
¡Hola a todos! Aquí en Madrid, con ambiente festivo, ya que mañana es San Isidro… Bueno, yo con muchas ganas de fiesta no estoy con la maldita rodilla y el odioso calor y eso que hace menos que ayer… Pero horroroso.
¡Tierra sagrada donde yo nací! ¡Suelo bendito donde moriré!… No os asustéis, son unas frases del himno de Burgos, precioso por cierto, y al que en estos momentos de canícula echo en falta totalmente.

Con lo bien conservados que estábamos allí… jajaja. Ayer, mi madre me dijo que hacía bueno en la calle, pero que en las casas aún no había entrado el calor y que estaba durmiendo con la manta. ¡Aleluyaaaa! ¡Qué envidiaaaa! Y eso que mi madre es super calurosa, como yo.

Pero Burgos, es Burgos… ¡Gloria bendita en éstas épocas en las que yo ni vivo ni dejo vivir! Ahora mismo tengo el ventilador en plena cara, que si no, ni escribir, ni nada. También ahora entiendo la “fama” de vagos de los andaluces. ¡De vagos nada, simplemente es que no se puede trabajar con estas temperaturas! Yo me pongo totalmente de su parte. Ahora lo he entendido.

No os hacéis una idea del calor que tengo y de lo mal que lo paso. ¡Pero si yo soy del Polo! ¿Quién me mandó venir aquí? ¡Ayyy, por Diossss! Lo que hay que hacer por amor… jajaja, lo digo totalmente en serio.
Que me den el frío, con el que se piensa, se escribe, se lee y se trabaja mil veces mejor…¡El calor aplatana hasta el cerebro! Esta noche me he levantado cuatro veces a mojarme de arriba abajo. ¿Es normal? Pues no. Yo lo considero un malvivir.

En fin, como no tengo nada que me pueda aliviar nada más que el aire acondicionado (horrible por otro lado) “he ordenado” a mi marido ponerlo en nuestra habitación. ¡Pero ya!

Así, que si os parece, y dentro de lo que pueda, os voy a hablar hoy de una marca fresquita, encantadora y que está en el punto intermedio entre lo muy arreglado y el estilo informal absoluto.
Hablo de Kid’s Chocolate: a mí personalmente me encanta, porque sus conjuntos son ponibles, monos, prácticos, clásicos y para cualquier día. Con el punto justo de coquetería que yo creo que hay que tener. Es decir, hoy hablo de equilibrio. Ni pasarse por un lado, ni por el otro.

Yo he sido la primera que he cometido el error, de comprar a los niños, verano tras verano, ropa monísima y arregladita para que fueran los tres iguales, divinos de la muerte. Pero, como os he dicho más veces, al llegar septiembre, me daba un cargo de conciencia horrible, guardar modelos que tenían “dos puestas”, después de haberme dejado un dineral en ellos.

Y como de todo se aprende en esta vida (aunque sea tarde), he llegado a la conclusión de que no merece la pena. Todos nos ponemos de los nervios (bueno, las locas de la ropa de niños), cuando en el mes de marzo, empezamos a ver la ropita de verano. Nos entra un cosquilleo (a mí por lo menos) y compraríamos todo lo que vemos. Y de hecho, algunas lo hemos hecho.

Yo he llegado a comprar hasta tres o cuatro conjuntos diferentes para que los tres fueran iguales y arregladitos y ha sido un error. Con uno me había bastado y sobrado.

Quien no tiene un hijo que se va de campamentos, pues será que juega al fútbol, tenis, padel, etc… y la mayor parte del tiempo lo pasarán vestidos de deporte o en traje de baño.
¿Y cuándo los luzco yo? Eso me preguntaba siempre. Y he llegado a la conclusión de que, a las que nos gusta llevar a los niños monos en verano, pero sin excesos, a no ser que haya un evento importante, lo mejor del

mundo es que vayan cómodos, monos, estilosos, de todo… pero sin dejarte la luna a la hora de pagar.
Reconozco que hay conjuntos que quitan el sentido y las facilonas, como yo, caemos enseguida. Lo compramos al precio que sea para que nuestros niños vayan los más guapos del mundo.
Yo no critico a nadie porque ya os digo que soy la primera que lo he hecho. Y en el fondo, sigo pensando que fue por satisfacción personal y que iban totalmente de película; creo que lo volvería a hacer. ¿No hay gente que se gasta el dinero en un móvil o en una tablet? Pues yo, en ropa.

