
¿Qué tal el fin de semana del uno de noviembre? ¿Os habéis vestido de brujas? No me gusta decir Halloween, porque soy española y no lo celebro en absoluto. Para mí, es el día en el que recordamos a todos a los que queremos que ya no están. Aunque tampoco. Mi abuelo, que era un mandón, y ha dejado una huella increíble en mí, nos prohibía que celebráramos ese día y decía que no le fuéramos a ver al cementerio. Sobre todo, porque hoy, día dos de noviembre, era su cumpleaños y él lo celebraba por todo lo alto, con sus hijos, nietos… era un día de alegría, más que de penas.

Así que yo, obediente, me voy a tomar unos buñuelos exquisitos en su honor y en el de todos los que no están, que lo estarán celebrando juntos. ¡Felicidades abuelo! No sabes lo que me acuerdo de ti, siempre, no sólo hoy.
Y como es día de celebraciones, me vais a permitir que me haga “un homenaje” personal con la marca de la que os hablo: “Eva hecho a mano”.
No sé si la conoceréis, pero para mí, es una delicia para los sentidos. Después de hoy, también los será para vosotros. Tal vez porque siempre lo he visto en mi casa, o porque soy de las clásicas de este tipo de ropa. El caso es que es para mí todo un lujo este post.

Valoro el trabajo bien hecho, con amor, puntada a puntada, horas y horas… trabajo de filigrana. Sé que muchas, que son más prácticas, consideran un trabajo excesivo ponérselo a sus niños. ¡Qué equivocadas están!
Aún somos muchas, gracias a Dios, las que valoramos esta ropa como la más maravillosa de las joyas…Yo, aún tengo guardados todos los conjuntos de mis hijos como si fueran una obra de arte. Para mí, esta ropa, es una inversión, como los cuadros de pintores ilustres.

En “Eva hecho a mano”, encargas cualquier cosa de tú a tú, es decir, desde la primera puntada hasta la última, y es una gozada ver cómo ella lo va creando a tu gusto…
A mi madre, que hacía los nidos de abeja y rococós perfectos, le propusieron varias tiendas el vender sus labores y, ella, mandona como mi abuelo (de tal palo…), se negó en rotundo y

dijo que sólo se lo hacía a sus hijas; que la gente no lo sabía valorar y que este trabajo, costoso, meticuloso y perfecto, no estaba pagado ni con todo el dinero del mundo.
¿Me oyes Eva Maseda? Ella es la protagonista de este post. Hace maravillas y de todo tipo: desde faldones de bautismo, colchas y sábanas de coche bordadas, vestidos de nidos de abeja, rococós, vainicas, bodoques, vestidos de comunión exquisitos… todo lo que os diga es poco.

Y si sigue en esto, es porque mucha gente lo sabe. Saben distinguir entre un sayón con mangas, que se hace en un minuto, y la labor de esta chica increíble, que requiere un montón de horas y hace que tus niños vayan de cuento de príncipes y princesas.
¡Hazte valer Eva! Sé que tienes pedidos de gente importante y eres humilde como nadie. No cambies lo que haces por nada. Joyas como tú quedan muy pocas y lo sabes. No sé dónde demonios aprenderías todo esto, pero bendito el “don” que tienes para ello.

Mirad qué faldones hace para bautizar al niño. ¡Superior! Horas y horas de trabajo, que desde luego, tienen su recompensa. Porque, la gente a la que nos gusta, pagamos lo que sea por ello. Y aun así, vale más.

No sé cómo deciros que hace de todo. Es una máquina del talento y buen gusto. Os enseño cosas que ha hecho, pero cómo os decía, el trato es personal. Te pones en contacto con ella y te diseña lo que sea… cómo si es la catedral de Burgos bordada en un faldón, jajaja. Estoy segura de que lo haría.
Las colchas para coches y sillas, con sus vainicas, sus bordados, puntillas, iniciales a mano… obras artesanales que ya no existen casi. Hay que tener paciencia para planchar y llevar al niño como un pincel… pero a muchas nos compensa.

Viste cunas como nadie y hace canastillas a tu gusto, cómo quieras… ¡esta chica en un diamante en bruto! La cuna que os dejo es la de sus hijas, pero la podéis vestir cómo os de la gana. No hay cosa que se le resista.

