
Hola a todos. Con esta entrada de hoy, os dejo hasta que llegue el fresco, y me voy a “desconectar un poco” de este año que no tenía que haber existido, de tanto dolor, de tantísimo sufrimiento…
Acabo de estar viendo en la tele el

funeral del marido de Paz Padilla y no he podido evitar llorar y llorar como una niña pequeña.

Por todo… Por la fuerza de esta mujer, que yo no la tengo, desde luego, por cómo lo ha llevado todo en silencio.
No sé, se me ha removido todo por dentro. Aún no estoy preparada para comenzar a vivir de otra manera, desde luego.

Pero aquí, el calor me empieza a hartar de una manera insoportable, y aunque no sé qué será de mí ni de mi vida a partir de ahora, voy a hacer un paréntesis (si es que puedo, que esa es otra) y me voy a mi norte querido.
No voy a estar bien, y lo sé. Pero, como mínimo, estaré igual que aquí y aquí, como os digo, no aguanto más.

Odio el clima, la casa se me cae encima, los papeleos me tienen harta… En resumen, no puedo casi ni un día más.
Y pensar que los que me están ayudando son los amigos de siempre de Luis…
Aquí no quiero ahondar, porque me duele. Me duele y mucho. Nunca, nunca sabes lo que te deparará la vida. Eso está claro. Pero hay cosas que esperas de manera natural, y sin embargo, te llevas un palo que no lo puedes ni creer.

En fin. Punto. No se merece ni una palabra más.
Hoy, intentaré hablaros de la ropa infantil, de las ceremonias próximas, que debido al dichoso confinamiento, no se han podido celebrar antes. Vamos, lo que me vaya saliendo.

Ya sabéis que empiezo a escribir y no sé ni lo que voy a poner, hasta que me doy cuenta de que casi no comento la ropa últimamente. Os pido perdón y un poco de comprensión.
Y mirad más o menos como me encuentro (soy de leer mucho, de pensar mucho, de todo mucho…, tal vez, demasiado)

“Quédate con la persona para quién eres una prioridad y no una opción.

Quédate con quién mueve su mundo entero para darte el lugar que mereces, sin más explicaciones.

Quédate con quién se la juega contigo, aunque sólo tenga un pálpito en el corazón y cien dudas en la mente.
Quédate con quién te demuestra lo que siente, así, sin más… porque tu sola presencia, es suficiente para dar un nuevo y precioso sentido a su vida.

Y sobre cualquier otra cosa, quédate siempre contigo, para que no tengas que depender de las decisiones que otros tengan en tu camino»

De nuevo, algo bonito y que tengo que empezar a hacer. Porque a esa persona ya la tuve y se fue…
Así, aprenderé a construir mi camino, a ver a dónde voy y qué quiero hacer con mi vida a partir de ahora, porque el futuro tiene la mala costumbre de caer en el vacío.

Después de un tiempo también he aprendido que el sol quema sí te expones demasiado y aceptaré que, incluso las buenas personas pueden herirte alguna vez y necesitaré perdonarlas.

También he descubierto, aunque ya lo sospechaba, que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que yo también podré hacer cosas de las que me arrepentiré el resto de la vida.

He aprendido, efectivamente, que las verdaderas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias.

Y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida.
Que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir…
No tengo que cambiar de amigos, si estoy dispuesta a aceptar que los amigos cambian.

Me sigo dando cuenta que puedo pasar buenos momentos con mi mejor amigo haciendo cualquier cosa o nada,sólo por el placer de disfrutar su compañía.

Y también me he dado cuenta de que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Y a ver si me doy cuenta de una vez, que no me debo comparar con los demás, salvo cuando quiera imitarlos para mejorar.
Ya veis cómo estoy, A ver si alguien me da una bofetada de realidad, a ver si unos días desconectada de esta maldita casa y de este ambiente, me ayudan algo a todo, aunque sea a un poco.
Espero y rezo para que sea así, porque no puedo seguir sufriendo tanto. Es inhumano.
«Baja Costura» y «La Amapola», son las marcas que he elegido hoy para las próximas celebraciones. Dos firmas, que han triunfado y mucho. La primera, por su calidad, sus detalles exquisitos, su delicadeza; la segunda, por sus excesos en los adornos, por sus colores chillones, por no ser simple ni queriendo…

Para gustos, los colores. En tantos años de escribir, ya sabéis con cuál me quedo, pero aún así, os pongo modelos de “La Amapola”, porque a veces, no sé si queriendo o sin querer, diseñan algún vestido o jesusito que son verdaderas maravillas y más si quieres que a la niña la mire todo el mundo.

Pues ya lo estáis viendo a lo largo del post. Frente a las colecciones de “Baja Costura”, con bodoques, tiras bordadas y capotas de ensueño, veréis algunas de “La Amapola” que cuenta con miles y miles de seguidores aquí y en el extranjero y que, me han parecido apropiadas para celebrar algo a lo grande.

Son los contrastes de la vida… Como os decía, en el funeral del marido de Paz Padilla, han bailado, cantado, etc… Le han despedido como un canto al amor que se va, aunque después, en su soledad, imagino que la pobre, será humana y estará hecha polvo.
Sin embargo, yo, casi, ni me tenía en pie. Mi mundo se derrumbó por completo y no quería saber nada de nadie. Si se pone alguien a bailar, me lo hubiera cargado, así, sin más, en caliente…

Lo que quiero decir es que también la gente del sur tiene otro espíritu, otra alegría, otra manera de ver la vida. Yo, además de ser de Burgos, soy pesimista, con tendencia a la tristeza. No se puede comparar nada.
Es lo que pasa también con estas dos marcas que os enseño y en las que, enseguida captaréis la diferencia.

En “Baja Costura”, sus colecciones Mila, en un tono naranja divino (arriba), o la colección Oliva, la más vestida para un evento por todo lo alto, son increíbles, con una calidad y un gusto exquisito.

La colección Ronda no se queda atrás y también las hay menos arregladas, que para ir de invitado a una comunión o bautizo, sirven de maravilla y los niños serán de los mejor vestidos.

En “La Amapola”, podéis ver las colecciones que os enseño, porque son las que más me han gustado para estos eventos que tendrán lugar dentro de poco.

Hay algunos, que, incluso me han requetechiflado, como el jesusito Jeanny, los de vichy y más…

Lo que falla en las fotos, a veces, son los zapatos. ¡Claro, yo entiendo que diseñan ropa y no calzado!
Pero ante algunos modelazos, no se

puede plantar a esas niñas zapatos blancos, por favor…¡Me hacen daño a la vista!

Si no conseguís encontrar el color idéntico, mi consejo es que compréis unas bailarinas normales y las mandéis forrar con la misma tela de los vestidos.


Bueno, es un post un poco raro, como rara está siendo mi vida desde exactamente cinco meses. Cinco meses en los que he sabido distinguir y apreciar muchas cosas; cinco meses en los que mi vida se ha puesto del revés y cinco meses para saber la gente que merece la pena y la que no.

Ya es bastante. Yo jamás volveré a ser la misma, eso está más que claro, pero, ayer, hablando con unos amigos, me decían que viviré de otra manera y que volveré a ser feliz…

Me agarro a sus palabras como a un clavo ardiendo, pero de momento, lo dudo.

Espero que seáis prudentes en vuestras vacaciones y que siempre digáis a la gente que queréis, pues eso, que la queréis, que os toquéis más, que demostréis más todo.
Luego, te arrepientes de no haberlo hecho a todas horas.
Volveré, o eso espero.
Un beso a la expectativa