
¡Otro día más por aquí! Harta de muchas cosas, pero no os las cuento porque son un rollo, en realidad y nada importante…
Hoy he salido toda la mañana. ¡Qué día de lujo! Claro, lo he fastidiado, porque me he acercado a una tienda maravillosa que tengo cerca y… ¡zasss! He caído y me he comprado unas maravillas para el verano, ¡impresionantes!

Luego, en casa, lo maduro, y pienso: pero Eva, que no estás en Burgos, que en Madrid enseguida te asas de calor…

Pero vuelta con la burra al trébol….
No aprendo. Me he comprado las típicas cosas que me hubiera puesto enseguida en Burgos, porque soy calurosísima, pero aquí (tengo todo nuevo del año pasado), casi no hay primavera y se pasa al calor más infernal enseguida. Hasta una manga de nada, hace que te achicharres… Por lo que he pensado ponérmelo ya.


Algunas cosas no pega ponérselas en pleno marzo, pero ya me las apañaré… Siempre les saco más partido en otoño, cuando aquí la gente está helada (a Burgos les mandaba yo…) y a mí me sobra todo.

En fin, estoy encantada y hacía tiempo que no me compraba nada, con tanto trajín que me traigo encima.

Bueno, ¿a quién hago caso hoy? Como siempre me cambiáis el guión, pues haré caso a las que me dicen que enseñe cosas más vistosas, alegres y de colores que a mí no me han gustado mucho nunca.

Desde luego, a mis hijos, muy pocas (en contadísimas ocasiones) veces les he puesto esos colores. Hablo más por la niña, porque, a los niños, directamente, jamás.
La niña sí que ha tenido alguno de este estilo de la izquierda, ideal. Cruzadito, con alitas y braguita a juego.
Hablo de los colores pastel y de los impactantes, como el fucsia o turquesa, ambos mezclados, etc. Yo soy más de colores contundentes para el verano : rojo, amarillo, blanco y marino.
Los beige y camel ni entran, porque están en el armario de los niños y en el mío, sea la época que sea.

También soy más de lisos que de estampados, aunque reconozco que hay algunos estampados de liberty maravillosos. Pero cuando son exagerados, con flores grandes y demás, para otro, que yo me quedo con los lisos, aunque sea con algún vivo o detalle en otro color.

Bueno, viendo un poco todo lo que viene, efectivamente, hay que reconocer que muchas marcas han apostado por los tonos pastel con gran acierto y por otros chillones que favorecen una barbaridad.

Así que, voy a enseñaros algo de lo que más me ha gustado en estos tonos que tanto os chiflan, sobre todo por el sur… Allí es todo alegría, hasta la ropa tiene que ser en estos colores.

“Bebés Chic”, con su colección Verde que te quiero verde (hasta el nombre es alegre), me ha enamorado con su diseño.
Verde agua y rosa mezclados, muy

característico de la marca.
Plumetti, que es una delicia y diseños que yo se los pondría cuando están morenas y revientan de monas.
Depende de la ocasión, claro, porque muchas no distinguen y se lo ponen para ir al campo.
Ya lo veis, aguamarina con rosa. Vestido sin mangas, como éste que lleva Alejandra y hay que reconocer que es una gozada de vestido. Lo que no sé es dónde o cuando ponérselo… Para ir de invitada a una Comunión, perfecto.

Fijaos en el maravilloso encaje de la espalda y del remate de los hombros. No me digáis que es un vestido para cualquier día…

Monísimo el conjunto de bombachos en rosa y blusón aguamarina, con dos chatos rosas pequeñitos y madroñitos blancos.

La lazada rosa de la espalda… Un conjunto bombón, desde luego. Si en vez de la famosa ensaimada que ponen ahora todas las marcas, que por lo visto encantan, le pones un lazo de raso rosa, mucho más mono y ponible para mi gusto….

Los tres modelos son impresionantes, que me dejaba el conjunto de falda. Pero los sigo viendo para una ocasión especial.
Eso sí, si tenéis algún evento, incluso una boda sin ir de arras, los veo fantásticos. Ni un pero a los diseños ni al encanto, que indudablemente tienen.
Raquel Buendía, soy más de colores tristes, pero vales un potosí y los conjuntos son chiflantes.


Voy ahora con “Martin Aranda”, la marca super veterana y clasiquísima para niños más pequeños, que, desde luego, propone diseños en verde agua y rosa por doquier… Tal vez, la equivocada sea yo. Además, reconozco que me encantan.