Pero, obviamente, van también monísimos con cosas asequibles de precio, ir iguales, todo lo que yo quería… Y por eso os hablo hoy de esta marca, que ya os presenté este invierno, porque lo tiene todo: coquetería, el punto justo de ir arregladitos sin pasarse y unos precios cañón.

Es decir, que os la aconsejo totalmente, porque, además, tiene cosas ideales, clásicas. Se quitan el traje de baño y… ¡tachánn! Monísimos en dos minutos.

Además, abundan los cuadros, las rayas y los lunares, es decir, lo que más me gusta del mundo. Como no podía ser de otra forma, van con las últimas tendencias, así que mirad el mono de mil rayas en azul tan precioso de esta niña. Con los tirantes en tela de flores, frunces en el canesú y corto, terminado en una especie de “pololos” con volantes. Precioso.

Y a juego con el niño, tan fácil como ponerle una camisa de manga larga de mil rayas a juego del mono y unas bermudas blancas. Estos niños así vestidos son los que me gustan. La camisa es divina y ¡qué pocos quieren llevarla! Aprovechad mientras son pequeños…

Chiflante de sencillo y coqueto, el vestido azul de lunares blancos, también de tirantes con tela de florecitas y frunces en el pecho. Clásico y favorecedor, aparte de sencillo y fresquito. Me encanta, es coquetón y la niña está de revista. El niño, monísimo con la

camisa blanca de cuello mao y abierta con tres botones. A juego, los pantalones cortos de lunares. Lo que os digo: aprovechad cuando son pequeños…
Otra monada es el vestido en punto blanco, con el detalle de lunares en el cuello mao, mangas y tapetita

delantera. Además, una pequeña puntilla. No me digáis que no es una pocholada y ponible. Con alpargatas monas, bailarinas…¡Ideal!

Y vamos con los cuadros, que tanto me apasionan. Los hay en dos colores: unos conjuntos en fucsia y otros en verde. Os enseño primero los fucsia: la tela del blusón de la niña es super preciosa, con cuadros en fucsia y azul, a juego de los

shorts fucsias. Divino con el cuello de volantes blanco y la espalda, que termina en uve con los volantes blancos rematados en una lazadota preciosa. Mirad bien el conjunto… Coquetón, ideal y practiquísimo para cualquier día. Y el niño, con la camisa de manga larga (se puede

recoger) en idéntica tela. Las bermudas en fucsia también. ¿Qué conjuntos no? Preciosos. Y favorecen una barbaridad.

No menos bonito es el otro color. Ya sabéis que eso es para gustos, o lo que te de más por ahí ese día, ya que yo soy más del azul y verde,

pero reconozco que con los fucsia están de muerte. Entonces, a lo mejor se los compraría fucsias porque con el moreno…
Bueno, pues aquí están en verde y azul: fantásticos también. Es que la tela es preciosísima. El mismo

blusón con volante blanco en el cuello y shorts verdes. Y el niño, la camisa en la misma tela con pantalón corto verde.
¡Hasta el conjuntito para el bebé igual! Me encanta, es una monería y el tono de verde es precioso.
El blusón blanco de la niña que veis en la foto con el niño de la camisa de cuadros, es otra monería. Fruncido desde el cuello y todo el canesú, con tira bordada, también blanca, en el bajo y en las amplias mangas cortas. Tiene muchísimo encanto y

es muy versátil a la hora de

combinarlo. Y coqueto y femenino como el que más. ¿ No os chifla? Me encanta su diseño.
No podéis perderos sus característicos polos (de una calidad buenísima, os lo digo por experiencia) y con los detalles en la tela de cuadros de antes. A juego, los pantalones verdes. Un niño monísimo de ahora. Sencillo y sin complicaciones, pero exquisitamente conjuntado.

Y la sudadera, marino, con los mismos detalles en los cuadros, completan el conjunto. Vamos, que te dejan al niño de cinco estrellas.

¡Me encantan los niños así! También tenéis todo el conjunto en la otra versión, es decir, con los detalles de letras y números en los cuadros fucsia, también ideal.

Otro mono corto irresistible, el blanco de plumetti. ¡Qué ganas dan de ir así de fresquita y mona! Con los frunces en el canesú y de tirantes, también terminado en
forma de pololos con volantes. ¡Me pirra! Todo lo blanco, ¡qué bonito es cuando es bonito! Fijaos cómo lo lucen estas tres niñas. Están de película.

