
Bueno, bueno, bueno… lo cierto es que hoy no pensaba ni escribir porque me encuentro agotada. Noche de parto. Otra gatita que ha tenido 4 preciosos bebés.
Aunque sea así, digo con muchísima pena que esto de criar gatos persas, lo voy a dejar. Si, ya definitivamente. Es algo que me encanta pero que da muchísimo trabajo y que en Madrid no tengo el tiempo suficiente que estos peluchitos necesitan.

Así, que esta ha sido mi última camada. No me puedo permitir el lujo de estar noches y noches en vela y después durante el día estar al 100%. Me es imposible.
Aparte de que es una decisión madurada y meditada mucho. En fin… una etapa muy bonita a la que le digo adiós. Por mi bien, por el de mi familia y por el de los gatitos, que no me gusta la vida que llevan y el poco tiempo que les puedo dedicar.

Bueno, y os decía que hoy no iba a escribir por eso, porque estoy derrengada. Pero ayer, ojeando una revista de moda de “mucho prestigio”, leí: “No lo dudes, según el Instituto Pantone, el color de la temporada, tanto para adultos, como para niños, es el color marsala”.
¿Cómoooo? O sea, que yo, que estoy al tanto de todo en estas cuestiones, resulta que no sabía el color de moda… ¡Ploffff! Ya sabéis que las revistas, además, tienden a hablar en unos términos que no todos los humanos entienden.

Que yo sepa, el color marsala es el borgoña, color vino tinto, burdeos un poco suave, etc…
Pero para no hablar sin conocimiento, me fui a google y leí la definición exacta: es una combinación de rojo, marrón, burdeos y rosa. Lo que da como resultado lo que os he dicho: un burdeos más pálido, un color vino tinto, etc…

El Instituto Pantone, no es ni más ni menos que una empresa, con sede en Nueva Yersey (Estados Unidos), creador del Panton Matching System, un sistema de identificación, comparación y comunicación del color para las artes gráficas.
Es el sistema más reconocido y utilizado, por lo que se llama “Pantone” al sistema de control de colores. ¿Cómo os habéis quedado?


Pues, me dije, a mí, esta revista no me deja por tonta. Porque por llamarlo marsala, no quiere decir que no sea una variante más de nuestro burdeos de toda la vida, el cual me chifla y se lleva en invierno año tras año.

Y si queréis que os diga la verdad, como ya sabéis, también me importa muy poco que sea el color de moda. Yo lo pongo, porque sé que a mucha gente le importa y sigue al dictado lo que se lleva.
Se puede llevar mucho ciertos colores, que jamás se los pondría a mis hijos, ni a mí misma.
Pero como resulta que el dichoso “marsala” y el burdeos sí que me gustan, vamos a hablar de ellos, en todas sus gamas ¿qué os parece?

Al lado del artículo de la revista, venían fotos de todas las celebrities del momento, vestidas y envueltas en modelos divinos de este color (yo las veía a todas vestidas de un tono vino tinto precioso…), pero bueno, diremos marsala, para no ser menos que ellos.

Voy a empezar por la exquisita marca “Gansetes”, que nos ofrece dos colecciones en estos tonos. La primera es la colección Burdeos, en la que podéis encontrar unos vestidos estampados totalmente chiflantes, y un conjunto de niño a juego.

Ya los veis, los vestidos con fondo crudo y florotas en estos tonos que nos ocupan. La tela es una maravilla y hay opción de manga corta para las más pequeñitas y manga larga para mayorcitas.

Los niños, jerseys de pico burdeos a juego con la camisa de rayas y bermudas un tono más pálido.
Como todo lo de esta marca, me parece magnífico y delicioso.

Otra colección que tiene estos tonos es la “Damasco”: vestidos con estampado en tonos marsala y cuellos y puños divinos de volantes blancos. El cuello de los vestidos, tipo Cervantes, hacia arriba… ¡Preciosísimos!
El niño, con pantalón corto totalmente marsala (jajaja) y camisa de cuello mao en cuadros clásicos en los mismos tonos. También preciosa.

Ya veis si tenemos este color en España… ¡Vamos, hombre! Todo depende de cómo lo llames. Y si queda más “in”, pues lo llamamos así.

Otra marca en la que vemos estos tonos es «Mar & Ola»: hay varios modelos también en los que apreciamos el burdeos, marsala o cualquiera de esa gama de colores. También se admite el tono guinda, cereza, etc…

Por ejemplo, os enseño su vestido Madroño, para pequeñitas: el clásico vestido mono de cuadros en guinda y azul, con volantito en el cuello, manguita farol y madroñitos burdeos en el bajo. Monísimo, clásico, con su lazote en el pelo… ¡Me encanta!

