
Hoy he amanecido nada más salir el sol. A ver si aprovecho algo el día, porque estos días pasados no he hecho nada. Pensar, planchar y poco más.

Fuimos de compras por el cumpleaños de Pablo, que no es de mucho pedir. Me parece que en mi casa ya no hay niños desde hace varios años, aunque no me quiera dar cuenta.
Ese día de compras hacía un calor insoportable y sudé como siempre. Voy a comprar un aparato de aire acondicionado, porque me conozco y sé que, en mi habitación voy a pasar calorazo dentro de nada.

¡Es increíble que vaya a llegar de nuevo el verano!
Mira que ha sido un año (el pasado) duro y sin embargo, he tenido que hacer un montón de cosas y poco a poco las fui haciendo (increíble) y, haciendo un esfuerzo titánico y con ayuda, me fui de la casa en la que he sido tan feliz. De la casa en la que viví con Luis y con los niños. Jamás he sido más feliz.

Me está costando la vida asumir que él ya no está.
Pablo me preguntó ayer que qué flores escogería yo de un campo y le contesté: pues las que se pudieran coger, las silvestres.

Me salió de golpe (siempre tan complicada) y Pablo se rió y me dijo: imagínate que se pueden coger todas. Entonces, yo le contesté: ”Cogería las más bonitas”. Y él dijo: “pues lo mismo ha hecho Dios con Luis”.

Quiero creer, siempre he sido creyente, pero cada vez me cuesta más creer en este Dios. Pablo está convencido de que está en un lugar mejor y veo, que el pensar eso, realmente le ayuda.
A mí no me está dando el mismo resultado. Me parece un mal sueño, como ya os dije otro día. Lo estoy pasando realmente mal.
Hoy, nos vamos de nuevo a Cádiz, concretamente a San Fernando para conocer la nueva colección de “By Niné”, que, como siempre, desprende frescura y estilazo para nuestras niñas y para nosotras.

Sus vestidos, sencillos y preciosos, hacen que nuestras hijas vayan marcando estilo por la calle, como diría mi madre.

El vestido Kiwi, de color melocotón (se lleva muchísimo) suave, con gomas y manga francesa, es una monería, y, cuando estén morenas,

favorece a rabiar.

Todo lo de esta marca me entusiasma porque es de un buen gusto que da gloria ver a todas y cada una de las niñas que lucen sus modelos.
Imaginaos a las

vuestras y ¡voilà! Tendréis unas mini modelos en vuestra casa. El vestido Banana, también en color melocotón suave, con volantito en la pechera cuadrada y volante en el bajo, es delicioso y lleno de encanto.

¡Qué colorido tan bonito para la nueva temporada! Y, como siempre recalco, qué estilazo tienen todos… Son más

que bonitos, como digo yo.
Precioso y delicado el vestido Guinda, esta vez en un melocotón oscuro con manga francesa y gomas en el hombro. De mucho poner, práctico y bonito.

Me chifla la banda que lleva en el pelo, anudada hacia arriba. Eso es estilo y lo demás, tonterías. ¡Ayyy, que se me ve el plumero con esta marca!!

¿Y éste, que es el monito Breva? Del mismo estilazo y para cualquier día.
Para llevarlos sólos o con camisa o camiseta por dentro, colosales.

Podéis elegir el vestido Melón, blanco con topitos negros, un clásico que siempre está de moda y que es otra verdadera monería, como estáis

observando.
El vestido Higo, también en hueso con topos negros, el cuerpo engomado y la manga francesa de nuevo, nos invita a que queramos ponérselo a nuestras hijas, sobrinas y demás familia. Yo tengo el “impulso” de comprar cualquier cosa , dándome cuenta que ya no tengo niñas…

Mi hija es toda una mujer, que se va a comprar dos modelazos de la colección para nosotras y para teenagers. ¡Echad un vistazo! ¡Os encantará también!

Y sigo con maravillas, como el vestido Carambola, un poco “más coqueto”, al ser blanco y de mil rayas en plata y manga corta. ¡Otra exquisitez y otro canto al menos es más!
Ya os dije que es de obligado

cumplimiento el tener un vestido blanco en verano. Debería ser una norma para todas las mujeres y niñas.

Chiflante y de nuevo, con un estilazo de escándalo, el monito Papaya, en color hueso con espiga oro.
De tirantes corte alto, ya veis cómo sienta. ¡De cineee!

¡Qué maravilla de nuevo! Ideal para los días de calorazo y súper versátil. De verdad que no me puede gustar más. Además de ponible, es increíblemente elegante.

Y si éste es elegante, el monito Jobo es un auténtico espectáculo para la vista: blanco con topos grandes en color lima y melocotón, no tenéis nada más que mirarlo y remirarlo. La pata ancha, el colorido, el pañuelo, la niña y todoooo.

Imaginaos cuando estén doradas por el sol… ¡Brutal e increíblemente favorecedor!

Y en vichy negro el monito Almendra, todo un clásico, pero no por ello menos divino. Ya sabéis lo que me gustan a mí lo cuadros, así que éste lo tiene todo. Con complementos en rojo, queda de morir.

Sólo veo buen gusto y estilo en esta marca. Año tras año se superan y eso que tienen el listón muy alto. No me cabe duda, además, de que no está resultando nada fácil a ninguna, el sacar adelante las colecciones, en medio de esta pandemia que nos tiene a todos sumidos en la incertidumbre y en el miedo.

También podéis admirar tus trajes de baño y biquinis. De nuevo, sin desperdicio.

El Aceituna, con un precioso estampado, volantito en el delantero y tirantes. ¡Mamma mía, cómo sienta!

Lo veo impresionante. Y si lo llevan varias hermanas, para qué queremos más… la playa o las piscinas se llenarán de color y frescor.

El biquini Frambuesa, más de lo mismo. De licra fucsia con el pecho engomado, es sencillo y especial a la vez. Otra virguería de Silvia and Company.

Para las más morenitas, lo tenéis en blanco, el bikini Litchi, de nuevo con accesorios divinos.
Está claro que en mi familia, sería el elegido. El blanco no puede ser más acertado para las que se ponen negras y ese es mi caso.
El bikini Limón, de vichy negro y muchos vestidos más, así como monos y blusas os esperan en su web.
Así mismo, como os he dicho antes, hay una colección para madres que no tiene desperdicio. Hay un conjunto

de pantalón vichy fresa, que es prácticamente igual que uno de una firma carísima.
¡Esta Silvia va a terminar como Amancio Ortega! Tiempo al tiempo…

Eso es lo que quiero yo también: tiempo para poder seguir adelante. Tiempo para tener un poco de paz. Tiempo para mis hijos. Tiempo para estar con los que me quieren y están conmigo, que no son muchos, pero son los mejores.

“Hoy me siento triste, pero pronto, cantaré”… No es más que la letra de una canción, por desgracia .¡Ojalá fuera verdad!

Espero que las desgracias me dejen tranquila durante mucho tiempo, porque lo que es hoy, tampoco ha sido mi día. He tenido un disgusto horrible que prefiero no contar. Nada más.

Lo que os digo: deseadme lo mejor, porque lo peor ya lo he tenido, lo he pasado y lo estoy sobrellevando como buenamente puedo.
Ya sabéis que, “quien da lo que tiene, no está obligado a más”.
Os recomiendo encarecidamente esta marca. Hay muchas bonitas, pero ésta no puede faltar en vuestros armarios.
Un beso lánguido