¡Feliz comienzo de semana a todos! Ya terminando septiembre…¡Buaaaaa! Yo he tenido un fin de semana espantoso. Me he llevado un disgusto terrible, he llorado, he maldecido, de todo…

Pero hoy ya os lo puedo contar con fuerza y con alegría, porque en el fondo, lo que tengo es una gran liberación de algo que me iba a acarrear no pocas responsabilidades.

No sé si os acordaréis de que estaba organizando la presentación de la marca “Tul y Pompón”, de la que yo iba a ser su representante.

Bueno, pues el caso es que donde dije digo, digo Diego, ya que por diferencias del todo irreconciliables con dicha marca, ya (a Dios gracias), no la voy a representar.

Desde aquí, agradeceros a todos los que me advertisteis sobre ella y a todas las tiendas con las que me me he puesto en contacto (unas 200) y me han dicho más de lo mismo.

A pesar de todo, yo insistía en representarla, porque me apasiona la moda infantil y me hacía una ilusión enorme, pero la marca, al ver que yo sabía demasiado (parece una película de tensión), decidió dejarme de lado.

No digo más. Sólo que cada uno, allá con su conciencia. A mí la gente sin ningún tipo de escrúpulos me da

asco y no te quiero ni contar el que le dará a otra marca que yo me sé… Espero que al final, el tiempo ponga todo en su sitio y, como me dijo una señora de Oviedo y otra de Logroño, paguen todo el daño que han hecho y están haciendo a otra marca de mucha categoría.

En fin, para aprender, perder. Esto me ha servido para mucho y sobre todo, para ver, que mala gente sigue habiendo en todos lados y en todo tipo de negocios. Y también para

hacer amigos y hablar en gallego, andaluz, valenciano,  murciano, asturiano, vasco… ¡No veáis cómo me manejo con todos, jajaja! Han sido tantas tiendas…

Hoy os traigo más que una marca, un color. Un color que a mí me apasiona (será porque siempre me ha favorecido,  ya que soy de piel morena) y que a la gente , no tanto.

Un color alabado por muchos, sin duda elegantísimo, pero que algunos miran con reparo, sobre todo, a la hora de vestir a los niños, porque dicen que no les favorece nada, y menos en invierno.

Yo, para llevar la contrario, vengo aquí a demostraros que no me parece que sea verdad. Al menos, yo no lo veo así. 

Se trata del color crudo, blanco roto, blanco sucio…como lo queráis llamar.

Comprendo que en invierno, los niños están blancos, paliduchos, etc… pero ¿y qué? Si es algo bonito, os aseguro que les puede favorecer lo mismo que el rosa que ahora se lleva tanto o que cualquier otro color.

Como siempre digo, todo depende de la ropa y del niño. A los niños morenitos de piel les sienta de maravilla algo de este color, les ilumina la cara, les da luz… Y a los blanquitos, depende del modelo, también. Y como os digo, mucho más que otros colores, como por ejemplo, el gris, que a veces les hace parecer cerúleos, por muy invierno que sea y aunque sea un color invernal.

Además, a mí me chifla justamente para invierno. Para el verano, y estando moreno, cualquier o casi cualquier color favorece. Pero ¿cuánto dura el verano? Porque, desde luego, quitando agosto y septiembre, algunas veces da pena ver a los niños relucientes de colores en la ropa y de pleno verano vestidos y sin embargo,  blancos como la pared a principios de julio, ya que aún no les ha dado ni un  rayo de sol.

En fin, y para que lo veáis un poco, tal y como yo lo veo, os traigo algunos ejemplos que lo demuestran.

En la marca “Mia y Lia”, que está gustando muchísimo en sus comienzos, vemos un vestido blanco roto precioso. Como el color es elegante en sí mismo, no necesita muchos aderezos. Un diseño simple, suelto, con manga francesa y el puño con un dobladillito. ¿No es una monada? Y no me digáis que por eso lo lleva una niña negrita, a la que desde luego, le sienta de maravilla.

Pero, ¿y a ésta otra? Y con el gorro divino a juego, look

total en crudo. ¡Me enamoraaaa! Cual si fuera una bola de nieve. Yo voy tantas veces de este color… Me parece elegante, pirrante, de todo…

Y también podéis encontrar en esta marca, este chaquetón de ochos con borreguito y botones de madera que me recuerda a uno que tuve de pequeña y me duró una eternidad… Clásico y estiloso… Lo bonito siempre vuelve.

