
Bueno, pues aquí estoy de nuevo. No os creáis, que me está costando retomar todo, el blog, la vuelta a la rutina y todo lo que conlleva volver a lo de siempre… pero estoy tan contenta de todo lo que está gustando, de los mensajes que recibo y de las marcas que han confiado en mí, que ya sabéis que sarna con gusto no pica…

Eso sí, hoy mi hija quería ir de compras y como me voy unos días fuera y tenía que escribir, le he dicho que no, con lo que ya la tengo de morros. Pero bueno, algo hay que sacrificar y esta mañana, además, he tenido que ir a la peluquería para que me dejaran…¡espectacular! Jajaja.

Ya sabéis que en estas épocas, aún las marcas no han sacado todas las colecciones y que andan como locas con los repartos a los puntos de venta, etc… Es un trabajo muy sacrificado y muy estresante, no os creáis que es todo glamour.
Yo quería hablaros de una marca antes de irme estos días, y he tenido la suerte de que acaba de sacar la colección enterita.

Tengo debilidad por ella, lo reconozco. Creo que tiene muchos puntos en común conmigo, aparte del gusto que tiene, y desde que la conocí, la sigo, y no os lo creeréis, pero cuando veo una de sus nuevas colecciones, me entra como un gusanillo en el estómago. Sí, como lo oís, siempre lo estoy esperando y lo cierto es que siempre me sorprende, para bien, para super mega bien.

Mónica, su diseñadora, tiene algo, tiene gusto, sensibilidad, un don innato para los diseños dulces, como los de antes, románticos, espléndidos, distintos a todo lo demás…
El crochet en la mayoría de sus diseños es lo que la ha hecho conocida, pero el nombre se lo ha ganado a pulso, porque ¡mira que es difícil sacar colección tras colección, teniendo como base el crochet y sorprendernos siempre, ¿no?
Sí, claro, hablo de mi querido Lan Fairy que simplemente me entusiasma, me encanta su manera de entender la ropa de las niñas, tan lejos de la ordinariez, del recargamiento y todo tipo de adornos que hay en muchas marcas que, para mi gusto, las hace mayores de lo que son.

Y que quede claro para algunas que no es ni mi íntima amiga, ni la conozco de siempre, ni nada por el estilo. Es más, físicamente ni nos conocemos. Hemos tenido alguna ocasión, pero por una cosa o por otra, no ha podido ser.
Con esta marca me vienen mis recuerdos más bonitos, el volver a ser niña, la candidez, la inocencia, todo lo bonito de esa edad.
Por tanto, Lan Fairy es una vuelta al clasicismo más exquisito, a la delicadeza, a las niñas monas de antes (porque ahora, por desgracia, veo muy pocas). Sus diseños son un canto a la niñez, a la película “Mujercitas”, a lo delicado y a lo que será bonito siempre.
Por tanto, empiezo con las maravillas que nos ha preparado para este otoño-invierno, que, gente como yo, sabréis apreciar y veréis más allá…

Empiezo por el vestido “Valerie”, una delicia en rosa empolvado (no os perdáis este color este invierno, que viene pisando fuerte), con tela de sarga, corte en el pecho y una pechera divina con incrustaciones en crochet. ¿No lo veis sublime?

Me lo imagino con una capa gris, por ejemplo y un gorrito a juego y no puedo ver a una niña más dulce. Es una pocholada de vestido y también en ésta ocasión, lo hace para las mayores. ¡Realmente es un vestido encantador!

El vestido “Gabrielle”, me entusiasma por sobrio, sencillo, con clase, con todo. En viyela de lana, cuello a la caja, manga farol y corte evasé. Ya está. Eso sí, como sabe Mónica, le añade un cuello divino de crochet, bien en rosa empolvado, bien en otro color, con lo que el resultado es una delicia para los sentidos. Que conste que se vende por separado, para quien no quiera cuello. Para mí, desde luego, mil veces más bonito con él. Éste de abajo, con el cuello berenjena, me gusta para mí.

¿Cómo lo véis? Pues de diez. Mónica no sabe diseñar nada feo, nada vulgar. Ella es así.

