
¿Cómo estáis? ¡Por fin verano! Yo estoy sudando como un pollo y además, sé que las del norte, aún estáis con chaparrones.
Pero todo llegará. Además, estáis más que acostumbradas y os gusta, aunque un poquito de calor, también viene bien, ya lo sé.
Yo he ido toda mi vida al norte, y cuando llovía tres semanas seguidas de un mes… Pero ya me lo sé, y me encanta.
Y ni me importaba antes, ni me


importa ahora. Ya sé que soy de las pocas.

Ahora mismo, estoy con un ventilador y en dos días, ya pondremos el aire acondicionado. La piscina la abren mañana. ¡Calorazo en Madrid!


Juan me dice que en Barcelona hace muy bueno y el sábado pasado, ya estuvieron en la playa. Así que, poco a poco (este año tarde), vamos estrenando y luciendo moreno.

Os agradezco mucho la enorme cantidad de fotos que me habéis mandado de las Comuniones a todas las que os aconsejé alguna cosa y la comprasteis. ¡Todas estupendas!
Ahora estoy más inmersa en las bodas.

Después dicen que la gente no se casa, pero a juzgar por todos vuestros mensajes, veo que no es así.
Poco a poco, los voy contestando y las de septiembre, ya podéis apresuraros, que para los niños, agosto no es hábil y casi no podréis encargar ya nada.
¡Qué bonitas son las bodas con niños de arras! Vamos, cuando son bonitas…

Con algunas, más bien dan ganas de llorar. No ya por los niños, sino en general.
A veces, le digo a mi marido: ¿Pero para qué escribiré un blog si tengo que ver esto?
Sé que peco de intransigente, pero hay cosas que deberían estar prohibidas, de verdad.

Hoy, no hablo de ninguna marca. Hablo de la ropa que me pirra, la que me ha vuelto loca de toda la vida y, que por desgracia, escasea, tanto en las tiendas como en la calle.
Me da exactamente igual la gente que dice que ya están pasados de moda los nidos de abeja, los vestido liberty, los frunces, vamos, lo bonito de toda la vida de Dios.

Es que ni los escucho, porque ¿para qué? ¿Para terminar riñendo?
Es mejor callar y que piensen lo que les de la real gana. No tienen ni idea, qué se le va a hacer.
Pero me encanta cuando me preguntáis por cosas de éstas, que si lo venden en tal ciudad,

que os gusta llevar a los niños así…
¡Disfruto como una niña de pensar que aún queda gente con clase, con un gusto exquisito!
Y hay muchas más de las que creemos, os lo aseguro.
Lo que pasa es que estamos muy dispersos por la geografía española.
En La Oca Loca, una de las tiendas de mi vida, podéis disfrutar de la excelencia en el vestir de los niños.
Su ropa va más allá de cualquier marca, está a otro nivel, digamos.
Todo es hecho a mano y exclusivo para cada cliente.
Nidos de abeja, piqués, batistas, puntillas, hilo, pana en invierno con sus bolsillitos, franelas, cuellos smoking, pantaloncitos con tirantes y blusitas de nidos a juego, abrigos de estilo inglés, zapatitos… También las canastillas más deliciosas para los bebés, y todo lo más bonito del mundo.

Está claro que hay marcas muy bonitas, pero como lo artesanal hecho con sabiduría y buen gusto, no hay nada. Una tienda que no es barata, por supuesto. Semejantes maravillas se cobran porque lo valen.


No es como algunas marcas que rápidamente han subido, no se sabe por qué, y te cuestan un ojo de la cara y cuando lo ves bien, no tiene nada.

Un vestido de crepe o de lo que sea, sin gracia ni estilo y te cobran ciento noventa euros mínimo.
Eso, cuando no es mucho más. Y no voy a decir nombres, porque la última vez saltaron chispas.

Pero a mí no me engañan. Me da pena cuando alguna de vosotras me dice: “es que lo compré en tal sitio” (carísimo) y os creéis que eso ya es garantía de que los niños van a ir de cine.

De eso, nada de nada.
Vale más algo que no sea tan caro, pero con buen gusto, y después, el cómo se lo pongas y los complementos, que los doscientos y pico euros que os gastáis en determinadas tiendas.

