
Un día más por aquí. Y un día menos de este encierro, espero. Por mi bien y por el de todos. He pensado pasar por aquí, porque lo necesito, una vez más.

Sé que en la última entrada me pasé, fui muy brusca y no tengo excusas, pero es que me salió de golpe lo que sentía. Y por primera vez, puse lo que quise exactamente, ya que ahora mismo, la vida no tiene tanto sentido para mí como para la mayoría de los que me estáis leyendo. O eso espero.


Por eso, dado el confinamiento en el que seguimos inmersos y que parece que no va a tener fin, he pensado que todo sirve para algo. Ya os lo decía el otro día : “hacer de la necesidad, virtud”.

Y como he tenido una avalancha de mensajes sobre lo que dije de Pedro Sánchez, pues que me han dado alas para todo. Hasta que me cierren el blog.

Ha habido un mensaje especialmente emotivo y es el de unos amigos que hicimos, hará unos cinco años, gracias a Tess, nuestra galga. Yo conocía a Lucía y Luis, a Javier. Y los dos a los dos, pero vamos, que coincidíamos más en nuestras salidas con Tess de esta manera. Ellos sacaban a Mancho, un border collie precioso que a Tess la volvía loca y se hicieron íntimos amigos.

Un día, hace dos años escasos, Javier vino a decirnos que se iban a Houston, que habían encontrado un trabajo muy bueno para los dos, de lo que me alegro en el alma. Y ya Tess se quedó sin su amigo de juegos.

Pues hoy, en los comentarios del post, ¡Ahí estaban ellos! Me ha hecho una ilusión enorme, si bien creo que no han leído hasta el final. Mucha gente no lo hace, jajaja. Y no se han enterado de lo de Luis. Y sólo lo digo aquí, porque me cuesta la vida volver a decirselo a ellos.

He pensado en tantos mensajes y vídeos solidarios que nos estamos enviando; en los aplausos a las ocho de la tarde y en tantas cosas, que, se me ha ocurrido, que todo ello, también se puede reflejar en la ropa. ¡Cómo no! Cada color, expresa un sentimiento, un estado de ánimo, un “algo” en cada uno de nosotros. Y si hay uno que refleja la esperanza, ese color es el verde.

Por eso, hoy os voy a hablar, mientras os enseño auténticas monerías de ropa, del color verde, de la esperanza que nunca (dicen), tenemos que perder, aunque en mi caso, no dio resultado.

Pero bueno, para apoyar a tanta gente que está encerrada en sus casas, aburrida, angustiada, con miedo (conozco unas cuántas), voy a hablaros de este color, para que, al menos, desconectéis un poco de vuestro cautiverio y os entretengáis, aunque sea viendo “los santos”, como se decía antiguamente.

Del verde, que es uno de los colores que más gamas tiene, no es por nada. Verde manzana, verde olivo, verde botella, verde caqui, verde agua, verde mar, verde seco, verdoncho, etc.

No es que toda la ropa sea verde de pata a oreja, pero todos los modelos tendrán el verde en ellos. Como una señal de solidaridad, de unión entre todos, ante una situación que va a cambiar a muchos su manera de ver la vida. Tal vez, a mí…
En la marca “Baja Costura”, que es una marca de alta costura, arreglada y muy bien hecha, de mucha calidad, la colección Olivo es la que representa la esperanza de la que os hablo.


Ya veis el vestido, el Jesusito, el conjunto de falda, el del niño bebote, el del mayorcito. Un verde pálido, precioso para cualquier día especial, que no sabemos si podremos celebrar, pero que esperemos que muchos sí, bien porque sea en agosto o en septiembre…

Clásicos y bonitos, con cuellos en crudo de tul bordado las niñas y camisa plisada para el bebé, así como la clásica de siempre para el mayorcito. Detalles que nos enamoran a quiénes nos gusta vestir bien a los niños.