Sigo con otra maravilla: el vestido «Josephine”. Me chifla para más pequeñas. En mis colores tostados del alma, tienen el cuerpo de punto tejido a mano (yo eso lo sabría hacer ¿eh?). Incluso, se me podría haber ocurrido a mí este diseño, pero no es el caso. El cuerpo de punto tiene volantes de crochet en el mismo tono y la falda es de una tela cruda con lunarcitos tostados, en viyela.

Sencillamente exquisitos. Super combinables: con abrigo camel, con capa, con cualquier cosa estilosa en estos colores tan otoñales. Y el calzado en los mismos tonos, por favor. ¡Chapeau!

Y parecido ocurre con el vestido «Valentine”, divino, en grises, con el cuerpo de punto, también tejido a mano, puntilla de crochet en el cuello y en los puños falda de viyela con bolsillos de crochet. ¡Super romántico! También tiene cuello de crochet a juego y se puede comprar por separado.

Yo, en éste caso, lo veo encantador, tanto con como sin cuello. Es un vestido todo terreno, de mucho poner y la verdad, para mí, preciosísimo, como todo lo de Lan Fairy. Me trae tan buenos recuerdos…¡Qué pena que a mí me pillara tarde con mi hija! Si no, llamando la atención iría con estas maravillas. ¡Ojito! Que ya os he dicho que la ha llamado siempre ¿eh? Pero me faltaba un Lan Fairy por temporada…

Ahora os enseño el vestido «Charlotte”, que me parece de escándalo en ese color mostaza tan divino. ¡Cómo favorece, por Dios! También veis el cuerpo de crochet tejido a mano (mérito total), puntilla de crochet en el cuello, volante en las mangas y la falda en una viyela en la que se adivina también el color mostaza en el estampado tan sutil. ¡Que me fijo en todo Mónica! Y esos detalles, me pueden… El cuello puede ir por separado, ya sabéis. ¡Preciosa la niña!

Son niñas diferentes, lo tendréis que reconocer: no son conjuntos escoceses, ni de cuadros, ni nada de nada de lo que sea moda o tendencia. Es único y diferente de todo. A mí, como véis, me tienen totalmente encandilada. Y eso es lo que me gusta. Mónica es insustituible. En ésto, no tiene rival.
Yo le he dicho que de el salto y que venda a tiendas, pues en los dos días que lleva la colección, ya le he mandado a tres personas que se han enamorado de dos de sus vestidos. ¡Lógico! Pero parece que, de momento, se nos resiste y se queda así, con su pequeña, pero gran colección que sólo disfrutarán las más avispadas.
Pero tiempo al tiempo: cualquier día la vemos vendiendo a tiendas de toda España. Ojalá… así habría niñas mejor vestidas en todas partes.

Voy con otra joya: el vestido “Nicole”, en colores topo, con el cuerpo de punto con ochos, a mano, mangas y falda de viyela (también hay topo en el estampado) y el cuello de quita y pon.
¿No es precioso? Es que los vas viendo y no sabes con cuál quedarte. Me pasa a mí y les pasa a mis lectoras. El otro día me las ví y me las deseé para recomendar a una chica el que más me gustaba para su hija. ¡Hasta me mandó una foto!

Divinísimo y dulce el vestido “Anette”, en rosas. Cuerpo de punto con ochos a mano y falda en una viyela fina con un estampado en rosas precioso y delicado. También, si se quiere y para las más pequeñas, capota de crochet a juego. ¡Ayyy, qué maravillaaaaaaa!

Miradlo bien por delante y por detrás. Combinado con tonos oscuros, incluso con granates (me refiero a la prenda de abrigo), queda sensacional. ¡Probadlo! Vuestra niña será una auténtica princesa y no esas niñas que con tres años, llevan un tocado como el que llevo yo a las bodas. Si no lo digo, reviento.

Y bueno ¿Qué opináis del blusón “Viviane”, también en rosa? Un conjunto para las más mayorcitas de quitar el sentido, con el cuerpo de crochet, mangas y falda en tela de viyela fina. Y a juego, el short encantador en sarga rosa empolvado, con aplicación en crochet. ¡Guauuu!
Es que me pirra, me pirra y me vuelve a pirrar… ¡Es insuperableee! ¿ No lo véis?

Este ya se lo voy a recomendar a mi prima, que las niñas no quieren ya vestido… Es una pena, porque, al menos, la pequeña, tiene edad de vestido. Ahora son tan “precoces” o las madres tan blandas… Es que a mí, me pirran los vestidos hasta los 10 años por lo menos.