Después, veo los resultados (con los accesorios que les ponen y demás) y lo que os digo, me dan ganas de llorar.
Por eso, si queréis gastaros dinero para que los niños vayan hechos un sol y no quepa la menor duda de que van bien, “La Oca Loca”, es una de mis primeras opciones, aunque tengo más tiendas.
A los tres los he vestido allí (no toda la ropa, por supuesto, pero sí mucha) y han llamado la atención.

Claro, que a mí, esto de la moda infantil, como podéis comprobar, me priva, me super chifla.
Entiendo que algunas piensen que se me ha ido la pinza. Pero no. A mí siempre me ha compensado. Siempre.
Lo que pasa es que, claro que hay que molestarse y buscar los complementos para que vayan perfectamente con los conjuntos, etc.

Yo me venía desde Burgos siempre y tardaba un buen rato pensando cómo coordinar a los tres, de manera que Juan no fuese muy infantil…
No es fácil. Sólo hay que tener un poco de idea y que te compense, que es lo que no le debe pasar a muchas.
Dicen: “bueno, en la tienda de al lado, hay cosas monas”.

Y después, la catástrofe. Pero a ellas les da igual.
Y a mí, una rabia horrorosa el ver a niños preciosos por la calle, vestidos hechos un cuadro. Miro a las madres con cara de asesina, jajaja.
Además, cuando aparecen tres o cuatro niños vestidos iguales, ya se nos va la vista detrás.
¿Sí o no? Y eso sin que vayan exquisitos.
Pues imagináos con estas maravillas que os estoy enseñando.
Ver a unas niñas con vestidos de mil rayas y nidos en verano o con vestidos de franela o pana, perfectamente conjuntadas, ya es la bomba. Lazotes en el pelo y abrigos o trencas clásicas, lo más.

Por eso, tiendas como Friki, La Oca Loca, El Columpio (para bebés), pueden cobrar lo que quieran, porque lo vale. Así de claro. Y el que no lo entienda, evidentemente, no se lo gasta, porque le parece una barbaridad y un gasto inútil.

A mí me parecen gastos inútiles otras cosas, como os digo siempre. Casi todo lo que les gusta a los “nuevos ricos”, que me evito decir lo que es, porque no quiero ser una “busca bullas”, como me llamaron una vez. Jajaja…

Madre mía, ¡lo que digo para llevéis a los niños bien vestidos! Me van a linchar…

Me encantan aquellas que, no pueden gastarse lo que cuestan estas cosas, pero se preocupan en llevarlos monos, como os digo, con cuatro duros y mucho gusto. Éstas también son de las mías.


Bueno, menudo soliloquio que he soltado.
Me ha salido así de corrido, sin pensar, y ahora, no tengo sitio para explicar todo lo que os iba a enseñar.

Pero, casi mejor, porque, quiénes al ver las fotos, no lo entiendan, sobran las palabras.
A las demás, que lo disfrutéis y llevéis a los niños de confitería, que es como se lleva a los que visten en «La Oca Loca”.
Espero que la tienda dure muchísimo tiempo más. Yo conocí a su dueña, que aún vive.
Ya es muy mayor y no puede atenderla, pero siguen Miriam, su hija, a la que hace poco me encontré en la graduación de Almudena, Lola y compañía.

Un equipo de diez. No me extraña que los famosos de este país (sólo famosos con gusto) vistan ahí.

Por ejemplo, los niños de Miranda y Julio Iglesias, más no me pueden gustar y no será por lo mucho que varían de modelo.
Tanto Miranda como Julio nos dan lecciones a diario.
Ella, con su clase infinita y casi siempre con una camiseta y un pareo, salvo excepciones y él: sota, caballo y rey. De blanco en verano y con traje idéntico para todas sus apariciones públicas y actuaciones.

¡Y eso que están forrados! ¿Qué mejor ejemplo que éste? ¡Chapeau por ellos!
Un beso alocado
Hola Eva,aun estoy hiperventilando con las fotos que nos has puesto.Pienso igual que tú, a mí me da una pena tremenda ya no tener bebé y cuando veo alguno me entra una envidia…….pero también cuando veo alguno mal vestido(según mi gusto) me entra unas ganas de echarle la bronca a la madre……jajajaja.
Aunque es pronto decirlo ,que Dios nos mande muchos nietos para poder vestirlos como a nosotras nos gusta,con permiso de las madres,claro.(jajajaj)
un beso fuerte.