Una colección preciosa, con detalles deliciosos de los que gustan a bastantes más de lo que parece, si sales a la calle.
“Noma Fernández” y su exquisitez innata, aporta su granito de arena, con la colección Verde lima, con un estampado sensacional en distintos tonos de verde, y estampado en grandes hojas de Costilla de Adán.

Ya veis cómo es el vestido, sin mangas, talle alto y muchísimo vuelo. ¡De locura!
También, el jesusito, colosal, con grandes volantes en los hombros que bajan por la espalda y el talle, contrastando el reverso con la tela color lima, cosida a modo de forro. Una niña vestida de locura, como esas niñas de antes y algunas de ahora…

Y el conjunto de pantalón pirata verde Lima para las que os guste más, que es otra joya, así como el conjunto de short, con blusón de tirantes anchos en el mismo estampado y las diferentes tonalidades verdosas .

Gran volante en el hombro, a modo

de manga.
A cualquiera de los cuatro conjuntos, le podemos añadir la espectacular gabardina acampanada Lima, que no es cualquier gabardina, sino una señora gabardina.
Exquisita, elegante y estilosa como nada. Va cruzada por delante con grandes botones plateados diseñados con anclas (detalles que enamoran),

dispuestos de dos a dos , en hileras de tres a tres.
¿Qué más queréis? ¿Cómo la veis? ¿No es despampanante?
¡Ohhh, no me puede gustar más! Para mí, no la encuentro, que si no…
Y otra marca con una colección de rechupete es la de «Eva Castro». Como siempre, tiene de todo y para todas las edades. Combinaciones que sólo ella sabe hacer y dejarnos a todas con la boca abierta.

Triunfando cada día más y más…¡Enhorabuena, tocaya! No hay Eva mala. Sólo la del paraíso, pero ya no me creo casi nada de estas cosas ( ya sabéis que estoy enfadada con Dios).

Una colección alegre y que invita a la esperanza, desde luego. Se llama Alessia y el conjunto de bombacho de la niña, es brutal. De tres piezas, el short abombachado de flores verdes, rosas y amarillas sobre fondo blanco y doble volante en cascada,

con ribete de rulo verde lima. La blusa, de cuadros verdes y blancos, sin mangas y con cuello alzado y plisado doble. Y como no, el jersey con canesú delantero y trasero. ¡Conjuntazoooo!

Exquisito para ir de paseo, a un cumpleaños, a cualquier sitio. Éstas cosas, no se pueden quedar en el armario, por Dios. Es un pecado.

También el vestido y el Jesusito, con la tela de florecitas y sin mangas, invitan a cantar que se puede si se quiere. “ Saber que se puede, querer que se quiera, quitarse los miedos, sacarlos afuera…. Pintarse la cara, color esperanza, llegar al futuro con el corazón”… ¡Cómo disfruto cantando, Dios mío. ¡Algo me has dejado!

Pocholotas las niñas de la colección, pero no menos los niños, que van coordinados a la
perfección con sus conjuntos de pantalón bombacho o recortado, según la edad.
Aquí os los dejo para que los apreciéis bien. Van de lujo, bien conjuntados con las niñas o bien sólos. La tela del pantalón es brocada verde lima, camisa de cuadros y jersey de punto blanco y verde lima.

Una madre con varios niños y niñas, forman un cuadro mejor que los de Picasso. Hoy en día escasea ver a varios niños con estas maravillas y estos detalles. Son una especie en extinción, lo que es una auténtica pena. ¡A ver si los pueden estrenar este verano, por Dios!

Este año, sí que va a ser un año para recordar. A mí, ya no se me borra jamás, ni de la mente ni de mi corazón. Un año maligno, que se ha llevado lo que más quería en este mundo…

En fin, por desgracia, la vida sigue y no sólo eso, sino que hay que ganar dinero y comer cada día, aunque te estés muriendo por dentro….

