
¡Deprisa! ¡Deprisa! Estos días todos andamos así. Es lo típico. Cenas de trabajo, regalos de última hora, compras y más compras. De todo tipo.
Pues mira, yo, esta semana que me lo he ahorrado (después vendrá todo de golpe), porque llevo en la cama desde el domingo con fiebre.
Hoy no tengo, pero tengo el cuerpo como si me hubiera pasado una apisonadora por encima. La gripe no perdona y el lunes, me sentí morir. Hasta deliraba…

Me estoy cuidando sin salir, para poder ir a Burgos y celebrar con todos la Nochebuena, pero me parece que mañana va a ser un día movidito en cuanto a compras se refiere.

En fin, imagino que todas andaréis parecido. Que si comidas, cenas, que qué me pongo, que estoy gorda, que no me pega… Es todo lo que se oye estos días.

Vamos, lo de siempre por estas épocas.

Y aunque estéis todas tan ocupadas, me paso por aquí, porque ya estoy mejor, y porque hay madres que me siguen pidiendo que hable de Comunión.

Mirad, al final hablaré de las marcas y trajes que dentro de un orden, pueden ser más o menos de mi gusto, así que todo el mundo tranquilo.

Lo que pasa es que, las

que ya me conocéis, sabéis que soy enemiga número uno de lo excesivo, lo rococó, lo repollo, lo “demasidado recargado”.

Como la sencillez y la clase, no hay nada y sé que soy pesada, pero muchas madres, en el día mágico de sus hijos, dan el cante y lo fastidian, pero bien.

¡Además del dineral que le ha costado todo! Pero ellas, felices, pensando que su retoño ha ido el más guapo del mundo entero.
Entonces, me pregunto: ¿por qué me preocupo tanto? Y siempre me respondo lo


mismo: porque no soporto ver a los niños disfrazados y creo que voy a salvar al mundo del desmadre en el que se han convertido las Comuniones. ¡Ilusa!


Y aunque ya sé que no, pues me quedo más tranquila.
Y además, recibo mensajes cariñosísimos de madres con un gusto similar al mío, que me supone un bálsamo total y una satisfacción como no os imagináis.
¡No estoy sola en el mundoooo! Jajaja, hay que tomárselo con humor, porque si no…
A mi me darían los siete males de algunos gustos que hay por ahí.
Voy a ello: Hoy nos toca “ Petritas”, la marca que ha sabido que el menos es más, que las niñas son niñas y que la sencillez y la elegancia son dignas de la portada de la mejor revista del mundo, muy lejos de los vestidos tan trabajados, decorados, almidonados, encorsetados y todos los “ados” que se os ocurran.

Vestidos con los que no te arruinas y además, llamas la atención por no ir a un baile de Cenicienta buscando al príncipe azul.

Vestidos de ensueño, a los que puedes acompañar con los complementos más bonitos del mundo. Precisamente por eso, por su sencillez y elegancia.

Y así vais viendo sus diseños, algunos clásicos de siempre, y otros, incorporados este año, pero todos deliciosos, sencillos, cándidos…

El de plumetti beige con tul, de una delicadeza increíble. El plumetti siempre es sinónimo de sencillez, de buen gusto; las bandas nude y rosas aportan romanticismo, pero entero en beige o en blanco, también es una maravilla.
Sinónimo de serenidad, de inocencia, relajante…. Podéis adoptar un look monocolor y arriesgar o combinar con complementos dulces. En los dos casos, con estos vestidos, no hay fallo posible.
Aquí lo tenéis en blanco entero. ¿No es divino? Con corona de flores blancas y bailarinas a juego, destaca por su sobriedad, su encanto, su estilo…

Mirad el de plumetti blanco con “alas”. De nuevo, el sello de esta marca, reluce como nada. Precioso, con banda rosa pálido y coronita a juego. Podéis ponerle las bailarinas de la marca o incluso otras más pomposas, ya que la delicadeza del vestido, admite todo.
Pues ver a una niña así, qué

queréis que os diga… Para mí, es mucho, dado lo que tengo que ver todos estos años. ¡Dios mío! Mejor, me callo.

Ideal y romántico total, el vestido Candela, de viyela, con tejido de hilo, plisado en el pecho y puntilla de valencien. La lazada, de encaje blanco también. Una niña de las de antes, de blanco níveo, que simboliza la inocencia en uno de sus días más especiales.

¡Bárbaro el vestido! Me recuerda a las sábanas de hilo que tiene guardadas mi madre como oro en paño. Con can can, irresistible del todo.

Maravilloso el blanco de piqué (así lo llevó Almudena) con organza de plumetti. Ya veis que no es largo del todo, sino que acaba en el tobillo con un delicado volante.

Otra joya para ese día. Yo le pondría una buena corona o lazote y unas alpargatas de morir en beige o nude. ¡Da el campanazo la niña!
Claro, para mí y para muchas. Otras, ya sabemos que lo verán una sosería. Esto sobra decirlo.


Y otro clásico encantador, también en blanco, el vestido de jaretas anchas, plisado. Sobrio, elegante, sencillo. Admite los complementos que quieras, como una banda ancha llena de encanto con flores, coronas, alpargatas… Eso tiene de bueno lo sencillo, que jamás vas recargada ni fuera de lugar.

Del de tul bordado con manga corta, poco hay que decir. Sólo mirarlo y pensar cómo se lo pones. Es tan bonito así, que da pena añadir nada.
Pero con buen gusto, se pueden hacer virguerías con él. ¡Pensad! Puede ser monocolor o darle más vida.
Más tules con esta joya: plumetti blanco y tul rosa.