Monísimo y delicado este vestido aguamarina de plumetti que lleva esta niña. Delicioso el cuello, las mangas y el bajo, con el tul en blanco roto. Hasta el lazo que lleva en el bolsillo. Que soy muy de detalles, ya lo sabéis. ¡Monísimooo!

Como éste otro, en un estampado fetén, con flores verdes y pechera rosa de piqué…¡Bárbaro!
Toda la pechera y los tirantes anchos bordeados con tul y dos lazotes delanteros en tul, así como el bajo, que le quitan el clasicismo típico de la marca.

Picunela, detalles exquisitos… Parece que alguien hubiera tocado con su varita mágica esta colección, ya que últimamente, la marca se ha renovado, se ha actualizado y doy fe de que gusta mucho más… ¿De quién será la culpa? Jajajaja…

Otra delicia es este vestido aguamarina con abrigo a juego… La pechera del vestido en la misma tela entramada del abrigo y éste, con el volante de tul… ¡Uhmmmm!
Monísima para cualquier día especial, pero mona, mona, mona.

¿Cómo veis al bebé, con el conjunto de camisa verde agua de plumetti y bombachos a tono en rayas? Pues perfecto, la verdad sea dicha. No son mis colores, pero para verano, el niño está con un gusto exquisito, qué bobadas.
Fijaos qué parejita con la niña del vestido de plumetti en verde agua del principio… ¡Dos reyes!

Mira que lleva años Martin Aranda, siempre con éxito… pues ha tenido el acierto enorme de dar un giro a sus diseños, los cuáles eran muy monos, pero efectivamente, tal vez, necesitaban la mano que mece la cuna… ¡Qué bien la ha mecido!

Si hay una marca que destaca por su colorido, alegría, mezclas y a la que jamás he visto con colores tristes, esa es sin duda “La Amapola”, que sigue cosechando éxitos allí donde va. Como todas sus colecciones pueden servir de ejemplo para lo que os cuento hoy, me ciño sólo a una: su colección Romea.

En un estampado exclusivo para la firma, seguramente traído de París, es romanticón y muy arregladito, como todo lo suyo. Un baile de asimetrías, adornos, lazos, volúmenes… La Amapola en estado puro.

Para muestra, un botón, con este vestido de vuelo que lleva Martina: puntillas, sobre falda asimétrica estampada sobre una base coral rabioso, favorecedor como nada… Detalles sutiles en camel y princesita a la vista. ¿Qué os parece? La mitad de España, chifladísima por estos modelazos, que lo sé.

Lazadota trasera, tul en el mismo tono… ¿Qué os puedo decir? Derroche de creatividad por todos lados, alegría, optimismo, romanticismo…
También lo veo para ocasiones especiales. ¿Qué le voy a hacer si yo soy más sencilla? No comprendo que lleven este vestido para cualquier día y sé de buena tinta que lo hacen.

Colosal este otro, de vuelo con pechera triangular en blanco. Un lazo camel y otro coral adornándola , lo mismo que blanca es la lazada trasera y el bajo. La tela es una maravilla y las coletas, con los dos lazos simples, ¡por fin!, un acierto.
¿No veis un vestido para ir a un evento? Si le pones una coronita de flores en los mismos tonos y unas bailarinas, hasta para ir de Arras. Lo que os digo… ¿A dónde llevas a la niña con semejante vestido, si no? En fin, que la niña es vuestra y hacéis lo que os da la real gana, estaría bueno…

Más ponible, el conjunto de shorts, con la camisa de tirantitos. Pocholote, romántico y arregladito también, por supuesto. No es una marca de sport, eso hay que darlo por hecho.

De nuevo virguerías diseña Beatriz Bustamante con este mono que lleva su niña Beatriz, que cómo ha crecido, madre mía… El estampado me chifla, la verdad y las mangas como alitas en coral, con los mismos detalles en camel y tul, lazote coral en la cintura… en fin, derroche, como os digo.

Vamos ahora con otra “maga” de la moda infantil, como es la marca “Nora Norita Nora» y su colección Maggy.

Apuesta total por el rosa y el aguamarina. Un mismo diseño en dos colores. Y como siempre, hechizantes, (poco ponibles para mi gusto), pero ideales….
¡Anda que no me hubiera gustado llevar a mí estos modelazos de pequeña! Pero mi madre, antes muerta que vestirme así.

