¿Cómo estáis? Espero que hayáis pasado un fin de semana genial. Aquí pasado por agua totalmente, todo el día jarreando sin parar.

Estoy un poco acelerada porque ha venido mi madre unos días a Madrid y como es hiperactiva, como mi hija, no descanso ni un segundo… ¡Ayyyy!  Entre las dos me vuelven loca…

He pensado que mis hijos me dicen siempre que para qué escribo estas cosas. Se lo intento explicar, que me encanta, me divierte, me satisface… no sé si lo entienden. Pero esta mañana una chica me ha mandado una foto de sus hijas vestidas de una marca que conoció porque yo escribí de ella… y me ha emocionado.

Como yo digo siempre: satisfacción personal. Parecía que hubiera diseñado yo los modelitos.

En fin, como voy a seguir haciendo lo que me dé la gana, pasamos al tema. Lo primero que quiero deciros, que os dará igual, pero lo quiero hacer, es que el nombre de

«Petritas» ya me encanta en honor a mi tía abuela, que vivió con nosotros toda la vida y que no pasa un día sin que me acuerde de ella. Era única y buena como nadie. Y sus croquetas de carne y su tortilla de patata no las supera nadie. Nadie. Y así se llamaba: Petrita.

Hoy os voy a enseñar una ropa con un estilo muy sencillo, con estampados pequeñitos de cachemir, florecitas… ¡una monada! Nada de estridencias ni cosas por el estilo, pero que a mí me encanta para cualquier día. No es nada arreglado, nada puesto, no tiene mucho misterio… Pero tiene “algo”. Como pasa con la gente que yo digo «ésta no es guapa, ni alta, ni rubia… pero tiene algo”.  Creo que sabéis a qué me refiero.

Hay personas que, para destacar, tienen que llevar cosas muy elaboradas o chillonas, no sé… algo por lo que llamen la atención. Si no, nadie las miraría.

Y hay otras, que llevan una monería simple y dan ganas de silbar. ¿Sí o no? Pues eso.

Los vestidos de esta marca realmente no tienen “nada complicado”, pero la diseñadora sabía; sí, sabía mucho. Vamos, que es sabia. Porque es una marca navarra que tenía varias tiendas en España donde poder comprar y hoy mismo ya se puede comprar online.

Me chifla que sea así, es decir que no tenga adornos, porque de esta manera, puedes dar rienda suelta a tu imaginación con los complementos. ¡Me encanta hacerlo!

Por ejemplo, el vestido topito nude. Para mi gusto, precioso por sí mismo. Lo combinas con gris: medias, lazotes, gorro, chaquetón o abrigo y queda espectacular.

Otro precioso es el vestido de

florecillas rosas: con todos los complementos en rosa empolvado queda también divino. ¡Haced la prueba! Y también está la camisa, monísima, para llevar combinados a los hermanos.

Ocres con celeste, caldero, nude… para todos los gustos. Seguro, seguro, que alguno os requeteencanta.

Y otro que es un poco más arreglado, y parecido a uno que tuvieron mi hija y mi sobrina, es el “Chorreras marino” y que lo hace año tras año. Las puedes llevar de “exposición” a cualquier ocasión especial. A mi prima, que tiene un bautizo, ya se lo he recomendado.

 

Han dejado dos para los eventos más importantes, que son maravillosos y en un color verde que me pirra.

Me parece un color super elegante para cualquier mujer (incluidas las niñas). Uno es un poco menos “arreglado” y otro más de ceremonia. Son el vestido «Cervantes terciopelo» y el «Fiesta de terciopelo».  Los dos de morir.

Las camisas son exquisitas. La “Cervantes india” tiene un estilazo que no se puede aguantar;  si sabes combinarla bien, triunfas.

También me encanta ,¡cómo no!, la de plumeti blanco. Es maravillosa y es que, cuando una camisa blanca es bonita, no hay ninguna que la supere.

Este año, en muchas colecciones aparece el color «agua marina”. Y a mí, que en principio no me hace mucha gracia, no hay nada más que verlo en algo bonito, que ya lo hace distinto.

¡Mirad como es la falda de cachemir en este color! Ésta me gusta para llevarla con los complementos en el mismo tono o también queda muy bonito con azul marino (a mí me gusta mucho más).

Y la cachemir gris es de un gusto… ¿Veis a la niña? Sencilla y encantadora.

No hablemos ya de sus sudaderas para este invierno. Éstas sí que son especiales y no sé con cuál de todas me quedaría. Bueno sí: con la de terciopelo beige. Pero es porque soy muy de este color para todo; aunque las otras dos son igualmente deliciosas.

La de «Capucha de conejo» y la «Marina zorro». Mira que se lleva el pelo este año, y ¡cómo queda en estas sudaderas! Si os digo la verdad, nunca lo hubiera

imaginado. Decidido: la beige para las morenas y las azules para las rubias. ¡Sobresaliente! Y con pantalones vaqueros o con los que son tipo de montar a caballo… ¡lo más!

 

Para los niños me encanta la «Camisa de raya beige»: simple y elegante y la «Escocés marino», con mucho estilo… si se pone bien conjuntada.

Y los bebés también tienen su sitio: unas camisitas simples y monísimas y braguitas ideales. Yo me quedaría (para variar), con la camisa de punto de aguja y braguita de terciopelo beige las dos. Bebés suaves y

dulces. ¡Ojo las demás son preciosas también! Aunque no son tan claritas, que os recuerdo que a mí no me gustan los colores oscuros para los bebés, al no llevar adornos quedan bebotes pero bebotes.

Quiero despedirme declarándome fan incondicional de lo sencillo; porque para mí, ahí está la belleza. Sencillo pero con… Ya sabéis.

Un beso simple pero con algo.