Otro ideal es el vestido Cereza, con delantal en crudo de plumetti y un estampado con flores en estos colores de los que hablamos. Puntillita en el cuello, manga farol… Con chaquetita burdeos y bailarinas al tono, una niña de toda la vida.

También en versión más arregladita, con lazote de raso en la cintura y tocado precioso, por su hubiera que ir más vestida algún día o tuviera un evento. ¡Me priva y el tocado es absolutamente divino, de un gusto arrebatador!

Aquí la veis con el niño, con pantaloncitos cortos y camisa cruda de cuello mao con tapeta de dos botones. Niños bonitos.
Más marsalas: lo encontramos en la marca “Marita Rial” y en su colección de cuadros grises con magenta o marsala, o como quiera que sea.

Todos muy en su línea, llenos de detalles y talento. La imaginación está presente en cada modelo: vestidos de distintos diseños, talle alto, bajo, el Jesusito que es de enamorar y los conjuntos de los niños, para igualarlos a las niñas.

Los vestidos son deliciosos, te guste más o menos lo arregladitos que sean. Yo reconozco que Marita Rial me enamora. Me gusta casi todo lo que hace, por la creatividad, el talento y ese don mágico con el que como por arte de magia, aparecen vestidos de ensueño…
Yo se los pondría cualquier día, pero reconozco que son más indicados para alguna ocasión especial. Desde luego, no tienen desperdicio por ningún lado. ¡Cómo es el Jesusito, la capota…!

Con los niños se corre más peligro. Éstos sí que los veo mucho menos ponibles y sólo para niños muy pequeños. Si no, no me gustan. Prefiero que los lleven en los mismos tonos, pero más normales.

En «Ancar», también encontramos estos colores.

Vestidos estampados, con una tela muy original, en marsala y azul celeste. Me parecen ponibles, prácticos y como siempre, monísimos. Además, el marsala, si os fijáis, combinado con colores oscuros, se apaga. Pero brilla como nada con los colores claros, como pasa aquí.
La verdad es que es un color que se adapta a todo tipo de prendas, no como otros. Es muy versátil y como el vino tinto, está lleno de matices. Eso es verdad.
Muy mono también el conjunto de falda, con la blusa en la misma tela que los vestidos, para mayorcitas. Vamos, que me chifla.

Otro matiz más oscuro de este color, lo vemos en estos dos niños: preciosos los conjuntos de ambos. Chiflante la camisa de la niña con el lazote y el jersey del niño y si os fijáis, las bermudas de los dos, son unas gamas más claras que el jersey…

¡Hay que saber de todo! Ideales.
Y más vino tinto: «Eva Jerez» nos propone unos conjuntos de lujo. Para variar, sencillos y elegantísimos a la vez.

Me chifla el vestido de terciopelo abullonado en el talle bajo. Con sus divinos tocados de flores…

También, a juego, la falda, con esa cintura con los apliques de flores en rosas y beige. Bárbaros para algún día especial, para la Navidad…
Eva Jerez siempre me ha gustado por el buen gusto (valga la redundancia) que tiene. No es excesiva en nada. Buenos tejidos, bonitos diseños y punto. Realmente me parece exquisito todo lo que diseña. Se lo dije personalmente en FIMI y se lo repito aquí.

No hacen falta miles de diseños. Con tener una idea clara, se pueden hacer varias versiones sobre lo mismo y en diferentes colores, que siempre sacas un diez.
La faldita de terciopelo también la podéis tener sin las flores, con un cordoncito, para que sea más ponible.

En la marca de alta costura “La Marquesita Real”, podéis observar el color marsala en toda su plenitud.
Con su habitual despliegue de lujo y multitud de detalles, nos enseña dos colecciones con este color. Una, llamada Mi querida Reina, en la que veis dos vestidos, uno de talle bajo y otro, de alto.

De terciopelo, con una pechera de escándalo en negro, lazos, puntillas, etc… Ya sabéis que esta marca es excesiva en todo. Si se sabe poner bien, el vestido de talle bajo puede resultar monísimo en una ceremonia. Pero hay que tener mucho cuidado…

El de talle alto, lo mismo. Al ser más pequeñas, el vuelo, les da un aire de princesas salidas de un cuento, pero algo irreal para el día a día. Si bien es cierto, que yo sé que en algunos sitios lo venden como churros…
También con la pechera negra, más corta y cuadrada y los lazotes a los lados. Bombonazo queda la niña, desde luego… Pero no para diario, por favor. Cada cosa para su ocasión.

Y la otra colección es la Diamante Rosé, tirando esta vez un poco más a malva… Se creerán estos americanos que me van a dar lecciones, jajaja…
De nuevo, para días únicos, un despliegue de modelos con todo tipo de adornos, como el conjunto de falda de terciopelo y la blusa, que desde luego, es divina, con ese cuello y esas mangas francesas acampanadas, con encajes y lacito rosa… Pero no la veo práctica, que queréis que os diga. Ahora, para alguna película… ¡Fetén!
Ya os digo que también para alguna celebración, pero poniéndolo de manera más natural, no que quede tan “engolado” como en las fotos.