Bueno, el caso, es que tengan 6, 8, 10 o 12 años, este conjunto es tan bonito que causará sensación allá donde vayan, os lo aseguro. Además, hay vestidos que llegan hasta los 15 años, un lujazo, como éstos de la izquierda.
Sé que no puedo dar gusto a todos , y muchas estarán diciendo (las adictas a los volantes, puntillas, vuelos y encajes) que qué exagerada soy. Pero yo estoy disfrutando como una enana enseñando estas joyas que escasean tanto.

Otro día, ya hablaré de otras cosas, que hay para todas y yo no digo que lo demás sea feo, ni mucho menos. Pero me parece que es para distinguir más un día, mientras que diseños como éstos son super ponibles, aparte de llamativos y repito, exquisitos.
Y la vie en rose continúa con el vestido “Matilda” y el blusón «Jeanette”. Dulces y bárbaros, como todos. La tela es superior y tanto en conjunto de blusón con short, como en vestido, son deliciosos. Cuello de crochet y mangas y tela de viyela.

El short me vuelve loca. En este caso, el conjunto con blusón me ha gustado más si cabe que el vestido. Bueno, no sé…¡Me quedaría con todo! ¡Clasón que tienen las niñas!

Y la lista de vestidos termina con el “ Yvonne”. Lo único que no me gusta es el nombre, ya que me recuerda a una niña de mi clase que era insufrible, jajaja. De verdad, al ver el nombre, me he acordado de ella, pero luego, el vestido es tan divino, que da igual cómo demonios se llame.
Ya veis qué bonito es: entero de punto a mano, con puntilla de crochet en el bajo y en el cuello y aplicación de imitación de visón en los puños (increíble cómo se lleva la piel para este invierno; pero increíble).

El gorro a juego, le da un aire de niña buena y os iba a recomendar cómo ponerle los complementos, pero como Mónica sabe más que nadie, ya nos la presenta monocolor, con medias también en gris, y botas estilosísimas a juego.
A mí también me gusta, con borrego camel y medias y botas camel. ¡La mezcla de gris y camel me chifla!

Y hasta aquí los vestidos y conjuntos. Pero faltan los complementos, que son igual de sensacionales, como por ejemplo, el poncho fantástico de punto rosa empolvado, para tanto rosa que habéis visto. ¡Me diréis cómo queda! De matrícula de honor, mínimo.

¿Y el poncho de crochet con flecos en gris claro? Divino, estiloso… no puede gustarme más. Y para estos días otoñales, en los que aún no hace frío, los veo perfectos. Guapísima está la muñecota.
En lugar de croché, también lo tenéis en punto gris. Y mirad qué estilazo con unos simples vaqueros. Está realmente deliciosa, con su gorrito de crochet con lazo. ¡Coquetería máxima!

Todo pensado y medido para favorecer y realzar lo bonito de las niñas y no al revés (me vais a perdonar, pero hay modelos que merecen palos). No digo más, que luego me arrepiento.

Nada más. Todos los complementos, como cuellos mostaza y de diversos colores, ya os he dicho que se pueden comprar por separado, si bien no puedo dejar de decir que son divinísimos (el mostaza, como es…) También el gorrito de pompón, aparte del gris del vestido de nombre de “ mi amiga”, lo tenéis en mostaza, precioso. La capota, divina para las pequeñas, el gorrito de punto con lazo, tiene un “toque” chic que me priva , el gorrito de crochet con flor, etc, etc…

Y no os olvidéis del cuello imitación a visón en gris claro. Es ideal y os digo que lo último de lo último. Claro que puede quedar repolludo, como de mayor, pero queda divino con un vestido de Lan Fairy. Ni más ni menos.
¿Por qué seré tan tajante? Ayyy, en eso, he salido a mi madre y no lo puedo evitar. Ya sabéis que con la edad, todo se acentúa. Es que ni sé, ni quiero mentir. ¡He dicho! jajaja.

Bueno Mónica, un auténtico placer, como siempre, y ya me dirás algún día cómo inventas tanta maravilla… Ya te acordarás de mí cuando estés como Don Amancio Ortega… Tiempo al tiempo.
Nunca se sabe… y esto, jamás pasará de moda, así que sigue por este camino que vas directa al estrellato.
Un beso de color de rosa
Me encanta. Maravilloso