
El día de Reyes más extraño y triste de mi vida. Siempre fue mi noche favorita. Siempre la he vivido rodeada de amor y en compañía. Siempre. Desde que puedo recordar.

Primero, como niña y con todo el amor y la ilusión que me transmitieron en mi casa. Nervios, emoción, magia…
Después, ya ejerciendo de “Rey Mago” con los niños, no pude disfrutar más. Ver sus caras ya merecía la pena todo el esfuerzo, los montajes, las búsquedas de cosas imposibles…
Bueno, al menos, puedo decir que lo he vivido. «Confieso que he vivido», como decía Pablo Neruda, que me pirra.

Pero, hoy, mi alma se ha encogido de nuevo y la añoranza y la nostalgia han podido conmigo.
Estoy deseando que se pase el día y con él, estas fiestas tan horribles de este año. El roscón está aún sin probar y el día está pasando con más pena que gloria.

Me siento aquí a escribir y casi no me sale qué deciros. Estoy harta de tanta tristeza, de tanto transmitir miedos y angustia.

Tengo un montón de mensajes vuestros y, como siempre, quiero daros las gracias a todos los que os molestáis un minuto en desearme lo mejor y en darme ánimos para que siga escribiendo. Mil gracias de corazón.

Estoy viviendo tantos sentimientos juntos, que es difícil realmente asimilar tanto. Por eso, lo mejor es que vaya al grano con los que me pedís por mayoría absoluta: que siga hablando de Comuniones.
Pues eso haré.

“Marita Rial” siempre es una magnífica opción. Sus diseños, su talento innato hace que, al ver todos los modelos, parece que le sea facilísimo. Me fascinó desde que la conocí, hace ya por lo menos quince años y me sigue admirando su capacidad y su creatividad.

Su colección para este año, como veréis, tiene un denominador común y es el romanticismo puro y duro. Todo plasmado en los vestidos, tanto de Comunión como de ceremonia, pensado para las hermanas, primas y demás. Y una vez más, sólo con mirarlos, vemos el sello inconfundible de Mar Segovia.

Como ella misma confiesa: “en busca de diseños románticos, me encuentro con las Majas de Goya, que desbordan mi imaginación y despiertan mi faceta más creativa”.

Y ya lo estáis viendo (también con vestidos del año pasado, que podéis encontrar con precios fetén) El duende que la envuelve se ve reflejado en cada diseño, que, como muchas me habéis dicho, casi parecen iguales y nada más lejos de la realidad.
Efectivamente, como os he dicho, la fuente de inspiración ha sido el romanticismo, que da prioridad a los sentimientos por encima de todo.

Es una manera de sentir y concebir la naturaleza, así como el ser humano mismo. Por eso, Goya, como pintor referente de la época, es, sin ninguna duda, la fuente y el foco de inspiración. ¡Olé por estas diseñadoras tan bárbaras!

Los encajes y volúmenes están presente en cada colección, así como el color marfil combinado con el rosa empolvado…

Todo transmite exactamente lo que Mar quería. Cada modelo, cada diseño, es un canto a lo romántico. No se le escapa ni un detalle.


No me preguntéis por mi favorito, porque no lo tengo. En varias de las colecciones, encontraréis el vestido de Comunión, un vestido de vuelo, otro de talle bajo y el Jesusito. Ya veis que podéis vestir a casi todos los miembros de la familia, sin salir de la misma tienda y acertar de pleno.

Vestidos entallados al talle, faldas fruncidas, escotes cuadrados adornados con tiras de encaje, mangas francesas, medias mangas montadas con volante, cinturones llenos de detalles… puro encanto, vamos.

El modelo Isabelle, con escote con cuello calzado de tirita, me priva. Si me obligáis a decantarme por alguno, no sé si sería éste mi elegido. No lo sé, de verdad.

Porque el modelo Sirene de vuelo, con cortes de costadillo y lazo de adorno caído en el talle delantero, también es de morir. La manga tres cuartos montada… Y ya me diréis la espalda de este vestido, el modelo Fleur…


También la colección Âme, la Tresor… todas me sirven. Con todas, repito, vuestras niñas irán de lujo.

Esperemos que, cuando llegue mayo, la situación que estamos viviendo esté más calmada y se puedan lucir lo más posible, aunque me temo lo peor.

Este año, me parece que las Comuniones, de nuevo van a estar “enmascarilladas”. La cosa se está poniendo fea y como os decía el otro día, no se puede tomar a la ligera.

Yo, porque estoy como estoy y me da todo igual, pero sé que todo el mundo, en mayor o menor medida, lo está pasando mal.
Y no digamos los niños… Este año, sin cabalgata, sin toda la parafernalia de la llegada de Sus Majestades…


Efectivamente, ha habido muchos muertos, pero también va a haber muchos muertos en vida, atrapados voluntariamente.

C.S Lewis, ya en el año 1942, en las «Cartas del diablo a su sobrino”, parecía predecir lo que, casi noventa años después está pasando:
“Dejaron de abrazarse…
Dejaron de saludarse el uno al otro!!!
Dejaron todos los contactos humanos….
Dejaron todo lo humano!
Se quedaron sin dinero.
Perdieron su trabajo.
Pero eligieron temer por sus vidas, incluso si no tenían pan para comer.

Creyeron oír, leer periódicos y creyeron ciegamente lo que leían.
Dejaron la libertad.
Nunca volvieron a salir de casa.
No se fueron a ninguna parte
Nunca visitaron a amigos y familiares otra vez.

El mundo entero se convirtió en una gran prisión con presos voluntarios.

Ellos aceptaron todo!!!
Todo esto para sobrevivir
Otro día miserable….

No vivieron, murieron todos los días!
Fue muy fácil conseguir su alma miserable…
No sé. Ahí lo dejo. Por supuesto que hay que ser responsable, tener cuidado, tomar medidas. Pero ¿a qué precio?
Oigo a gente de todo tipo y sé que los que me estáis leyendo, también pensáis de maneras muy distintas.
Últimamente (sé que no debo), opino aquí de muchas cosas que no son de moda, expreso mis sentimientos, etc.

Perdonadme por todo. Espero ir retomando la moda en exclusiva, con pinceladas de mi vida, como hacía hasta hace un año.
Fin de los Reyes y de las fiestas navideñas.
Un beso romántico