Es para niñas especiales, que suelen ir vestidas poco clásicas, de llamar la atención y evidentemente, para no ir al parque o a comer pipas a un paseo marítimo.

Son conjuntos de presumir, de pasear, de lucir… Bueno, ya los estáis viendo. Los conjuntos de falda de tul, bien en rosa, bien en aguamarina con camiseta blanca estampada con manguitas-alitas del tul del mismo color, no cabe duda de que son una monada.
En esas noches en las que Davinia crea sus diseños, se le deben ocurrir estas maravillas. Ya os lo dije un día: te puede o no gustar, pero al César lo que es del César: siempre te quedas mirando como boba todo lo que hace. Es inevitable. Yo, después, siempre pienso: ¿cómo diablos se le ocurren estas cosas?

No nos lo va a decir, está claro. Con eso se nace…

También los dos mismos colores para dos diseños de vestido de su colección Camille. Ya veis, nada más que decir: El rosa, con tirantes como puntillas con crochet, al igual que los tres rosetones de adorno en el canesú; el bajo bordado en punto de cruz… ¡Romántico y precioso!

La espalda, otra maravilla con los tirantes cruzados. Idóneo también para cualquier evento, por supuesto.

El verde, más cerrado, más elegante, con el escote muy cerrado y manga al codo y bajo con el mismo bordado. Si le pones un lazote aguamarina a un lado del pelo y unas alpargatas o bailarinas en el mismo tono, bellezón. Para ir de invitada a comuniones, bodas, bautizos y demás fiestas de guardar.

Davinia, mi admiración más absoluta. Por tu imaginación, tu destreza diseñando, porque haces cosas únicas y diferentes. Eso, ante todo.
Hasta “Marita Rial”, ha apostado este verano por el verde agua. Más de moda, imposible, está claro.
Delicada, elegante como siempre, son unos diseños llenos de elegancia y a la vez, coquetos. Con bordado espectacular en flores en tonos buganvilla y morados, hace gala una vez más de su exquisito gusto y sensibilidad.


Conjunto de falda con vuelo, vestidos, Jesusito y conjuntos de niño. Toda una familia para recordar, como casi todas las suyas.

Un bajo delicioso haciendo ondas con encaje y puntilla blancos y todo veraniego, sin mangas y delicado.
Mar Segovia no defrauda nunca. Siempre nos sigue sorprendiendo. Y las colecciones de este verano son una auténtica estampa de buen gusto.

Más verde agua combinado con morado con “ Sánchez de la Vega” y su colección Carina. De nuevo una marca que pisa fuerte en su corta andadura y que gusta a rabiar.

Alegre, vital, luminosa… sevillana, tenía que ser. «Sevilla, tan sonriente… yo me lleno de alegría cuando hablo con su gente… lalala»

Así son todas sus colecciones, de pararte por la calle a mirar a los niños que inundan las calles con su colorido, con su alegría y luminosidad, con esos diseños de enamorar, con un color especial, como Sevilla.

Una combinación barbarísima, vivaracha, espléndida…
El Jesusito, de volverse loca de gusto. Cuerpo de plumetti en aguamarina con faldita morada, pechera idílica con rosetón blanco, capota… ¡A esa niña me la llevo yo!

También la bebota, con el culotte y camisita. Plumetti, rosetón, madroños…
¡Qué combinación tan ideal! Ésta, siempre me ha gustado, por ejemplo, para mí. En bañadores, bikinis, pareos…¡Revientas la playa!

Conjunto de falda y vestido, con los mismos detalles y de nuevo, con ese algo que enamora, que engancha, que hace que se lo quieras poner ya…
Escotes en la espalda de desmayarte, conjunto de niño como Dios manda… en definitiva, buen gusto, sofisticación y alegría en esta marca que seguirá subiendo como la espuma.

Como digo, ante la evidencia, mejor me callo y lo admiráis….
Menos mal que soy de colores contundentes, que si no, la armaba… Todo lo que os he enseñado me gusta. Cada cosa en su momento, en su día. Pero todo es especial y bonito.
Creo que, cuando algo no me gusta, se me nota bastante, o eso me decís claramente ¿no? Eso me encanta. Me gusta ser transparente.
Yo soy más clásica, más sobria, pero lo que es bonito, es bonito. Y punto.
Un beso de colores del arrecife de coral.