
¡Hola a todos! Espero que vayáis cogiendo ideas de lo que estoy enseñando estos días. Mi satisfacción es que varias lectoras me han escrito, para darme las gracias porque lo que les encargué les ha encantado o porque la combinación de colores que les he hecho ha sido todo un acierto.
Yo, feliz. Y también de las consultas que me hacéis, que siempre decís que me molestáis, pero os digo que todo lo contrario, me encanta asesoraros, no
porque sea una maestra en el tema, sino porque os gusta mi estilo y cómo

llevaría yo a los niños, y eso me entusiasma.
Como estos días que se avecinan son de mucha fiesta y campanillas, se me ha ocurrido una marca ideal e idónea total para ello: Marita Rial.
Supongo que muchas la conocéis, nació en 2007 y su creadora ha ido creciendo junto a su hija, su musa, que, con su aspecto de muñeca, ha sido la que ha inspirado todas sus colecciones. Colecciones únicas, con aire inocente, de niñas niñas y desde luego, yo me atrevería decir de alta costura, aunque ella lo define más como “con estilo propio”. Sus diseños parece que se detienen en el tiempo para no dejar nunca de ser niñas.

Yo insisto en que para mí es alta costura: materiales de primera calidad, una confección exquisita, así como una presentación cuidada con mimo y esmero.
Cuando conocí a Marita Rial, me quedé embobada mirando algunos vestidos, todos con un vuelo increíble y con detalles que no son normales en absoluto, sino estudiados, meticulosos. Me acuerdo que era verano y la colección, absolutamente impresionante, con esas capotas a juego, este estilo romántico y parisino…

Bueno, me encantó, pero mi hija ya era mayorcita para estas cosas.
Siempre la he seguido y día a día se supera. Su niña, que es una de las modelos de la marca, cada día está más mayor y te das cuenta de cómo iba entonces y como va ahora… Modelos diferentes, adaptados a la edad, pero siempre con la exquisitez que la caracteriza.
Su ropa me chifla, pero no para cualquier día. A ver, tengo una conocida que dice que ella se pone “los maritos”, como se conocen popularmente sus diseños, hasta para ir al parque. Pues, no señora, no. Hay que saber distinguir las ocasiones y mira que soy de llevar a los niños monos en todo momento. Pero una cosa es eso y otra es

estar “overdress”.
A Marita Rial la veo perfectamente para que vayan los niños formalitos (jajaja) con su madre de compras, para dar un paseo tranquilo y desde luego, idóneos para cualquier ocasión especial, como un cumpleaños familiar, un bautizo, comunión, estos días de Navidad… Pero en absoluto, ni para ir al parque, ni al campo, ni nada por el estilo. Aparte de que los niños irían haciendo el ridículo, el disgusto de

que el modelito divino se destroce, no es para contar.
Por favor, una cosa es llevarlos monos y otra, no saber distinguir el momento. Perdonad, pero cuando recuerdo a la “madre” de la niña en cuestión, pensé: ”adelante hija mía, haz lo que quieras”. Y lo digo así por la forma en que lo dijo ella, no os penséis que yo soy nadie para juzgar, pero es que hay cada una que… Mejor me callo, que luego este post pasa por una censura y me lo borran… jajaja.
Bueno, los modelos de este invierno con el que brillarán vuestros hijos os los voy dejando aquí: ya veis que son estudiados hasta el más mínimo detalle, todo a juego, mayores y pequeños. Verlo es una delicia y un recreo para la vista.


La colección azul es deliciosa: mezcla el azul liso, con estampado de flores y cuadros tipo pata de gallo pero más grandes. Todo combinado, como véis a las mil maravillas (madre mía, qué mentes tan privilegiadas). Desde el abrigo de la mayor, parisino total con la capelina, lazotes y boina hasta el vestidito de la bebé con su capota divina y sus braguitas, pasando por los otros vestidos en diferentes versiones pero con las mismas telas y detalles. Los conjuntos de los niños son a juego, con camisas y bermudas o cubre pañales. Me diréis que cuadro de niños. Lo que os digo: para lucirlos, pero bien y distinguiendo el momento.

Igualmente increíble por su cuidadoso diseño y sus mezclas es la colección verde, mezclando estampados en florecitas verdes, con verde liso y el blanco en los lazotes y en la puntilla que asoma por debajo. Y el niño… Te presentas con ellos así en la cena de Nochebuena y las fotos pasan a la posteridad por los modelos.