Y otros vestidos de este color, también preciosos,  los tenéis en la marca “Theo y Olivia”, marca, por cierto, de un gusto exquisito. Uno tiene una pechera como antigua, con vainicas y el mismo detalle en el puño de la manga francesa. Me parece sensacional. Lleva un corte en el talle bajo y un poco de vuelo. ¿No os encanta? Y una niña rubia…

Y otro, con lunarcitos, también dulce y delicado, un poco más blanco si cabe y con chaleco de  pelo en este color que nos ocupa… ¿No va divina de la muerte? Para mi gusto, sí.

Más ejemplos de este invierno: en “El Tocador de Victoria”, otra marca nueva monísima, han apostado también por el blanco roto. Hasta en los bebés.

¿Cómo veis a éste con su chaquetón crudo y capucha con piel? ¡Yo me lo como! Hasta con blusita blanca y gorro de pompón más pálido que la chaqueta. Luego, ya es cuestión de combinar… Y es un color muy fácil, ya que toda la gama de los marrones le va de maravilla, así como el gris, más innovador, que queda de lujo.

Podéis ver esta mezcla de estos dos colores en esta niña, que va enterita de gris, con el chaleco de pelo en blanco roto. ¿No la veis magnífica? Ya os digo, si no os gusta que vayan enteros de blanco, por lo menos un toque, sienta de maravilla. Os lo aseguro. Y si la prenda en cuestión es bonita, da igual el color de piel y de pelo.

Hombre, está claro que les va a sentar mejor a unos que a otros… pero como todas las demás cosas. El rojo para morenas; el marino para rubias… Esto es la teoría. Yo he visto a niñas morenazas de azul marino que quitan el hipo.

“Casilda y Jimena”: a ellas me remito, porque son sabias y en su sabiduría han captado mi idea, jajaja…

Mirad su capa con capucha de pelo (cómo no, este año). Es divina, tiene un diseño fantástico y la niña no es nada morena de piel.

Sin embargo, le favorece un montón, porque tiene ese “algo” que tiene esta marca, que es inimitable. Tiene calidad, clase y gusto. Puede que a niñas tan pequeñas yo no les pusiera los pitillos negros que lleva, eso desde luego… pero es que yo soy una clásica. La niña desde luego, está estilosísima.

¿Y qué me decís de esta otra? Pues espléndida, con su jogging (por qué no dirán jersey) ideal de lazada y falda a juego. Hasta el gorro de pompón, blanco roto. La veo deliciosa, incluso con los pantys. Enterita. Luego, con algo de abrigo camel… ¿Dónde va usted a parar señorita?

Miradla también por detrás, porque el “jogging” es digno de ver de bonito.

Y por último, la vemos con el poncho. Magnífico, en blanco roto, con la piel y esa lazadota de raso a juego. ¡Pirrante del todoooo!

¿Y el bebé? Que os lo he dejado para el final… Preparado para regalo y enterito de este color, sobre la manta de piel, no puede estar más bonito, con la cara de enfadado que tiene y todo.

Lo veo, lo miro y lo vuelvo a mirar. Me apasiona “Casilda y Jimena”. Han dado con un estilo propio increíble y que, aunque muchos quieran copiar, hay algo que me dice que no lo van a conseguir. Jamás.

Bueno, y llego a mi querida “Marita Rial”, otra que se ha ganado su fama a pulso y que lleva vistiendo años a las niñas cual princesas. Y siempre tan callando… Me encanta su forma de ser. Nada prepotente, nada diva, nada de nada. Todo lo contrario.

Aquí tenéis su magnífica colección en estos tonos. Me derrito y me descubro ante su imaginación y creatividad.

No me digáis cómo está esta niña de arriba para una ocasión especial, con este vestido de cuerpo camel, y un poco de manga, siendo el resto de encaje crudo. Tanto la falda, que no sabría describir, como los exquisitos detalles de la pechera y la terminación de las mangas.

Reconozco que es una obra de arte. Hay a quién puede no gustar, claro, pero lo que no se le puede negar es el talento que tiene. Embobada me deja.

Y aquí la veis de nuevo con esta otra niña, con Jesusito en estos tonos y abrigo espectacular con aplicaciones de encaje crudo… Opinad vosotras.

