
Y después de la tormenta, llega la calma. Madrid parece que, poco a poco se va recuperando de esta nevada histórica, que yo creo que todos hemos acogido con un poco de alegría y no lo hemos visto tan catástrofe.

Los niños y más jóvenes la han disfrutado bien. Guerras de bolas, miles de muñecos en diferentes posiciones, gente esquiando en medio de la Gran Vía, y algunos con el trineo y sus perros.

Ya veis, la paradoja de estar todo cerrado… y, sin embargo, se ha juntado muchísima gente sin guardar en absoluto la distancia de seguridad. ¡Ayy madre, no sé cómo terminará todo esto!

Estamos en un mundo raro. Y Luis, se lo ha perdido. Le hubiera gustado todo, absolutamente todo, porque absorbía la vida de una manera increíble. ¡Vivíamos cada segundo!


Me invade una tristeza infinita. Nadie lo puede entender bien. Van a cumplir once meses de su muerte y aún no lo asumo. Él no aguantaría, no soportaría verme así, pero así estoy y punto.

No quiero amargar a la gente, así que, procuro no quedar con nadie, estar sola… Sé que no es la forma, pero no me sé la fórmula para intentar ser feliz. No soy fuerte para algunas cosas.
Hoy no voy a dedicar el post a una marca especial, sino que lo voy a considerar como el pistoletazo de salida (en pleno invierno) para las ideas de novias e invitadas.

He cogido modelos de aquí y de allá, fotos de algún vestido que me ha encantado, etc.

Me da la impresión de que me repito, pero es que siempre sois diferentes las que me lo preguntáis, así que yo, encantada, haré todo lo que pueda al respecto.
A pesar de la maldita pandemia, las novias están igual de ilusionadas y hacen bien. ¡Hay que vivirlo todo como si no hubiera un mañana!
Ya sabéis que soy más bien clásica en lo que al vestido de novia se refiere.

Si bien, algunos diseños especiales me han llamado la atención y si os veis con tipo y seguridad, estaréis monísimas con algunos de ellos.
Blanco o marfil, sencillo y sin muchos bordados, sería mi idea. Pero después, te quedas atontada admirando alguno que no tiene nada que ver.

Y es que, cada novia es un mundo. A cada una, le sienta bien una cosa. Por su tipo, por su carácter, por su filosofía de la vida, etc.
Y con las invitadas, ocurre lo mismo. Ya sabéis que los pamelones son para bodas de día exclusivamente y que el protocolo manda no quitárselas hasta que comienza el baile nupcial (a menos que sea tan grande, que impida sentarse a alguien de su mesa).
Trajes o vestidos cortos o midis es lo ideal para el día. Y vestidos largos y exagerados, si se puede, por la noche.

También tocados deliciosos y recogidos de ensueño. Me encantan los looks bonitos, tanto de día como de noche, si bien, prefiero las bodas de tarde-noche.
Tienen más encanto. Para mi gusto, claro. Soy noctámbula perdida, desde siempre.

Para acertar, es fundamental conocerse bien a sí misma y saber, por ejemplo, que, aunque te encanten los fruncidos, si tienes mucho pecho, pues te quedarán mal.
Si tienes las piernas y brazos extremadamente delgados, los vestidos minis y los vestidos palabra de honor, no serán tus mejores aliados, etc.

Lo digo, porque, aunque parece obvio, aún veo a muchas invitadas que llevan “tal cosa” porque se lleva y no porque les favorezca a ellas. ¡Craso error!

A mí me encanta la moda y la sigo. Pero si lleva muchísimo algo y a mí no me sienta bien, no me lo pongo ni de broma. Ir “a la última” me parece absurdo.