Y también lo tenéis en vestido, de tirantes y más cómodo imposible. También los mismos frunces y la misma tela. Tú eliges.
Muy mono también el blusón de florecitas verdes y azules, con el volantón en el cuello para combinar con

los shorts verdes, en lugar del de cuadros. O mejor, compráis los dos, jajaja…
Y en estas flores, monísimo el conjunto

de bebé con capota y braguita. Las tres piezas, con volante de plumetti. Estará para comérsela. Monísimo es poco.

Y ¿qué os parecen estos vestidos fucsias con volantón de tres capas en el cuello? ¡Ayyy, que cosa tan monaaaaa! Un poco más arregladitos, pero para cualquier día, sientan de maravilla a rubias y morenas. Me chifla el cuello, con volante de flores, otro liso y otro de flores de nuevo. Y el resto, suelto. Ideal para bailarinas fucsias o alpargatas si las quieres llevar más informales.

¿Veis como en Kid’s Chocolate hay para cualquier ocasión? Excepto para un evento formal, con esta colección se pasa el verano que es una maravilla. Bonita, ponible y cómoda. ¡Qué acierto tiene siempre Victoria con su ropa! Sabe perfectamente lo que necesitan los niños y eso es exactamente lo que diseña. Y sabe que los padres no se quieren dejar una fortuna, y por esto tiene precios tan buenos, a pesar de su calidad.

Por cierto, a otra que no pude ver en FIMI, ya que no estaba en el momento en el que fui a su stand, pero me dijeron que enseguida volvería. La que no pude volver fui yo, que seguí y seguí hablando por aquí y por allá (y con 38 de fiebre). Espero verte en junio Victoria y ver las monadas que has preparado para el año que viene.

Seguimos con estos vestidos azulones, también monísimos y ponibles: con cuello de volante y también de manga corta, terminada en volantes. Sencillos, ya veis. El color azulón ya resalta bastante. Es un color de toda la vida que se llevará siempre. Es decir, se ha convertido en un clásico. También lo tenéis en blanco, precioso.

Y no me quiero olvidar de las sudaderas para niñas. En esto, Victoria es única. Ya os digo que son de buenísima calidad y mirad qué monada: sudadera blanca, con dos botoncitos y forro de la

capucha en tela de flores azules, al igual que el bolsillo canguro. O bien, con las flores rojas, igual de mona, con las letras de la marca bordadas también en rojo.
¡Qué partido hemos sacado siempre a estas sudaderas en el Norte! No os lo podéis imaginar… A cierta hora, sólo se oye: niños, poneros la sudadera que está refrescando… Jajaja, me río de acordarme. Allí siempre refresca, si es que no está fresco ya el día de por sí… Aunque no os creáis, que desde hace unos años, ya no hace tan mal tiempo.

Se está convirtiendo en un clima tropical… jajaja. Yo no quiero, porque así, va menos gente…
En bebés también tenéis coqueterías de conjuntos, como el blanco de plumetti: vestidito como el de las mayores, braguita y capota monísima.

Y en lunarcitos en color azul hay dos conjuntos igual de monos: el del blusón blanco, con cuello de volantes en lunarcitos y braguita llenita de volantes, y el conjunto de vestidito de tirantes en la misma tela y braguita a juego. Todos fresquitos para el calorazo y comodísimos, aparte de coquetones.

Bueno, seguramente me dejo algo, pero ya habéis visto más o menos el tipo de ropa de la que os hablaba. No os arrepentiréis nunca porque tiene una calidad excelente y habéis podido comprobar lo práctica y bonita que es.
Cuando me preguntan que qué es lo que más me gusta de un hombre, yo enseguida respondo: “el equilibrio”. Luego ya vienen otras cosas, pero me parece tan, pero tan difícil ser equilibrado en todo en esta vida…Mi padre era la persona más equilibrada que he conocido. Y mi marido también. No es por nada, pero es así. Y no sabréis nunca cómo lo valoro…

Pues con esa ropa me pasa lo mismo. Ni está en el extremo de la repolludez y emperifollamiento, ni en la de la ropa ramplona y poco detallista. Para mí, aparte de todo lo que he dicho de ella, tiene la virtud que yo más valoro: el equilibrio.
Bueno, no os quiero dar envidia, pero os vuelvo a recordar que mañana es fiesta en Madrid… y pienso tomar el sol con la manguera al lado… jajaja. ¡Qué calorrrrr!
Un beso justo en el medio
Me parece preciosa la ropa