Distinto diseño, pero idénticos materiales y la misma idea, el vestido de la pequeña, también de impresión y todo el conjunto de la colección, tal y como podéis ver en la foto que os dejo arriba. Y el niño es bien rubito ¿eh? Y tan preciosote, tal y cómo está. Deslumbrante colección, no cabe duda.

El polo opuesto en cuanto a diseño, lo vemos en la marca “Petritas”, que también ha utilizado este color tan perfecto para dos de mis vestidos favoritos.

Uno es éste, como con alitas, con fondo blanco roto y de una categoría sin igual. Ni más ni menos que esas mangas como todo adorno. Ponedle un chaleco estiloso, unas calzas y unas botas a tono y estará magnífica la niña. Ni lo dudéis.

Y otro, éste de espiguita cruda para la niña más pequeña. Precioso. Y con ese cuello, ya le da un toque de estilo. Dos vestidos preciosos para otra marca con un gusto sencillo y totalmente delicatessen.

Y le tocó el turno a “Coccó Rose”. Ya llevo hablando de ellos varios días ¿eh? Si no es por una cosa, es por otra.

Hoy, por el color. Y es que no podía faltar aquí su abrigo de aire retro, con botones grandes forrados y capucha de pelo, al igual que pelo en las mangas.

Observadlo por detrás, también con el lazote… Y en niña rubia, señores… Exitazo total el de este abrigo, como el de toda la marca en general.

Hasta en este otro chaquetón marino, la piel de la capucha es cruda, que enmarca la cara de la niña como si fuera un osito polar… ¡El blanco roto es para el inviernooooo!

Y vamos con “La Marquesita Real”, una marca que te puede gustar o no pero que indiferente no deja a nadie. Con sus recargamientos, sus lujos y todos sus detalles para vestir a niñas como venidas de Palacio.

Os enseño aquí su colección “Princesa de Gales”, ostentosa, grandiosa… ¡Qué poderíooooo! Mirad y desmayaros con su abrigo y vestido…. No sé para qué ocasión se lo pondría, pero de nuevo, reconozco su creatividad y su imaginación desbordante.

Ya veis, enterita de este color la niña, excepto los detallitos de las flores. Vamos, como digo yo, vestida de blanco de pata a oreja.

Por detrás, cuello tipo capa, encajes… El vestido de talle alto, más de niña, pero también con encajes en los puños…

Y la exquisita camisa con lazada trasera y encajes en los puños, a juego de la falda… Este, me encantaría para una boda. La niña estaría de lujo.

Y de nuevo este color, lo podéis ver en este abrigo de pelo de la marca “Sanmar”. Mirad por dónde, me encanta y no soy amiga de los abrigos de pelo para niños. Pero lo que os digo. «Depende…todo depende…” Ya estoy cantando. Este tiene estilazo. La niña está que da gloria verla. Y una vez más, rubia. Guapa, sí. Pero rubia y blanca de piel.

¿No os encanta? De verdad os digo que es de los pocos abrigos enteros de pelo que me han encantado esta temporada.

Divino también, este vestido crudo de punto de la misma marca. Clase, sobriedad y gusto es lo que veo yo.

Para niñas mayorcitas, me parece exquisito totalmente. Manga al codo, lacito camel en la cintura y pliegue delantero. Nada más y nada menos. Idóneo para quedar bien en cualquier sitio y ante cualquiera. Con este vestido, no fallas ni aunque quieras. Niña divina.

Y termino con “White Rose Kids”: marca sorprendente, nueva y coqueta. Está gustando un montón.

El abrigo de pelo a juego con el turbante de esta niñita, deja una vez más fuera a los que dicen que este color no es para el invierno. Lo combinan con granate y la niña, personalmente me hace mucha gracia, la veo pizpireta, con “algo”. Y… una vez más, rubita la criaturita.

¿Qué os parece a vosotros? Ya me diréis y me gustaría que me dejarais opiniones. Ya sabéis que admito todo, a pesar de que soy bastante intransigente…

Por eso, lo que no os voy a permitir, jajaja, es que digáis que este no es un color increíble. Os puede gustar o no, pero elegante como pocos.

Tengo mil marcas más (os he dejado alguna foto) para poneros de ejemplo, pero ya sabéis… Mañana hay que madrugar.

Felicidades a todas las marcas que han contado con este extraordinario color en sus colecciones de invierno. Para mí, ¡Chapeau!

Un beso de nieve