La delicadeza del nude lo hace insuperable. Está ideal tal cuál. No añadiría nada. La coronita de flores pequeñas le va como anillo al dedo a la monería del vestido, guardando una armonía deliciosa.
El vestido de sarga con plisado, otro clásico de la marca. Ni más ni menos que lo que veis.

Yo a este le pondría una buena corona de flores grandes. Lo pide. O a mí me lo pide. El vestido es tan ideal y sencillo, que hay que complementarlo con algo que llame igualmente la atención por su buen gusto.

Una corona de hortensias preservadas es mi favorita, aunque también puede ser otro tipo de flor, claro….

De nuevo, más tendencia a la sencillez con esta maravilla de vestido de canutillo mini en blanco. Fue seleccionado por la revista Vogue en su especial Comunión de 2014 y los años no pasan por él.
¿Veis a lo que me refiero con no disfrazarlas? En las fotos, esta niña siempre se verá perfecta y no víctima de las tendencias de ese año.
Maravilloso. Recomiendo can can y unos buenos complementos y será casi perfecto, por no decir perfecto del todo.

¿Por qué seré tan tiquismiquis con lo bonito y la clase? No puedo con los nuevos ricos y los niños que van como si fueran a ganar algún premio. Se nos está yendo de las manos esto de las Comuniones, además del malísimo gusto reinante en muchos sitios. Lo siento, soy así de clara y por eso, sé que tengo críticas, pero para eso es mi blog y escribo lo que siento en cada momento.


El de topitos, otra joya que muchas no entenderán. O a lo mejor sí y me llevo una alegría. Combinado en cuerpo de piqué de canutillo beige y falda en topitos de piqué, no puede haber niña más bonita ni más apropiada. Lazada de encaje, también en beige…
Yo le pondría un tocado de encaje beige que se me está ocurriendo y unas alpargatas divinas a juego. ¡Bombonazo en el altar!
Los detalles, los pequeñísimos detalles cuentan muchísimo.


Y ¿hay algo más bonito que un look clásico sin perder el diseño de actualidad? Pues eso es lo que tiene este vestido de jaretas estrechas, precioso, con can can, para darle volumen.

De nuevo, un canto a lo sencillo y a la niñez, que es lo que debería ser en todos los casos. Melena suelta, una corona en tostados y alpargatas a juego, sería fantástico. ¡Otra preciosidad de Petritas!

Cuando se tiene buen gusto, se suele tener para todo, así que confío en que si elegís uno de estos vestidos, haréis una buena elección con los complementos.
El adamascado beige, otra monería. La tela es fantástica, a lo que se le añade el encanto de esta banda un poco rústica y las bailarinas doradas.

Monísimo, el de plumetti blanco con manga de tul. Los complementos, como más os guste, pero sencillos. El color le irá bien sea cual sea, siempre que haya armonía en el conjunto.

También con can can y la niña irá preciosísima.
Y uno de los nuevos modelos, digamos el modelo “estrella” de la temporada es este colosal vestido beige con manga campana de tul de plumetti, al igual que la lazada que lleva.

Super coqueto y encantador, algo más innovador, pero sin perder nada de la sencillez y clasicismo que caracteriza a la marca.
También lo tenéis en blanco. ¡Divino en cualquier color! El tocado o coronita, aquí se lo pondría con flores pequeñitas. ¡Chapeau!
O esta otra maravilla, el vestido de tul bordado con “alas”.

El tejido es de sarga y tul bordado entero y queda espectacular con la lazada también de tul y por supuesto, con can can.
El peinado, como siempre discreto, mono, armonioso, en tonos dulces, a juego con las bailarinas o alpargatas.

Absolutamente fantástico, este otro modelo nuevo, el vestido de plumetti beige de manga corta con volantes en vertical.
¡Cómo es! ¡Me priva pero de morir! ¡Qué gozada ver a una niña así el día de su Primera Comunión! Ni me lo creo…
¿Qué os parece un sencillo lazote de raso para el pelo, igual que la banda?
Y otra sencillez convertida en maravilla es otra novedad: el vestido de plumetti blanco con escote en la espalda.

¡Qué preciosidad de escote! Y qué mono queda con la banda en rosa…

Coronita con flores pequeñas y bailarinas rosas y el mundo es suyo.
Y termino, aunque tiene más, con este vestido de plumetti beige, bastante cerrado, elegantísimo y con tul en el cuello y en los puños.

La sobriedad, elegancia y buen gusto han quedado demostrados con creces en todos y cada uno de los modelos.

Ahora, manos a la obra con los complementos, y el resultado puede ser “brutal”. La base ya la tenéis perfecta y da la casualidad de que, al ser todos tan limpios y sencillos, el juego de los complementos puede ser mágico y el resultado, un sueño.
Os deseo una felicísima Navidad a todos y vuelvo enseguida con más novedades. Ahora, es momento de disfrutar de nuestras familias, de comilonas y alegría. Que la vida son dos días y a veces, menos…
Un beso inocente
Hola no entiendo insistes en que recibes críticas si no nombras nunca las marcas a las que te refieres que son pésimas, de vestidos encargados, etc.
Yo te leo y me gustas tu y tu buen gusto.
¡Hola Mónica! No te preocupes. Las críticas vienen de otros blogs y de gente que habla de moda, no de las lectoras. ¡Muchas gracias por tus palabrassss!