta colección para los más pequeños, que es una auténtica ricura: el vestido de la niña con cuello bebé y la bandita de lana en gris y marino haciendo de canesú; la manguita corta y la misma picunela beige en las mangas y en los bordes del canesú.

El conjunto del niño es de impresión de bonito: camisita de cuello mao con picunela pequeña marino, abierta con dos botones por donde sigue la picunela y se incorpora la beige, más grande, terminando en la cintura con la banda, a juego de la niña, idéntica. Después, pantalones cortitos rojos. ¡Cuánto han ido mis niños así! Divino , y también tiene chaquetita marino rematada de crudo, como la camisa y borlones rojos.

Vamos, que os he enseñado unos conjuntos de cinco estrellas, pero eso ya lo estáis viendo. La pena es que me he quedado sin fotos, jajaja. Por supuesto que cada uno lo puede combinar como quiera. Yo lo he dicho como sugerencia y como más me gustaría a mí.

Desde luego, llamarán la atención por la calle. El marino y el rojo son eternos y si son tan bonitos, más. Y atemporales, que es lo mejor.

¡Cuánto daría yo por ir por la calle un día y encontrarme a unos niños vestidos así! Me pararía toda orgullosa a hablar con ellos. Eso, fijo.

Susana, ha vuelto a ser un auténtico placer. Y si creías que esta colección era más difícil, que sepas que conmigo has acertado de pleno. Ya sabes que no soy de excesivos adornos… Espero verte pronto. Nos has dejado con los dientes largos…

¡Ahhh!  Y deciros, que, en cuánto pase el verano, Susana me cederá uno de sus exquisitos vestidos de este verano, como por ejemplo, uno de éstos de arriba y realizaremos un sorteo. ¿Genial, no?

Un beso con olor a otoño