Bueno, no quiero llorar más. Llega la marca sevillana «Sánchez de la Vega”, con su estilo inconfundible, pues eso, que se nota que son sevillanos en cada puntada que dan.
Una colección, la Oliva, arregladita y con hermosos toques de encaje en verde oliva, como su nombre. El Jesusito que veis, es muestra de ello, de su alegría y de la esperanza de que muy pronto podamos abrazarnos todos.

Hay que pasar miedo y notar la ausencia de lo que no hemos tenido para apreciar más las cosas, está claro.

Los vestidos, la falda y blusa, etc, son rosas, con florecitas, pero los encajes verdes, ya los veis. Los ponen en sitios estratégicos, quedando soberbios, muy originales y la combinación de este verde con rosa es de morir…


La imaginación al poder, que vienen malos tiempos y hay que ser no bueno, sino el mejor.

Y la colección Ágatha, llena de colorido, pero también con verde, el verde de su Andalucía querida, de la que presumen tanto los sevillitas, como decía mi suegro…. ¿En

broma, ¿eh? Pero sí que es verdad que conozco a más de uno que afirma tajantemente que como su Sevilla no hay nada…

Y si le hablas de otra de las maravillosas ciudades de España, siempre termina diciendo: “ sí, pero la Torre del Oro”…. En fin, que no son todos. Pero dan guerra.
Ya veis los corazones estampados de la tela, el doble cuello fucsia y los lazotes verdes, tanto en el vestido, como en el Jesusito. Y una ricura, el conjunto de braguita de volantes, con camiseta blanca con el cuello igual y los lazos. Arregladas para lo que venga y más…

Y otra más. Sí, llega “La Amapola”, que también triunfa por donde va, si bien, ya sabéis todas que no es de mi gusto, porque soy más sobria, más burgalesa por los cuatro costados.

Pero, como siempre digo, reconozco que han triunfado a lo grande, que a muchísima gente le encanta y ante todo, mi respeto.

Hasta le voy cogiendo el gusto a algunos de sus vestidos, que sin lugar a dudas y depende de quién lo lleve y de cómo lo lleve, así de cómo lo conjunte, pueden llegar a ser una verdadera preciosidad.

En este caso, con la colección Paradise, nos enseñan con todo lujo de detalles, como siempre, una colección, que, para ciertas ocasiones y tal y como he dicho, pueden ir las niñas hechas un bombón.
Pero cuidadito con los complementos y ponerles más adornos, que lo fastidiáis por completo… Es el miedo que le tengo a esta marca. Que, como ya es tan recargada de por sí, cualquier añadidura siempre es mucha.

Mirad qué monada, arriba, la niña del Jesusito brocado, cuyos detalles omito porque se ven clarísimamente. Es una delicia verla así para un día especial. Otra cosa es cómo la adorne después su madre…
La espalda, sin un centímetro sin adornar… Desde luego, hay que tener muchísima imaginación para diseñar estas cosas. Eso es indiscutible. Para tener una gran celebración, lo veo mono, mono, monísimo.

Vestido de vuelo, con los mismos adornos, cuello troquelado y un sinfín de detalles que ya veis y que sé que os pirra.

De hecho, venden como nada, así que, lo que yo pueda opinar, tampoco es muy relevante. Además, he dicho lo que yo no haría, no que no se lo pusiera . Eso sí,: nada de llevarlas por la calle a tomar un helado. Son diseños de ceremonia. Eso es lo que son para mí. Y punto. ¡Nada más!

¡Cómo ha crecido Martina, que lleva el vestido, turbante incluido! El verde es especial, todo es muy especial en esta marca. Y por algo triunfa, no sólo en España, sino casi más, fuera.
Y preciosa sin más, la niña del conjunto de falda. No puede estar más apropiada, ni ser el conjunto más bonito para un día especial. De nuevo, con esperanza, llegaremos al verano con estas maravillas. ¡Ojalá! Yo creo que sí…. Sería una pena horrorosa no poder llegar a estrenar estas cosas, pero tal y cómo vamos… No os preocupéis, que no voy a hablar de nuestro querido Presidente, que ya tuvo bastante el otro día.

