
Hola de nuevo a todos. No he tenido ni ganas ni tiempo estos días de pasar por aquí, y hoy, dudo que termine.

Inevitablemente, me sale hablar de la entrevista que le hicieron ayer a Paz Padilla sobre la muerte de su marido, tan sólo hace un mes y medio…

Todo el mundo, en las redes sociales, está impresionado de cómo lo ha llevado y el ejemplo que ha dado. Y no me extraña.

Pero yo, que, como dice mi madre, siempre hago de abogado del diablo, me quedé pensando que no puede ser. Sencillamente, yo no puedo aún hablar de Luis, no puedo recordar nuestra vida sin que un llanto inconsolable me invada.
Por eso, no entiendo a esta increíble mujer. O no valgo para nada, o su amor no era igual que el nuestro. Repito, me es imposible pensar que está sufriendo como yo y que se lo tome así. Me da igual que sea de Cádiz o de Sebastopol.

Sé que la mayoría no estaréis de acuerdo conmigo, pero así lo siento. Y si su amor era tan verdadero y tan intenso como el nuestro, pues olé por ella. ¡Qué no daría yooo!

En fin, me dejó tocada la entrevista, aparte de otras cosas que llevo arrastrando desde que he vuelto de las “vacaciones”.

Sigo sola. Aún Pablo no ha venido. Lo está retrasando lo más posible y es que entrar en esta casa y empezar a llorar, es lo mismo.

Una casa que ha estado llena de felicidad, de amor, de TODO lo bueno y que ahora se nos cae encima, planta por planta.

Yo no puedo más. Necesito irme ya. Pero me queda tanto por hacer, tantos muebles, tantos papeles… Sólo rezo para que pase el tiempo lo más rápido posible, porque esto va a terminar conmigo. (Nati, no me riñas, poco a poco iré mejorando espero)

Y bueno, como esto sigue siendo un blog de moda, a ello vamos. Que basta que haya sido un año difícil para todos para que, al menos, a los que nos priva la moda, nos ilusionemos y entretengamos con esto. Es algo bueno, muy bueno en tiempos de tormenta.
Yo, por ejemplo, si no me quiero morir, tengo que hacer un esfuerzo titánico para apuntarme a alguna actividad que me apasione (no sólo que me guste), como la música, la escritura, etc y también a algún deporte que me deje soltar mi dolor, mi rabia, mi impotencia. Dentro de un mes, espero estar apuntada a alguna. (ya os diré)

Ya veis que os estoy enseñando las nuevas colecciones de Eva Castro. Porque, qué queréis que os diga… es una apuesta segura. Hay muchas que decís que siempre hace lo mismo, que siempre es igual, pero con diferentes telas. ¡Pues claro! ¡Es su sello! Nadie diseña unos bombachos como los de Eva Castro. Ningún bombacho sienta como los suyos. ¿Para qué va a cambiar? Sería de bobos.

¡Anda, que sí que se esfuerza mucho la marca Lacoste! No tengo nada en contra de ella. Es más, me gusta. Pero sólo cambia el color. El cocodrilo es siempre el mismo. ¿O no? ¿Es que ahora viene un búfalo y no me he dado cuenta? Porque tal y como estoy, todo podría ser…

He hecho una parada, porque me he ido al pinar con Tess a andar.

Últimamente, es lo único que me relaja un poco y además, ella disfruta tanto… Pero hoy se ha rebozado en caca (le chifla) y se ha puesto perdida. Nada más llegar, la he tenido que bañar y frotar bien y me he enfadado mucho. Pero enseguida, he pensado en Luis. Cuando lo

hacía con él, no tardaba ni dos segundos en perdonarla. Y pues, a llorar…

En fin, sigo mal y sólo pretendía poner colorido. El colorido tan ideal que como siempre nos presenta Eva Castro (las Evas somos únicas), los jesusitos, los conjuntos de niño, con los que están comestibles. Si no te vuelves a mirar al niño del bombacho Ava cuando pasa por tu lado, es que no eres humana, jajaja.
Cualquiera de las colecciones es divina,

pero la Ava es mi favorita y es que, cuando unos cuadros son bonitos, es lo mejor del mundo.

Hay que buscar pequeños momentos para disfrutar un poco (lo estoy aprendiendo a base de palos) y a mí me gusta escribir, cantar, leer…. De eso, no dejo nunca de disfrutar. Jamás.

Hay canciones que me llegan al alma, me duelen. Y a pesar de eso, las escucho una y otra vez. Es como si me gustara torturarme, pero no. Lloro y las disfruto una y otra vez.

He hecho otra parada. Perdonad, pero me ha llamado un amigo que es fundamental en mi vida y hemos estado hablando hasta tarde. Aunque, cuando mejor le entiendo, es cuando canta y toca la guitarra. Esto es porque, le quiero chinchar si lo lee.

Mi vida, ahora está rota. Por eso, como os he dicho mil veces, no perdáis ni una sola oportunidad de decir a la gente lo que la queréis, amáis, etc.

Y como ya me he vuelto a ir por otro sitio, sobre la moda, os dejo también con el calzado tan fantástico que Eva nos presenta para cada una de sus colecciones.
No da puntada sin hilo: todos perfectamente combinados con cada conjunto.
Hablaría mucho más sobre Eva Castro. Su gusto es único y su sello, su garantía. ¡No lo dudéis!
Soy de las que cree que siempre es mejor más de lo mismo, si es bueno, que no variar y meter la pata.

¡Eva, tú sabes bien lo que haces y así te va! ¡Chapeau!
Ya sabéis: aunque el camino sea corto o estrecho, si pisas fuerte, siempre dejarás huella. Adela, Lydia, Titi. Os quiero.
Un beso agotador y mezclado