Puedes ir ideal sin necesidad de seguir todo lo que se lleva en ese momento. ¿Qué opináis?
Hace mucho que no tengo bodas a la vista. Y, ahora, sin Luis, me apetece cero patatero. Ya os dije el otro día, que, espero que Juan no se case este año aún. No sé. Y lo mismo digo de Paloma, mi sobrina. Ella lo está deseando, pero los tiempos no están para echar cohetes…


Recuerdo con especial ilusión las bodas de mis primas, en San Sebastián; la boda de mi primo y ahijado, en Cartes (Cantabria) y la boda de mi prima Isabel, en Santillana del Mar…

Todas, espectaculares y con vistas deliciosas. Siento si son todas en el norte, pero os aseguro que he estado en bodas casi en todas parte de España, y para mí, como el norte, poco.

Eso no tiene nada que ver con que me guste toda España. ¡Si en Almería, que no me gustaba nada, he pasado algunos de los mejores veranos de mi vida! Nunca se puede decir nada…

Pues ya veis los modelos que he elegido para el post de hoy. Todos me gustan, por supuesto. Esto es un aperitivo para todas las que ya me estáis preguntando por el modelo de invitada. Poco a poco, os iré poniendo muchos más. Aún es pronto…


Es increíble las ganas de fiesta que tenéis todas… No me extraña. ¡Menudo año que hemos pasado y lo que vieneeee!

No os olvidéis que jamás tenéis que llevar brillos. Dejadlos para Nochevieja o fiestas de noche. No lo confundáis con bodas.

Tampoco se permiten los vestidos a juego con el chalecito y mucho menos si son un poco brillantes… ¡horror! ¡Y no sabéis la cantidad de gente que sigue apostando por ello!

Veréis que hay vestidos rojos exagerados y es que para las jóvenes, si tienen “un poco de gusto”, hay maravillas. Y más, si no tienen ni chicha ni limoná. Es decir, planas por todos los lados. Jajaja…
Si me está leyendo Charo, se estará riendo de “las lisas”… ¡Qué tiempossss!


Conocer las normas básicas de protocolo para las bodas, no sólo te ayudará a ser la invitada perfecta, sino que también te permitirá desenvolverte con mayor seguridad y te hará sentirte mucho más cómoda a lo largo de toda la celebración. Cuestión de actitud y confianza…

Para estas bodas de tarde-noche, podéis optar, como os he dicho, por un vestido largo o por uno de cóctel. Muchas me preguntáis que qué exactamente un “vestido de cóctel». Se caracteriza fundamentalmente por su corte a la altura de la rodilla o un centímetro por encima o por debajo de ella

También puede usarse en bodas de día, junto al vestido corto, si bien los diseños y colores serán menos atrevidos para las bodas de tarde-noche.

No os quiero liar mucho, pero todo esto del protocolo, es un mundo.
Ya sabéis: no ir de blanco jamás y yo también evitaría los colores demasiado vivos para las bodas de noche. Dejémoslos para las de día mejor.

Intentad evitar también el color negro. Es un color súper elegante, pero no me gusta para las bodas. Si optáis por él, combinadlo con otro color, o en los complementos.
Los tocados, ideales para las bodas de tarde, aunque, ya sabéis que no os lo podéis quitar hasta que finalice, por lo que lo tenéis que tener en cuenta si no estáis habituadas.
Si no os sentís seguras, hay diademas y horquillas preciosas.

El bolso, siempre de mano, tipo clutch. Combinado con el tocado o zapatos, bárbaro. Ya sabéis que cabe los justo: el móvil, la barra de labios y un pañuelo.
Para el día, los zapatos de media altura o incluso planos para aquellas a las que les sienten bien.

Y de noche, siempre tacón alto. Estiliza muchísimo las piernas y luce todo más, si bien, también hay que saber llevarlos. Yo, es como si hubiera nacido con ellos…


Medias, siempre. Incluso en verano. Y eso que no me hacen mucha gracia en esta época, porque me parece que desluce el modelo muchas veces. Yo me salto esta regla del protocolo cuando quiero. Soy morena y con sandalias, me espantan las medias.

En fin, podría estar horas y horas, pero tengo que terminar.
Lo más importante es que es el día grande de la NOVIA y no hay que quitarle el protagonismo, ni intentar eclipsarla.
Tess me mira desde el sofá. ¡Qué le importa a ella el protocolo, si siempre va elegante!
Un beso de sí, quiero.