¡Madre mía, la cantidad de mensajes que tuve! A este paso, me tendré que dedicar a la política.
“Llega Tul y Pompón”, una marca que, personalmente a mí, me ha dado muchos disgustos y sólo la pongo porque viene al caso y porque la ropa es mona. De los “diseñadores”, mejor estoy calladita. ¡Ayyy, ay, que mejor me callo, que no quiero líos de gente que no merece ni que les nombre. Con esto, les demuestro que soy buena persona y que si viene al caso, no me importa nombrarlos. Al lado de la tragedia que acabo de tener, esta historia me da la risa.

En verde manzana, hay conjuntos muy monos y muy ponibles. De sport, de esos que no te quitas en todo el verano.

Por ejemplo, monísimo para los más pequeños, la sudadera y el bombacho verde de este pequeñajo. Ya me diréis si no es de los que no se quitan en todo el día…¡Pocholo!

Tan cómodo y mono como la sudadera y jogging de la niña, que os dejo aquí. Estos conjuntos, salen baratos, porque, como digo, y sobre todo, en el norte, no te los quitas.

Además, con estilazo, como los volantes en las mangas, los tirantes caídos…¡Haciendo estilo, vamos!

También sencillo y monísimo, el vestido de rayas verdes, en los que juegan la horizontalidad con la verticalidad. Tipo batita, de nuevo para pasarte un día laaargooo de verano.
Hasta con el sombrero de paja la llevaría yo por la calle…. Siempre que a la niña le vaya. Que no a todas les quedan bien o no todas las madres se lo saben poner. ¡Ojo con esto también!

Pero una niña mona, con todo puesto como Dios manda… ¡De comérsela!
El vestido de corazones verdes cumple con el mismo fin y es otra monada. ¡Me chifla lo sencillo, qué se le va a hacer! Niñas monas para todo el día, siempre que no sea una ceremonia. Claro que también me gustan los más arregladitos. Me gusta todo lo que es bonito, en resumidas cuentas.

De nuevo, más y más sencillez en el vestido de vichy con otro tono de verde. También precioso, con clase. ¿Qué opináis vosotras? ¿ Os gustan estos modelos tan sencillos o preferís con más adornos?


Que no hay que elegir ¿eh? Que hay cosas divinas tanto de lo uno como de lo otro…
Termino con “ Ochúss” y su vestido Artemia, como siempre, con el gusto y el estilazo con la que presenta todo María Luisa. A eso me refiero yo cuando os digo que hay que saber ponérselo…¡Da igual! Aunque sea un trapo de la cocina…
¿No veis qué maravillas, sin tener los vestidos grandes adornos? Pero lo suplen con el buen gusto y repito, la clase y el estilazo de siempre.
También preciosos para mi gusto, el

vestido Alga, en un tono verde manzana, que de nuevo, me deja con la boca abierta. Un poco de imaginación, mucho gusto y nada más…
Las niñas van impecables para todo el verano. ¡Ayyy! Menos mal que hay gente que sí sabe, pero que sabe de verdad. No hace falta que sean caros, ni que tengan miles de adornos, repito. Mucho más valen otras cosas. Que todo lo tuviera tan claro.

Y con este post, que sirve de canción de esperanza para estos tiempos tan malos, espero haberos distraído un poco. El encierro se hace muy pesado, sobre todo para algunas personas. Si os digo la verdad, mis problemas gordos van a empezar justo cuando todo esto pase y me enfrente sola al mundo, a mi soledad, a mi ausencia, a mi angustia….
Espero poder escribiros más alegre y que se vaya mitigando mi dolor, aunque de momento, está a flor de piel. Lo demás, me lo guardo para mí.

Un beso de libertad