Los conjuntos de bebé con sus braguitas… todo artesanal, minuto a minuto…

De los vestidos de nidos de abeja con rococós, qué os digo… ¡No puedo con ellos! Para mí, llevar a una niña así no tiene color con nada. Fijaos en los detalles: el volante del cuello, los nidos de abeja, los rococós…tiene más trabajo que nada en el mundo pero ¡cómo va la niña! A lo mejor os parezco exagerada pero desengañaros, no lo soy; cuesta la vida hacerlo.

Yo siempre he vestido así porque me lo hacía mi madre y, para mis hijos, me supuso Dios y ayuda encontrar una única tienda en Madrid que lo hacía. Por eso ahora creía que esto casi había desaparecido… hasta que me encontré con Eva. Independientemente de lo que cueste comprar un vestido así, lo que que vale es incalculable. No tiene precio. ¡Miradlo e imaginaros a niñas vestidas así!… ¡Ayyyy!

Si hasta graba puntada a puntada en rococó lo que quieras… La fecha de nacimiento, de bautismo… lo que sea. ¡Mirad qué divinidad!
Los vestidos los borda, ¡pero que los borda! Estoy enamorada de este vestido de rayas con la pechera de bodoques… ¿Cómo es, eh? Me parece de un gusto

más que exquisito. No olvides que tú eliges la tela y el modelo y ella, como una hormiguita, te lo deja ¡de revista!
No me digáis como es este escocés… Sin rococós pero con sus nidos, detalles, puntillas… todo especial. Me parece espectacular. Lo mismo que el estampado de florecitas, sin mucha floritura, pero con sus puntillas en la

capota, braguita… no me puede enloquecer más.

¿Y el verde con vainicas y florecitas bordadas? Delicatessen total. Lo que digo… no tiene precio.
Y está abierta a cosas más modernas. Hace sacos de silla, coche, cómo no, bordados, y en los colores que quieras. Y conjuntitos como éstos, que encargó en 2010 el Ayuntamiento de Castrillón (Asturias), a Eva Maseda, para un acto oficial. Fue un regalo para Leonor y Sofía ¡Monísimos! Negros, con cuadros de vichy en rojo y volantes… ¿Lo apreciaría Letizia? Espero que sí.


Y para las que estáis pensando ya en la próxima temporada de primavera-verano, os digo que su ropa es de siempre, con lo cual, me pensaría dos veces antes de encargar otra cosa para el niño o la niña. Os dejo otras maravillas hechas para esa estación, como los vestidos con cuello smoking,

que llevó mi hija hasta la saciedad porque me parecen lo ideal en estas edades en las que son pequeños… En el color y tela que decidáis vosotros.

¿Qué me decís de los cubrepañales de piqué? Yo encargaría varios y casi los llevaría desnudos con tal de que se viese semejante preciosidad.

Y como os he dicho que esta chica vale para todo, y cuando lo digo es que es verdad, mirad qué conjunto marinero para las más mayorcitas… ¡No quiero ni pensar en varias vestidas igual! ¡A mí me da un patatús! ¡Cómo es Dios mío!

Y volviendo al invierno (esto es una noria…) os dejo foto del abrigo con detalle de trabilla igual que la capota de nidos de abeja. Sin palabras.
Podría decir tantas cosas de ella, de cómo me chifla, de lo que vale, de todo… pero me eternizaría. Ya habrá hueco para otro post.

Os dejo con unos vestidos de comunión, que ya empieza con los pedidos, y es que el tiempo pasa volando… Ya sabéis, trato directo y desde la primera a la última puntada contando con vosotras… ¡Nadie irá igual, ni parecida! Son todos diferentes, pero el de piqué con nidos de abeja en la cintura me puede. Todos, con vainica, bodoques o flores, se trabajan día a día, midiendo cada minuto con ilusión y mucho cariño. Y el resultado ¡se nota!

Mi más sincera admiración. ¡Quedan muy poquitas como tú! Un beso de Eva a Eva. ¡Tú sí que vales!
Y para los demás, un beso que los doy «bordaos».