Es increíble la creatividad de la diseñadora para idear tanta maravilla… Todos, absolutamente todos los modelos tienen un “algo” por lo que comprendo que sea dificilísima la elección de cuál comprar. Por eso, lo mejor es tener tres hijos y comprar las distintas versiones de la colección, jajaja…Ya sé que en estos tiempos, la gente no suele tener tres. Cada vez somos menos, y no me extraña.
Los que sólo tienen uno, tienen la ventaja de poder comprar dos conjuntos, totalmente diferentes. ¿Veis? Tengo solución para todo. Así llevas a tu único hijo de bombón de chocolate total.

Vamos con la colección morada. Es preciosísima y mira que el morado no es de mis colores, pero me rindo ante la evidencia. Mirad la maravillosa mezcla de lunares, rayas y flores, el tono del morado tan acertado y las puntillas en ese azul que queda increíblemente bien. ¡Qué

maestría por Dios! Están para una revista de moda. Hay dones que no se pueden negar. No sé lo que tardará en diseñar todo esto. Ella tiene claro su estilo y a lo mejor le cuesta menos, pero…¡que no, que es una artista y hace magia! Si no, yo por lo menos, no entiendo tanta variedad, tanto diseño, tanto detalle…Tendría la cabeza como un bombo.
La colección en marino y rosa es

todavía más especial. Es decir, más arregladita. La veo ideal para una fiesta, boda, bodas de plata , de oro…o ya os digo, para ir a alguna casa a tomar el té. Es que es super delicada, como si no fuera de este mundo y la veo también parisina total.
La gris adamascada es más ponible, si bien sigue siendo arreglada: Tanto el vestido de talle alto como el de talle bajo y el de la bebé son deliciosos. Ya me diréis si no tenéis para elegir… Y ésta, que acertado el rosa tan pálido para el gris oscuro… ¡Divina!

Estos vestidos verdes más intensos son originales a más no poder. Fijaos en todos los detalles: el verde liso, que, por cierto, tiene un tono bonito bonito, mezclado con las florecitas verdes de esa manera tan estratégica y el lazote en el escote… ¡Bufff! A lo mejor lo ha diseñado en una hora… vete tú a saber.

Estos genios van pintando en el autobús, ven algo o a alguien y ¡Zas! Modelito en mente al canto.
La colección roja, muy apropiada para Navidad, es otra pequeña obra de arte: todo de su estilo, mezcla el rojo agranatado y el blanco de forma maravillosa. La niña del talle bajo parece recién llegada de París. ¡Mirad cómo es el vestido por favor! Sobran las palabras. La otra niña y el niño, preciosotes también y mira, lo veo más ponible. No para cualquier día pero sí para muchos…

Y pasamos a la colección más especial, por lo menos para mí, que es la de tonos beige y crudos: es romántica, parisina, divina, exquisita y muy muy arreglada. Ésta sí que la veo perfecta parar una boda, incluso para llevar las arras. Tiene una delicadeza, un aire nostálgico y un poco vintage increíble. Y los colores… Ya sabéis que yo, con estos colores, al fin del mundo.

El vestido de talle bajo de la niña me enloquece, con la manga francesa terminada en crudo y las puntillas y encajes en toda partes también en

crudo…Con el gorrito tipo casquete en el mismo tono, no puede estar más de pasarela… Y todo los demás conjuntos de esta colección sirven igualmente para un evento importante. ¡Mirad cómo es el abrigo! ¡Qué tono y que mezclas con la pana! Chic, chic total. Vamos, «para ir al parque cualquier día» ejem, ejem. Los conjuntos de los bebés no tienen desperdicio posible, están para

inmortalizarlos. Yo, si tuviera una boda en invierno, llevaría así a los niños sin ningún tipo de duda.
Bueno, ¿ cómo os ha dejado Marita Rial? ¿ Con la boca abierta? A muchas seguro que sí, como cuando yo la conocí.
También hace vestidos de comunión divinos y especiales, eso sí. Vestidos de arras y hasta zapatos de arras. ¡Incluso faldones, que hoy no me da tiempo, pero os morís del gusto!
Un beso de lujo
me encanta todo….y creo que es paisana mia…no es asi, Eva?…felicidades por.el trabajo tan maravilloso
No estoy segura de dónde es,creía que era andaluza, pero puede ser. Todo lo que hace es precioso y con un gusto exquisito…¡Cómo lo tuyo! Un beso.
ah…creo que es de Merida!!…no estoy segura