¿Me entendéis, no? Es que lo he visto en un desfile y desde luego, las niñas estaban ideales. Nada de estos posados tan estudiados, que para mí lo hacen aún menos ponible.

También esplendoroso, en terciopelo con encajes en beige y la manga de antes, el vestido de vuelo. Ya os digo, que si lo lleva una niña mona en una boda , de forma más natural, con una coronita de flores en los mismos tonos, queda de cine. Y si no, ¡probad y veréis!

Porque hay que reconocer que bonito, lo es. Práctico no. De celebración, puede quedar divino.
Y lo mismo digo del abrigo de postín de esta colección: ya lo veis. A juego del vestido, de terciopelo y con los detalles de encaje. Más arregladito, imposible. Y en el super color de moda…
¡No perdáis oportunidad de poner a una niña así, si tenéis un bodorrio! Si se lo ponéis bien, puede ser el centro de todas las miradas.

Cambio radical: en «Le Petite Blossom», vemos toques burdeos en un vestido elegante y sencillo, que me enamoró cuando lo vi.

Es un vestido con mangas tipo alitas, que llamo yo. El estampado de flores burdeos, pequeñito y elegante y como todo adorno, un finísimo lazo de terciopelo en la cintura. ¿Os gusta?

A mí me chifla. Es lo que llamo la elegancia de lo sencillo. ¡Qué buen gusto! Y cómo lo llevan estas niñas, no es por nada… ¡Divinos los vestidos!

«Badum Badero»: otra marca arregladita e ideal. En esta ocasión, vemos los tonos marsala en su colección Veracruz. Por ejemplo, la niña y el niño. Ella con blusón de flores precioso con puntillas en rosa empolvado y pantalón marsala y él con pantalón corto y camisa de rayas rosas con cuello mao y detalle en los puños del estampado de flores.

También, el chaquetón que lleva la niña encima del modelo anterior. ¡Vino tinto rioja, por lo menos!

Y en otra gama de las múltiples que tiene este bendito color, el vestido de talle bajo y volantes, más arregladito, y muy apropiado para las fiestas que se avecinan.

El Jesusito de la colección, totalmente fabuloso, lo incluyo en este artículo, porque más matices del color no puede tener. ¿Cómo es? Divino con mayúsculas.
Y voy con una marca portuguesa, que se caracteriza porque es estilosa, pero sobre todo ponible, para el día a día. Es «Antimilk» De niñas mayorcitas, siempre tiene algo que me gusta. Y mira por dónde, este año, tiene conjuntos en este color. Pero tal cual.

Por ejemplo, el vestido largo es muy estiloso tal y como lo lleva esta niña puesto. Con el chalequito, la camisa de cuadros… ¡Haciendo estilo!

También lo tenéis en vestido para más pequeñas, mezclando dos tejidos… Y en jerseys, conjuntos de pantalón y jersey, etc… Por cierto, mi hija se ha comprado el conjunto entero de jersey y pantalón, pero en verde caqui y es ideal…

Tiene un tejido como de punto, pero con hilos dorados. Monísimo y estiloso. Lo compró en Burgos, en la tienda Tonos. No hay muchos sitios dónde comprar esta marca en España.

Y aunque tengo miles de ejemplos más, os voy a dejar con algo para nosotras, para eventos, en estos colores. Se trata de la marca “Cherubina”, marca sevillana, que tiene algunos vestidos divinos para que os hagáis una idea las que tengáis bodas invernales o para Nochevieja.

Precioso este vestido de terciopelo borgoña ¿no? Me encanta y ya sabéis que iréis a la super última… Mirad la espalda… divinaaaa. Con el tocado con ramitas de acebo, no puede ser más apropiado para la época. Para delgadas, claro…

Otro muy mono y sueltecito es éste, con lazo en el cuello por detrás y en las mangas.

Cerrado hasta arriba por delante, con unos pliegues perfectos y un tocado de matrícula de honor para la época. Nada ya de pamelones.

Y el último: vestido tricolor que abarca todos los matices habidos y por haber del traído y llevado marsala. ¿ Qué os parece?

Muy elegante, con el bajo asimétrico y el escote de la espalda en uve. Por delante, ya veis: lo que os digo… ¡Me encanta! Elegante y original. Y el tocado, soberbio.
Y se acabó por hoy. Es una pena, porque por marsala no lloramos en España. Que tenemos para dar, tomar y regalar…
Un beso regado con tinto de la Ribera del Duero
Muchas gracias por nombrarnos, la verdad es que Antimilk es una marca con un puntito chic muy diferente a las demás y se está vendiendo muy bien en Burgos.
Un abrazo