
¿Qué tal lleváis la semana? Este año, de momento, el calorazo tremendo aún no ha hecho acto de presencia. Aquí hace una brisita jamás soñada… Casi ni me lo creo. ¡He ido con un vestido de manga larga esta mañana!
He pasado calor, pero me lo he puesto, porque era un calor soportable. El año pasado no recuerdo ni tan siquiera haberme puesto mangas…

No sé lo que nos deparará el próximo mes y me temo lo peor. Pero bueno, mayo prácticamente ya está finiquitado.
Los niños, en plenos exámenes. Ayer, Almudena se quedó a dormir en casa de una amiga a estudiar “porque se concentran mejor juntas”.

Pero me llamó y ahí me veis, a las 12,30 de la noche, explicándole, qué sentí al coger un trozo del muro de Berlín que tenemos en casa, mis vivencias allí, lo que vi, lo que significó… ¡La matoooooo!

Un día me preguntó que si teníamos algún objeto histórico en casa y se me ocurrió decirle que un trozo del muro de Berlín (¿qué mejor cosa que esa, no?).

Pero lo que no sabía, es que la víspera, iba a tener que estar contándole mis vivencias allí, porque el examen era hoy. Os digo que Dios me de paciencia…
Y Pablo, en plenos exámenes, nada más comer se ha ido a casa de un amigo. Será para algún trabajo importante también…
Bueno, no me voy a poner histérica, que me conozco y se me pone un mal humor que empiezo a gritar y aquí no se salva nadie.
Mejor ir a lo nuestro, que se me endulza el carácter y todo el mundo está encantado cuando pasa ésto.
Hoy os voy a hablar de una marca, ya conocida por muchos, y que me encanta por su estilo peculiar, un poco hippie, nada puesto, original como nada y para mi gusto, con mucho encanto: LaBubé.

Ya os he hablado de ella para las Comuniones y Arras, realmente preciosas y, como os digo, peculiares del todo.
Pues ahora toca un poco de su colección de verano. De una cosa estoy completamente segura: Carlota Abril (su diseñadora), tiene clarísimo lo que quiere y lo que nos quiere transmitir, y eso vale millones.

Recuerdo (lo he contado mil veces) cuando la conocí y ella estaba empezando y yo acababa de abrir mi tienda. Los modelitos que nos enseñó eran impensables para Burgos en el año 2004. Y algunos, siguen siéndolo… Ella se reía y decía que había que modernizarse.

Mi amiga y yo mirándonos y pensando: “como llevemos esto a Burgos, nos lo comemos con

patatas”. El caso es que de bebé tenía unos conjuntos deliciosos de toile de jouy y fueron un éxito rotundo.

Poco a poco, ha ido evolucionando y de tanto negro que diseñaba al principio, ha pasado también a diseñar en otros colores.
Algunos me chiflan por su simplicidad, pero con unas buenas telas y cortes impecables. Algo que muchas seguís viendo soso, a mí me apasiona.

Otros, aún soy incapaz de ponérselos a una niña, pero reconozco que es original como nada. Y una vez puesto, según cómo sea la niña, puede quedar divino de la muerte.

Vamos a dejarnos de bobadas pero la niña y cómo sea, su físico, su personalidad, todo… hace mucho, pero muchísimo.

Bueno, os enseño un vestido monísimo para mayorcitas, romántico y encantador, que es el vestido Frunce Jaretas rosa. Ya veis, con las jaretas en el canesú, el corte que tiene, dejando la parte superior abullonada, con un aire más de mayor…

El rosa, no parece ni rosa de pálido que es. La tela, divina. Lo veo super elegante con unas bailarinas en el mismo tono. Delicioso y sin ningún tipo de misterio en la espalda, ni cordones, ni dobles puntillas, ni nada de nada… No las busquéis.
También lo tenéis en un azul verdoso precioso. El mismo. A elegir. Igual de bonito, de romántico y de todo. Sólo cambia el color y eso a veces, es peor. ¿A qué sí?

A mí me pasa. Me chifla una cosa, pero me la enseñan en otro color que me guste y ya tengo el dilema montado. Aunque, en general, me decido pronto.

Ya veis qué espalda tan bonita. ¡Qué ganas tenía de ver una espalda normal! Las jaretas, con las mangas de volantitos, el mismo abullonado en el cuerpo y atado por un simple lazo dorado. Es un vestido de niña buena, precioso, pero que hay que saber llevar y no llevarlo como una pánfila… El toque de las sandalias que le ha puesto Carlota, le va ideal para algunas niñas que yo me sé. Pero, si no os queréis arriesgar, bailarinas en el mismo tono.

