Aquí de nuevo como si estuviera escribiendo un best seller. Me concentro tanto, que se me olvida lo demás. Como siempre, en el teléfono la mitad del día. Este showroom me está dando unos dolores de cabeza impresionantes… ¡Madre mía, ya cuesta organizar todo!

Para colmo, una vecina de la urbanización me ha tenido una hora en

la puerta esta mañana muy pronto, para preguntarme “unos asuntillos legales”, como ha dicho ella. Yo, pacientemente,  le he contestado. Es una señora que me daba pena, se acaba de divorciar y tiene un montón de problemas… pero… ¡Vamos que se me ha quedado el cutis como el de una niña de 20 años del frío que hacía! Qué sepáis que no le he dicho que pasara porque venía

con su perrazo, y ya lo que me faltaba con Tess (mi galguita) en la puerta ladrando porque nos estaba oyendo. En fin, ha sido de película italiana. La señora, muy amable, se ha ofrecido a sacar a Tess con su perro, ya que dice que iba un ratito al parque. ¡Dos horas la ha tenido por ahí! Ya creía que tenía que llamar a la Policía…

Y estoy escribiendo, como os digo, con un montón de interrupciones por el dichoso

showroom. A mí me encantaría que se pudiese celebrar al final, pero os juro que no sabéis bien el trabajo que da…

Por cierto, estoy pensando que no he invitado a la marca de la que os voy a hablar hoy. La gente me pide ropa de verano, pues

¡toma verano! Y del bueno… que para eso es una marca marbellí. ¿La adivináis? Pues no es ni más ni menos que Margarite

Marca que sigo desde hace tiempo.

Enemiga de cualquier tipo de perifollo, con líneas simples y sencillas, creo que este verano han hecho un huequito a cosas más coquetonas, pero igualmente

ponibles y preciosas.

A mí me ha encantado toda la colección, es de esas de poner mucho para cualquier día, que es lo que la mayoría de la gente quiere, sobre todo en verano, es decir, que sea ropa que no se quede en el armario.

He visto mucho plumeti, mucho algodón, encajes, volantes… lo que no suele ser muy de Margarite. Pero en general, es ropa de su

estilo de siempre, diseños cómodos y

románticos pero con un toque modernito.

Da gran importancia a los complementos, por lo que estoy encantada, porque, en verano  no hay nada más bonito que atreverse y poner cosas a los niños que en invierno ni se te ocurre. Es todo luz, colorido, accesorios divertidos y favorecedores. Yo se los pondría seguro. Y en Marbella, ni os cuento…

Mejor os lo voy enseñando ¿no? Por ejemplo, mirad la sencillez de este vestido berenjena con espalda abierta, recogida en una especie de aro. Con el canotier, la niña está divina y no me digáis que no es sencillo. Ahora, eso sí,

fresco, fresquísimo. Para mucho calor… pero me encanta y sin tener nada, tiene estilo. Menos es más…

Del mismo estilazo es este otro vestido, 

color malva, con tirantes y lazote… Me parece delicioso y ya veis, sin ninguna complicación. Para el sur, divino. Bueno y para el verano de Madrid, que no puedo soportarlo… En este color malva tiene también una blusita sencilla y monísima de doble botonadura, que, combinada con los shorts beige con

volantes, resulta un conjunto realmente encantador. ¿No os parece? A mí me chifla cómo queda y, como os digo, sin complicaciones.

Otro vestido veraniego y favorecedor a más no poder es el coral con los volantes en los hombros, como si fueran alitas. Es monísimo y con la felpa de flores, me encanta cómo está la niña. Estando morena, es un color que ilumina.

Los dos vestidos gris perla de plumeti 

son deliciosos: uno con cuello que cae sobre los hombros y lazada preciosa y otro sin mangas con un volante central

vertical. Elegantes ¿no? Y siguen siendo sencillísimos. Me chiflan. Como digo yo, los colores claros, estando morena… Y para muestra, un botón: el vestido blanco con cuellote

cuadrado es de mis favoritos y si os fijáis, no tiene nada especial. Con unas bailarinas monas en cualquier color y chaquetita igual, el  típico vestido mono del Norte.

Una auténtica monada.

En color crudo, me chifla también este conjunto compuesto por blusa con volantes en los hombros y faldita de dos capas. Me parece como un poco hippie, ibicenco… divino.