Vamos con el mismo color, pero diferente diseño, para más pequeñas. Monísimo también. Una dulzura absoluta de vestido, con ese canesú con puntillas blancas, puntillita también en el cuello y mangas y el resto, suelto. ¡Super monísimoooo! Se llama vestido hippy.

Este mismo vestido, con una coronita de flores ideal y unas alpargatas divinas, sirve perfectamente para llevar las Arras en una boda. Y si ya les ponéis unas capotas de rafia a juego, el no va más… Me encantaría verlo, pero sé que le va a la perfección. ¡Qué estampa tan divina!
Lo que se puede hacer con gusto e imaginación. Y lo que se puede destrozar sin ellos… Perdonadme, pero aún tengo un poco de resaca de las Comuniones del sábado pasado.

Igualmente delicioso y en el mismo tono, el vestido de puntillas azul verdoso. Con un corte en el canesú y las mangas atravesadas por una puntilla blanca, al codo y rematadas por un volantito exquisito, también con puntilla, me parece de un gusto arrebatador.

Sin más adornos que la tela bárbara y la percha de la niña.

Fijaos también en la espalda y en la manga. Es todo puro romanticismo y delicadeza. Ideal también para una boda. ¡Que no hay que ir como vaca en ferias!

De nuevo, en ese rosa, medio rosa, medio nude tan exquisito, el vestido de puntillas. Ya lo veis, delicadas puntillas en el cuello, en el corte alto del talle y en los puños de las mangas al codo.

Idóneo con los complementos adecuados para cualquier evento.
Y lo mismo pasa con el vestido hippy beige. Me hace gracia que lo llame hippy, porque yo, de hippy no le veo nada. Pero nada. Tal vez, la falta de recargamiento y lo suelto…

Otra maravilla que os enseño también en detalle, para que apreciéis bien la puntillita tan rica que lleva. Ya sabéis que ideal también para una boda.
¡Fijaos si lo vemos diferente! Una lo llama hippy y otra (yo), lo veo hasta de boda. Estoy segura de que Carlota me entiende. Lo que pasa es que hay que poner nombres a los vestidos y ya está.

Os enseño ahora el vestido Jaretas flor suave. El típico vestido mono de toda la vida, clásico, con manguitas de volantes y un estampado de florecitas, en tonos suaves.

No imaginé cuando la conocí, que Carlota diseñaría este tipo de vestidos. No le pegaba, pero imagino, que después de tantos años, a una se le ocurre de todo y esta vez, ha querido darme gusto, jajaja.
Ya lo veis, no tiene más. Sólo el encanto, la tela y la sencillez del diseño. Y, con perdón, repito que yo se lo pondría con bailarinas o alpargatas al tono.

Y otro muy similar: el vestido Jaretas flor Cítricos, más

intenso en los colores de las flores, que son coral y azules. Es impresionante de bonito el estampado. Me gusta más que el anterior, ilumina más la cara y favorece más en general.
Precioso para cualquier día, con unas alpargatas coral o azulonas, por ejemplo… El detalle del vestido, aquí lo podéis ver más de cerca y fijaos en lo bonito que es. ¡Me priva! Ayyy Carlota, que de momento, me gusta todooooooooooo.
Sigo con unas blusas impresionantes de bonitas. Románticas, como de otro siglo, del XIX… ¡qué más quiero yo!

Son éstas: la blusa ranglan con lazo negro y la blusa ranglan con lazo brillo.
Idénticas, de lino blanco, y ya véis, no sólo es que no tengan manga, sino que se mete para adentro de una forma colosal para llegar a un cuello subido y rematado con una puntilla blanca preciosa.

Después, como veis, la una, con el lazo en negro y la otra, en dorado. Con una falda, tal y como la llevan, van perfectas. También con un pantalón pitillo para darle el toque de romanticismo. Me pirran.

Carlota está inspirada. ¿Qué tendrá Carlota? Jajaja. Pues mucho gusto y muchas ganas de diseñar es lo que tiene.
Y para colmo de gusto, la camisa faldón, una delicia que hacía tiempo que no veía. No la describo. Mejor la veis. Sólo digo que con esta camisa, ya estás vestida. No necesitas grandes cosas. Ella habla por sí misma y dice todo.
A la falda, al pantalón, a lo que quiera que lleves. Es un sueño de camisa. Sé que algunas (vamos, que todo lo tuviera tan claro) estarán pensando que estoy chiflada, que qué demonios le veo a esta camisa. Yo, mejor, calladita.

Otra delicatessen de Carlota: las capitas. Me chiflan como complemento de un look. La capita rosa (qué rosa) con lazo grana o la verde (qué verdeee) con lazo brillo.

Me da igual la una que la otra. Son coquetonas y como os digo, “una pieza” que aporta detalle, femineidad, gusto, vamos, que me pirra también.

Monísmas con una camisa blanca como veis. Llevando todo a juego y bien complementado, la niña va que da gloria y también con un simple vaquero, le da el toque diferente y romanticón.
¡Bárbarísimasssss capas!
Y de las capas, pasamos a los jerseys, tan especiales también. ¿Por qué van a ser unos jerseys corrientes y molientes pudiendo diseñar estas monadas? Yo también lo haría.

Son hechos a mano y ya veis que todos llevan el volante a tono, monísimo, en el cuello, en la manga al codo y en el bajo.
Tienen un estilazo único y sólo tenéis que pensar qué color os gusta más, cosa difícil también. Porque ha logrado unos colores increíbles, ya que, yo, que no soy de rosas, lo veo cañón.

El verde, delicioso y super combinable con toda la gama de los caquis y los beige. Me chifla. Y el gris de arriba… casi me quedo con él. Tan pálido en contraste con el gris del volante, me parece chiflante. Ideal para todo y superior con un pantalón blanco o vaqueros.
Vamos, que me da igual cualquiera de los tres. De verdad, no me hagáis decidir.

A ver ahora, que vienen curvas… Me refiero a que os enseño un jersey que, a primera vista, yo no compraría: en lila y oro, con cuello de quita y pon de tul oro.
Pero he ido viéndolo y la verdad es que tiene su aquél… La niña es tan preciosa, que también hace mucho. El cuellote viste bastante, la verdad. Para alguna ocasión especial, es desde luego, súper original y sé que a muchas les encanta.

Me vais a matar, pero casi me gusta más cuando no lleva el cuello, jajaja… No, de verdad, la niña está hecha una ricura, pero no veo el momento adecuado para ponérselo.
Por eso os digo, a las más modernas, que, desde luego, mono es monísimo y original como nada. Es cuestión del estilo de cada una. Y hay que reconocer que Carlota ha tenido aquí una inspiración increíble porque nunca había visto nada igual.

¡Adelante, si tenéis una niña que lo sepa llevar con gracia! Y como digo siempre, si no es así, mejor ponedle uno normalito. Porque para que lo lleve como algunas que me imagino, mejor que no. Jajajaja… A veces hay que ser un poco mala.
Pero reconoced que se ve cada cosa que te quita la devoción…

Y el otro conjunto más arriesgado es el de falda de tul oro con jersey rosa y oro. El color del jersey es divino, pero, lo mismo os digo, hay que atreverse con todo el conjunto.
Yo no lo veo para fiesta o no me gusta para una boda, por ejemplo. Lo veo más para un día normal de aquellas que sois más modernas.
Yo, con las faldas de tul, sigo teniendo un problema, que no sé cuál es, pero que no me terminan de convencer. Como os digo, no las veo ni de sport, ni de fiesta, sino un poco de modernas y es que no lo debo ser nada…

Pero que es mi gusto y mi opinión. Porque el caso es que a la niña, la veo divina, pero, ya estamos: ¿a qué niña le va este conjunto? Pues yo creo que a muy pocas.
Es como cuando una modelo de 1,80 de altura, presenta un vestido impresionante, pero dificilíto, es decir, que sólo a ella le queda de lujo.
Bueno, más o menos, así lo veo yo. A lo mejor estoy confundida…
Bueno, no me da tiempo a nada más.
Un beso romanticón
Pues yo debo ser de las modernas, porque me chifla el conjunto con dorado y el cuello exagerado de tul y me imagino a mi Pilarica ideal con él y con lo presumida que me ha salido la niña lo llevaría con una seguridad tremenda. Es súper especial.
No me puede gustar más LaBubé. De hecho mi hija vistió en la comunión un vestido divino de esa marca.
Aránzazu, si yo veo a la niña ideal, pero sé que si me dan a elegir, elijo cualquiera de los otros… Sólo veo monas a niñas con estilazo con estas cosas. Yo soy más de lo de siempre, qué le voy a hacer… Un beso!