Un grupito de niñas con este conjunto puesto… hasta para una boda, por ejemplo, en la playa. Bueno, que me pirra el modelito.

Volvemos a la super sencillez con este vestido de plumeti verde agua con espalda cruzada. Para esos días de calor… ¡estilazo total! Me gusta hasta con los collares y le pondría bailarinas rojas, para darle alegría…

¡En verano, todo lo bonito vale! La espalda es de morir ¿no?

En azul, o azul un poco

verdoso, otra monada de vestido para esos días eternos de verano: líneas exquisitamente sencillas en este color con lunaritos beige y cuellito rizado. Monísimo por delante y por detrás, muy muy veraniego.

Un poco más arregladito, en la misma tela, tenéis la falda, ideal con lazote, travillas y cinturón en crudo combinada con la blusita beige sin mangas con la flor a juego de la falda. ¡Qué cosas tan bonitas diseñan, hay que reconocerlo! Y no es por nada, pero qué precios tan buenos tiene Margarite…

Y también más «puestito», del que me he enamorado, este conjunto de blusa beige con lazadota de plumeti anaranjada (el plumeti me puede), con la falda de plumeti de dos capas. ¿ No es divino? Pero lo veo muy ponible.

Mucho. Con bailarinas en el tono, es un conjunto chipén absolutamente. En el mismo color anaranjado (¡viva el color!), este otro vestidito

mono y sencillo, también de plumeti con manga corta y dos volantes en el cuello. ¡Cómo están las dos niñas! De cuento.

Hay un conjunto que me ha llamado la atención especialmente por estiloso y por la mezcla de colores, que he de

reconocer que nunca la había visto: verde agua con berenjena. Es un conjunto con una clase y estilo

fuera de toda duda: la camisa verde agua (es el color del verano) con dos volantes, y unos shorts berenjena con bolsillos laterales. Con la felpa de flores que lleva en el pelo, me parece una auténtica preciosidad.

Es un conjunto, que, si lo complementas bien,

como con la felpa, unas bailarinas monas, una chaquetita berenjena currita… hasta lo veo para vestir un día más especial. Divinooooo.

Para ir a la playa, no me puede parecer más chic este vestido encantador de crochet color nude…Con el canotier y el capazo (ya os he dicho que los complementos tienen

importancia), parece que va a salir en el Vogue. ¡Qué estilazo!

Y directamente para darte un chapuzón,

hay bikinis divinos como éste, color rosa de volantes, femenino y coqueto

total. El top y culetín fucsia reventón,  pues eso, reventones de bonitos…

 

 

Y los canotiers me chiflan de toda la vida. Los hay con flores silvestres, con pompones de tul o sin tul, con orquídeas…Todos divinos. Mi favorito es el de orquídeas porque es

mi flor. Y los capazos de lentejuelas, que a ellas les privan, son monísimos y en distintos colores. En fin, en esta colección de Margarite tienes mucho para elegir. Y las niñas van que da gloria verlas. Sobre todo, con estilo, algo que escasea mucho.

De los niños tampoco se ha olvidado, aunque para mí gusto, son mucho más fáciles de vestir bien. Tiene camisas a juego de los conjuntos de las niñas y después, con unas bermudas crudas

monas, arreglado. Hay otros conjuntos más atrevidos…Yo, para niños, cuanto más clásicos, mejor.

No os quejaréis, que tiene maravillas, ideales para el verano, nada de perifollos y, repito, con

 estilazo total. Y hablando de estilazo (quien me mandará criticar), pero me voy a ver Velvet , serie a la que me he enganchado porque un rato de distracción y frivolidad no viene mal. Lo de criticar venía a cuento porque Paula Echevarría, que parece que gusta a todo el mundo y sus looks y demás, ¿qué queréis que os diga? Guapa es

guapísima pero “choni” (como diría mi hija) como la que más. Y para mi gusto, carente de estilo totalmente. ¿Veis? Yo prefiero a una más fea de cara, pero con clase y gusto. Y ahí la tenéis… como icono de la moda.

En fin, si no lo digo, reviento. Vosotras, fijaos en Margarite y vestid a vuestras niñas estilosas, no “chonis”, jajaja.

Ayyy… esto de decir todo lo que pienso me va a traer consecuencias….

 Un beso con canotier de orquídeas